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Año 2019
INTRODUCCIÓN
En las clases anteriores fuimos situando que la Unidad 2 se sostiene sobre la pregunta
¿Qué quiere decir hablar? Para avanzar sobre ello en la próxima reunión veremos el Grafo del
deseo. Pero antes se vuelve preciso pasar, quizá anticipadamente, a otra pregunta.
Al referirnos al sujeto del inconsciente, podríamos pensar que esa otra pregunta sería
¿Quién habla? Es decir, el que habla no sabe lo que dice. Hasta ahí quiero creer que nos
entendemos.
¿El sujeto habla? Podríamos estar de acuerdo si decimos que el analizante dice otra cosa
que lo que quiere decir. Pero situemos algo más, que nos aproxime a una noción más precisa: el
analizante no es el sujeto; entonces, ¿qué lugar, qué localización, tiene el sujeto? A ese lugar lo
vamos a llamar discontinuidad, corte en la cadena significante.
(...) evoco al sesgo lo que me resisto a cubrir con el mapa forzado de la clínica.
A saber, la manera justa de contestar a la pregunta: ¿Quién habla? cuando se trata del
sujeto del inconsciente. Pues esta respuesta no podría venir de él, si él no sabe lo que
dice, ni siquiera que habla, como la experiencia del análisis entera nos lo enseña.
Lo cual nos lleva a la segunda cuestión; es decir, que si así fuera (hay
intersubjetividad), pondríamos nuestra atención ya no en los “sujetos”, sino en eso
inter.
Para concluir este señalamiento, podríamos decir que el sujeto acontece...surge como
“desaparecido”: Para precisar la idea: no se trata de que “alguna vez estuvo”, sino que se
“localiza” entre un significante y otro. Así, el corte en la cadena significante es lo único que
verifica la estructura del sujeto como discontinuidad.
Hoy vamos a tomar una articulación que le corresponde al escrito “La significación del
falo” de 1958, escrito contemporáneo al Seminario 5 “Las formaciones del inconsciente”. Al
despejar el intervalo que se produce, se justifica este mínimo comentario sobre eso que
llamamos sujeto. Voy a detenerme tan sólo en dos páginas de este escrito.
NECESIDAD-DEMANDA-DESEO
Quiero situar que en este texto, además de la lógica del significante, Lacan incorpora lo
que Ricardo Rodríguez Ponte en un seminario - que seguramente está en su página, les
recomiendo que la busquen- va a llamar como lo viviente. Es decir, ya no se trata entonces
solamente de palabras, o de la cadena significante, está además lo viviente.
Comencemos por leer un tramo del escrito “La significación del falo” en el que es
pertinente que nos detengamos. Lacan viene hablando del significante y dice:
Examinemos pues los efectos de esa presencia. Son en primer lugar los de una desviación
de las necesidades del hombre por el hecho de que habla, en el sentido de que en la medida en
que sus necesidades están sujetas a la demanda, retornan a él enajenadas. (Lacan, 2005 c, p.
670)
Hay un consenso entre los lectores de Lacan de sustituir enajenado por alienado. ¿Cuáles
son las razones? Para decirlo sin mayores rodeos, a Lacan en este texto le interesa hacer
una especial mención al Otro. Así, esa palabra alienado, alio = otro, nos permite situar más
ajustadamente ese Otro".
Vayamos de a poco y dejemos indicado que: 1) por el hecho de que el hombre habla, 2)
las necesidades son desviadas.
En este sentido, debemos tener mucho cuidado en no confundir hombre y sujeto. Acá, en
este párrafo Lacan da cuenta de lo humano en tanto hombre que habla.
Vuelvo a leer: “Son en primer lugar los de una desviación de las necesidades del hombre
por el hecho de que habla, en el sentido de que en la medida en que sus necesidades están
sujetas a la demanda, retornan a él enajenadas” (p. 670).
Vamos a llamarlas alienadas, en los términos de que alio es desde el Otro. Dado que
están desviadas, retornan a él alienadas, la pregunta es si esto no es efecto de una dependencia
real. Podemos hacernos preguntas: ¿De qué depende esto que vuelve o el hecho de que sean
desviadas? y ¿ sujetas a la demanda retornan a él desde el Otro?. Veamos qué podemos decir.
