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Necesidad, Demanda, Deseo

Prof. Titular Ana Serra

Año 2019

INTRODUCCIÓN

En las clases anteriores fuimos situando que la Unidad 2 se sostiene sobre la pregunta
¿Qué quiere decir hablar? Para avanzar sobre ello en la próxima reunión veremos el Grafo del
deseo. Pero antes se vuelve preciso pasar, quizá anticipadamente, a otra pregunta.

Al referirnos al sujeto del inconsciente, podríamos pensar que esa otra pregunta sería
¿Quién habla? Es decir, el que habla no sabe lo que dice. Hasta ahí quiero creer que nos
entendemos.

¿El sujeto habla? Podríamos estar de acuerdo si decimos que el analizante dice otra cosa
que lo que quiere decir. Pero situemos algo más, que nos aproxime a una noción más precisa: el
analizante no es el sujeto; entonces, ¿qué lugar, qué localización, tiene el sujeto? A ese lugar lo
vamos a llamar discontinuidad, corte en la cadena significante.

Voy a un pasaje de “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconciente


freudiano” . Allí Lacan plantea que:

(...) evoco al sesgo lo que me resisto a cubrir con el mapa forzado de la clínica.

A saber, la manera justa de contestar a la pregunta: ¿Quién habla? cuando se trata del
sujeto del inconsciente. Pues esta respuesta no podría venir de él, si él no sabe lo que
dice, ni siquiera que habla, como la experiencia del análisis entera nos lo enseña.

Por lo cual el lugar del inter-dicto, que es lo intra-dicho de un entre-dos sujetos, es el


mismo donde se divide la transparencia del sujeto clásico para pasar a los efectos de
fading (...). (Lacan, 2005 a, p. 780)

Este pequeño recorte, nos permite ubicar dos cuestiones:

 En primer lugar, Lacan comienza a cuestionar que se trate de dos sujetos. Si se


tratara de dos sujetos habría o estaríamos en la intersubjetividad.

 Lo cual nos lleva a la segunda cuestión; es decir, que si así fuera (hay
intersubjetividad), pondríamos nuestra atención ya no en los “sujetos”, sino en eso
inter.

Por el momento, a ese sujeto localizado en el intervalo llamémoslo intervalar: Entre lo


que dice…y lo que quiso decir. No se trata de los sujetos, sino de lo que pasa en ese inter. No se
trata ni de un sujeto, ni del otro sujeto.
Ahora bien, Lacan también nos dice que de lo que queda en el medio, en el entre, en lo
inter, algo queda en fading, desaparecido.

Para concluir este señalamiento, podríamos decir que el sujeto acontece...surge como
“desaparecido”: Para precisar la idea: no se trata de que “alguna vez estuvo”, sino que se
“localiza” entre un significante y otro. Así, el corte en la cadena significante es lo único que
verifica la estructura del sujeto como discontinuidad.

Seguramente este es un comentario que se anticipa. Ustedes me preguntarán por qué lo


hago. Cuando nos detuvimos en el escrito “Función y campo de la palabra y el lenguaje en
psicoanálisis” (Lacan, 2005 b); puntualmente en el apartado I, situamos al sujeto ahí donde se
interrumpe la palabra vacía. Cuestión que nos llevaba a plantear al sujeto en su abertura, tal
como aparece en la clase “Introducción del gran Otro” del seminario El yo en la teoría de Freud
y en la técnica psicoanalítica (Lacan, 1984). Ahora bien, esta interrupción de la palabra vacía, ¿se
pierde como idea? Seguramente no. Lacan sobre un tema va haciendo distintas propuestas a lo
largo de sus seminarios y escritos.

Nosotros comenzamos en los teóricos tomando el escrito “Función y campo de la palabra


y el lenguaje en psicoanálisis” que es del año 1953, pasamos al Seminario 2 “El yo en la teoría de
Freud y en la técnica psicoanalítica” de los años 1954-1955 para leer allí la clase “Introducción
al gran Otro” y, a su vez, ustedes están trabajando en los talleres el Seminario 1 Los escritos
técnicos de Freud de los años 1953-1954.

