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Los principios o leyes que rigen el desarrollo se desprenden de dos factores o variables que
están presentes en el desarrollo, que son la herencia y el ambiente. Respecto a la herencia,
podemos reconocer algunos principios básicos válidos para cualquier organismo vivo; en cambio, en
cuanto a la influencia de la variable ambiente o factores socioculturales, estos principios son sólo
válidos para el ser humano, o sea, para el desarrollo de la personalidad. A los primeros llamamos
principios inmanentes y a los segundos, principios sociales.
a) Principios inmanentes
Todos los cambios y variaciones en el desarrollo de cualquier organismo vivo que posee un
potencial para cambiar, están regidos por leyes o principios que lo determinan y que hacen posible
dicho desarrollo.
1.- Diferenciación
El principio de diferenciación dice que el desarrollo se lleva a cabo de lo simple a lo complejo,
de lo homogéneo a lo heterogéneo, de lo general a lo específico; o sea, se refiere al progreso hacia
una mayor complejidad mediante el aumento de la individualización y la especialización.
Claramente, se nos aparece este principio cuando observamos las transformaciones que surgen a
partir del óvulo fecundado, hasta el recién nacido que constituye una totalidad mucho más compleja
y diversificada. Lo mismo podemos decir respecto a la diferenciación de las estructuras y funciones
que se van diversificando en el organismo en el transcurso del desarrollo, ya mencionamos el caso
de las emociones, lo mismo podemos decir respecto al lenguaje, el desarrollo motor, etc.
2.- Integración
La diferenciación no surge de la nada, pues en ella interviene el proceso de integración, el
cual organiza continuamente los componentes diferenciados en nuevas estructuras, más grandes y
complejas. Los elementos diferenciados forman parte de una nueva organización, dentro de la cual
pierden su identidad separada.
El desarrollo motor de los niños, por ejemplo, se caracteriza no sólo por la diferenciación fina
del control muscular, sino también por la creciente coordinación motora, la que corresponde a la
integración fina de los contenidos musculares. Esta creciente coordinación se advierte cuando los
niños pasan del triciclo a la bicicleta o cuando pasan del dibujo a la escritura. El habla del niño
comienza con palabras simples, pero después de emplear durante algún tiempo palabras
diferenciadas aisladas, el niño comienza a combinarlas en frases y oraciones en un nivel superior de
integración.
3.- Sucesión
El principio de sucesión significa que el proceso de desarrollo de un organismo sigue un plan
preestablecido, con una dirección definida e irreversible, o sea, un momento anterior precede y
condiciona al momento siguiente y así sucesivamente. Para llegar a la condición de adulto se deben
suceder las etapas de la infancia y adolescencia y no a la inversa. Primero, el niño debe fijar la vista,
luego la cabeza para luego poder sentarse, enseguida gatear y, por último, alcanzar la conducta de
marcha. Lo mismo sucede con el desarrollo del pensamiento, antes de alcanzar el pensamiento
abstracto, el niño debe progresar sucesivamente desde el pensamiento mágico animista, pasando
por el de las operaciones concretas y, finalmente, el formal abstracto.
b) Próximo-distal: Implica que el desarrollo se produce en una dirección de dentro hacia fuera, o
sea, desde los segmentos centrales del cuerpo hasta la periferia. Para alcanzar objetos, los hombros
y los codos se usan antes que las muñecas y dedos; por ejemplo, el niño, primeramente, es capaz
de mover su brazo a partir de la articulación del hombro, luego flexiona el codo y , más tardíamente,
la mano como unidad, antes de poseer la habilidad interdigital.
5.- Discontinuidad
Los cambios en el ritmo del desarrollo en los distintos períodos, se expresan a través del
principio de discontinuidad, esto quiere decir que el desarrollo presenta distintos ritmos de cambios a
través del tiempo, con momentos de claro y evidente desarrollo y otros momentos más sutiles y
menos evidentes de transformación en el organismo. Así, el desarrollo es muy rápido durante la
infancia, pero su ritmo se aminora gradualmente durante los años preescolares y es relativamente
lento durante los años escolares, en cambio, el comienzo de la adolescencia se caracteriza por una
nueva aceleración del desarrollo que se detiene al comenzar la adultez. Son los momentos de
estirón los que grafican claramente este principio.
6.- Alternancia
El principio de alternancia o de desarrollo asincrónico se refiere a que el organismo no se
desarrolla en su totalidad al mismo ritmo, sino que diferentes partes o estructuras se desarrollan con
ritmos distintos y en momentos diferentes; por ejemplo, cuando el niño comienza a caminar, el
desarrollo del lenguaje decrece comparativamente al incremento del desarrollo motor; a su vez,
durante a adolescencia, el desarrollo físico es acelerado o mucho más relevante que el desarrollo
emocional o social.
7.- Autorregulación
Este principio parte de la concepción de que el desarrollo es propio de todo organismo vivo
que posee un bagaje distribuidor de energía, en constante actividad fluctuante en condiciones de
desequilibrio, pero que de por sí es capaz de autorregularse a las distintas transformaciones y
cambios a que se ve sometido. Este principio es sinónimo del principio de homeostasis en biología.
Los llamados mecanismos de defensa constituyen un buen recurso que utiliza el organismo como
forma de controlar el desequilibrio que produce un conflicto
b) Principios sociales
En su proceso de ajuste a las condiciones del medio sociocultural, el ser humano se ve
orientado y regido por los llamados principios sociales, complemento necesario de los ya enunciados
principios inmanentes. Recordemos lo que dijimos antes respecto a los mecanismos que la sociedad
utiliza como forma de influir en el desarrollo de la personalidad y, sobre todo, respecto a las
funciones que cumple la educación –constructiva y restrictiva- en orden a que el hombre, como ser
social, debe responder a una serie de principios de la sociedad con el fin de alcanzar su pleno
desarrollo para su integración a ella.
Estos principios sociales son los que tienden a la expresión de las potencialidades del sujeto y
a su ajuste al medio social. En otras palabras, estos principios dirigen el desarrollo humano desde su
condición asocial inicial a una socialmente ajustada.
Antes de enunciar estos principios cabe hacer notar que, a diferencia de los principios
inmanentes, estos no son universales, puesto que corresponden e interpretan las demandas y
necesidades propias de los fines que persigue cada sociedad respecto al tipo de hombre que
pretende. Así como los principios válidos para una sociedad puede que no sean los principios
propios de otro tipo de sociedad; esto hace que sea imposible establecer principios sociales para
todos los hombres; sin embargo, nos parece que los aquí enunciados pueden, de alguna manera,
interpretar mejor los más generales.
1.- Independencia
Este principio expresa que el desarrollo consiste en un movimiento progresivo desde la
dependencia absoluta respecto al ambiente, propio del recién nacido y del niño, hacia la
independencia y autodeterminación propia del adulto; a veces, los niños hallan este movimiento
difícil de realizar, pues procuran independizarse de los adultos que son, precisamente, la fuente
principal de su seguridad física y emocional.
2.- Seguridad
La actividad con el medio ambiente humano y su asociación con personas dan a los niños
sentimientos de seguridad que neutralizan la ansiedad generada por sus movimientos hacia la
independencia. El logro de la seguridad es un elemento necesario y fundamental para el sano y
equilibrado desarrollo de la personalidad.