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¿Quiénes fueron los Egipcios?

Con más de cinco mil años, la historia de Egipto es la más larga y documentada del mundo.
El imperio egipcio comenzó en el año 3150 antes de Cristo, desapareció en el año 31 antes de Cristo. Los
primeros grupos de egipcios eran nómadas. Todas las primaveras los egipcios montaban sus campamentos a
orillas del río Nilo. Vieron que allí, durante todo el año, se vivía bien y empezaron a construir casas. Pasados
los años estas casas se agruparon en ciudades. Las ciudades fueron haciéndose cada vez más grandes y
pasaron a llamarse estados. Estos estados se unieron y formaron el Alto Egipto y el Bajo Egipto.
La sociedad de Egipto se dividía en clases sociales: 1- El faraón era el representante de Dios en la tierra y tenía
el máximo poder. El pueblo pagaba impuestos al faraón. Con estos impuestos el faraón y su familia vivían
lujosamente. 2- Los nobles eran sacerdotes y escribas - Los sacerdotes eran los más importantes después del
faraón. Sabían de religión y de magia. - Los escribas apuntaban los acontecimientos de la vida diaria de Egipto.
También apuntaban el pago de los impuestos. 3- El ejército protegía al pueblo. 4- El pueblo estaba formado
por comerciantes, artesanos, agricultores y pastores. Podían trabajar en la construcción de edificios públicos y
de palacios. El pueblo no recibía dinero por trabajar. 5- Los esclavos eran prisioneros de guerra y eran los
menos importantes de la sociedad. No tenían derechos. Los nobles los podían comprar y vender.

¿Quiénes fueron sus dioses?

Los dioses Los egipcios creían en varios dioses. Cada uno de sus dioses tenía una función importante. Además,
existían dioses con cabeza de animal y cuerpo de hombre. Por ejemplo:

Ra era el dios de la vida, del sol y del cielo.

Isis era la diosa del nacimiento y de las


madres.

Seth era el dios del mal y del desierto. Tenía cabeza de perro y cuerpo de
hombre.
Thot era el dios que había inventado la escritura y que manejaba el tiempo.

Horus era el dios del cielo. Tenía cabeza de halcón y cuerpo de hombre.

Bastet era la diosa del hogar. La mitad de

su cuerpo era de gato y la otra de mujer.

La creación del mundo según los Egipcios

Para los egipcios, el viaje comenzó con la


creación del mundo y el universo a partir de la
oscuridad y el caos en espiral. Una vez no había
más que agua oscura interminable sin forma ni
propósito. Existiendo dentro de este vacío
estaba Heka (dios de la magia) que esperaba el
momento de la creación. De este silencio acuoso
('Nu') surgió la colina primordial, conocida como
el Ben-Ben, sobre la cual se encontraba el gran
dios Atum (o, en algunas versiones del mito,
Ptah). Al emitir su primer sonido en forma de
ave dio a luz al tiempo, que voló en toda
dirección y ordenó el caos.
Atum evolucionó para convertirse en un ente superior: Ra.
Atum miró la nada y reconoció su soledad y así, a través de la magia, se emparejó con su propia sombra para
dar a luz a dos hijos, Shu (dios del aire, a quien Atum escupió) y Tefnut (diosa de la humedad, a quien Atum
vomitó). Shu le dio al mundo primitivo los principios de la vida, mientras que Tefnut contribuyó con los
principios del orden.
Ra envidiaba a Gueb y Nut por estar juntos y ordenó que se separasen. Shu y Tefnut debían sostener a Nut
sobre sus hombros y a Gueb bajo sus pies. Entre ellos quedó un espacio donde empezó a desarrollarse la vida.
Gueb y Nut acudieron a Ra para pedirle que los permitiera estar nuevamente juntos, aunque fuese por sólo 5
días en el año. Fue así como tuvieron cinco hijos, uno cada día: Neftis, Haroeris, Isis, Osiris y Seth. Después, Ra
comenzó a mencionar todas las cosas; y éstas iban surgiendo mientras las nombraba: así se crearon las
plantas, los animales y los seres humanos.
Cuando quedó conformado el mundo, Ra se autoproclamó faraón, tomando forma de hombre. Mientras
envejecía, todos a su alrededor le perdían el respeto.
Una vez, siendo ya viejo, Isis lo persiguió en secreto y vio como la saliva que caía desde su boca en la tierra se
convertía en barro. Modeló Isis con él una serpiente que amenazaría el poder de Ra. Cuando la serpiente lo
picó, éste comenzó a padecer una enfermedad mortal.
Entonces Isis le pidió a Ra que pronunciara su nombre verdadero, con el cual era posible poseer poder
supremo. Ra se lo anunció, pero le hizo jurar a Isis que solo Horus sabría el secreto, quien nunca debía
revelarlo a nadie más.
De esa Forma, Ra venció a la muerte y nunca más gobernó a los seres humanos. Su esposa Isis rigió junto a
Osiris sobre la Tierra y enseñaron las ciencias a los hombres. Junto a ella, los habitantes de Egipto aprendieron
a adorar sus deidades