Hoy vamos a tomar una articulación que le corresponde al escrito “La significación del
falo” de 1958, escrito contemporáneo al Seminario 5 “Las formaciones del inconsciente”. Al
despejar el intervalo que se produce, se justifica este mínimo comentario sobre eso que
llamamos sujeto. Voy a detenerme tan sólo en dos páginas de este escrito.

NECESIDAD-DEMANDA-DESEO

Vayamos a la tríada Necesidad-Demanda-Deseo que, como les dije, la leeremos desde el


escrito de Lacan “La significación del Falo”.

Quiero situar que en este texto, además de la lógica del significante, Lacan incorpora lo
que Ricardo Rodríguez Ponte en un seminario - que seguramente está en su página, les
recomiendo que la busquen- va a llamar como lo viviente. Es decir, ya no se trata entonces
solamente de palabras, o de la cadena significante, está además lo viviente.

Comencemos por leer un tramo del escrito “La significación del falo” en el que es
pertinente que nos detengamos. Lacan viene hablando del significante y dice:

Examinemos pues los efectos de esa presencia. Son en primer lugar los de una desviación
de las necesidades del hombre por el hecho de que habla, en el sentido de que en la medida en
que sus necesidades están sujetas a la demanda, retornan a él enajenadas. (Lacan, 2005 c, p.
670)
Hay un consenso entre los lectores de Lacan de sustituir enajenado por alienado. ¿Cuáles
son las razones? Para decirlo sin mayores rodeos, a Lacan en este texto le interesa hacer
una especial mención al Otro. Así, esa palabra alienado, alio = otro, nos permite situar más
ajustadamente ese Otro".

Vayamos de a poco y dejemos indicado que: 1) por el hecho de que el hombre habla, 2)
las necesidades son desviadas.

Entonces, si estamos leyendo la tríada Necesidad-Demanda-Deseo lo que tenemos que


dejar señalado es que partimos del piso donde el hombre habla. No hay nada que pueda
plantearse por debajo de este piso. Es a partir de allí que vamos a situar algunas cuestiones de
este escrito.

En este sentido, debemos tener mucho cuidado en no confundir hombre y sujeto. Acá, en
este párrafo Lacan da cuenta de lo humano en tanto hombre que habla.

Dijimos al comenzar la clase: el sujeto está en fading, desaparecido, se localiza en el


“inter”, en la discontinuidad, en el corte. Desde ahí las necesidades sujetas a la demanda
retornan a él enajenadas, tal como lo dice Lacan en el párrafo citado anteriormente.

Vuelvo a leer: “Son en primer lugar los de una desviación de las necesidades del hombre
por el hecho de que habla, en el sentido de que en la medida en que sus necesidades están
sujetas a la demanda, retornan a él enajenadas” (p. 670).

Vamos a llamarlas alienadas, en los términos de que alio es desde el Otro. Dado que
están desviadas, retornan a él alienadas, la pregunta es si esto no es efecto de una dependencia
real. Podemos hacernos preguntas: ¿De qué depende esto que vuelve o el hecho de que sean
desviadas? y ¿ sujetas a la demanda retornan a él desde el Otro?. Veamos qué podemos decir.

No vamos a pasar por alto el hecho de que algo existe en relación a la necesidad, pero si
eso es así no es nuestro campo, ni un asunto que nos concierna. El nuestro es un campo del
orden del desvío de la necesidad. Lacan habla de la necesidad pero aquí hay una trampa porque
si la necesidad ya es hablada, ¿es necesidad? No lo es, ese es el tema. Donde Lacan va a poner
el acento no es en esta dependencia real, sino que la dependencia, si así la podemos llamar, ¿de
qué depende? Depende de la conformación del significante como tal. Entonces, no se trata de
una dependencia real, sino que la dependencia es al significante. ¿Y por qué depende del
significante? Dice Lacan: "Esto no es el efecto de su dependencia real (...), sino de la
conformación del significante como tal y del hecho de que su mensaje es emitido desde el lugar
del Otro" (p.670), que es lo mismo que decir que somos hablados.

