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¿Por qué es indispensable la autoestima para ser feliz?

Amarse a uno mismo parece la cosa más fácil y natural del mundo, pero si fuera
tan fácil los padres de familia, maestros, psicólogos, etc., no estarían tan
preocupados por el tema de la autoestima. De modo que surgen las preguntas:
¿Qué es en realidad la autoestima?, ¿Es realmente importante? y ¿Cómo se
consigue una sana autoestima?.

El psiquiatra español Aquilino Polaino define la autoestima como: “La convicción


de ser digno de ser amado por sí mismo –y por ese mismo motivo por los demás,
con independencia de lo que se sea, tenga o parezca…es la creencia del propio
valor, susceptible de dar origen y configurar ciertos sentimientos relevantes acerca
de uno mismo y a través de ellos del propio concepto personal, de los demás y del
mundo”.

Es decir, es importante que las personas se amen a sí mismas porque esto les
brindará la seguridad necesaria para cuidar de sí mismas, desenvolverse en el día
día, para darse a respetar, para querer ser mejores y evolucionar, para saber
relacionarse, para saber amar a los demás y por tanto, para ser felices.

La autoestima sana favorece en la persona un equilibrio interno, al mismo tiempo


que le ayuda a tener relaciones familiares, laborales y de amistad sanas. Pero la
autoestima no es algo que se rente, se inyecte o se adquiera de la noche a la
mañana, son muchos factores los que influyen en su sano desarrollo y por ello se
puede hablar incluso de diferentes tipos o niveles de autoestima.

Algunos expertos hablan de una autoestima alta y estable cuando las


circunstancias externas y los acontecimientos de vida tienen poca influencia sobre
la autoestima de la persona, y cuando ésta ademas de tener relaciones íntimas
sólidas, no temen ser juzgadas y son abiertas y positivas. Las personas con
autoestima alta e inestable son aquellas que aunque suelen mostrarse seguras y
estables a mayor parte del tiempo, en ocasiones se dejan influir por las
experiencias negativas y se frustran ante la posibilidad de fracasar o ser criticados.
Por otro lado, la autoestima baja y estable se da en personas que siempre tendrán
una autoestima baja, que son indecisas, dependientes emocionalmente,
inseguras, con gran temor a equivocarse y se infravaloran. En personas con alta
sensibilidad e influenciabilidad, en la que las experiencias positivas aumentan la
autoestima pero solo temporalmente se habla de una autoestima baja e inestable.
Y finalmente los expertos definen la autoestima exagerada, como aquella
artificialmente elevada, muy común en personas perfeccionistas que tienden a la
arrogancia o a la prepotencia. Las personas con este último tipo de autoestima
son incapaces de escuchar las opiniones de los demás e incluso los minusvaloran,
lo que puede llevarlos de la mano al narcisismo.

Es cierto que en el desarrollo de la autoestima influye de manera importante el


entorno familiar, las experiencias personales (escuela, amigos, etc), el
temperamento, etc. Sin embargo, también es sabido que cada persona puede
poner los medios para desarrollar una autoestima sana.

Y es la frase célebre de Sócrates “Conócete a ti mismo”, la primer herramienta que


todos tenemos para desarrollar nuestra autoestima. Pues ¿quién ama lo que no
conoce?. Y es a través de la introspección, de escuchar lo que los demás
expresan de nosotros, de observar nuestras reacciones y comportamientos, y de
identificar nuestras emociones, pensamientos, defectos y cualidades, que
podremos conocernos.

La autoestima tiene varios enemigos potenciales como son las comparaciones, el


pesimismo, los ¨deberías¨, la autocrítica severa, la actitud pasiva y el centrarse
constantemente en el error. Los enemigos a los que se debe enfrentar a cualquier
precio.
Aquel que identifica que suele compararse debe de recordar que todos somos
diferentes, únicos e irrepetibles, y por tanto debe reconocer sus fortalezas, ser
considerado consigo mismo, valorar lo que tiene y si cree tener aspectos a mejorar
deberá trabajar en ellos compitiendo contra sí mismo y no contra los demás.

El pesimismo se combate dandole su justo valor a las cosas, poniéndose metas


realistas, relacionados con personas positivas, evitando las generalizaciones,
haciendo cosas que hacen feliz, repitiendo frases positivas y haciendo una lista de
todo lo que sí has logrado. Pero principalmente, el pesimismo se combate
agradeciendo.

Para cambiar la actitud pasiva por activa hay que empezar por reconocer y
verbalizar con más frecuencia los propios sentimientos, necesidades y opiniones.
A la hora de verbalizarlos es recomendable empezar el enunciado con un
elemento declarativo, como “Quiero que”, “No me gusta” o “Siento que”. Y claro
está que es imprescindible hacer respetar esas necesidades, opiniones y deseos.
Suele ser un buen comienzo el intentar ser más asertivo, empezando con las
personas conocidas para ir ganando confianza.

Analizando lo dicho anteriormente, nos damos cuenta que la autoestima sí es algo


natural en la persona, pues es natural querer ser feliz y querer hacer felices a los
demás e indudablemente una persona con autoestima alta y estable lo logrará. Sin
embargo, no es algo que todos consigan y que se logra de la noche a la mañana,
pero con humildad para conocerse en profundidad, agradecimiento y un poco de
esfuerzo, todos podríamos alcanzar.

Lo que se intenta lograr con esta investigación es dar elementos a las personas
para que trabajen su autoestima y puedan ser más sanos emocionalmente y
felices y así mismo hacer más felices a los demás.

Referencias:
Polaino-lorente, A. (2000). Una introducción a la psicopatología de la

autoestima. Revista complutense de educación, 11(1), 105–105.

https://revistas.ucm.es/index.php/RCED/article/view/RCED0000120105A

Rosas, J. C., de Jesús Méndez Abarca, A., & Galindo, A. M. (2016). La La

construcción de la autoestima en relación a los diversos ámbitos

sociales. PsicoEducativa: reflexiones y propuestas, 2(3), 47–53.

https://psicoeducativa.iztacala.unam.mx/revista/index.php/rpsicoedu/

article/view/24

Aquilino Polaino, Familia y Autoestima. Planeta 2004.

Tomás Melendo, Felicidad y Autoestima, ediciones internacionales universitarias, 2006

Lara, D. A. (2014, mayo 22). ¿Cómo evitar compararme con los demás? Salud180.

https://www.salud180.com/salud-dia-dia/como-evitar-compararme-con-

los-demas

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