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Tercera Parte- La economía primaria exportadora (1860-1930)

La Argentina comienza a incorporarse vigorosamente en el expansivo


comercio internacional y se cierra con la crisis económica mundial de
1930. Durante este período, la expansión de las exportaciones
agropecuarias, el arribo de cuantiosos contingentes migratorios y la
radicación de capitales extranjeros, transformaron en pocas décadas la
estructura económica y social del país.
IX. La revolución industrial y la integración de la economía mundial
A partir de 1860 se inaugura una nueva etapa del desarrollo económico
argentino. Dos factores concurrentes echan sus bases: la expansión e
integración crecientes de la economía mundial y la gran extensión de tierras
fértiles, escasamente pobladas, en la zona pampeana.
Papel dinámico del progreso técnico
Tanto en Europa como en América hasta fines del siglo XVIII, fue la
expansión del comercio y de las actividades exportadoras lo que
proporcionó el impulso dinámico fundamental para romper los esquemas
económicos de subsistencia, posibilitar la acumulación de capital,
diversificar las estructuras económicas y elevar los niveles de ingreso.
Era el estancamiento del progreso técnico la barrera infranqueable para el
aumento sostenido y generalizado de la productividad del trabajo y el
ingreso. El conjunto de innovaciones técnicas que comienzan a surgir a fines
del siglo XVIII,
conocidas como la “revolución industrial”, iniciaron la ruptura de aquella
barrera y abrieron una frontera ilimitada al desarrollo económico.
El aumento de la productividad y los ingresos generados por la revolución
tecnológica determinaron una expansión del mercado dentro de las propias
fronteras nacionales de los países en desarrollo.
Dados los límites que naturalmente tenía la capacidad de consumo de
esos sectores de altos ingresos, la variable económica fundamental
determinante del nivel de la demanda era la inversión. Las posibilidades
de inversión estaban condicionadas por el crecimiento de la demanda
interna de bienes de consumo e inversión y también por la expansión de la
demanda externa. La ampliación del mercado mundial a partir de fines del
siglo XVIII, aumentó las oportunidades de inversión en las actividades
destinadas a la exportación.
La acentuada desigualdad en la distribución del ingreso que caracterizó el
desarrollo inicial del capitalismo, lejos de ser un factor retardatorio del
crecimiento al restringir la demanda interna y consecuentemente las
oportunidades de inversión, fue un factor que estimuló el crecimiento al
ampliar el ahorro y la disponibilidad de recursos existentes para la
acumulación de capital.
El progreso técnico constituye el elemento dinámico fundamental del
desarrollo desde fines del siglo XVIII y reemplaza a la simple ampliación de
la frontera geográfica del mercado como factor determinante básico del
crecimiento de la productividad.
Carácter integrador de la tecnología
El progreso tecnológico tiene un carácter eminentemente integrador de la
actividad económica. El aumento de productividad e ingresos que provoca
su penetración creciente en campos especializados de la producción
determina una complementación cada vez mayor de los distintos campos
de actividad, la expansión de la división del trabajo, la dependencia
creciente de unos productos con otros.
La revolución producida en los barcos de navegación de ultramar en las
últimas décadas del siglo XIX posibilitó reducir radicalmente los costos de
transporte y acortar las distancias en el tiempo.
Movimiento de bienes y factores de la producción
La integración de la economía mundial se realizó por tres vías principales:
el movimiento internacional de capitales, las corrientes migratorias y la
expansión del comercio mundial.
a) Movimiento internacional de capitales: La apertura de los mercados
europeos a la producción de alimentos y materias primas del exterior fue
consecuencia del proceso de industrialización de los países de Europa, la
especialización creciente de éstos en la producción manufacturera y la
mejora de los medios de navegación de ultramar que rebajaron
radicalmente los costos de transporte. Esto abrió a las economías de los
países ajenos a la revolución tecnológica grandes posibilidades de
inversión en las actividades destinadas a producir para los mercados de los
países industrializados.
b) Migraciones: La gran corriente de emigración de Europa comienza hacia
1830. Argentina, Canadá y Brasil, recibieron también cantidades
sustanciales de emigrantes europeos. Las corrientes migratorias
permitieron incorporar a los países de grandes recursos naturales y escasa
densidad de población al proceso formativo de la economía mundial.
