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Mercedes Luciano
MINERALES
Macrominerales
A una edad más avanzada, la retención ósea del calcio que se deriva de
alimentos y suplementos es limitada, a menos que se consuma el calcio junto
con vitamina D o un medicamento que conserve los huesos.
Las principales fuentes de calcio de la dieta son la leche y sus derivados. Los
pescados pequeños, como las sardinas enlatadas, cuando se consumen
enteros, algunas hortalizas y leguminosas y los alimentos fortificados contienen
también cantidades apreciables de este mineral.
Funciones
Un consumo muy alto de calcio (esto es, 2 000mg o más por día), sobre todo
ante un alto nivel de vitamina D, como el que se obtiene con la ingestión
excesiva de suplementos combinados de calcio y vitamina D, representa una
causa potencial de hipercalcemia. Esta toxicidad puede originar una
calcificación excesiva en los tejidos blandos, sobre todo en los riñones, lo cual
puede ser letal.
Los fosfatos se combinan con los iones de calcio para formar hidroxiapatita, la
principal molécula inorgánica que se encuentra en dientes y huesos.
MICROMINERALES (oligoelementos)
Hierro (Fe)
La mayor parte del hierro del organismo se encuentra formando parte de dos
proteínas: la hemoglobina o pigmento rojo de la sangre y la mioglobina o
proteína de las células musculares; en ambas, el hierro ayuda a transportar el
oxígeno necesario para el metabolismo celular. El hierro puede existir en dos
estados iónicos diferentes (oxidado o hierro férrico: Fe+++, y ferroso o
reducido: Fe++), por lo que puede actuar como cofactor de numerosas enzimas
que intervienen en las reacciones de oxido-reducción del organismo.
Como media, un 10% del hierro que diariamente ingiere una persona es hierro
hemo, del que se absorbe más de un 20%. Por ello, se recomienda que, al
menos, un 25% del hierro sea hemo. Por el contrario, sólo un 2-20% del hierro
no hemo es absorbido, dependiendo de las reservas de hierro y de otros
factores dietéticos. Por ejemplo, la vitamina C consumida favorece la absorción
del hierro no hemo de los alimentos de origen vegetal.
Yodo (I)
La deficiencia puede ser casi total, sobre todo en las zonas y regiones
montañosas de altos consumos de sustancias bociógenas, o relativa, a
consecuencia de la mayor necesidad de hormonas tiroideas, como ocurre en
las mujeres durante la adolescencia, el embarazo y la lactación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que el bocio afecta
aproximadamente 200 millones de personas en todo el mundo. En algunos paí-
ses, el bocio es tan común que se considera un rasgo físico normal.
Zinc (Zn)
Selenio (Se)
Manganeso
La deficiencia de manganeso en el ser humano fue notificada por primera vez
en 1972. Los síntomas de su deficiencia son pérdida de peso; dermatitis
transitoria; en ocasiones, náusea y vómito; cambios en el color del cabello y
crecimiento lento del pelo y de la barba. La deficiencia de manganeso en
animales también afecta la capacidad reproductora, la función pancreática y
varios aspectos del metabolismo de los carbohidratos.
Cromo
La función biológica del cromo fue propuesta inicialmente en 1954. No
obstante, fue aceptado como un nutrimento esencial hasta 1977, en que los
pacientes que recibían nutrición parenteral total mostraron anormalidades en el
metabolismo de la glucosa que se revertían con la suplementación de cromo.