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EL CUENTO PODER CREADOR DE LA FANTASÍA1

María Eugenia Villalobos2

En la historia de la intervención clínico – psicológica y de la vida educativa, la fantasía


ha ocupado un lugar privilegiado y el cuento es una de sus formas de expresión más
utilizada.

Para el clínico el cuento ofrece elementos que favorecen la actualización de las


significaciones otorgadas a las diferentes relaciones vividas por los niños desde su
nacimiento. Uno de los modos de realizar intervención clínico psicológica es la
psicoterapia, esta se constituye en un continuo trabajo investigativo, donde cada sujeto
es comprendido a partir de la objetivación de su conducta, considerada esta como
“totalidades comportamentales organizadas que reúnen actividad, significaciones y
sentido” (Colmenares 2001, pág, 104)3.

El propósito de esta conferencia es el de presentar algunas reflexiones conceptuales que


surgen de la practica clínico –psicológica utilizando el cuento como referente de la
actividad.

En toda acción psicoterapéutica con niños, breve o larga y en todo encuentro educativo
siempre se produce una experiencia entre la persona referente, que guía e interpreta las
acciones y aquel que descubre en ella la posibilidad de permitirse retornar sobre la
emoción perdida, de sumergirse en ella e incursionar en sus dramas subjetivos, en sus
fantasmas infantiles abriéndose hacia la conquista de elaboraciones que conducen la
imaginación hacia nuevas significaciones

Para que en este encuentro el maestro o el psicoterapeuta sean considerados como


referentes deben propiciar en los niños experiencias que asombren, que emocionen por
lo tanto que se signifiquen como acontecimientos, solo así esas experiencias serán
consideradas como estructurantes, fecundas y por lo tanto dejarán huellas. Al respecto
Cyrulnik expresa:

“Para experimentar un sentimiento de evento, es necesario que en la realidad se


provoque una sorpresa y una significación que destaque ese algo. Sin sorpresa
nada emerge de lo real”. Sin algo que sobresalga, nada llegará a la consciencia.
Si algo de la realidad “no dice nada”, ni siquiera podrá llegar a producir un
recuerdo” (Cyrulnik (2003)4

Tenemos entonces, que cuando un hecho no se integra a nuestra historia, es porque no


cobra sentido, lo que significa que esa realidad no logra tocar las fibras sensibles de la
persona, dando como resultado que la experiencia externa no se integre como

1
Conferencia dada en el seminario nacional El Universo del Símbolo, marzo 27 de 2004. organizado por
CEIC, Centro Internacional de Investigación Clínico Psicológica.
2
Docente Instituto de Psicología -Universidad del Valle, Psicoterapeuta CEIC Centro Internacional de
Investigación clínico Psicológica.
3
Colmenares María Eugenia “El nacimiento del sujeto psicológico: ¿Evolución o Ruptura de un Impasse
vital? En La consciencia Raíces Biológicas y Organización Psicológica” casa editorial Rafue 2001,
pag.104
4
CYRULNIK, Boris : “ Le murmure des fantômes » éditions Odile Jacob 2003

1
experiencia interior en el vivido subjetivo; por lo tanto, el hecho se borra y nada emerge
de él

Frente a los cuentos, en general estos son narrados o leídos a los niños en momentos
críticos de su desarrollo, en los que su subjetividad atraviesa por tantos deseos
incomprensibles, donde aquello que desea y le causa placer también es algo que lo
atemoriza, en esos momentos en que siente e intuye el peligro de no poder dominar sus
impulsos, los hechos que ocurren en los cuentos adquieren un sentido especial para los
niños; a algunos les permite retornar sobre sus cotidianidades e introducirse en la
fantasía deleitándose con las nuevas formas que pueden dar a sus deseos, a sus
emociones y sentimientos

Introducirse en los cuentos es incursionar en las tantas formas posibles de fantasear y de


imaginar mundos posibles donde se vinculan a los elementos de la cotidianidad las
experiencias internas de la experiencia subjetiva.