c) Comercio mundial: La expansión del comercio mundial completa el
cuadro del proceso de integración de la economía mundial durante el
período. La composición del comercio mundial sufrió cambios
sustanciales. A partir de la últimas décadas del siglo XIX la diversificación
de las estructuras económicas europeas, el desarrollo del ferrocarril, la
revolución tecnológica en los navíos de navegación de ultramar y el
desarrollo de
técnicas de conservación de productos perecederos provocaron un
crecimiento vertiginoso de las exportación de productos agropecuarios y
minerales.
d) Sistema multilateral de comercio y pagos: El movimiento internacional
de capitales y la expansión del comercio se manifestaron en una
multiplicación del flujo de pagos internacionales. Las cuentas
internacionales se saldaban en el marco de un amplio sistema multilateral
de comercio y pagos. La convertibilidad de monedas y su vinculación con
un patrón único de valor, el oro, facilitaban las transacciones y la
cancelación de los pagos internacionales. El sistema multilateral de pagos
comenzó a expandirse desde las últimas décadas del siglo XIX hasta su
quiebra como resultado de la crisis mundial de 1929.
Cauces de la integración económica
El aspecto más importante del proceso integrador de la economía mundial
a partir de las últimas décadas del siglo XIX es la incorporación dentro de
ella de un grupo numeroso de países en calidad de productores y
exportadores de materias primas y alimentos. Los Estados Unidos
cumplieron un doble papel en todo el proceso porque habiendo surgido
como el principal exportador de alimentos y materias primas, comenzó,
como consecuencia de un vigoroso desarrollo industrial, a convertirse en
un fuerte exportador de productos manufacturados.
En la medida en que el cauce fijado para la integración mundial propició la
especialización en la producción primaria y obstaculizó la diversificación
de las estructuras económicas y la industrialización de los países
periféricos, se convirtió uno de los factores fundamentales que, después
de un primer impulso inicial, frenó el desarrollo de sus economías.
Ubicación de la Argentina en la economía mundial
La zona pampeana constituyó uno de los principales centros de atracción
del flujo migratorio europeo y del movimiento internacional de capitales.
El objetivo y el resultado de este proceso fueron el vigoroso aumento de
las exportaciones argentinas y la ubicación del país en un lugar destacado
en la economía mundial, tanto por el volumen de su comercio exterior
como por la magnitud de los capitales extranjeros invertidos en él.
X. Factores condicionantes y expansión
agropecuaria. Los factores condicionantes.
El incremento de las exportaciones fue posible por dos motivos. El primero
fue la fuerte expansión de la demanda mundial de productos
agropecuarios. El segundo, que el país disponía de enormes extensiones
de tierras fértiles en su zona pampeana no explotadas. Pero estos factores
no bastaban para posibilitar la expansión de la producción agropecuaria
y el
consecuente aumento de las exportaciones. La escasez de mano de obra
impedía el aumento de la producción y de las exportaciones
agropecuarias. Por otro lado, los medios de transporte terrestres
continuaban siendo prácticamente los mismos de la colonia. Finalmente,
la separación de la provincia de Buenos Aires de la Confederación y la
guerra civil, creaba un clima de inestabilidad política que obstaculizaba
seriamente el poblamiento de la zona pampeana, el trazado de
ferrocarriles, la entrada de capitales del exterior, en fin, el funcionamiento
mismo del sistema.

Capitales extranjeros
Inmigración y
ferrocarriles
La solución a la escasez de mano de obra se encontró en la incorporación
de fuertes contingentes migratorios del exterior. Bajo el fuerte estímulo
de la incorporación de inmigrantes, conjuntamente te con las mejoras
técnicas y la mecanización introducida en las explotaciones, permitió la
fuerte expansión de la producción rural registrada en la etapa.
El ferrocarril fue la respuesta al problema de transporte, rebajando
radicalmente los fletes y posibilitando, con su sola presencia, la puesta en
producción de las tierras más alejadas de los puertos de embarque y de
los centros de consumo. La financiación de las inversiones en ferrocarriles
se realizó fundamentalmente con capital extranjero.
La organización nacional
b) Sistema monetario: No bastaba la existencia de un presupuesto
nacional para crear las condiciones totalmente satisfactorias para la
entrada de capital extranjero. Era necesario, además, establecer un
sistema monetario que permitiese condiciones de estabilidad para el valor
de la moneda nacional y asegurase el puntual cumplimiento de los
compromisos exteriores del sector público. Después de 1862, la facultad
de emitir papel moneda de los bancos llevó frecuentemente a la
expansión monetaria para financiar el déficit fiscal. La expansión
monetaria se produjo en condiciones de contracción del comercio exterior
y de reducción de las fuentes normales de recursos, especialmente las
recaudaciones de la aduana. El aumento del dinero en circulación llevaba
a una fuerte depreciación del peso que encarecía las compras de oro que
el gobierno debía realizar para pagar los intereses y amortizaciones de su
deuda externa.
