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Esas tradiciones egipcias afirmaban que en épocas inmemoriales
los "Dioses del Cielo" llegaron a la Tierra, venidos del Disco
Celestial. Cuando Egipto sufrió una gran inundación, "un gran
dios que vino (a la Tierra) en el más antiguo de los tiempos"
llegó al país y literalmente lo elevó de bajo las aguas y lodo,
represando el Nilo y haciendo extensas obras de drenaje y
contención. (Era por eso que Egipto tenía el nombre de "Tierra
Elevada".)
Ese antiguo dios se llamaba Ptah - "El Constructor". Se contaba
que él era un gran científico, maestro ingeniero y arquitecto, el
Principal Artífice de los dioses, que hasta había contribuido para
la creación y formación del hombre. Su cayado frecuentemente
era mostrado bajo la forma de una vara graduada, bien parecida
con la usada por los agrónomos modernos en la medición de
tierras.(fig 7)
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Fig. 7
THE CELESTIAL DISK AND THE Gods OF EGYPT
1. Ptah
2. Ra-Amen
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3. Thoth
4. Seker
5. Osiris
6. Isis with Horus
7. Nephtys
8. Hathor
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El lugar de Osiris en el trono de Egipto fue asumido por su hijo,
Horus. Cuando él nació, su madre, Isis, lo escondió entre los
juncos del Nilo (exactamente como, según la Biblia, hizo la
madre de Moisés) para mantenerlo fuera del alcance de Set. El
niño, sin embargo, fue picado por un escorpión y murió. Sin
perder tiempo, Isis apeló a Thot, un dios con poderes mágicos,
que acudió en su socorro. Thot, que estaba en los cielos, vino a la
Tierra en el "Barco de los Años Astronómicos", de Ra, y la
ayudó a traer a Horus de vuelta a la vida.
Al crecer, Horus desafió a Set por el trono. La lucha se extendió
por varios territorios, los dioses persiguiéndose por los cielos.
Horus atacó a Set desde un Nar, término que en el antiguo
Oriente Medio significaba "Pilar Flamante". Las ilustraciones del
Periodo Pre-Dinástico de Egipto muestran ese coche celestial
como un largo objeto cilíndrico con una cauda parecida con un
embudo y una punta rombuda, de la cual salen rayos, un tipo de
submarino celestial. (Fig 8) En la parte delantera, el Nar tenía
dos faros, u "ojos", que, de acuerdo con las leyendas egipcias,
cambiaban de memoria, pasando del azul para el rojo.
Fig. 8
Hubo marchas y contramarchas en las luchas, que duraron varios
días. Del Nar, Horus disparó un "arpa" especialmente proyectado
contra Set. Este se quedó herido, perdiendo los testículos, lo que
sólo sirvió para dejarlo aún más furioso. En la batalla final, sobre
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la península del Sinaí, Set disparó un rayo de fuego a Horus y
este perdió un "ojo". Los grandes dioses solicitaron una tregua y
se reunieron en consejo. Después de mucha vacilación e
indecisión, el Señor de la Tierra se decidió a favor de Horus y le
concedió Egipto, declarándolo legítimo heredero de la línea de
sucesión Ra-Osiris. Después de eso, Horus pasó a ser
representado con los atributos del halcón, mientras Set era
mostrado como una deidad asiática, simbolizado por el jumento,
el animal de carga de los nómadas.
El ascenso de Horus al trono unido de las Dos Tierras (Alto y
Bajo Egipto) se mantuvo, a lo largo de toda la historia egipcia,
como el punto donde la realeza recibió su perpetua conexión
divina, pues todo Faraón era considerado sucesor de Horus y
ocupante del trono de Osiris.
Por motivos inexplicados, el gobierno de Horus fue seguido de
un periodo de caos y declive. No se sabe cuanto tiempo él duró.
Finalmente, alrededor de 3.200 a.C., una "raza dinástica" llegó a
la región y un hombre llamado Menés ascendió al trono de un
Egipto reunificado. Fue entonces que los dioses concedieron al
país la civilización y aquello que hoy llamamos religión. El
reinado iniciado por Menés continuó por 26 generaciones de
Faraones hasta la dominación persa en 525 a.C. y después
atravesó los periodos griego y romano (cuando reinó Cleopatra).
Cuando Menés, el primer faraón, estableció el reino unido,
escogió un punto medio del Nilo, un poco al sur de Heliópolis,
para en él instalar la capital de los dos Egiptos. Imitando las
obras de Ptah, mandó hacer un terraplén elevándose por encima
de las aguas del Nilo y en él construyó Menfis, dedicando sus
templos a Ptah. Menfis perduró como centro político-religioso
del país por más de mil años.
Cerca de 2.200 a.C., hubo grandes disturbios en Egipto, cuya
naturaleza no está clara para los estudiosos. Algunos creen que
invasores asiáticos dominaron el país, esclavizando al pueblo y
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