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Hola Dr.

Mendiola:

¿Cómo está? Espero que muy bien.

Tengo pena por no haberlo felicitado en su cumpleaños el primero de enero. Iba a


hacerlo cuando algo me distrajo y después lo olvidé, y ya no le mande ni un mensaje.
Extemporáneamente, muchas felicidades (por favor, imáginese que hoy es primero de
enero).

Hay muchas noticias por acá. Mi hermana Adriana y su marido compraron, con muchos
trabajos, un departamento en el edificio de enfrente de mi casa. Van a pagarlo con
Fovisste y con un ahorro que tenían. Ahora les estamos ayudando en todo lo que
podemos. Como diría Enrique padre, ahora están frente a la guarderia “Abuelos y Tíos,
S.A. de C.V”.

Mañana, 4 de febrero, es la mudanza y mi labor será cuidar al bebé, que ya tiene 4


meses, mientras los demás organizan todo. Espero que no sea muy cansado, y no se
rompa nada de las cosas que se muevan.

Estos meses de enero y febrero han sido para mí de primeras veces.

1.- Mi hermana Cristina encontró una trivia para diversos premios en “El Universal”,
pero como las preguntas eran de tecnología informática y ella no sabia las respuestas,
me pidió que yo la resolviera con mi nombre y mi correo. Yo primero la mandé a paseo,
pero me insistió, y finalmente me convenció de hacer la trivia desde mi correo.
Sorpresa. La siguiente semana salió en el periódico la lista de ganadores, y que va
saliendo mi nombre. Me gané una Laptop Lenovo G470, de 2 GB de RAM y un disco
duro de 350 GB. Casi nos vamos de espaldas. Esa máquina vale alrededor de $7,000
pesos. Me la entregaron una semana después. Nunca me había ganado un premio
(excepción de una ocasión en una fiesta de HP en la que me gane un viaje a los Estados
Unidos para 2 personas, pero por no haber estado en la fiesta se lo dieron a otra
persona). Primera vez que me ganó algo en una trivia. Y como todo estuvo a mi nombre
y yo respondí las preguntas de la trivia, Cristina no pudo quitarmela. La Laptop es mía y
estoy como niña con juguete nuevo. Creo que ese es el premio más caro que nos ha
salido en una trivia. Primera vez para mí.

2.- Mi hermano me regaló un celular que dejó, porque se compró otro más nuevo. El
teléfono, para que usted lo tenga, es 044-55-85-54-48-20. Este número ya es mío, es
Iusacell. Esto fue una buena y mala suerte por lo siguiente:

Salí a tomarme unas fotos para unas constancias de la UNAM y llevaba en la mano mi
libretita, donde anotó todo. De regreso, al dar la vuelta en la esquina hacia mi casa, sonó
el teléfono y era mi mamá. Pero yo tenía el teléfono en la bolsa, y mientras luchaba por
encontrarlo, se me cayó la libretita de la mano y no me di cuenta. Finalmente contesté y
era mi mamá que quería encargarme algo de la tienda. Pero le dije que estaba a punto de
llegar a la casa, y me dijo que ya no fuera. Cuando llegué a la casa, me di cuenta de que
ya no traía la libreta y salí a buscarla corriendo. Ya no la encontré. Regresé a mi cas y
me dio un ataque de desesperación. Lloré y grité culpando a mi mamá por lo de la
llamada, porque sentía que ella tenía la culpa de que hubiera perdido la libreta.
Finalmente mi mamá me dio un pastilla para dormir, y me quedé dormida después de

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llorar como 2 horas. En esa libreta tenía de todo, teléfonos, pendientes, notas,
pensamientos, etc. Usted sabe que yo anotó todo. “El que no tenga memoria, que se
haga una de papel”. Mientras estuve dormida, mi mamá salió y puso letreros en el
edificio frente al que recibí la llamada. Como a la media hora, llegó el vigilante del
edificio y le entregó a mi mamá la famosa libreta y mi mamá le dio una recompensa de
$100 pesos. Cuando desperté me la dieron. Extrañamente, yo no me sentí feliz de que
me la dieran. Mientras estaba dormida, tuve pesadillas, en las que me rompían la
cerradura de mi cuarto y ya no podía cerrarlo, de tal manera que todos podían entrar en
él y quitarme mis cosas. No sé porque no sentí alegría de tener de nuevo mi libreta,
después de haberla llorado tanto, pero así fue. Esto fue el 1 de febrero,
Psicoanáliticamente, ¿significa algo? Ya me lo contestara cuando tengamos una sesión.
Primera vez que pierdo algo tan importante para mí, pero lo recuperé, gracias a Dios.
Primera vez que tengo un celular para mí y que es mío. No sea si sea buena o mala
suerte. Primera vez para mí.