El régimen de tenencia de la tierra
Expansión agropecuaria
El hecho más notable de la expansión de la producción rural desde la
década de 1870 hasta la primera década del siglo XX, radica en la fuerte
expansión de la producción agrícola, fundamentalmente cereales y lino.
Dentro de las exportaciones de productos ganaderos también se
produjeron cambios sensibles en todo el período. Los más notables se
refirieron al aumento de las exportaciones de lana, primero y, hacia fines
del siglo XIX, la vigorosa expansión de las carnes, al introducirse el frigorífico
y la exportación de carnes enfriadas, fundamentalmente al Reino Unido.
En las actividades agrícolas la introducción de semillas importadas y la
importación de maquinaria fueron los principales estímulos a la mejora de
la productividad agrícola.
XI. Estructura y dinámica del sistema
Exportaciones y endeudamiento
externo
a) Exportaciones: Tanto el volumen como el precio de los productos
rurales exportados por Argentina estaban condicionados por el nivel de la
demanda externa y éste, a su vez, por el de la actividad económica de los
países industrializados que absorbían la mayor parte de los productos
agropecuarios comercializados en el mercado mundial.
Merece recordarse que la fluctuación de los precios de los productos
primarios fue, y sigue siendo, más fuerte que la de los productos
industriales. De esta manera, la caída o aumento del volumen de las
exportaciones de alimentos y materias primas ha sido generalmente
acompañada por el empeoramiento o mejora, respectivamente, de los
términos de intercambio de tales productos por bienes industriales. El
volumen, los precios y el poder de compra de las exportaciones argentinas
estuvieron en toda la etapa condicionados básicamente por la fase del
ciclo económico por el cual atravesaban los países industrializados
importadores de los productos del país.
b) Endeudamiento externo: Desde la segunda mitad del siglo XIX,
Argentina recibió una proporción importante del flujo de capitales
exportados por los países industrializados, hacia las áreas en desarrollo. El
capital extranjero radicado en el país producía intereses y utilidades que,
juntamente con las amortizaciones del mismo, se remitían al exterior en
concepto de servicios de ese capital. La magnitud del endeudamiento
externo determinaba que estos servicios representaran una proporción
elevada del oro y divisas generadas por las exportaciones argentinas. Por
otra parte, la composición del endeudamiento externo del país otorgaba
una elevada rigidez a los servicios del capital extranjero. Los intereses y
amortizaciones de la deuda pública eran fijos independientemente de la
evolución de la economía del país y de los ingresos fiscales. Las garantías
de rendimiento mínimo otorgadas a ciertas inversiones extranjeras,
particularmente en ferrocarriles, creaba compromisos adicionales al fisco
cuando las ganancias
generadas por las empresas extranjeras garantizadas no alcanzaban a cubrir
los rendimientos mínimos.
En la práctica, el oro y las divisas necesarias para pagar los servicios del
capital extranjero fueron proporcionados no solamente por los recursos
generados por las exportaciones del país sino también por nuevas
radicaciones de capital extranjero. La importancia de la entrada de nuevas
inversiones del exterior fue fundamental en toda la etapa porque, en
ausencia de ellas, la incidencia de los servicios del capital extranjero sobre
las disponibilidades de oro y divisas del país y sobre los ingresos fiscales
era tan alta que provocaba invariablemente una situación crítica en el
balance de pagos y en las finanzas públicas.
El nivel de actividad económica en los países industrializados
condicionaba simultáneamente los principales factores del
desenvolvimiento económico de Argentina: las exportaciones y la
radicación de capitales extranjeros.