Entonces la alienación de la necesidad, insito, su desvío, resulta de la alienación


significante, de la subordinación al significante.
Dejemos una posición tomada: en el initio está la articulación significante. Uno podría
preguntarse ¿de qué orden es esto que llamamos articulación significante? ¿Es un orden
diacrónico, vez a vez? Podríamos decir que la estructura significante es sincrónica, es decir, sin
tiempo. Más ajustado sería decir que se trata de un tiempo que es sin tiempo. La diacronía
permite lo primero, lo segundo, etc... ¿Cómo se configura esto? Hay algo a lo que siempre
recurro, que es el juego conocido como del Fort-Da, tal como Freud lo presenta en el texto
“Más allá del principio del placer”.

les hago un comentario entre paréntesis; (nosotros damos el retorno a Freud. Les sugiero
que tomemos este texto como un buen ejercicio del retorno a Freud. Cuando tomemos algunas
cuestiones, podremos preguntarnos ¿esto es freudiano?. Como ejercicio, porque todo nuestro
programa tiene que ver con el retorno a Freud).

Volvamos. La estructura significante no se da por partes, no es evolutiva. Con esto me


refiero a que el lenguaje, su estructura, no se adquiere de a poquito, por pedacitos. Se trata
específicamente de que esto que llamo sincrónico, lo podríamos pensar como aquello que se
adquiere ¡así!, de un solo golpe. Ahora bien, la estructura se apodera de esto que habíamos
llamado, tal lo señalado por Rodríguez Ponte, lo viviente. Recuerden que habíamos planteado
que en el texto aparecía toda una línea de significaciones pero que también estaba lo viviente.

Repito, esta estructura se apodera de un solo golpe de lo viviente, para que de ahí
acontezca un sujeto. Vieron que nosotros tenemos (sic) su majestad el sujeto, así como Freud
tenía su majestad, el bebé. ¡Pareciera que el sujeto es un hacedor de todo! Y no es así. Lo que
está diciendo Lacan es que la estructura, es la estructura significante y, como efecto, vamos a
tener un sujeto. ¿No se les da vuelta todo? Espero que sí. Recuerden lo que les señalé
someramente en el inicio de la clase, va por esta línea que intento transmitir lo inter, el fading,
el corte: el sujeto.

Entonces, una vez que el niño dijo "o-o-o", "a-a-a", le cae toda la estructura, incluso todas
las palabras que vendrán... Pero la estructura cae de un sólo golpe. Ahí donde están los fonemas
"o", "a", la estructura cae de golpe. Ustedes me dirán pero cada significante se define por la
relación que tiene con los otros, en términos de oposición y diferencia, ¿no? Lo que ocurre con
el Fort-Da es que al niño le llega absolutamente toda la determinación simbólica. Hay una lectura
que dice que el niño de algún modo con este jueguito quiere dominar la ausencia de la madre.
Si hay ausencia en todo caso será ausencia significante, no de la madre, sino de lo que el
significante provoca, vale decir, una ausencia. Esta estructura lo que marca es una pérdida para
siempre. ¡Dijo "fort da", y "sonó"! Le cayeron encima todas las palabras; las que sabe, las que
todavía no sabe y las que no va a saber nunca (así lo refería Rodríguez Ponte). Algo se estructura
y ahí entonces habrá función de la palabra. Le cae toda la gramática, toda la sintaxis, las
combinaciones, las sustituciones, todo un orden de legalidad.

Alumna: ¿Eso se podría relacionar con la Bejahung? Esa afirmación primordial.

Ana: Sí, seguramente.


Mariano: Es pertinente. Lacan lo comienza a trabajar en el seminario 1 y luego en el
seminario 3.

Continúo con el escrito:

Lo que se encuentra así alienado en las necesidades constituye una Urverdrängung por
no poder, por hipótesis, articularse en la demanda, pero que aparece en un retoño, que
es lo que se presenta en el hombre como el deseo (das Begehren). (Lacan, 2005 c, p. 670).

