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La Edad Moderna fue una época de gigantescos cambios en los campos políticos, sociales,
económicos, culturales y científicos, que sentaron las bases del mundo tal y como hoy lo
conocemos. Marcó un alejamiento del oscurantismo religioso que imperó en Occidente durante
la Edad Media.
Previamente las potencias europeas habían tenido un rol histórico menor en comparación con los
grandes imperios orientales, pero con la Edad Moderna Europa se ubica en el centro de la escena
política, artística y económica del mundo. Desde este punto de vista, puede entenderse este
período como el gran auge moderno de Europa.
Por esa razón, en el estudio de la Edad Moderna suele hacerse mucho énfasis en Occidente, y
más que nada en la Europa occidental. Por eso, es común que en ciertos ámbitos académicos y
de estudio de la historia, se rechace esta periodización por ser “eurocéntrica”.
Similarmente, no existe un consenso estricto respecto a cuándo inició formalmente la
modernidad, por lo que se suelen tomar dos eventos posibles como el puntapié inicial de la época
entera: la caída de Constantinopla frente al Imperio Otomano en 1453 (lo cual puso fin al Imperio
Bizantino) o la llegada de Cristóbal Colón a las costas de América en 1492.
El humanismo renacentista
La filosofía fue la gran protagonista del movimiento humanista. Nombres como René Descartes
(1596-1650), Thomas Hobbes (1588-1679), John Locke (1632-1704), Gottfried Leibniz (1646-
1716), David Hume (1711-1776) o Immanuel Kant (1724-1804), enfrentaron los grandes temas de
la época, que requerían de la creación de una perspectiva filosófica enteramente nueva,
desprovista de las gríngolas medievales.
Entre el siglo XV y el XVII, o sea, los inicios de la Edad Moderna, se ubica la llamada Era de los
descubrimientos, cuyo nombre se debe a que los reinos europeos se echaron a los mares y
comenzaron la exploración global del planeta.
Motivados por la necesidad de mercancías de Oriente y con ánimos de hallar nuevas rutas
comerciales, los españoles, portugueses y británicos (principalmente) comenzaron la exploración
y cartografía del mundo conocido y de sus límites.
A raíz del sorprendente hallazgo de Cristóbal Colón, quien persiguiendo un camino hacia las
Indias se encontró con un continente entero que colonizar y explotar, se produjo un cambio
fundamental en el paradigma medieval del mundo, que lo daba por conocido en su totalidad.
O sea, los europeos se dieron cuenta de que podía haber un mundo inexplorado, ajeno a los
antiguos libros y a la tradición escolástica medieval. Además, en ese mundo desconocido podían
hallarse importantes recursos que convenía reclamar, antes de que lo hicieran sus vecinos y
competidores.
Así, durante este lapso se exploraron las costas africanas, se “descubrió” y conquistó el
continente americano derrotando a sus imperios originarios (los aztecas y los incas, entre otros
muchos pueblos nativos). Así se produjo la primera circunnavegación del planeta y se dio inicio a
una competencia entre los nacientes imperios europeos, que establecerían sus colonias a lo largo
del mundo.
De esta manera, el eje comercial del mundo se desplazó desde el oriente europeo hacia el
occidente y se estableció la primera unidad del mundo, o sea, el primer flujo económico mundial.
Además, convirtió el mar en uno de los grandes escenarios de la lucha armada: la guerra naval.
La Revolución Francesa y sus ideales sociales de igualdad, libertad y fraternidad no sólo pusieron
fin al Antiguo Régimen. Además, fue el comienzo de un proceso en que el mundo republicano
burgués le arrebató a la aristocracia el mando de Occidente, a medida que el capitalismo se
asentaba como sistema económico y los burgueses como la clase social dominante.
En este contexto histórico se produjo, en el siglo XIX, la descolonización del mundo y
la Revolución Industrial, dando inicio a la contemporaneidad capitalista.