No vamos a pasar por alto el hecho de que algo existe en relación a la necesidad, pero si
eso es así no es nuestro campo, ni un asunto que nos concierna. El nuestro es un campo del
orden del desvío de la necesidad. Lacan habla de la necesidad pero aquí hay una trampa porque
si la necesidad ya es hablada, ¿es necesidad? No lo es, ese es el tema. Donde Lacan va a poner
el acento no es en esta dependencia real, sino que la dependencia, si así la podemos llamar, ¿de
qué depende? Depende de la conformación del significante como tal. Entonces, no se trata de
una dependencia real, sino que la dependencia es al significante. ¿Y por qué depende del
significante? Dice Lacan: "Esto no es el efecto de su dependencia real (...), sino de la
conformación del significante como tal y del hecho de que su mensaje es emitido desde el lugar
del Otro" (p.670), que es lo mismo que decir que somos hablados.
les hago un comentario entre paréntesis; (nosotros damos el retorno a Freud. Les sugiero
que tomemos este texto como un buen ejercicio del retorno a Freud. Cuando tomemos algunas
cuestiones, podremos preguntarnos ¿esto es freudiano?. Como ejercicio, porque todo nuestro
programa tiene que ver con el retorno a Freud).
Repito, esta estructura se apodera de un solo golpe de lo viviente, para que de ahí
acontezca un sujeto. Vieron que nosotros tenemos (sic) su majestad el sujeto, así como Freud
tenía su majestad, el bebé. ¡Pareciera que el sujeto es un hacedor de todo! Y no es así. Lo que
está diciendo Lacan es que la estructura, es la estructura significante y, como efecto, vamos a
tener un sujeto. ¿No se les da vuelta todo? Espero que sí. Recuerden lo que les señalé
someramente en el inicio de la clase, va por esta línea que intento transmitir lo inter, el fading,
el corte: el sujeto.
Entonces, una vez que el niño dijo "o-o-o", "a-a-a", le cae toda la estructura, incluso todas
las palabras que vendrán... Pero la estructura cae de un sólo golpe. Ahí donde están los fonemas
"o", "a", la estructura cae de golpe. Ustedes me dirán pero cada significante se define por la
relación que tiene con los otros, en términos de oposición y diferencia, ¿no? Lo que ocurre con
el Fort-Da es que al niño le llega absolutamente toda la determinación simbólica. Hay una lectura
que dice que el niño de algún modo con este jueguito quiere dominar la ausencia de la madre.
Si hay ausencia en todo caso será ausencia significante, no de la madre, sino de lo que el
significante provoca, vale decir, una ausencia. Esta estructura lo que marca es una pérdida para
siempre. ¡Dijo "fort da", y "sonó"! Le cayeron encima todas las palabras; las que sabe, las que
todavía no sabe y las que no va a saber nunca (así lo refería Rodríguez Ponte). Algo se estructura
y ahí entonces habrá función de la palabra. Le cae toda la gramática, toda la sintaxis, las
combinaciones, las sustituciones, todo un orden de legalidad.
Lo que se encuentra así alienado en las necesidades constituye una Urverdrängung por
no poder, por hipótesis, articularse en la demanda, pero que aparece en un retoño, que
es lo que se presenta en el hombre como el deseo (das Begehren). (Lacan, 2005 c, p. 670).
Este es el punto donde me parece que es interesante pensar cuál es el retorno a Freud o
de qué modo Freud hace retorno. Lacan va a decir que esto alienado en las necesidades
constituye la represión primaria, por no poder por hipótesis, articularse a la demanda.
Vuelvo a leer.
Lo que se encuentra así alienado en las necesidades constituye una Urverdrängung por
no poder, por hipótesis, articularse en la demanda, pero que aparece en un retoño, que
es lo que se presenta en el hombre como el deseo (das Begehren). (Lacan, 2005 c, p. 670)
Entonces podemos decir que Lacan no está hablando del anhelo, está hablando de otra
cosa, aunque no podamos decir bien de qué.