Lo que vuelve, como deseo es un retoño. Cuidado, no se un retorno de lo reprimido, es


un retoño. Lo que se encuentra alienado en las necesidades, constituye una Urverdrängung, la
represión primordial, dice Lacan.

Este es el punto donde me parece que es interesante pensar cuál es el retorno a Freud o
de qué modo Freud hace retorno. Lacan va a decir que esto alienado en las necesidades
constituye la represión primaria, por no poder por hipótesis, articularse a la demanda.

Alumna: ¿La necesidad es lo que constituye la represión primaria?

Ana: El desvío de esas necesidades, que no es lo mismo. Ese desvió de la necesidad


constituye la represión primaria. Desde esta formulación es que nunca podríamos decir que
retornan las necesidades. Es el desvío de ellas, lo que produce una vuelta que Lacan llama
retoño.

Vuelvo a leer.

Lo que se encuentra así alienado en las necesidades constituye una Urverdrängung por
no poder, por hipótesis, articularse en la demanda, pero que aparece en un retoño, que
es lo que se presenta en el hombre como el deseo (das Begehren). (Lacan, 2005 c, p. 670)

Si nosotros nos vamos a preguntar ¿qué es el deseo?, corremos el riesgo de


sustancializarlo. Hagamos el ejercicio de lectura y sigámoslo a Lacan para ver qué es lo que está
diciendo. Ustedes saben que a esta conferencia Lacan la dio en alemán y entonces para incluirla
en los Escritos la traduce al francés. Pero tiene el gesto de dejar deseo en alemán: Begierde, das
Begehren. (VER) Si él nos deja esa palabra, al menos nosotros, ¿qué podemos decir? ¿Esta es la
palabra en alemán que nosotros conocemos de Freud? ¿Cuál es la palabra que remite al deseo
en Freud? Wunsch, que quiere decir anhelo.
Alguien puede decir "Soñé tal cosa porque en realidad yo no quería que Irma y que esto
y lo otro...". En este sentido podemos pensar el sueño como realización de un anhelo. Y aunque
nosotros podamos decir como realización de deseo, Freud empleaba Wunsch y no el término
que encontramos en el escrito de Lacan, Begierde, das Begehren.

Entonces podemos decir que Lacan no está hablando del anhelo, está hablando de otra
cosa, aunque no podamos decir bien de qué.

Este párrafo es el gesto de la lectura que nos ofrece Lacan de Freud. Bien podemos
afirmar, al menos, que Lacan dice algo distinto a Freud., es decir le da una vuelta más. Ahora
bien, esto no lo convierte a Lacan en más lacaniano, sino que lo que se vuelve evidente es el
retorno, es desde la lectura de Freud que Lacan produce esto. Ahora bien, para eso Lacan toma
otro articulador, la represión primordial

¿Qué era la represión primordial en Freud? Un supuesto. Si se da la represión, tengo que


suponer una represión primordial.

Alumna: ¿Era algo mítico?

Ana: Sí. Y si la nombramos como mítica, también tenemos que nombrar como mítica la
necesidad. ¿Qué quiere decir mítico? Lo anterior a la estructura, a eso anterior lo llamo mítico.
Freud dice que era la fijación de la pulsión y el representante representativo de la
representación, pero vieron que Lacan aquí le da una vuelta. No dice lo mismo, trabaja la
Urverdrängung articulada a la alienación y a la necesidad. Ubico esto para que entendamos el
retorno a Freud. Lacan recurre a las mismas palabras: represión primordial, deseo.

Es preciso hacer pasar a Freud, y no solamente una lectura de los casos, sino pasar la
lectura de Freud por real, simbólico, imaginario. Y en ese pasaje Lacan puede formular otras
cosas, pero no sin Freud.

Lo que queda claro es que tenemos la represión primordial, lo que no retorna. Esto quiere
decir que no puede articularse a la demanda, pero tiene un retoño. A ese retoño lo llamo deseo.

Mariano: Ese nombre que usa en alemán (Begierde) es el que usa Hegel para decir deseo
del otro.

Ana: Claro, es un “comienzo” para luego llegar a formular el deseo es el deseo del Otro.

