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Taller de ilustración:
Ejercicios para la ilustración infantil.
Textos de referencias:
Gramática de la Fantasia, Gianni Rodari.
Cómo no engañar a los niños: La teoría de las piezas sueltas, Simon Nicholson.
Homo Ludens, Johan Huizinga.
Imagenes de referencias
Libro álbum:
El viaje, Francesca Sanna, Editorial VR editoras, 2018.
Las ovejas, Micaela Chifrif, Amanda Mijangos.
Suponemos que a la realidad tal como la conocen los adultos le precede, inevitablemente, un
proceso infantil de experimentación fantástica y lúdica con el entorno(objetos, palabras, afectos,
reglas, etc). Ya que la temprana infancia, es el momento donde se experimenta como verdad la
ambigüedad de los límites simbólicos(yo-noyo, dentro-fuera, abierto-cerrado, animado-inanimado,
etc.). Es gracias al desconocimiento con que nacemos lxs humanxs, y a la satisfacción que nos da el
jugar espontáneamente con todo lo que se nos es dado, para colmar la curiosidad, que vamos
aprendiendo fantásticamente la realidad. Es por eso que la infancia tiene mucho para enseñarnos de
la fantasía, y que la realidad tiene mucho de fantástica.
1
Gianni Rodari, Grammatica della Fantasia, Einaudi Ragazzi, Roma, 2010, 5.
Taller de Ilustración Yuyis Morbidoni
separa lo imaginario de lo que llamamos “real”. Pero también la que delimitan el yo y lo que
opone al no-yo”.2 La etapa del animismo infantil, en la cual los objetos cobran vida, en donde
no hay diferencias claras entre el yo-no yo, animado-inanimado, viene a ejemplificar esto.
Por eso existe un vínculo tan fuerte entre lo fantástico y los niños. Ya que la infancia es el
momento etario donde se experimenta, con calidad de verdad, la ambigüedad del límite
entre categorías lógicas que marcan el pensamiento adulto y lo que entendemos como
realidad. Categorías abstractas como forma-contenido, sujeto-objeto,
pasado-presente-futuro, causa-efecto, etc, viven en los niños una libertad inigualable, en un
juego abierto y constante de experimentación afectiva con el entorno. Esto, efectivamente,
subyace como experiencia a toda realidad, y sale a flote con toda su efervescencia, en el
género fantástico. El fantástico es un campo real privilegiado para germinar todos esos restos
de impresiones. Podemos decir, entonces, que la realidad es fantástica del mismo modo que
el sentido de los fantástico es real. Y que lo real debe mucho a la fantasia.
● Infancias y el juego. El juego es la herramienta fundamental del niño para aprender. Y sobre
todo para que el proceso de aprendizaje no sea algo estático, estandarizado y desvinculado
de la curiosidad. Que el niño juegue, y que lo haga de modo espontáneo, posibilita que
conozca el mundo del “humano adulto”(materiales, reglas, roles, técnicas, herramientas, etc)
desde la prueba y error, desde la experimentación. Además le permite poner en práctica la
concentración, las emociones positivas y las negativas, paso fundamental para aprender a
controlarlas y hacer un uso sano de ellas como el enojo, frustración, y ansiedad. Es evidente,
además, que el juego es una herramienta esencial para el saber-hacer con
● el lenguaje, la imaginación y la abstracción. En definitiva, sin juego no hay una construcción
adecuada y flexible de las categorías simbólicas que rigen al pensamiento lógico adulto. Sin
juego no hay metáfora. Sin juego no hay realidad, ni fantasía.
El juguete como objeto que enlaza fantasía y realidad: la ilustración como juguete.
2
Jacqueline Held, Los niños y la literatura fantástica. Función y poder de lo imaginario. Paidos. Barcelona,
1981, 31.
3
Isabel Cabanellas, Clara Eslava, Walter Fornasa, ed altri. Los territorios vitales de la infancia, Graó,
Barcelona, 2005, 50.
4
Jacqueline Held, Los niños y la literatura fantástica. Función y poder de lo imaginario. Paidos. Barcelona,
1981, 21.