Si retomamos el significado etimológico de la palabra fantasía, podremos incursionar


en la comprensión de los sentidos que emergen de aquellas formas y contenidos que
impactan los sentidos y conmueven las emociones y sentimientos unificándose en
procesos de simbolización.

FANTASÍA5

Proviene del verbo griego phaino, que significa aparecer, pasar a la luz.
Eikasía, que procede del verbo eíko, ser semejante, parecer. Puede referirse tanto a la
copia similar, como a la aparente.
Para Ernesto Grassi6, la fantasía “Puede ser entendida como actividad originaria, que
sobre la base de ver similitudes descubre relaciones para hacer aparecer algo nuevo”;
esta manera de explicarla hace necesario aclarar, que la fantasía no surge solo por el
encuentro de similitudes; la fantasía es un acto creativo que solo puede emerger en el
sujeto psicológico y simbólico que puede detenerse en distintos aspectos que su
universo de vida le ofrece y captar aquellos elementos que vivifican su sensibilidad para
imaginar nuevas posibilidades. La fantasía, por ejemplo, no surge en los sujetos autistas,
aunque continuamente encuentren similitudes, con ellas no logran establecer relaciones
que les permita descubrir nuevos significados, ellos pueden constituir replicas de
formas calcadas de lo que ven, de lo que escuchan, de la información), pero cuyos
contenidos no corresponden a elaboraciones propias imaginadas a partir de
significaciones propias, por lo tanto no son elaboraciones simbólicas y cuando esto lo
logran, es porque su estructura autística se ha permitido abrir su mundo encapsulado a
nuevas formas de significar el universo relacional.

Grassi, también explica que la fantasía “puede ser comprendida como una actividad
que retoma impresiones conservadas y las reproduce como imágenes aparentes. La
fantasía está relacionada con el recuerdo, pues la memoria le provee el material de sus
imágenes”. Estos elementos comprensivos ofrecidos por Grassi, me permiten también
precisar que la memoria a la que se refiere el autor no es a la memoria de retraer

5
Grassi Ernesto “El Poder de la Fantasía” Anthropos 2003, Diccionario de la Lengua Española y
Enciclopedia Salvat
6
ibid

2
simplemente elementos del pasado, pues la memoria en sí misma no es la que ofrece los
elementos para constituir la fantasía, para que ello ocurra, el individuo tiene que haber
connotado de sentidos su experiencia vital. La memoria no es una reproducción de
imágenes, es una actualización de sentidos y significaciones; por ello los recuerdos no
solo llegan con las impresiones que se tuvieron en el momento, sino que renuevan la
visión al anudarse con las nuevas significaciones.

Desde nuestra elaboración podemos decir que la fantasía es un acto de consciencia


estésica7, solo surge en quien observa y sigue con atención los acontecimientos. La
fantasía solo puede surgir en el sujeto simbólico, a partir de su experiencia sensible –su
áisthésis8-, pues es quien, por su condición de ser sensible y abierto al mundo, siente la
realidad y la capta con asombro y se da a la tarea de imaginar ese mundo que lo entorna
sin buscar reproducirlo o calcarlo. La condición de estesis del sujeto simbólico le
permite emocionarse con la experiencia y darle sentido, esto lo podemos observar en el
pintor, el fotógrafo, el cineasta quienes captan el juego de luces y sombras y las recrean
desde una óptica personal e íntima produciendo en el espectador la sensación de formas
con estéticas particulares, que le permiten sentir algo más allá de lo que se ve, se
escucha o se palpa.

Los verdaderos fotógrafos, por ejemplo, nos dicen que las primeras sensaciones que les
permitió su encuentro con la imagen vinieron de la luz. Ellos pudieron ver los destellos
de luz que se filtraban sobre la naturaleza o sobre algunos objetos y se reflejaban en
sombras. En efecto, esos claro-oscuros que penetran en la retina, ofrecen la visión de
algo que se vuelve sublime, allí está la fantasía, en esos encuentros mágicos que
connotan al ser de emociones. En ese encuentro con la imagen, se descubre una visión
del mundo, ese algo que ilumina el objeto, el paisaje, la gente, la realidad y que los
sentidos captan en función de la experiencia personal e intima tenida consigo mismo,
con su mundo social, con la cultura.