Alumna: ¿Cómo entiende Lacan la represión primaria?

Ana: En este texto, como un desvío de la necesidad. Está ubicado en ese pasaje que
leímos.
Mariano: Es como una sustracción de la necesidad.

Ana: Es como si uno dijera que no hay necesidad, pero cuando ya la nombro, forma parte
de la estructura de la palabra… “en tanto sustracción”, tal como bien lo indica Mariano. Pasamos
a otro campo, el hombre habla. Hay un texto que tenemos en la bibliografía que es de Ricardo
Rodríguez Ponte que se llama "Lo que quiere decir hablar", se los recomiendo.

Entonces, lo que podemos decir hasta acá del deseo es que extrae un retoño. ¿Saben lo
que quiere decir retoño? Etimológicamente refiere a hijo, el hijo de las plantas. Es interesante
porque viene de hijo, pero no es el hijo. Uno podría decir el deseo hasta acá está formulado
como retoño de la represión primordial, dice Lacan.

Como esto viene de una lectura de Hegel, porque este modo de escribir deseo es
hegeliano, ubicamos el deseo como deseo del Otro. Lo más importante en esta cuestión es la
manera de concebir al Otro.

¿Cómo lo concibo al Otro? ¿Me voy para el lado del sujeto o me voy para el lado del Otro?
Voy para el lado del Otro, es un modo de concebir al Otro. Como verán, la lectura que hace Lacan
de Freud no lo deja intacto a Freud.

Alumna: ¿Esa manera de concebirlo será como castrado?

Ana: Si si...este Otro en tanto castrado ya lo decía Lacan ya lo decía Lacan en el seminario
5 (Las formaciones del inconsciente). Lo que yo intento señalar es que castrado, en este
escrito, es tomado en el sentido de una lógica que no admite o lo uno o lo otro. Entonces si
digo castrado, la lógica es falo-castración. Si digo falo, digo castración. Y si digo castración, digo
falo. Cuando vos decís, castrado, yo podría decir que sí. ¿Pero qué quiere decir?

Alumna: Lo pienso por el hecho de que como dice el deseo del Otro, para que haya deseo
tiene que haber castración.

Ana: sí, es más, me parece, insisto, que en este texto es la articulación falo-castración lo
que convoca al desarrollo para esta clase, de necesidad-demanda-deseo.

Alumna: En el taller hablábamos que nosotros tenemos otras conceptualizaciones del


Otro, de las materias anteriores. Entendimos al Otro como la madre, el padre, y no como la
cultura, como el Otro del lenguaje.

Ana: ¿La madre, el padre? ¿O las palabras de la madre, las palabras del padre? Como situó
Mariano la vez pasada.
Mariano: Lo que trae Ana está trabajado a un nivel de la estructura que es más primario
que el del hijo. No hay figuras parentales, no hay imaginarios. Es un Otro, de la estructura, pero
que coincide con la articulación significante. Sobre eso hay figuras del Otro, sobre eso ubicamos
falo-castración. Este que estamos trabajando es otro nivel, ni más profundo ni más superficial.

Ana: Madre no hay desde el inicio…, pero quizá esto que digo no sea del todo correcto.
Tenemos que pensar en este texto…que dice de la madre….en el inicio la estructura significante
y su efecto en el viviente. Es cierto que esa madre y ese padre ya hablaron de él….pero, para
decirlo de algún modo, en el inicio ubicamos al Otro…ahí situamos eso que llamamos madre….

Diría que es un nivel lógico, no es un nivel de la experiencia con el otro (con minúsculas).
Leer estos textos a nivel de la experiencia cotidiana, es quitarles la riqueza que tienen.

Alumna: ¿Aquí hablamos de otro y gran Otro?

Ana: Pensemos en el gran Otro, sí.

Mariano: El Otro castrado es una imaginarización de la estructura de falta que introduce


el significante. Se empieza por el hombre que habla, está trabajando a ese nivel.

Alumna: Ocurre que estamos intentando deconstruir muchos conceptos y volver a


articularlos. Entendemos que son otras lecturas. Leíamos al estilo cuento y ahora es más difícil
articularlos.

