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ASIGNATURA: PSICOLOGÍA CLÍNICA

AÑO 2019

LECTURA ORIENTADA DE LOS TEXTOS RELATIVOS A LA UNIDAD II

INHIBICIÓN, SÍNTOMA Y ANGUSTIA, ALGUNAS COORDENADAS PARA SU LECTURA

Introducción:

El tema de la angustia, del cual Freud se ocupa detenidamente en este artículo, es de importancia para la clínica. Aproximarse al estudio de las nuevas

presentaciones sintomáticas requiere partir del ternario freudiano: inhibición, síntoma y angustia como tres respuestas del sujeto frente a la exigencia pulsional. Tres

términos que Freud utiliza para dar cuenta de la clínica de su época, y si bien es cierto, muchos de los análisis que llevamos a cabo comienzan por alguno de éstos

ejes, la clínica actual nos confronta a una variedad de respuestas subjetivas como ser presentaciones fóbicas, fuertes inhibiciones, angustia generalizada pero

también, en el otro extremo, actuaciones riesgosas, desarreglos del cuerpo, violencias y consumos problemáticos de diverso orden. La angustia en la actualidad se

presenta con nuevos nombres: anorexia, bulimias, toxicomanías, impulsiones etc.

Si bien es cierto, abordar las presentaciones actuales requiere de otras nociones, como las de acting out y pasaje al acto es preciso revisar las

conceptualizaciones freudianas sobre la angustia que está en el fundamento de los llamados “nuevos síntomas”.

Aparatado 1. De la inhibición

 La inhibición afecta siempre al cuerpo y se presenta como una alteración o limitación de una función:

1. La función sexual

2. La función motora

3. La función nutricia: el vómito como defensa histérica o en su defecto la “repugnancia a comer” (anorexia)

 La inhibición en relación al trabajo (incluido el trabajo intelectual)

 El nexo de la inhibición con el síntoma y la angustia: La inhibición como defensa frente a la angustia

La inhibición es una forma que tiene el cuerpo de hacer signo de que “algo angustia”-Freud sostiene que muchas inhibiciones implican renuncia del yo al

ejercicio de la función para evitar la angustia.

Si bien es cierto Freud diferencia el síntoma de la inhibición deja en claro que una inhibición puede tener el estatuto de un síntoma y estar al servicio del auto

castigo. En realidad, hacia el final del artículo Freud es más contundentes y afirma lo siguiente “puede calificarse de síntomas todas las inhibiciones que el sé yo se

impone”. (Freud, 1924.Pág. 2866-T 3 OC)

En síntesis, Freud presenta la inhibición como lo contrario del acto, en tanto constituye una “limitación funcional del Yo” a causa de la “erogeneización” en

exceso de una función.

En la inhibición el acto logra ser suspendido, en ese sentido la clínica actual muestra el reverso de la inhibición porque justamente lo que prevalece son las

“actuaciones”, ya sea bajo la forma de impulsiones, acting o pasaje al acto.

Apartado VIII De la angustia

En este capítulo Freud trata dos cuestiones a tener en cuenta:

1- Particularidades de la angustia como “afecto” que afecta al yo.

2- Relaciones de la angustia con la noción de peligro

Lejos de pensar la angustia como un fenómeno patológico, Freud entiende que la angustia es la señal de un peligro para el yo. Y si bien es cierto, la angustia

es sin objeto, en este aparatado Freud nos orienta clínicamente para pensar cuales son las coordenadas subjetivas que desencadenan la “reacción angustiosa del

yo”.

Enumero a continuación lo que Freud llama “condiciones de aparición de la angustia”:

a. La angustia como producto del desamparo psíquico (el desvalimiento del sujeto)

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b. La angustia ante el súper yo (que Freud explica a través del par culpa- castigo y ejemplifica con el “miedo a la muerte”, a los poderes del destino y

podríamos agregar el miedo a las enfermedades)

c. La angustia ante el peligro de la pérdida del objeto de amor (Así escuchamos en los análisis cómo se plantea, de uno u otro modo, el miedo a perder al

otro y el miedo a perderse sin el Otro. -

En realidad, Freud dirá que toda angustia es en definitiva angustia ante la castración (en sentido simbólico de falta en ser)

Lacan agrega que la angustia se despierta ante la proximidad con el Deseo del Otro, el ¿qué quieres de mí?

A propósito de las condiciones que desencadenan la emergencia del afecto angustioso dejo abierta una pregunta: ¿la época nos confronta a nuevas

angustias?

Apartado IX

Relaciones del síntoma con a la angustia: La Angustia como premisa necesaria de la formación de síntomas.