¿Quiénes fueron los griegos?


La civilización griega se desarrolló en el extremo noreste del mar Mediterráneo, en territorios de la actual
Grecia y el oeste de Turquía, junto a los mares Egeo y Jónico. Llegó a abarcar también a varias islas, como
Creta, Chipre, Rodas, y Sicilia (Italia), y a algunos sitios del sur de la península itálica.
Cronológicamente corresponde a lo que suele llamarse antigua Grecia, que se subdivide en las siguientes
etapas: la Edad Oscura (1100-750 a. C.), la Grecia arcaica (750-480 a. C.), la Grecia clásica (480-323 a. C.) La
civilización griega concluyó cuando los romanos conquistaron Grecia en el siglo II a. C
La civilización griega se destacó por su arte (escultura, arquitectura,
cerámica, teatro, literatura) y por un importante legado filosófico,
con pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles. Sus aportes
ejercieron influencia sobre el Imperio romano y, posteriormente,
sobre los artistas e intelectuales del Renacimiento. Habitualmente se
la considera como la base de la cultura occidental, que entre otras
cosas adoptó la democracia (sistema de gobierno creado en Atenas).

La civilización griega estuvo inicialmente compuesta por pequeñas


aldeas que, a partir de la época arcaica, formaron ciudades-Estado
llamadas polis. Entre las polis más importantes se destacaron Atenas
y Esparta. Cada polis tenía su propia legislación y organización
interna. Además, las polis disputaban una competición deportiva
llamada Juegos Olímpicos, que es un antecedente de las olimpíadas que se disputan en la actualidad.
La geografía de Grecia influyó de manera significativa en el desarrollo de la civilización griega. Sus habitantes
disponían de escasos recursos naturales, pero tenían acceso al mar que, con su abundante agua y sus islas,
resultó una importante fuente de riqueza.
Las montañas ocupaban gran parte de la antigua Grecia y unos pocos ríos atravesaban el paisaje rocoso, por lo
que algunas áreas eran insuficientes para el desarrollo de la agricultura. Estas características del terreno
forzaron a los antiguos griegos a colonizar varias islas vecinas, donde pudieron cultivar tierras, y se
convirtieron en hábiles marineros y comerciantes. Con el tiempo, colonizaron otras tierras a lo largo y ancho
del mar Mediterráneo.

Origen del Universo según los griegos


La gran parte de los mitos que narran
sobre las teorías del origen del universo
según los griegos, surge por el Caos,
existente como un abismo, lugar abierto
envuelto en la oscuridad, donde se
encontraban
desordenadamente los elementos
naturales como: El agua, la tierra, el
fuero y el aire.
El caos, formaba el inicio de todos los
hechos, mucho antes de que surgieran los
dioses, por lo que se consideran
los más antiguos. Para ese entonces, las cosas no tenían forman firman, ni perduraban en el tiempo, todo se
desplazaba generando grandes golpes entre sí, los elementos congelados contra los ardientes, los húmedos
contra los ásperos, los blancos contra los fuertes y los pesados contra los suaves. El Caos, estaba apoderado de
todo, nada existía.