Ana: Me quedé pensando en esto del Otro de la cultura.. no diría que está mal, ¿además
que son los padres? Son representantes de la cultura. Pero me interesa más ir por el lado de la
lectura, del lado de las preguntas y no por lado de grandes respuestas.

Éstas (las grandes repuestas) nos acomodan, nos dejan más cómodos, “nos duermen”.
Pero lo interesante es poder ir leyendo, en los textos que nosotros tenemos, de qué Otro
estamos hablando. Cuando decimos el Otro, ¿qué es lo mínimo que estamos diciendo? Si no,
nos quedamos solamente con que el Otro es la cultura.

Una cosa es la función diacrónica y otra cosa es la estructura sincrónica. Esto lo digo para
ir precisando algunos modos de nombrar.

Entonces, si decimos necesidad ubicamos para ser precisos, no la necesidad misma, sino
el desvío. Desvío de la necesidad.
Detengámonos un momento en este párrafo:

La demanda en sí se refiere a otra cosa que a las satisfacciones que reclama. Es demanda
de una presencia o de una ausencia. Cosa que manifiesta la relación primordial con la
madre, por estar preñada de ese Otro que ha de situarse más acá de las necesidades que
puede colmar. (Lacan, 2005 c, p. 670)

De aquí se desprenden varias cuestiones. En primer lugar que la demanda no responde a


las satisfacciones. En segundo lugar, diremos que es demanda de presencia-ausencia (una vez
más podemos leer aquí el Fort Da y esa estructura sincrónica de las que les hablaba antes). Y
esto, ¿por qué?

Ahora bien, pensemos eso que llamamos “la madre” en este texto. Porque si decimos
madre, decimos que es la que está “preñada” de ese Otro. Escuchemos esto porque se nos
conmueve cualquier “cuentito” psicopatológico, clínico sobre la madres, ¿no?.

Y si la madre aporta a una “necesidad” (digo necesidad entre comillas), no será la de un


objeto, sino de un más acá de las necesidades.

Entonces, lo que el niño demanda al Otro, en relación con sus necesidades, no es la


satisfacción, sino esa presencia de ese Otro que ha de situarse más acá de las necesidades que
puede colmar.

Lacan comienza a utilizar un más acá de la demanda y un más allá de la demanda:

NECESIDAD……………….… DEMANDA ...………………… DESEO

MÁS ACÁ MÁS ALLÁ

Tenemos entonces, como mediador la a la demanda. Sería un entre: un más acá la


necesidad y un más allá deseo. Ya dije las razones, el hombre habla, Lacan da cuenta de lo
humano en tanto hombre que habla y este es nuestro punto de partida.

Entonces, respecto a la demanda hay algo que es articulable y algo que no es articulable.
Entonces lo que se presta a la articulación es la demanda, demanda articulada. ¿Demanda de
qué?, podríamos preguntarnos. Hay una frase de Lacan que dice algo así como no me des lo que
te pido, porque no es eso. Entonces, la demanda tiene una articulación. Ahora, si no es eso,
¿demanda de qué? Demanda de amor. Lacan dice, la demanda es demanda de amor; demanda
de presencia, sería otro modo de decirlo.
Con la demanda, por lo tanto, se produce esta función de levantamiento, de anulación,
de lo que se da a nivel de la necesidad.

Y por supuesto, la demanda se presta en este texto a la conformación significante, por eso
es articulable. Lo señalo así, porque cuando veamos el Grafo del deseo, vamos a ver cómo queda
formulada la demanda, y si podemos decir sencillamente esto, o no.

EL DESEO

Digamos por ahora, que hay algo que no se articula. Para señalar, lo que no se articula en
la demanda: el deseo. Repito, la demanda es articulable y Lacan dice que el deseo es articulado,
quizá no lo entendemos por ahora. Pensemos, si la demanda es articulable, nada más que en
función de lo ya dicho con respecto de la demanda, entonces el deseo no es articulable.
Recuerden que lo articulable se corresponde con la lógica significante, el deseo es articulado
(claro que eso no sería posible sin la lógica del significante).