Este párrafo es el gesto de la lectura que nos ofrece Lacan de Freud. Bien podemos
afirmar, al menos, que Lacan dice algo distinto a Freud., es decir le da una vuelta más. Ahora
bien, esto no lo convierte a Lacan en más lacaniano, sino que lo que se vuelve evidente es el
retorno, es desde la lectura de Freud que Lacan produce esto. Ahora bien, para eso Lacan toma
otro articulador, la represión primordial
Ana: Sí. Y si la nombramos como mítica, también tenemos que nombrar como mítica la
necesidad. ¿Qué quiere decir mítico? Lo anterior a la estructura, a eso anterior lo llamo mítico.
Freud dice que era la fijación de la pulsión y el representante representativo de la
representación, pero vieron que Lacan aquí le da una vuelta. No dice lo mismo, trabaja la
Urverdrängung articulada a la alienación y a la necesidad. Ubico esto para que entendamos el
retorno a Freud. Lacan recurre a las mismas palabras: represión primordial, deseo.
Es preciso hacer pasar a Freud, y no solamente una lectura de los casos, sino pasar la
lectura de Freud por real, simbólico, imaginario. Y en ese pasaje Lacan puede formular otras
cosas, pero no sin Freud.
Lo que queda claro es que tenemos la represión primordial, lo que no retorna. Esto quiere
decir que no puede articularse a la demanda, pero tiene un retoño. A ese retoño lo llamo deseo.
Mariano: Ese nombre que usa en alemán (Begierde) es el que usa Hegel para decir deseo
del otro.
Ana: Claro, es un “comienzo” para luego llegar a formular el deseo es el deseo del Otro.
Ana: En este texto, como un desvío de la necesidad. Está ubicado en ese pasaje que
leímos.
Mariano: Es como una sustracción de la necesidad.
Ana: Es como si uno dijera que no hay necesidad, pero cuando ya la nombro, forma parte
de la estructura de la palabra… “en tanto sustracción”, tal como bien lo indica Mariano. Pasamos
a otro campo, el hombre habla. Hay un texto que tenemos en la bibliografía que es de Ricardo
Rodríguez Ponte que se llama "Lo que quiere decir hablar", se los recomiendo.
Entonces, lo que podemos decir hasta acá del deseo es que extrae un retoño. ¿Saben lo
que quiere decir retoño? Etimológicamente refiere a hijo, el hijo de las plantas. Es interesante
porque viene de hijo, pero no es el hijo. Uno podría decir el deseo hasta acá está formulado
como retoño de la represión primordial, dice Lacan.
Como esto viene de una lectura de Hegel, porque este modo de escribir deseo es
hegeliano, ubicamos el deseo como deseo del Otro. Lo más importante en esta cuestión es la
manera de concebir al Otro.
¿Cómo lo concibo al Otro? ¿Me voy para el lado del sujeto o me voy para el lado del Otro?
Voy para el lado del Otro, es un modo de concebir al Otro. Como verán, la lectura que hace Lacan
de Freud no lo deja intacto a Freud.
Ana: Si si...este Otro en tanto castrado ya lo decía Lacan ya lo decía Lacan en el seminario
5 (Las formaciones del inconsciente). Lo que yo intento señalar es que castrado, en este
escrito, es tomado en el sentido de una lógica que no admite o lo uno o lo otro. Entonces si
digo castrado, la lógica es falo-castración. Si digo falo, digo castración. Y si digo castración, digo
falo. Cuando vos decís, castrado, yo podría decir que sí. ¿Pero qué quiere decir?
Alumna: Lo pienso por el hecho de que como dice el deseo del Otro, para que haya deseo
tiene que haber castración.
Ana: sí, es más, me parece, insisto, que en este texto es la articulación falo-castración lo
que convoca al desarrollo para esta clase, de necesidad-demanda-deseo.
Ana: ¿La madre, el padre? ¿O las palabras de la madre, las palabras del padre? Como situó
Mariano la vez pasada.
Mariano: Lo que trae Ana está trabajado a un nivel de la estructura que es más primario
que el del hijo. No hay figuras parentales, no hay imaginarios. Es un Otro, de la estructura, pero
que coincide con la articulación significante. Sobre eso hay figuras del Otro, sobre eso ubicamos
falo-castración. Este que estamos trabajando es otro nivel, ni más profundo ni más superficial.
Ana: Madre no hay desde el inicio…, pero quizá esto que digo no sea del todo correcto.
Tenemos que pensar en este texto…que dice de la madre….en el inicio la estructura significante
y su efecto en el viviente. Es cierto que esa madre y ese padre ya hablaron de él….pero, para
decirlo de algún modo, en el inicio ubicamos al Otro…ahí situamos eso que llamamos madre….