En la argumentación freudiana, la angustia es en sí misma un síntoma de la neurosis y al mismo tiempo, toda formación sintomática tiene como fin eludir la

angustia, “evitar la explosión de angustia”. pág. 2866

Esta función que Freud le otorga a al síntoma en tanto opera como “defensa frente a la angustia” invita a reflexionar acerca de las llamadas patologías del acto

como fenómeno propio de la clínica actual, en el sentido de la dificultad que presentan los sujetos para “dominar las condiciones que desencadenan la angustia”.

(Pág.-2869), de ahí que la “urgencia” aparece entonces como una nueva forma clínica.

Es de hacer notar que en la actualidad prevalece un tratamiento de la angustia por fuera de la formaciones sintomáticas descriptas por Freud (nos referimos a

la fobia, el síntoma conversivo, la duda obsesiva).Nos confrontamos con sujetos que para “desangustiarse” recurren a la vía del acto, en este sentido cuando

hablamos de patologías del acto nos referimos a “formaciones” que no tendrían, en el sentido freudiano, la característica de la represión y el retorno de lo

reprimido, que ya implica un tratamiento de la angustia. Pensemos que una fobia es una forma de tratar la angustia limitándola a un objeto particularizado del

mundo exterior, del mismo modo, un síntoma conversivo permite “defenderse de la angustia”, pues para el sujeto se trataría del cuerpo y no de una verdad que le

concierne.

En los síntomas modernos, al no mediar la represión tienen una relación más directa con la angustia.

En este apartado Freud señala que la angustia es el único afecto que provoca reacciones…inadecuadas a la corriente vital” (Pág. 2869), en el sentido de que

empuja al acto. La certidumbre de la angustia lleva al acto en sus diferentes modalidades. Vemos de este modo como Freud le otorga a la angustia un lugar de

excepción (apartado X), en la medida que de ella siempre tenemos una certeza, no así respecto de otros afectos, de los cuales el neurótico siempre duda, un

ejemplo de ello es el afecto amoroso: no sé si lo amo o lo odio, expresa el neurótico, pero de la angustia no hay duda pues toca el cuerpo.

Apartado X

A propósito de este apartado lo decisivo gira alrededor de:

La noción de peligro para el psicoanálisis

Freud precisa que los peligros son comunes a todos los humanos y los mismos para todos, cuando se trata de aquellos peligros que proceden de la realidad,

sin embargo, lo peligroso desde el punto de vista del psicoanálisis es lo pulsional, respecto del cual, ya lo dijimos, el sujeto se defiende, a veces, por medio de la

represión, el problema es que la defensa nunca es exitosa ni tan eficaz.

Ahora, a partir de las manifestaciones clínicas de la época, lo que queda claro es que hay dos formas de respuestas frente a la angustia o bien el síntoma o las

respuestas a través del acto.

Precisamente lo que demuestran las nuevas patologías de la clínica de la época es un

Fracaso en el tratamiento de la angustia por vía de la elaboración sintomática y en su lugar aparece una angustia que se descarga automáticamente en lugar

de una elaboración simbólica.

Apartado B Complemento al tema de la angustia.

Conviene detenerse en lo siguiente:

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 La diferencia entre la angustia y el miedo

 Los tipos de angustia. La distinción entre angustia real (aquella que es producto del solo hecho de existir, o la que experimentamos ante una situación de

incertidumbre, la angustia expectante ante la espera de algo etc.)) Y la angustia neurótica (como angustia de castración, esto es, angustia ante la falta y

desde la orientación lacanciana, la angustia ante el deseo del Otro, incluso lo Lacan llama angustia ante la falta de la falta, esto es la vivencia de la

angustia ante la presencia excesiva del Otro materno)

 La serie angustia –peligro y desamparo: La relación entre la angustia y el trauma (el desamparo psíquico como “situación traumática”)

En síntesis: lo valioso de este texto es que ofrece una perspectiva clínica de la angustia que sirve de brújula para orientarnos en relación a la lógica de su

emergencia.

Vale recordar que hay una angustia necesaria para que opere como motor del tratamiento, lo que no debe entenderse como que en la clínica habría que

angustiar, sino más bien reconocer lo que angustia para poder “dosificarla”.

Dosificar la angustia y no eliminarla porque tal como señala Freud en el apartado IX hay “condiciones de la angustia que no desaparecen a lo largo de la vida

del sujeto” (Pág. 2869)

Me parece importante destacar la importancia de devolver el nombre de angustia a aquello que desde la clínica de las clasificaciones se nombre por ejemplo

como “ataque de pánico” y tener en claro que los llamados nuevos síntomas no pueden ser pensados sino desde una clínica de la angustia.

Prof. Matilde Travesí

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