Es difícil pensar esto de articulado. Estoy haciendo un simple ejercicio de lectura; si no es


articulable, como la demanda, es articulado. Un modo de pensarlo sería: La condición absoluta
en el deseo hace que no pueda ser satisfecho

Sigamos, ¿qué quiere decir articulado?: lo llama condición absoluta. Lo articulable quiere
decir un significante con otro significante. En cambio lo ya articulado, no hace relación.

Alumna: ¿Si es articulado, tuvo que ser articulable?

Ana: No. Es un absoluto; no hace relación. Pero detengámonos, hagamos una especie de
deducción. Si la demanda es articulable -no totalmente- por estructura, deja un resto. Ese resto
acontece como articulado, no se articula con otra cosa. Tiene la condición de absoluto.

Hago un paréntesis. Está buena la pregunta porque me permite un comentario al margen:


cuando llamamos significante falo. Es todo un problema porque nosotros tenemos la idea de
que el significante se articula con otro. Sucede que hay en Lacan cuestiones que las nombra
significantes, sin pasarlas por esa lógica. Decimos que el falo es un significante. El falo es un
significante, pero no se articula. Porque él dice es un significante, y bien podemos agregar que
hay otros significantes impares, es decir, que no se articulan. Por ejemplo, el significante
cualquiera, el significante de la transferencia, el significante de la falta en el Otro. Es decir, llama
a algunas cuestiones significantes, sin que participen de esta lógica que estamos planteando al
modo de cadena, con un sintagma que ustedes bien conocen un significante representa al sujeto
para otro significante. Este sintagma que repetimos infinitas veces dice que un significante se
articula.

Sigamos entonces con eso que no participa, y según Lacan, no forma parte de lo
articulable que es el deseo. Decíamos, hay algo que queda como resto que no se articula. Es
decir, no todo entra en la articulación significante. Esto es lo que nos queda pendiente para
retomar en el Grafo del Deseo. Hay algo que no pertenece y no entra en la articulación
significante. Entonces podemos decir que lo articulable es demanda de amor y el deseo es
articulado.

Continúo con el escrito:

A lo incondicionado de la demanda, el deseo sustituye la condición "absoluta”: esa


condición desanuda en efecto, lo que la prueba de amor tiene de rebelde a la satisfacción
de una necesidad. Así, el deseo no es ni el apetito de la satisfacción, ni la demanda de
amor, sino la diferencia que resulta de la sustracción del primero a la segunda, el
fenómeno mismo de su escisión (Spaltung). (Lacan, 2005 c, pág. 671).

En relación a este párrafo podemos pensar lo siguiente:

1. Lo incondicionado del amor.

2. Si hubiera necesidad, no sería rebelde, sería totalmente situable. No


sería rebelde a su significación porque el objeto ofrecido es uno, nada más que uno.

3. Deseo no es apetito de satisfacción

4. De allí que, como tal, implica el residuo que queda de una diferencia
estructural: necesidad y demanda. La necesidad menos la demanda deja un resto que
llamamos deseo.

5. Como consecuencia entonces, la escisión, la Spaltung.

Recuerden que estamos sosteniendo que hay algo de la necesidad que no puede pasar a
la demanda y ese resto es lo que llamamos deseo. Lo articulado quiere decir que no hace
relación. Asimismo, lo absoluto también es lo que no hace relación. Entonces nos tenemos que
quedar apuntando a la lógica de algunos conceptos, ver hasta dónde llega esta lógica, y no
apuntar a que son. Esto que situamos, es apenas una página y media del texto. "La significación
del falo" no es un escrito largo pero es complejo; también les va a servir para otras derivas como
la identificación, la sexuación. Pero lo que situamos hoy está en pocas páginas. El recorte que
hago es anterior al Grafo del deseo, y luego el grafo es anterior a la operación Alienación-
Separación.

Para ir cerrando, podemos decir que lo que se reprime primordialmente, vale decir, lo que
no puede articularse a la demanda, aparece en un retoño, eso es el deseo. Si le quiero poner un
ser, lo ubicamos ahí. Podríamos decir: es un retoño (retoño, no retorno de lo reprimido).