Diría que es un nivel lógico, no es un nivel de la experiencia con el otro (con minúsculas).
Leer estos textos a nivel de la experiencia cotidiana, es quitarles la riqueza que tienen.
Ana: Me quedé pensando en esto del Otro de la cultura.. no diría que está mal, ¿además
que son los padres? Son representantes de la cultura. Pero me interesa más ir por el lado de la
lectura, del lado de las preguntas y no por lado de grandes respuestas.
Éstas (las grandes repuestas) nos acomodan, nos dejan más cómodos, “nos duermen”.
Pero lo interesante es poder ir leyendo, en los textos que nosotros tenemos, de qué Otro
estamos hablando. Cuando decimos el Otro, ¿qué es lo mínimo que estamos diciendo? Si no,
nos quedamos solamente con que el Otro es la cultura.
Una cosa es la función diacrónica y otra cosa es la estructura sincrónica. Esto lo digo para
ir precisando algunos modos de nombrar.
Entonces, si decimos necesidad ubicamos para ser precisos, no la necesidad misma, sino
el desvío. Desvío de la necesidad.
Detengámonos un momento en este párrafo:
La demanda en sí se refiere a otra cosa que a las satisfacciones que reclama. Es demanda
de una presencia o de una ausencia. Cosa que manifiesta la relación primordial con la
madre, por estar preñada de ese Otro que ha de situarse más acá de las necesidades que
puede colmar. (Lacan, 2005 c, p. 670)
Ahora bien, pensemos eso que llamamos “la madre” en este texto. Porque si decimos
madre, decimos que es la que está “preñada” de ese Otro. Escuchemos esto porque se nos
conmueve cualquier “cuentito” psicopatológico, clínico sobre la madres, ¿no?.
Entonces, respecto a la demanda hay algo que es articulable y algo que no es articulable.
Entonces lo que se presta a la articulación es la demanda, demanda articulada. ¿Demanda de
qué?, podríamos preguntarnos. Hay una frase de Lacan que dice algo así como no me des lo que
te pido, porque no es eso. Entonces, la demanda tiene una articulación. Ahora, si no es eso,
¿demanda de qué? Demanda de amor. Lacan dice, la demanda es demanda de amor; demanda
de presencia, sería otro modo de decirlo.
Con la demanda, por lo tanto, se produce esta función de levantamiento, de anulación,
de lo que se da a nivel de la necesidad.
Y por supuesto, la demanda se presta en este texto a la conformación significante, por eso
es articulable. Lo señalo así, porque cuando veamos el Grafo del deseo, vamos a ver cómo queda
formulada la demanda, y si podemos decir sencillamente esto, o no.
EL DESEO
Digamos por ahora, que hay algo que no se articula. Para señalar, lo que no se articula en
la demanda: el deseo. Repito, la demanda es articulable y Lacan dice que el deseo es articulado,
quizá no lo entendemos por ahora. Pensemos, si la demanda es articulable, nada más que en
función de lo ya dicho con respecto de la demanda, entonces el deseo no es articulable.
Recuerden que lo articulable se corresponde con la lógica significante, el deseo es articulado
(claro que eso no sería posible sin la lógica del significante).
Sigamos, ¿qué quiere decir articulado?: lo llama condición absoluta. Lo articulable quiere
decir un significante con otro significante. En cambio lo ya articulado, no hace relación.
Ana: No. Es un absoluto; no hace relación. Pero detengámonos, hagamos una especie de
deducción. Si la demanda es articulable -no totalmente- por estructura, deja un resto. Ese resto
acontece como articulado, no se articula con otra cosa. Tiene la condición de absoluto.
Sigamos entonces con eso que no participa, y según Lacan, no forma parte de lo
articulable que es el deseo. Decíamos, hay algo que queda como resto que no se articula. Es
decir, no todo entra en la articulación significante. Esto es lo que nos queda pendiente para
retomar en el Grafo del Deseo. Hay algo que no pertenece y no entra en la articulación
significante. Entonces podemos decir que lo articulable es demanda de amor y el deseo es
articulado.