La creación según Hesíodo


De acuerdo a la teoría de Hesíodo, al inicio lo que existía era el Caos. Luego, surgió Gea, la tierra, emergida de
Tártaro, tétrico del abismo, y Eros, el amor, principal elemento, que no se debe mezclar con Eros o Cupido,
hijo de la diosa Afrodita.
A causa del Caos, por el comportamiento de Eros, nacieron Erebos, las tinieblas, que sus acciones se extendían
por debajo de Gea, al igual que NYX, la oscuridad de la noche. Entonces, Erebos y Nyx, produjeron a Eter y
Hemera el dìa, que simbolizaron la luz celeste y de la tierra.
Al aparecer la luz, Gea volvió a su estado natural, y empezó a concebir por sí sola. Entonces, surge Urano, el
cielo estrellado, también se formaron las grandes montañas.
Urano, visualiza a su madre, desde lo más alto de las cimas y vertió la lluvia fértil encima de ella, por lo que
comienzan a emerger las plantas, flores, arbustos, y los animales que fundaron un acompañamiento en cada
planta.
Las aguas sobrantes productos de la lluvia, corrían por los afluentes como los ríos por lo que se formaron los
lagos y mares, todos éstos recibieron el nombre de Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Cronos y las
Titánides: Temis, Rea, Tetis, Tea, Mnemosine, Febe de quienes aparecieron otros dioses y hombres.
Al mismo tiempo, Urano y Gea, concibieron otros hijos de aspectos desagradables: los tres Cíclopes primitivos:
Arges, Astéropes, Brontes, quienes poseían un solo ojo redondo, además eran inmortales y personificaban el
rayo, el relámpago y el trueno.
Luego, fecundaron a los Hecatónquiros o Centimanos, que se trata de los tres hermanos que cada uno de
ellos, tienen cincuenta cabezas y brazos, denominados: Coto, Briareo, Giges.

Por otro lado, la noche concibió a Tánatos, la muerte; Hipno el sueño y otros dioses como las Hespérides, que
se refiere a las desconfiadas vigilantes del atardecer, las Moiras, protectoras del orden cósmico, y Némesis, la
justicia divina, protectora del equilibrio.

Mito de los pelasgos


Los pelasgos, se trataba de un pueblo primitivo, que moraba en lo
que actualmente es Grecia, quienes mantenían una posición
matriarcal fundamentada en el pensamiento original de una Diosa
Madre.
De acuerdo a su creencia, su mito sobre la creación, sostenían que
en un inicio Eurínome, la deidad de todos los elementos que
crearon el Caos, sin embargo, no se halló ningún elemento
compacto, para colocar los pies, por lo que se apartó el mar del
cielo, bailando solitaria entre sus olas con orientación hacia el sur.
Para esos momentos, surgió el viento Bóreas, en compañía de la
diosa Madre, quienes hicieron que apareciera la serpiente Ofión.
Luego, la diosa madre, quedó embarazada de Ofión, quien se
transformó en paloma, quien puso el huevo universal.
La serpiente Ofión, se enrollo siete veces rodeando el huevo, hasta
que incubó y lo abrió, de éste brotaron todos los seres y elementos
conocidos en el universo.

Eurínome y Ofión, establecieron su hogar en el Monte Olimpo.


Ofión al molestar a su consorte, asignándole el título de creador del
universo, ésta de inmediato le lanzó una patada que le extrajo los
dientes, y los lanzó a la tierra, y cayeron a las orillas del Olimpo.
Acto seguido, la diosa funda siete fuertes planetas y les asignó una Titánide y un Gigante: Tía e Hiperión para
acompañar el sol; Febe y Atlante para la luna; Dione y Crío para el planeta Marte; Metis y Geos para el planeta
Mercurio; Temis y Eurimedonte para el planeta Júpiter; Tetis y Océano para el planeta Venus, y finalmente Rea
y Cronos para el planeta Saturno, todos juntos resguardaban la continuación del tiempo.
Pero, en esta perfecta creación no estaba presente el hombre, entonces es cuando aparece Pelasgo, quien
emergió de los dientes de Ofión que estaban sepultados en la profundidad de Arcadia. Pelasgo fue vitoreado
como el líder y precedente de la humanidad.
Los dioses y los hombres se encontraban dominados por las diosas y mujeres, quien debería de entregar culto
a la grandiosa Madre.
MAPUCHES: CREACIÓN DEL UNIVERSO

