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ARTE ISLÁMICO.

CLASES DE JUAN CLEMENTE RODRÍGUEZ ESTÉVEZ

TEMA 1. EL NACIMIENTO Y LA EXPANSIÓN DEL ISLAM

INTRODUCCIÓN. ASPECTOS CLAVES DEL ISLAM

El islam como civilización presenta una heterogeneidad apreciable ya que se expande por
diversos territorios a lo largo de la historia, como Indonesia, Rusia, cierta parte de la
Europa oriental, la India y la Península Ibérica, entre otras.

Este movimiento tiene su origen en la Península Arábiga, donde surge la gura del profeta
Mahoma que, a través de sus predicaciones, irá creando un movimiento religioso con
tono de reforma monoteísta para crear una religión vigorosa. Tras esto, Mahoma
conseguirá formar un imperio para que su religión llegue a dominar gran parte del
Próximo Oriente.

El uso del árabe como medio de comunicación se convirtió en la lengua o cial y culta de
todo el territorio bajo el islam, como sucediera con el latín en el occidente cristiano, el
complemento aglutinador de todos los territorios. Muchos de los centros políticos del
islam habían quedado en manos de pueblos no árabes. Esto rompe el tópico muy
extendido que identi ca el islam con lo árabe. Por otro lado, el estereotipo de que le arte
islámico y su cultura son deudores de los pueblos conquistados es erróneo. Uno de los
componentes de su carácter tan reconocible se debe a …

Por otro lado, el arte islámico da una verdadera importancia a lo religioso ya que la
civilización surge en torno a un movimiento religioso. El islam es ante todo un fenómeno
religioso. Esta comunidad de pueblos comparte la doctrina del profeta Mahoma (s. VI)
independientemente de su raza y condición social, fenómeno que ha vertebrado de
manera tal esta cultura que cuando el mundo occidental se re ere a ella, directamente se
alude al islám, a la cuestión religiosa. Pero ¿de ne lo religioso todos los aspectos del arte
islámico? No. Existe un componente profano en esta civilización, sin embargo, el islam
preside todos los aspectos de la vida de sus eles. Es una religión de salvación, que
in uye en todos los aspectos de la vida de sus eles, desde la moral, la legislación, a
toda una serie de pautas de comportamiento que lo convierten en un estilo de vida. Nada
escapa al islam, desde lo público y colectivo a lo privado. En este sentido, es importante
valorar el papel que este elemento jugó en la elaboración de una arquitectura y arte
determinados. Esto no es extraño, puesto que las sociedades del antiguo régimen suelen
estar dominadas por una cuestión teológica.

Hablamos de una de las grandes aportaciones a la civilización del mundo antiguo, es un


fenómeno que surge en el siglo VI y que aparece asociado a un nombre que tiene una
connotación religiosa. El arte musulmán es el último de los nacidos en nuestro viejo
mundo, debe mucho a aquellos que le precedieron.

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ARTE ISLÁMICO. CLASES DE JUAN CLEMENTE RODRÍGUEZ ESTÉVEZ

La importancia del islam es algo obvio y su personalidad es algo indiscutible. El arte


islámico no surge con el islam como fenómeno religioso sino cuando cuaja como
elemento político y cultural. Predomina un arte profano y una arquitectura civil propia,
pero sí es cierto que cuando nos vamos adentrando en este mundo nos encontramos
con un clima templado y seco, predominan las altas temperaturas. Son territorios que se
encuentran organizados en comunidades étnicas, e interpretan el islam a su manera.

Cuando hablamos de los árabes nos referimos a la realidad que se vive en la península
Arábiga, la aportación de la cultura árabe al islam es esencial ya que en ella se hallan los
orígenes. La cultura árabe canaliza el nacimiento y la conformación del islam como una
corriente religiosa. La palabra Islam es de origen árabe y signi ca sometimiento a la
voluntad de Dios, es la voz que de ne a una religión a la cual los creyentes se someten a
los dictámenes de Dios. Quien sigue el camino del Islam se le conoce como Musulmán,
palabra de origen árabe que de ne a aquella persona que se somete a dicha voluntad y
profesa el Islam. El termino árabe alude a todo lo que abarca las gentes que habitan en la
península arábiga. Su realidad trascenderá llegará a los con nes de su territorio, ello
serán los fundadores del imperio. La historia del Islam se vio protagonizada por otros
pueblos, cosa que ocurre a medida que avanzamos en el tiempo. Turcos, mongoles o
bereberes. El termino islámico aplicado al arte hace referencia a aquellas personas que
han crecido y vivido bajo el mandato de gobernantes que profesaban la fe del Islam. Pero
islámico, no solo se re ere a una fe, sino también a toda una cultura

ARABIA EN TIEMPOS DE MAHOMA

Cuando hablamos de los orígenes del Islam, nuestra mirada se debe enfocar hacia la
Península Arábiga en el siglo VI, ya que allí comenzó todo. Este territorio se extiende
entre el Océano Indico y Mediterráneo.

