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Bitácora 4:

Jairo Flores C.

Cómo leer a Lacan.


Slavoj Zizek

“Este momento reflexivo de declaración significa que todo enunciado no sólo transmite cierto
contenido, sino que, simultáneamente, comunica el modo en que el sujeto se relaciona con
ese contenido.”

“Se trata aquí de la brecha irreductible entre el contenido enunciado y el acto de enunciación
propia del habla humana.”

“El acto de contar algo públicamente nunca es neutral; afecta el contenido de lo dicho, y
aunque la pareja no se entere de nada nuevo, todo cambia.”

“Esto es lo primero que hay que tener en cuenta para entender cómo funciona el inconsciente:
no está oculto en la carretilla, es la propia carretilla.”
En esta mitad del capítulo, Zizek, ejemplifica el término del “doble movimiento”. El sentido
del acto comunicativo, intercambio de símbolos, es una cosa de dos dimensiones, una
dimensión constatativa y performativa. El hecho de la declaración no deja igual las cosas, se
ven transformadas: “En una primera fase, el hombre que trabaja en la producción en nuestra
sociedad se cuenta en la fila de los proletarios; en una segunda fase, en nombre de esta
pertenecía hace la huelga general”, una vez enunciado algo las cosas no queda igual. La
realidad, después de ser declarada, se reafirma, ya que el mismo hecho de declarar, de
enunciar algo, comunica el modo de relación con el contenido del discurso. Nos podemos
percatar de las dimensiones del acto de comunicación, el contenido y el acto de enunciación,
funciona sincrónicamente. Aquello nunca es neutral respecto a la realidad, desde agregar o
restar algo deviene a un cambio, por así decirlo, la intención del contenido y la intención del
acto mismo de comunicar. Lo que no está en el que se intenta comunicar, dimensión
constatativa del lenguaje, está en acto, dimensión performativa. Lo que indica que no es un
acto para nada una acto neutro o ilusorio el omitir, ya que también, en ese silencio actúa la
dimensión performática, sin necesidad de contenido. Por eso el lenguaje se juega en esa
dimensión con una ambigüedad propia del intercambio simbólico, donde no se podría
entender un gesto que interactúa primordialmente en el cometido, por ejemplo, un cumplido,
sin la dimensión que ocurre en el acto mismo de enunciar. Como se puede ver en una parte
del texto: “puesto que el sentido de todo acto comunicativo también consiste en afirmar
reflexivamente que es un acto de comunicación”, hay una interjecciones en la praxis de los
individuos como efecto constante en el intercambio simbólico. Los guardias que revisaban al
trabajador antes de salir de la fábrica con su carretilla, como sale en el ejemplo de Zizek,
siempre está vacía, sin embargo, los guardias, buscando en el fondo, seguros de que hay algo
más escondido adentro, sin pensar que es solo una carretilla sin nada adentro; Así pues, la
mirada del que se retira de la fábrica, la despedida del trabajador que de verdad estaba
robando, más no a los ojos del que piensa que hay alguna trampa dentro de la carretilla, un
gesto hermético podría ser suficiente para resolver el misterio, más bien es el acto que
implica el contenido, la carretilla, ahí se efectúa el robo. El giro reflexivo pertenece a la
comunicación como tal, no hay que ver dentro de la canastilla, sino a ella misma.

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