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Unidad 1.
El crecimiento económico argentino en el siglo XIX
A fines del siglo XIX y comienzos del XX, la economía mundial experimentó una etapa de gran
crecimiento. Gran Bretaña era el principal centro comercial y financiero. No obstante, perdió
su predominio absoluto en el mercado de manufacturas al industrializarse Alemania, EEUU y
Francia.
En ese escenario, Argentina figuraba entre los países mas avanzados junto con Europa
occidental, EEUU, Canadá y Australia. Más aún, no solo tenia un elevado ingreso per cápita
sino que su crecimiento era uno de los más acelerados del mundo.
Se busca explicar el crecimiento económico argentino durante el periodo que va desde la
consolidación del Estado Nacional hasta la PGM, empleando la teoría del BPE. Esta teoría es
una invención canadiense que tiempo después fue aplicado a otros países con dotación de
factores similares: tierra abundante, capital y población escasa.
El texto intenta mostrar que el crecimiento económico en la Argentina entre 1880 y 1914
estuvo determinado por el BPE y que el origen de la industria fue producto de dicho bien.
La teoría del BPE es una teoría de crecimiento económico aplicable a economías del siglo XIX
conocidas como “espacios vacíos”, donde la tierra es el factor abundante y el trabajo y el
capital son escasos. A su vez, el mercado interno es limitado o inexistente. La ventaja
comparativa del país o región está en las exportaciones intensivas del factor tierra. Un
supuesto fundamental de la teoría es la ausencia de tradiciones inhibitorias que limitan la
utilización de óptima de los recursos o la incorporación del progreso técnico de regiones más
avanzadas.
La proposición principal del modelo es que el crecimiento económico está determinado por los
BPE:
La elección de los bienes exportables depende de las diversas coyunturas externas que
sucedan a lo largo del tiempo, determinando cambios en la rentabilidad de las líneas de
exportación reales y potenciales. Esto promueve el surgimiento de nuevos bienes, la expansión
de los que ya existían y/o la pérdida de importancia absoluta o relativa de otros. Las
coyunturas externas responden a modificaciones en el ritmo de crecimiento y de progreso
técnico en las regiones centrales. Por otro lado, un factor importante también es la
diversificación de la base de recursos naturales, ya que mientras mayor sea mayor serán las
posibilidades de aprovechar los cambios en la rentabilidad.
Una vez especificada la matriz de bienes exportables, el factor determinante es la tecnología
empleada en la producción, es decir, la función de producción. Esta determina el rango de
oportunidades de inversión que se da en el resto de la economía, gracias a la expansión de
sector exportador (efectos de eslabonamientos).
El incentivo a la inversión interna como resultado de la creciente actividad del sector
exportador se puede dividir en tres efectos de eslabonamientos: hacia atrás, hacia adelante y
de demanda:
Eslabonamientos hacia atrás: Medida del estimulo a invertir en insumos de producción
local para el sector exportador en expansión, incluidos los bienes de capital. Las
cantidades y tipos de insumos requeridos serán determinados por la función de
producción del bien exportable y los precios relativos. Ejemplo: construcción de
sistemas de transporte para la recolección del bien primario.
Eslabonamientos hacia adelante: Medida del incentivo a invertir en industrias que
utilizan como insumo el producto de la industria exportadora. Las posibilidades
económicas de transformación y la naturaleza de los aranceles extranjeros son los
determinantes principales. Ejemplo: aumento del valor agregado en el sector
exportador.
Eslabonamientos de demanda: Medida del incentivo a invertir en industrias nacionales
de producción de bienes de consumo para los factores empleados en el sector
exportador. Su determinante principal es el tamaño del mercado interno, que depende
del nivel de ingreso total, per cápita y de la distribución del mismo.
Según la teoría del BPE, las profundidades y los tipos de eslabonamientos son los que
determinan el ritmo y la calidad del crecimiento económico. Si el BPE genera fuertes
oportunidades de inversión en el resto de la economía y estas son adecuadamente explotadas,
la economía va a crecer y diversificarse hasta que el apelativo economía del bien primario ya
no será suficiente.
Desde 1776 hasta 1862, la actividad económica principal en el Rio de la Plata fue la cría
extensiva del ganado vacuno. Los bienes exportables del ganado no refinado fueron el cuero,
el sebo y el tasajo. Hasta la década de 1860, el cuero siguió siendo el principal bien primario
exportable, aunque empieza a perder importancia relativa en detrimento de la lana que
aumentaba.
A comienzos de los años 1860, tuvieron lugar dos hechos importantes que estimularon
cambios en la actividad productiva. Estos fueron: 1) una caída de la producción de lana rusa
que provocó un aumento del precio internacional de dicho bien y 2) la formación de Estado
Nacional (Mitre presidente) lo cual brindó una estabilidad política y jurídica previamente
inexistente. Esto motivó una mayor cría de ganado ovino, que potenció su exportación a tal
punto de convertirse en el principal.