La Península Arábiga es el origen geográ co del Islam. El nacimiento del Islam se


produce en el seno de la península, por lo tanto lleva impreso los valores de una
sociedad muy especi ca con su propio modo de entender la vida. Es un territorio muy
interesante, con la presencia del desierto, nace el Islam como fenómeno religioso a
principios del siglo VI. La Península Arábiga es un territorio muy especial ya que se
encuentra en una autentica encrucijada, Mar Mediterráneo y Mar Índico, entre África y
Asia, es un territorio que vio nacer a las primeras grandes civilizaciones de la antigüedad,
en torno al Tigris y al Éufrates, en torno al Nilo. Es un territorio marcado por unas
características especiales: Es inhóspito, de terreno árido que solo permite cierta
ganadería y un comercio especi co. Aparece marcada por el Mar Rojo, el Golfo Pérsico y
debajo el Mar de Arabia, muy cerca del Mediterráneo. El desierto es fundamental, sin una
agricultura reseñable (solo en la zona del sur se conoce).

El siglo VI comienza desde un enfoque más humilde. El pueblo árabe que dominaba este
territorio quedó marginado por las imposiciones del desierto. Ajeno a los fértiles
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territorios del Tigris y Éufrates, del Nilo, ellos desarrollaron una vida muy humilde y pobre
marcada por una condición seminómada, cerca de los oasis y sin una conciencia
nacional (Lawrence de Arabia). La tribu era el marco organizativo que lo regía todo; el
pastoreo y la caza eran las principales actividades y, solo cuando era posible, se daba el
comercio a través de las rutas caravaneras. En este sentido, como la península arábiga
estaba situada entre el Mar Mediterráneo y el Índico, existía cierto contacto entre
pueblos.

El Mechet.

En el corazón de Arabia nos encontramos con un


dominio marcado por la presencia del desierto que
aparece salteado por oasis, cuya economía depende
sobre todo del pastoreo. En estos lugares habitan
las comunidades árabes que con orgullo de enden
su comunidad, son los hombres del desierto,
seminómadas y posteriormente asimilados como el
hombre árabe.

Estos habitantes llevan a cabo el modo de vida árabe clásico, el sarraceno. La


organización primitiva de estas comunidades, marcada por el combate entre clanes y
tribus, hacía que la sociedad fuera muy inestable. Las luchas para conseguir los escasos
recursos disponibles hacían que se produjeran enfrentamientos bélicos. Estas
comunidades se desplazaban de un oasis a otro para buscar recursos y habían
desplegado una creencia religiosa muy elemental. El elemento vertebrador era el árabe,
que, transmitido de manera oral y en la poesía, fue clave para conocer cómo era la
mentalidad de aquellos pueblos. Sus creencias eran igualmente sencillas, estaban
moldeadas por la tribu, sin sobrepasar los fetichismos. Creían en seres que podían
identi carse con un árbol, una roca, un arroyo… Cualquier elemento natural podía ser
sagrado y un protector clánico al que las sociedades se encomendaban. Aun así, todos
tenían la conciencia y creencia de un ser creador y muchas veces las divinidades tenían
cierta impronta semita por estar vinculadas con fenómenos celestes. El mito del desierto
y la austeridad que impone penetró en la cultura islámica hasta el tuétano.

El Yemen.

En el sur se encontraba el Yemen, bañado por el Mar Rojo (lugar donde tuvo lugar el reino
mítico de Saba, vinculado a la historia de Salomón). Aquí hay una excepción: por el
contacto y comercio entre pueblos que transitaban hacia el Mar Rojo o Índico hay
algunas diferencias culturales, como monarquías de carácter hereditario, algunos pueblos
asentados, esculturas de carácter sagrado… Es un territorio seco pero que pudo gozar

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de su cientes cantidades de agua para el desarrollo de una agricultura precaria, lo cual


permitió otros modos de vida. Las comunidades estaban mejor organizadas.