La definición etimológica de la fantasía permite explicar que las imágenes de las que se
habla, se hallan en relación con la significación de las experiencias de vida. La fantasía
actualiza las vivencias, lleva a descubrir lo que existe, pero no se percibe fácilmente, así
como también lleva a descubrir lo posible. La fantasía se ve aparecer por primera vez en
los juegos de los niños. En estos, ellos recrean sus experiencias creando universos
particulares sin apartarse de la realidad de su entorno, al mismo tiempo que renuevan
los significados.

El recorrido realizado permite resaltar que la fantasía proviene de la estesis y de la


lúdica y cuando se despliega en actos creadores da lugar a una estética. Al ser lúdica el
sujeto puede permitirse construir con el placer de la libertad, trascender el mundo
inmediato e ir más allá de reaccionar y de utilizar los signos que le ofrece el mundo
exterior como señales e indicios. Sobre esta capacidad creadora transforma la realidad
en formas metafóricas que necesariamente no guardan una relación inmediata con su
entorno, la realidad es algo que el mismo determina, por ello sus interpretaciones llevan

7
Utilizo la expresión consciencia estésica, (que retomo del vocablo griego aisthesis – sensación,
percepción de los sentidos, para permitirme introducir, esta condición de vitalidad y apertura al mundo
del sujeto simbólico, que como sujeto lleva en todo su ser una consciencia estésica.
8
Aisthesis –-, para Mandoki, K. (2006) sensibilidad o condición de abertura o porosidad del sujeto al
contexto en que está inmerso(pág. 67)

3
el sello de su sensibilidad a la experiencia y del sentido que otorga a su universo
cultural y social.

Es así que la fantasía hace parte del mundo simbólico constituido por el sujeto y en ella
aparece la búsqueda de la coherencia, para que trascienda y constituya una unidad de
sentido universal. Los elementos que la componen se originan en la realidad significada
de quien logra tener una visión del mundo, es decir que lo siente, lo interpreta y lo
expresa con formas metafóricas.

Reflexionar sobre la fantasía nos obliga a pensar su origen simbólico: la palabra


SIMBOLO9 viene del griego symbol, derivado de symbalun. Sym-ballein = componer
lo real y lo brillante, remite al plano sensorial, a la fuente de la luz, que nos ofrece una
policromía luminosa a la que se le da una unificación sensorial con la fuerza lumínica
de la totalidad, de esta manera los colores que surgen de la luz impactan, tienen fuerza,
se vuelven palabras que ofrecen nuevos sentidos, que acarician y nos ofrecen la
posibilidad de ir al fondo de nosotros mismos en una reflexión o soñar mundos posibles.

Desde esta perspectiva la fantasía profundamente simbólica permite fundir los


fenómenos sensoriales; lo que se ve, escucha, siente, lo que se palpa con los sentidos
que emanan de nuestro ser, es por ello que la metáfora brota de una comprensión en la
que descubrimos en la realidad una relación. Es así como cada elemento de la naturaleza
fuego, tierra, agua, aire, luz, cada objeto, cada situación, cobra sentido. En el recorrido
de constituirnos en sujetos trascendemos la inmediatez, lo literal, lo concreto y
construimos nuevas realidades, nuevas formas de apreciar lo que nuestros sentidos
captan, lo que nuestro conocimiento nos permite re-conocer. Para buscar el bienestar el
sujeto busca las formas, las palabras, las ideas que le permiten vivir y experienciar10 el
mundo; el juego y el cuento hacen parte de esas experiencias.

