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Problemas con el objeto

C.F.

Si nos preguntamos por qué razón el objeto (a) es falta inmediatamente


caemos en la cuenta de que su origen se encuentra en la detención de la cadena
significante, o, en otros términos, en el corte de la sesión (de la asociación
libre). Un ejemplo: una serie que vemos por televisión termina uno de sus
capítulos con la heroína atada sobre una mesa de carpintería y una sierra que
avanza hacia ella. ¿La serruchan?
En el ejemplo, la lectura del coito basada en la falta que produce la
interrupción abrupta de la cadena significante hace al aspecto técnico del objeto
(a), es decir, a su valor como letra: se ofrece a una lectura1.
Un ejemplo que Lacan había tomado prestado: ¿cuál es el número entero
positivo más pequeño que no está escrito en la serie 1, 2, 3…? El número 4 falta
pero puede leerse.
No obstante, ¿por qué se trata de un objeto y no de un significante? Si se
tratara de un significante faltante nos veríamos obligados a interpretar. Luego,
esto anularía el corte. Y este corte es precisamente lo que se busca justificar.
Así, entre una sesión y otra, el trabajo queda a cargo del paciente. El primer
problema que esto plantea es que, según el grado de eficacia que concedamos al
corte, se sustituye y casi excluye el trabajo del analista y la interpretación. La
técnica se empobrece.
Resumiendo: el corte de la sesión, en esta mira, es el objeto (a). Los primeros
seminarios, en especial el IV, el V y el VI, son el resultado más o menos directo
de la técnica que Lacan emplea.

Un segundo problema se presenta cuando las especies del (a) se reducen a


cinco. La aprehensión de fantasías inconscientes sufre una reducción extrema al
trasladar sobre ellas este enfoque pulsional. Puede aceptarse que existe “una
unidad topológica de las béances en juego”2, como leemos en el seminario XI.
Pero, aun así, no tienen el mismo estatuto. El material en el plano de la fantasía
podría ser de un orden, y el pulsional ir para otro lado. Una gran producción de
temas uretrales podría estar ligada a una retención anal. La satisfacción en juego
no coincide necesariamente con las formas que se presentan en el material,
aunque haya siempre una superposición entre uno y otro ámbito.
Con la falta ligada a la pérdida y un planteo de la transferencia como
coextensiva del fantasma (otra herencia del estructuralismo) la interpretación de
fantasías inconscientes se ve prácticamente imposibilitada. El empobrecimiento
se produce ahora sobre la multitud de fantasías que se presentan en la clínica.
Notas
1.
Señalemos, en una rapidísima caracterización de la enseñanza de Lacan y su proyecto
teórico, la convergencia de la sesión corta, o simplemente del corte de la sesión, con el
estructuralismo. En efecto, Lacan no privilegia la oposición significante sino el intervalo del
binarismo. Esto lleva rápidamente al significante de la falta del Otro. El estructuralismo le
viene a Lacan como anillo al dedo.
2.
Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse, J. Lacan, París, Seuil, 1973, p. 165.
Cf., para la misma cuestión, pp. 186 y 194-195, p.e.

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