La producción de lana utilizaba mucho más intensivamente los factores de capital y trabajo
que la producción de cuero. Necesitaba una red de transporte más desarrollada y una cantidad
de mano de obra mayor. La función de producción cambió con la expansión de la lana, lo que
trajo aparejado nuevos y más pronunciados eslabonamientos (hacia atrás: talleres de
reparación de locomotoras, hacia adelante: lavaderos de lana y de demanda: construcción de
viviendas). Consecuentemente, esto trajo aparejado un mayor crecimiento desde esa década.
Carnes y Cereales. El gran cambio se da en la década de 1880, motivado por una coyuntura
externa favorable. Los avances tecnológicos en la navegación posibilitaron una disminución de
los costos de transporte en barcos a vapor. Asimismo, los nuevos barcos a vapor equipados
con cámaras frigoríficas, posibilitaron el traslado de carnes congeladas y refrigeradas de las
zonas productoras a las zonas consumidoras. Esto se reflejó en un aumento de la demanda y
ergo del precio internacional de las carnes en el mercado internacional. La consolidación del
Estado Nacional con Roca como presidente brindó una mayor garantía de los derechos de
propiedad. El ganadero argentino de grandes latifundios comenzó a incorporar la explotación
del ganado refinado en sus tierras lo que requería grandes inversiones en reproductores,
instalaciones ganaderas e implantación de pasturas.
Respecto a esto último, se llevó a cabo a través del sistema de arrendamiento. Bajo este
sistema el ganadero ofrecía en alquiler fracciones de sus tierras que iban rotando por tres
años, el primero sembraban lino, el segundo trigo y maíz con alfalfa (pasturas-alimento para el
ganado) el tercero. De este modo, el propietario ganadero lograba implantar pasturas sin
recurrir al factor escaso trabajo y además obtenía un pago por el arriendo. Así fue como se
introdujo la agricultura en las tierras ganaderas pampeanas.
El sistema combinado de agricultura/ganadería descripto coexistió con el de agricultura
exclusiva de índole colonial. En el primero los agricultores no eran propietarios mientras que
en el segundo sí, de tierras medias o reducidas. La conveniencia del primero estuvo en que
eran tierras no roturadas con rendimientos más altos que además se mantenían en el tiempo
con la rotación del suelo, algo que no sucedía en el segundo.
No obstante, el sistema combinado tardó un largo tiempo en difundirse a juzgar por la
composición de las exportaciones (no serían los principales sino hasta inicios del siglo XX). A
pesar del largo tiempo en difundirse, dio sus frutos con el boom de las exportaciones. La
cantidad de ventas al exterior muestra tendencia ascendente desde 1880 pero a partir de 1898
presenta un quiebre y lo mismo para el valor (precio) de las exportaciones nacionales.
El destino de las exportaciones argentinas fueron los países europeos de industrialización
temprana: GB, Bélgica, Francia y Alemania.
Dos grandes consecuencias se derivan del sector rural de fines del siglo XIX y comienzos del XX,
1) Los efectos de los bienes primarios exportables sobre el resto de la economía dieron origen
a la industria domestica y 2) Dichos efectos posibilitaron la creación del mercado doméstico a
nivel nacional.
Así pues, el origen de la industria y del mercado a nivel nacional datan de fines de la década de
1890, cuando el modelo de crecimiento liderado por las exportaciones de cereales/carnes dio
sus frutos.
El conjunto de empresas que conformaban la industria pueden clasificarse en tres grandes
grupos:
Primer Grupo. Las que producían bienes transables, satisfacían demanda externa e
interna, presentaban ventajas comparativas en el factor tierra y eran producto de los
eslabonamientos hacia adelante. Los ejemplos más claros son los molinos harineros y
los frigoríficos.
Segundo Grupo. Las que producían bienes no transables, satisfacen la demanda
interna de bienes que no podían importarse, no presentaban ventajas comparativas
significativas y eran producto de eslabonamientos de demanda y hacia atrás. Ejemplos
claros son la construcción de muebles, fabricación de herramientas e instrumentos
agrícolas y producción de alimentos perecederos.
Tercer Grupo. Las que producían bienes que competían con las importaciones,
satisfacían demanda interna, no presentaban ventajas comparativas y su rentabilidad
dependía de factores como costo de transporte, tipo de cambio y aranceles a las
importaciones. Eran el producto de eslabonamientos de demanda. Ejemplos son
empresas de bebidas, vestido y tocador, entre otros de consumo masivo.
De esta clasificación, se deducen algunos rasgos fundamentales de la industria argentina de
fines del siglo XIX y comienzos del XX. La industria estaba volcada fundamentalmente satisfacer
el mercado interno (segundo y tercer grupos). Muy pocos rubros exportaban (primer grupo).
Por otro lado, las empresas del tercer grupo debían su existencia a factores de rentabilidad:
mayor precio por costos de transporte ya que venían de Europa principalmente, lo cual
constituía una protección natural a la competencia extranjera, un tipo de cambio subvaluado
para encarecer las importaciones (alineado con los incentivos para el sector exportador) y, por
último, los aranceles a las importaciones que estaban lejos de ser compatibles con el
librecambio.