El hombre llega así a inventar en forma de fantasía, parte de su realidad vivida y


conduce los fenómenos sensoriales de su experiencia hacía la constitución de las
imágenes necesarias para interpretar el sentido. Esto significa, como lo hicimos con la
metáfora de la impronta, de la huella, del recuerdo que deja el encuentro con la luz al
utilizar la cámara fotográfica, que al mismo tiempo que el material real preserva su
carácter, se connota de los significados particulares de quien capta la imagen a partir de
la luz. Esta libertad del ser humano vincula dos aspectos, la obligatoriedad de reconocer
la realidad en su esencia misma, al mismo tiempo que debe constituir su propio sentido.

El mismo objeto, el mismo evento, el mismo elemento cósmico recibe significaciones


plurales, con relación a la situación humana que se este viviendo; placer, alegría,
tristeza, miedo, temor, ira, angustia, envidia, rabia, odio, celos.

Se dice en lenguaje científico que el lenguaje expresa la esencia del objeto solo cuando
lo describe en función de una situación concreta, pero ¿por qué no podemos decir que lo
metafórico al corresponder a una necesidad sentida, la objetiva? Lo simbólico en forma
de fantasía, de metáfora corresponde a representaciones que objetivan las relaciones que

9
Coromines, Joan: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, Madrid 2011
Enciclopedia Salvat
10
experienciar en lugar de experimentar como la posibilidad que tiene el individuo de vivir la experiencia desde lo más
profundo de su sentir humano, sujeto ético vital.

4
se establecen con la realidad y en ningún momento son la expresión de la arbitrariedad.
Es decir, el lenguaje sea en forma de imágenes o de palabras, expresa el sentimiento
relacional que se tiene con el objeto, con el entorno, con los eventos. La realidad no
tiene para el ser humano solo significados singulares, de esto nos dan testimonio los
mitos, los cuentos, cada cultura los construye en función de su necesidad de comprender
los fenómenos, su génesis, su transcurrir.
Se puede situar la comprensión de la fantasía como formas exclusivamente simbólicas
en muchos aspectos, y el cotidiano vivir ofrece algunas de las mejores formas de
ejemplarizarla: diariamente nos encontramos con la ciudad, con el entorno, con la
cotidianidad; miramos las montañas y apreciamos su ropaje de intensas tonalidades de
verde, escuchamos los ríos susurrar cánticos de paz, bramar enfurecido, sentimos el
calor del sol y podemos sentir que nos arropa con telas de dulce abrigo o que nos quema
y hiere como el fuego candente, pero también observamos que sus rayos
resplandecientes nos iluminan, nos alegran el invierno gris o nos brindan arco iris con
las lluvias de otoño, primavera o invierno, la luna en muchas de nuestras noches nos
ofrece claro-oscuros que nos hacen soñar, pero también estremecer cuando entre las
sombras sentimos o vemos moverse los fantasmas que nos angustian.

También nos encontramos con rutinas diarias; levantarse, bañarse, vestirse, desayunar;
esas experiencias que los sentidos nos permiten, se nos tornan en paisaje y cotidianidad,
porque ellas surgen de las significaciones que les otorgamos en función de nuestra
historia. Cada momento vivido, cada experiencia la interpretamos según nuestro estado
de ánimo; esas vivencias pueden resultar encantadoras, sublimes, arrobadoras,
envolventes etc., es decir, el entorno se nos vuelve paisaje y cotidianidad porque le
otorgamos significados, si no hay esa posibilidad, ninguna de las experiencias vividas se
recordaran con cierta complacencia o nostalgia y ni la taza de chocolate humeante, que
compartimos de vez en cuando en familia, tendrá sabor a niñez, a hogar, a compartir; es
entonces cuando la vida se torna vacía, aterradora, angustiante, ajena porque no se
puede significar y simbolizar.

Es nuestro sentido de la vida, el que nos permite descubrirle nexos a las diferentes
experiencias, son las significaciones las que nos permiten soñar con la consciencia de
que todo ello nos pertenece, es verdadero y para ello se necesita haberse constituido
como sujeto simbólico, puesto que solo el hombre puede crear la fantasía que se
constituye en metáfora que interpreta, da sentido y transforma la experiencia. Cuando
esto no es posible, las montañas, los lagos, los rayos del sol, los claro oscuros que
ofrece la luna, los cuernos de los animales, las sombras, los seres humanos y la taza de
chocolate humeante se convierten en formas amenazantes; entonces la naturaleza y los
hombres dejan de ofrecer posibilidades simbólicas para constituirse en signos del
miedo, puesto que se convierten en formas destructoras que amenazan la integridad,
confinando a quien lo siente en una prisión de sufrimiento, de la que intenta salir
aniquilando a su vez toda forma posible de permitirle emerger.