4. De allí que, como tal, implica el residuo que queda de una diferencia
estructural: necesidad y demanda. La necesidad menos la demanda deja un resto que
llamamos deseo.
Recuerden que estamos sosteniendo que hay algo de la necesidad que no puede pasar a
la demanda y ese resto es lo que llamamos deseo. Lo articulado quiere decir que no hace
relación. Asimismo, lo absoluto también es lo que no hace relación. Entonces nos tenemos que
quedar apuntando a la lógica de algunos conceptos, ver hasta dónde llega esta lógica, y no
apuntar a que son. Esto que situamos, es apenas una página y media del texto. "La significación
del falo" no es un escrito largo pero es complejo; también les va a servir para otras derivas como
la identificación, la sexuación. Pero lo que situamos hoy está en pocas páginas. El recorte que
hago es anterior al Grafo del deseo, y luego el grafo es anterior a la operación Alienación-
Separación.
Para ir cerrando, podemos decir que lo que se reprime primordialmente, vale decir, lo que
no puede articularse a la demanda, aparece en un retoño, eso es el deseo. Si le quiero poner un
ser, lo ubicamos ahí. Podríamos decir: es un retoño (retoño, no retorno de lo reprimido).
Podría preguntar, ¿cómo aparece el deseo? ¿Cuál es la forma del deseo? Si yo digo que
es lo que no se articula, lo que no entra en una articulación, digo que es lo articulado, ¿cómo se
nombra? Se nombra eso no es. Esto está situado en el Seminario 19 como decía Rodríguez Ponte
en un seminario del año 96, 97, eso no es, eso no es.
Está claro que este era un recurso de lectura, porque si fuera eso no es, ¿en qué circuito
entraría?: en el de la demanda. Entonces dicen "traeme un sándwich" y cuando se los traen
dicen "te dije que no era eso, era con x".
Ahora bien, acá podemos caer en una trampa: la demanda. Si eso no es, entra
perfectamente en la demanda. Pero, si lo tomamos como un absoluto, es decir no haciendo
relación con nada, eso no es, podría pensarse como un modo de decir del deseo.
Otra cuestión que refiere Lacan en este texto es que el deseo, surge de la Spaltung, es
decir, de la división entre necesidad y demanda. Encuentro allí otro modo lógico de pensarlo.
Sin embargo cuando dice si resto necesidad menos demanda..., en esa resta la cuestión resuena
más a sustancia; algo queda, dice Alfredo Eidelsztein. De todas maneras la operación que indica
Lacan es de división, no de resta. Habría que pensarlo.
Cuando yo les traigo el eso no es, es para separarlo del Wunsch freudiano, el anhelo. Son
modos de nombrar el deseo, pero a nivel del anhelo. Tener presente el eso no es, no es eso, me
parece que de algún modo dice algo mucho más serio del deseo, porque también dice de lo
articulado, eso no es, eso no es. No articula, no es articulable, la propia frase.
Además, si hay articulación significante, hay deseo. Nos encontramos pues en condiciones
mínimas de decir que el deseo es deseo del Otro. ¿Por qué? Porque ese retoño retorna de lo
enajenado, de lo alienado, de lo “alio”, del Otro.
Quizá nos estemos adelantando en esta lectura, lo cual no implica en modo alguno un
forzamiento. La madre es ese lugar que no logra decir todo (como dijo Mariano, no se trata de
estructuras “parentales”).
Ahí podemos ubicar el agujero, el vacío que habíamos visto en “Función y campo de la
palabra y el lenguaje en psicoanálisis”, lo que se hacía oír entre las palabras del Otro, lo que el
Otro dice a medias porque no puede decirlo todo. Entonces el deseo es articulado pero no
articulable, lo que el Otro dice y lo que, por la estructura propia del significante, no dice: el deseo
del Otro.
Quedémonos con este enunciado, el deseo es deseo del Otro y recuerden que habíamos
ubicado en nuestro programa un hilo conductor: Sujeto--------Otro.
La próxima clase comenzaremos con el Grafo del Deseo desarrollado desde el escrito:
“Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, que se encuentra en
Escritos 2, de Lacan.
Referencias bibliográficas
Lacan, J. (2005 a). Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconciente freudiano.
En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI
Lacan, J. (2005 c). La significación del falo. En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI
Lacan, J. (2006). El seminario. Libro 1. Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires: Paidós