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GUIA DE LA ASIGNATURA
EMPRENDIMIENTO PRODUCTIVO
Hay que ser realistas e identificar en qué áreas y tareas podría fallar tu
empresa para así buscar una solución.
Pero, antes de entrar en las diferencias entre B2B y B2C, ¿sabes qué es cada uno
de estos tipos de empresas?
¿Qué es una empresa B2B?
Por tanto, como imaginarás, este modelo de negocio está íntimamente ligado con
el comercio mayorista, aunque también tienen cabida en él la prestación de
servicios y el consumo de contenidos.
Ahorro de dinero.
Personalización.
1.1.2 Personalización
En un mercado en el que existen tantos productos y tan similares entre sí, contar
con un producto o un servicio con identidad propia que aporte algo diferencial se
convierte en una necesidad de mercado.
El servicio de marketing B2B sirve para posicionar una empresa en el sector con
identidad propia, mientras que el B2C trabaja elementos emocionales de tipo más
primario, que son los que operan en el consumidor final y que son comunes.
Por lógica, conseguir un cliente B2B es más complicado que conseguir uno B2C.
No obstante, pese a su dificultad, este tipo de cliente es mucho más rentable, pues
su volumen de facturación es considerablemente mayor.
Un modelo de negocio B2B es, por ejemplo, el de aquellas empresas que nutren a
otras de contenidos web, que realizan trabajos de posicionamiento en buscadores
o que dinamizan las redes sociales.
¿Significa esto que no la ofrezca también a particulares?
Todo lo contrario, pues el modelo B2B y el B2C no solo son compatibles, sino que
pueden complementarse.
Pese a que esto aplica a cualquier tipo de negocio de venta directa a consumidor,
siempre se ha asociado bastante con los ecommerces y los marketplaces.
Especialmente, esto ha sido así desde la Navidad de 1998, cuando Amazon alcanzó
el billón de ventas por vez primera.
Durante los últimos años, muchos negocios B2C tradicionales, offline, han
establecido su presencia en Internet para lograr seguir siendo competitivos y, como
mínimo, mantener el volumen de ventas al que estaban acostumbrados.
Esto no solo ha generado oportunidades para los consumidores, sino que también
las ha creado para los propios negocios, que han visto cómo sus negocios B2C se
tornaban B2B en ecommerce.
En el modelo de negocio B2B, los esfuerzos que hay que invertir para poder cerrar
nuevos proyectos son mucho mayores, ya que la cuota de mercado es
considerablemente menor que la existente en B2C, donde las ventas se dirigen al
cliente final.
Por otra parte, la complementariedad entre el B2B y el B2C, plantea que ambas
partes del negocio son aliadas la una de la otra. En otras palabras, una misma
empresa o negocio puede realizar acciones de ambos tipos, de forma paralela o
secuencial.
Segmentos de clientes:
El primer paso que tenemos que definir cuando tenemos una idea de negocio es a
quién nos dirigimos.
Los clientes serán el eje de nuestra estrategia y debemos conocerlos
perfectamente. La propuesta de valor de la empresa dará igual si no satisface las
necesidades de un segmento de clientes específicos y, por tanto, nuestro negocio
estará destinado al fracaso.
El primer error que cometen algunos emprendedores es no entender que su
propuesta de valor es la que se debe adaptar a los clientes y no al contrario. Algunas
de las preguntas que nos tendremos que hacer son:
¿Te vas a dirigir a un mercado de masas?
¿Cuáles son tus segmentos de clientes más importantes?
¿Hay varios segmentos de clientes interrelacionados?
¿Vas a llevar a cabo una estrategia de marketing personalizada?
Cuando sepamos cuál es nuestro segmento lo analizaremos para conocerlo como
la palma de la mano. Otra variable que se usa tras este paso es la definición
del buyer persona centrándonos en cuatro preguntas -qué hace, qué necesita, qué
le impide conseguir sus objetivos y cómo puedes ayudarle- con el fin de realizar la
ficha de nuestro cliente ideal.
Propuesta de valor
La propuesta de valor es lo que nos diferencia del resto de empresas.
Junto con el segmento de clientes hablamos de la base de cualquier modelo de
negocio. La propuesta de valor debe habla de las necesidades e inquietudes que
tienen nuestros clientes y qué le aportamos para satisfacerles y darles soluciones.
Es decir, se trata de la razón por la que los clientes nos elegirán a nosotros en
lugar de a la competencia.
Aquí también se incluyen los aspectos de la estrategia competitiva como el precio,
el ahorro, el diseño, calidad, etc. Hay que elegir bien los factores que nos hagan
marcar la diferencia y establecernos en una posición competitiva ventajosa con
respecto a nuestro nicho de mercado.
Canal
En este punto definiremos cómo vamos a comunicar nuestro valor diferencial. El
canal es clave y dependiendo de la decisión que tomemos conformaremos una
buena o mala experiencia con el cliente.
Según el propio Osterwalder existen los canales directos e indirectos y los canales
propios y de los socios. También es muy importante saber en qué fase de nuestro
embudo de ventas se encuentra nuestro cliente para establecer los canales que
utilizaremos en cada una de ellas.
Por ejemplo, si el cliente está en la fase de atracción se pueden usar canales como
la estrategia de contenidos y si se encuentra en la fase de consideración será mejor
elegir el email marketing.
Relación
Aquí deberemos concretar qué tipo de relación vamos a tener con nuestros
clientes: personal, automática, de servicio, pago único, pago mediante suscripción,
etc. Otro elemento interesante es no olvidarnos de la retención de los clientes que
ya tenemos puesto que muchos emprendedores solo se centran de captar nuevos.
Otro error muy extendido.
Flujos de ingresos
Se trata de reflejar las diferentes fuentes de ingresos que vamos a conseguir
con cada segmento de clientes.
Además, tendremos que definir cuáles serán las formas de pago que tendrán
nuestros clientes. No es conveniente centrarse en solo la venta directa porque
existen otros modelos de negocios innovadores que plantean otros flujos de
ingresos como la suscripción, pago por clic, freemium, etc.
Recursos clave
En este apartado se describen los principales recursos necesarios, así como el
tipo, cantidad e intensidad. Existen cuatro tipos claves: humanos, físicos,
intelectuales y económicos.
Actividades clave
El libro de Osterwalder indica que las actividades clave relacionadas con las
empresas están formadas por la producción (diseño, fabricación y el desarrollo de
productos y/o servicios), la venta (comunicación y promoción de la propuesta de
valor) y el soporte (contratación del personal o tareas administrativas).
Todas estas actividades nos permitirán entregar a nuestro cliente la propuesta de
valor a través de una serie de canales y de un tipo de relación concreta.
Alianzas
Son las alianzas necesarias para ejecutar nuestro plan de negocio potenciando
nuestra propuesta de valor. En este punto se definen quiénes van a ser nuestros
proveedores y socios estratégicos, por ejemplo.
La clave está en identificar los grupos más interesantes para nuestra empresa y
tratar de crear alianzas estratégicas con ellos.
Estructura de costes
Finalmente tendremos que determinar la estructura de costes del Canva. Los
elementos principales de esta estructura serán las actividades clave, recursos clave
y alianzas.