3.- Mis papás me llevaron hoy, 3 de febrero, a recoger unas constancias que necesito
para registrar mi tesis a la UNAM y ellos tenían mucha prisa. Yo fui por las
constancias, me dieron las constancias de créditos, pero resultó que no me habían hecho
la constancia de adeudo del idioma, que necesito para registrar mi examen de
comprensión de lectura de inglés. Así que tuve que esperar a que la chica del mostrador
me la hiciera. Así que me tardé. Como ya estaba con el pendiente de que me dirían mis
papás por mi tardanza, salí de la facultad casi corriendo. Pues, ¿qué cree que pasó? Que
me caí en las escaleras de la facultad. Lo bueno fue que me caí caminando hacia arriba,
porque si ha sido hacia abajo, me ruedo, y me mato. Mi abuelita Lucy, la mamá de mi
mamá, falleció porque se rodó por unas escaleras. Me raspe la rodilla izquierda, la mano
izquierda, y mi boca pegó contra el filo de un escalón, y me rompí el labio, el cual
sangró mucho. Lo bueno fue que no me rompí ningún diente. Me quede un momento
aturdida, tirada en las escaleras. Un muchacho pasó y se siguió de largo. Después pasó
otro muchacho, y este chico, me ayudó a levantarme y me ayudó a subir el resto de las
escaleras. Yo iba cojeando, Cuando llegamos arriba, me dijo: “¿Te lastimaste algo?”, y
yo le dije: “Sólo me lastimé el orgullo. Muchas gracias por tu ayuda.”. Pero si estaba
sangrando de la boca.

Lo bueno es que me estabas esperando mis papás con la camioneta en la puerta, y ya


pude subirme con ellos. Les platique todo, y mi mamá me dio un pañuelo para
limpiarme la sangre del labio. Como le dije, gracias a Dios sólo fue el labio. No me
rompí ningún diente. Una raspadura en la rodilla y en la mano y el corte del labio. En
conclusión, me fue bien. Pudo haber sido mucho peor. Me pude haber roto un hueso, o
los dientes, o la cabeza, no sé. Eso fue hoy, 3 de febrero, y me siento algo adolorida,
pero nada demasiado terrible. Primera vez que me caigo de adulta en unas escaleras.
Primera vez que me rompo la boca. Primera vez para mí.

Como le dije, ha sido un mes y una semana de primeras veces.

Yo creo que podré verlo hasta mayo, en mi cumpleaños. Mi mamá me ha prometido que
para entonces podrá darme algo de dinero. Ahora están muy ahorcados de gastos.

La señora que tenía rentada la estética ya se fue, pero les quedo a deber a mis papás
$21,000 pesos de la renta de 3 meses. Y por supuesto que ya no les va a pagar.

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Lo bueno fue que Nayelli, la chica que estaba antes, regresó a rentar la estética. Ella es
muy cumplida con sus pagos y tiene mucha gente porque es muy buena estilista. Incluso
vienen chicas con sus guaruras, que se queda esperándolas afuera. Cobra caro, pero si
tiene gente que la sigue mucho.

En fin, que estas son las últimas noticias en mi vida.

En la siguiente sesión le contaré todo lo demás; de mis planes, que se van cumpliendo
poco a poco y de adonde quiero llegar. Será sólo una sesión con el dinero de mis padres.
Después volveré a verlo en forma regular cuando ya esté en posición de ganar dinero
propio, que será después de titularme.

Dr. Mendiola, lo extraño mucho. No tengo a quien contarle mis cosas y que me
entienda. Aunque ya me he abierto más con las personas que conozco, como los
compañeros del curso de teoría psicoanálitica Freud-Lacan de la UACM. Pero no es
suficiente.

Bueno, eso es lo que quería contarle.

Espero que estén usted y su familia muy bien y que así sigan.

Espero verlo pronto, o que al menos se pase rápido el tiempo hasta que vuelva a verlo.

Con mucho afecto y saludos.

Mónica Terán.

P.D. Por favor, respondame el mensaje para saber que lo recibió. Y si nuevamente le
llegan correos de mi hermana Cristina, que por desgracia, ya tiene su correo, como ya
sabemos, haga caso omiso de ellos y reenviemelos para saberlo y ponerla en paz.

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