Podría preguntar, ¿cómo aparece el deseo? ¿Cuál es la forma del deseo? Si yo digo que
es lo que no se articula, lo que no entra en una articulación, digo que es lo articulado, ¿cómo se
nombra? Se nombra eso no es. Esto está situado en el Seminario 19 como decía Rodríguez Ponte
en un seminario del año 96, 97, eso no es, eso no es.

Está claro que este era un recurso de lectura, porque si fuera eso no es, ¿en qué circuito
entraría?: en el de la demanda. Entonces dicen "traeme un sándwich" y cuando se los traen
dicen "te dije que no era eso, era con x".

Ahora bien, acá podemos caer en una trampa: la demanda. Si eso no es, entra
perfectamente en la demanda. Pero, si lo tomamos como un absoluto, es decir no haciendo
relación con nada, eso no es, podría pensarse como un modo de decir del deseo.

Otra cuestión que refiere Lacan en este texto es que el deseo, surge de la Spaltung, es
decir, de la división entre necesidad y demanda. Encuentro allí otro modo lógico de pensarlo.
Sin embargo cuando dice si resto necesidad menos demanda..., en esa resta la cuestión resuena
más a sustancia; algo queda, dice Alfredo Eidelsztein. De todas maneras la operación que indica
Lacan es de división, no de resta. Habría que pensarlo.

Cuando yo les traigo el eso no es, es para separarlo del Wunsch freudiano, el anhelo. Son
modos de nombrar el deseo, pero a nivel del anhelo. Tener presente el eso no es, no es eso, me
parece que de algún modo dice algo mucho más serio del deseo, porque también dice de lo
articulado, eso no es, eso no es. No articula, no es articulable, la propia frase.

Pensemos un poco más, partimos de un sujeto mítico de la necesidad que, se dirige a la


madre -madre era, según vimos, esa que: “por estar preñada de ese Otro (…) ha de situarse más
acá de las necesidades que puede colmar”-. Entonces la localización de lo que llamamos madre,
ese Otro es articulación significante, ha de situarse en el más acá, ha de situarse en la demanda.
De lo cual se desprende que la demanda viene del Otro.

Además, si hay articulación significante, hay deseo. Nos encontramos pues en condiciones
mínimas de decir que el deseo es deseo del Otro. ¿Por qué? Porque ese retoño retorna de lo
enajenado, de lo alienado, de lo “alio”, del Otro.

Quizá nos estemos adelantando en esta lectura, lo cual no implica en modo alguno un
forzamiento. La madre es ese lugar que no logra decir todo (como dijo Mariano, no se trata de
estructuras “parentales”).

Ahí podemos ubicar el agujero, el vacío que habíamos visto en “Función y campo de la
palabra y el lenguaje en psicoanálisis”, lo que se hacía oír entre las palabras del Otro, lo que el
Otro dice a medias porque no puede decirlo todo. Entonces el deseo es articulado pero no
articulable, lo que el Otro dice y lo que, por la estructura propia del significante, no dice: el deseo
del Otro.

Quedémonos con este enunciado, el deseo es deseo del Otro y recuerden que habíamos
ubicado en nuestro programa un hilo conductor: Sujeto--------Otro.

La próxima clase comenzaremos con el Grafo del Deseo desarrollado desde el escrito:
“Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, que se encuentra en
Escritos 2, de Lacan.
Referencias bibliográficas

Eidelsztein, A. (2011). Modelos, esquemas y grafos en la enseñanza de Lacan. Buenos


Aires: Letra Viva

Lacan, J. (2005 a). Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconciente freudiano.
En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI

Lacan, J. (2005 b). Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis. En Escritos


1. Buenos Aires: Siglo XXI

Lacan, J. (2005 c). La significación del falo. En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI

Lacan, J. (2006). El seminario. Libro 1. Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires: Paidós

Lacan, J. (1984). El seminario. Libro 2. El yo en la teoría de Freud y en la técnica


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