La vulnerabilidad exterior
La vulnerabilidad exterior de la economía argentina operaba en tres
planos interdependientes: el nivel de ocupación e ingresos internos, el
balance de pagos y las finanzas públicas.
c) Nivel de ocupación e ingreso internos: En el sector agropecuario estaba
ocupado alrededor del 35% de la fuerza de trabajo y el 25% del capital
existente. Los salarios, arrendamientos, utilidades e intereses estaban
directamente condicionados por el valor de las exportaciones. Pero la
expansión de las exportaciones no sólo repercutía en el nivel de ocupación
y de ingresos de los factores de la producción ocupados en el sector
agropecuario. Ella determinaba también el proceso de crecimiento del
conjunto de la economía nacional mediante la movilización del mecanismo
multiplicador del ingreso interno. El aumento del valor de las
exportaciones colocaba mayores ingresos en manos de los trabajadores y
empresarios rurales. Estos ingresos se gastaban, en parte, en importar
bienes del exterior y el resto en adquirir bienes de consumo e inversión en
el mercado interno. La proporción del ingreso gastado dentro del país
generaba ocupación de mano de obra y de capitales en los sectores de
actividad destinados a producir para satisfacer la creciente demanda
interna.
La contracción de las exportaciones determinaba una disminución de los
ingresos de los productores agropecuarios y la reducción tanto de sus
compras en el exterior como del gasto realizado en la compra de bienes y
servicios producidos internamente. Esto provocaba la desocupación de
capitales y mano de obra en los sectores destinados a producir para el
mercado interno y la consecuente reducción de los ingresos y el gasto de
estos sectores.
Las entradas de capital extranjero tenían tres destinos principales: la
financiación de importaciones de maquinaria y equipo para proyectos de
inversión, el pago de gastos locales vinculados a proyectos de inversión y
la compra de títulos públicos que el gobierno a su vez destinaba para
financiar gastos corrientes, pero preferentemente inversiones públicas.
d) Balance de pagos: las importaciones tendían a ajustarse a las
disponibilidades de divisas generadas por las exportaciones. La expansión
de las exportaciones tendía a incrementar la demanda de importaciones y
viceversa.
Salvo en situaciones extremas, como en la crisis de 1890, la gravedad del
desequilibrio no llegaba a paralizar el funcionamiento del sistema y obligar
a la suspensión de los pagos de los servicios del capital extranjero. De
todos modos, en toda la etapa de la economía primaria exportadora, el
balance de pagos estuvo fuertemente sujeto a este tipo de desequilibrios.
e) Finanzas Públicas: Los gobiernos de la Nación y de varias provincias
recurrieron en gran escala al crédito externo colocando sus papeles
públicos en los mercados financieros internacionales. La deuda pública
externa representó aproximadamente entre 2 y 4 veces el monto de los
ingresos fiscales corrientes.
La contratación de nuevos empréstitos permitía afrontar con más
facilidad el pago de los servicios de la deuda pública y sumando los
ingresos fiscales corrientes y los nuevos recursos obtenidos con los
empréstitos, los servicios absorbieron, como promedio en la etapa,
alrededor del 20% de esos recursos totales. El mecanismo de ajuste bajo
el patrón oro tropezaba con otro tipo de dificultades. El endeudamiento
externo del país aumentaba la repercusión del efecto de los cambios
producidos en las exportaciones. Cuando las exportaciones crecían
también lo hacía el flujo de capitales extranjeros elevando el efecto
expansivo sobre el nivel de la actividad e ingresos internos.
La distribución del ingreso
En la etapa de la economía primaria exportadora, el elemento
condicionante fundamental de la distribución del ingreso entre los
distintos sectores sociales participantes en el proceso productivo fue la
concentración de la propiedad de la tierra de la zona pampeana en pocas
manos. Aunque en menor medida, la concentración del capital invertido
en la industria también influyó.
El crecimiento de la economía primaria exportadora fue relativamente
acelerado. La población también creció intensamente. EL desarrollo no fue
uniforme en toda la etapa. La tendencia general es al crecimiento
sostenido de la población, la producción y el capital existente pero ciertos
períodos fueron de crecimiento más intenso y otros más lentos
XII. Quiebra del equilibrio interregional
Ruptura del antiguo equilibrio.
La vigorosa expansión de la producción agropecuaria exportable y su
concentración en la zona pampeana, la política de libre cambio de las
autoridades nacionales y, finalmente, el vertiginoso desarrollo de los
ferrocarriles y la formación del mercado nacional, sellaron definitivamente
la suerte del Interior y lo convirtieron en zona periférica y dependiente del
centro dinámico, el Litoral. Se consumaba así el proceso iniciado en la
etapa de transición.
La etapa de la economía primaria exportadora deja una huella profunda
en la distribución geográfica de la población y de la actividad productiva
del país. EL Interior se convierte decididamente en la periferia
dependiente del centro dinámico del Litoral quebrando así el viejo
federalismo económico de las economías regionales de subsistencia.

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