A veces compartían cultos más complejos con otras tribus semitas, como el culto a la
Diosa Venus. Parece ser que la palabra Alá existía, creían en la existencia de un Dios
Supremo. En Arabia, la religiosidad también tenía un per l bastante primitivo, en el Yemen
persistieron comunidades politeístas que se reconocen por una serie estatuaria ya que
llegaron a producir imágenes. No podemos hablar de una conciencia espiritual
organizada. Los árabes tenían la conciencia de que existía un único Dios llamado Alá,
pero era algo abstracto ya que no tenían más información. En sus poemas percibimos
ese conocimiento que tenían. A veces se le rendía cultos a los meteoritos, árboles, a un
arroyo, a un cuerpo celeste (Venus, La Luna...) pero le daban culto en un contexto muy
cerrado, creían que estas divinidades les defendían de las otras comunidades. Cada tribu
se encomendaba a una divinidad.

El Hejaz.

El Hejaz, que recorre el Mar Rojo, es una región


montañosa muy inhóspita y pobre. Por eso las tribus se
adaptaron dándose al intercambio y conectando con el
Índico y Próximo Oriente, con el Mediterráneo Oriental
y Siria, en rutas caravaneras. Estas permitieron el
contacto con el Imperio Bizantino, Alejandría,
Jerusalén, Damasco... lo que les permitió generar un
entorno más prospero para asentamientos urbanos.

Así, surgieron dos asentamientos urbanos modestos que fueron los núcleos mayores de
la Península Arábiga: la Meca y Medina (término que signi ca ciudad, antes llamada
Yatrib). Allí se concentró una pequeña comunidad judía. La Meca fue el centro neurálgico
del islám. Tenía el mercado más importante, reuniendo a todas las comunidades en un
mismo lugar (dimensión aglutinadora de la Meca). Se realizaban certámenes poéticos, en
los que la gente que procedía de todas las zonas de la Península recitaba sus mejores
versos.

Allí se comenzó a forjar una idea compartida, expresándose en árabe, in uyéndose unos
a otros. Había un proyecto de algo común allí, acentuado por el culto a la roca de
quienes llegaban a las ferias, donde se acumulaban restos de amuletos, exvotos, etc.
Este culto empezó a manifestar la idea de la existencia de un dios o ente compartido
entre diferentes pueblos. El profeta, con una gran habilidad estratégica, se plantea como
un gran reformador, no como el creador de una religión.

En la Meca se conformó un espacio de encuentro, en el que había tribunales para


gestionar las diferencias entre las distintas comunidades, estaban regidas por los más
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ancianos. Allí se rendía culto a una piedra, la Piedra Negra, que aparece incrustada en el
Santuario de la Kaaba y que se le reconocen atributos extraordinarios. Era un territorio
muy humilde, fue base del nacimiento de una religión como es el Islam. En la Meca se
estaban dando las condiciones para una experiencia religiosa compartida. La Piedra
Negra era una identidad sagrada a la cual los árabes se encomendaban y a la que se
acercaban las gentes en las ferias como señal de respeto. El culto a la Kaaba supuso un
vínculo entre las diversas comunidades, existía una realidad sagrada.

Al norte encontramos una tierra fronteriza entre el mundo árabe, pobre y de


comerciantes, y el mundo del Norte, dominado por dos grandes imperios como son el
Bizantino y el persa. Aquí se desarrollaron una serie de comunidades árabes que también
ocuparon su lugar en la historia del islam. En la frontera con el mundo sirio se
encontraban los gasaníes y al este los lajmíes, con capital en Hira. Durante mucho tiempo
fueron aliados y se plegaron a la voluntad de estos imperios. Poseían un sistema de
organización más complejo, funcionando como estado satélite e incluso poseían una
religiosidad más avanzada. Cuando el profeta comienza a predicar algunas comunidades
tenían un cierto conocimiento del monoteísmo. Mahoma opera sobre un medio marcado
por una frágil condición religiosa.

MAHOMA Y EL NACIMIENTO DEL ISLAM

En torno al año 570 apareció la gura del profeta, Mahoma. Nació en La Meca, en el
seno de la tribu de los Quraish, en el clan de los Banu Háshim (hachemíes). Cuidaban del
santuario de la …

LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL ISLAM

LOS CALIFAS ORTODOXOS Y LA EXPANSIÓN DEL ISLAM

EL ARTE ISLÁMICO. CARÁCTER Y DIVERSIDAD

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