La cosmovisión mapuche explica que al principio sólo había aire y su dueño Ngen era un espíritu poderoso que vivía con
otros espíritus. Algunos de ellos disputaron su dominio y dijeron: “Nosotros mandaremos ahora porque somos muchos y
él está solo”. El más poderoso se enojó, reunió a los espíritus buenos que quedaban y apresó a los malos. El dueño de los
aires pataleaba y de rabia lanzaba fuego por sus ojos. Entonces, él y los demás espíritus buenos escupieron a los malos y
sus cuerpos se transformaron en piedras. El dueño las pisó y por su pesantez cayeron, el aire se abrió y los espíritus se
deslizaron rompiendo la bola que era la Tierra. Se desparramaron los espíritus de piedra y se convirtieron en montañas.
Los que no habían sido alcanzados por los esputos, eran de fuego vivo y quedaron atrapados entre los pétreos. Como no
podían escapar, lidiaban entre ellos intentando salir. Al ser ígneos sus cuerpos, a veces reventaban y producían humo, el
fuego y el ruido de las montañas. Se piensa que aún esos espíritus malos continúan prisioneros. Pero el dueño del aire
dejó escapar entre las cenizas y el humo a otros espíritus menos malos que permanecieron suspendidos del cielo y que
en las noches brillan como luces por la incandescencia de sus cuerpos: son las estrellas.

Los espíritus lloraron muchos días y noches y sus lágrimas cayeron sobre las grandes alturas, arrastrando cenizas y
piedras, formando así los ríos y los mares. Los espíritus malos que quedaron dentro de las montañas son los Pillanes que
hacen reventar los volcanes.

Como no había nada en la Tierra, el espíritu poderoso envió a un joven hijo suyo y, a pesar de los ruegos de su madre
por impedirlo, lo empujó a habitar en ella. Después, tomó una estrella y la convirtió en mujer; la sopló para que volara
hasta el joven. La tierra estaba dura y las piedras le dañaban los pies, por eso el dueño de los aires ordenó que naciera
pasto muy blando y flores: ella, jugando, las deshojaba y entonces se convertían en pájaros y mariposas, y los frutos que
comía mutaban en árboles. El joven estuvo muy feliz con su mujer. El espíritu grande hizo un hoyo entre los aires para
mirar hacia la Tierra, y cuando lo hacía brillaba y daba calor. También la madre posaba sus ojos por la hendidura dejando
filtrar una luz blanca y suave.

Los espíritus de los volcanes seguían enojados, y uno se enamoró de la mujer, pero como no podía escapar de su
morada su rabia crecía. Este Pillán habló con una mujer, un espíritu malo, muy envidiosa, que se sacó un pelo muy largo
y lo lanzó fuera del volcán. Al salir, el cabello vivió y se convirtió en una culebra delgada que se arrastró hasta donde
dormían el hombre y la mujer como hermanos. Algunos sostienen que cuando fueron creados estos primeros mapuches
–que andaban desnudos porque Dios quería ver si aguantaban el frío– había culebras que caminaban como ellos y que
influyeron para que la gente se cubriera el cuerpo con nalcas. Enojado, Dios castigó a las culebras quitándoles los pies,
para que se arrastraran.

El espíritu poderoso se enfureció también con el hombre y la mujer porque escucharon a la serpiente. Tembló la tierra y
rugieron los volcanes, todo lo creado fue destruido. Solo quedaron el hombre, la mujer y un copihue blanco. Se cuenta
que esta pareja tuvo descendientes: un tigre, un león y una zorra y otros vástagos llenos de pelos que huían de sus
padres. No había luz y reinaba el frío y la noche. La Luna abrió un hueco para mirar a su hijo y dejó caer varias semillas
que la mujer sembró. Tuvo después otro niño, un hombre muy bueno y bonito. La mujer le cantaba tan lindo a este niño
que el espíritu poderoso abrió un portillo para saber por qué la mujer hacía eso. Todos los días se asomó a escuchar el
canto y así volvió de nuevo la luz de oro, crecieron los árboles, las plantas y las frutas. Pero los hermanos sintieron celos
de este niño y uno lo mató, su sangre cayó sobre el copihue y lo tornó rojo. Los hermanos y las hermanas se casaron con
animales y tuvieron familia. De ahí provienen los mapuches: valientes como el tigre y el león, y astutos y prudentes
como el zorro.

Mitos de Chile

Diccionario de seres, magias y encantos

Sonia Montecino Aguirre

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