Esto lo podemos comprender con la angustia que manifiestan algunos niños en sus
noches cuando con cada claro oscuro que se refleja en su habitación sienten venir un
monstruo destructor, ante lo cual corren a la habitación de sus padres buscando
protección, o cuando vemos un niño que ante una babosa que sube por la pared, busca
un gran palo para defenderse de ese gran animal que lo va a devorar; o del joven que se
esconde del sol porque siente que en el sudor “se le va la vida”.

5
La dirección que he querido darle a las reflexiones sobre la fantasía me permiten
realizar una aproximación a esa riqueza que nos ofrecen los cuentos, que a su vez
permiten imaginar a los que los escuchan o los leen significaciones bien diferenciadas.

Los cuentos son el fruto de la fantasía de sujetos simbólicos que han decido mostrarnos
la trama maravillosa que han creado a partir de sus vivencias, ofreciendo en sus relatos
formas posibles de existencia. Cada narración nos ha permitido soñar con las
características físicas de los personajes y con sus cualidades, así como con sus
contextos, pues es precisamente desde nuestras experiencias de vida que escuchamos los
cuentos.

Los cuentos hacen parte de esas realidades que un observador pleno de sensibilidad
hacia los distintos sentidos que dinamizan la vida de los pueblos, que recorre sus lugares
escuchando lo que allí se dice, nos muestra en sus narraciones condensadas
maravillosamente, lugares de experiencia, conflictos entre la ética vital y la ética social,
entre la estesis y la estética que hacen parte de la identidad individual y la identidad
cultural. Los cuentos plantean a través de los roles de los personajes formas de lucha
para conquistar la libertad y la posibilidad de restaurar la condición humana.

EL CUENTO

Es una de las más antiguas formas de literatura popular de transmisión oral que sigue
viva, como lo demuestran las innumerables recopilaciones antiguas y modernas que
reúnen cuentos folklóricos exóticos o regionales.

Los cuentos de hadas por ejemplo tienen un modelo narrativo que ofrece matices
culturales que se enlazan con la comprensión de la organización psicológica individual
para recorrer en forma simbólica, a través de los personajes y sus experiencias, las
diferentes significaciones que emergen en la constitución de la identidad y del mundo
relacional. Nos brindan, además, a través de las acciones de los personajes las
posibilidades que han tenido los personajes de vivir una transformación personal cuando
se asumen las responsabilidades que se tienen con los otros y con su entorno

La forma como los cuentos abordan sus recorridos, es similar al transcurrir de la vida,
por ello tienen el poder de actualizar significaciones construidas a lo largo de la
experiencia relacional con las figuras parentales, con los hermanos o de originar nuevas
al recorrer la trama que le dio origen. Ellos nos muestran las claves que favorecen la
transmisión de saberes y de valores. En los cuentos se encuentran las vulnerabilidades
de la vida, las fragilidades, pero también se descubren las fortalezas y la posibilidad
resiliente de encontrar las fuerzas para superar las ocasiones traumáticas o difíciles.

Cada cuento al contener representaciones de procesos relacionales favorece en el niño el


poder dar sentido a su experiencia íntima brindando elementos para dar sentido y
objetivar de una manera posible sus miedos, sus angustias, sus luchas. Las diferentes
temáticas que aportan permiten que emerjan en el niño los dolores, los sufrimientos,
pero también la posibilidad de descubrir el aliento vital que los cura y que protege.

Clarissa Pinkola en su bello libro “Mujeres que corren con los lobos” nos ofrece
reflexiones que aportan algunos hilos para el tejido que nos proponemos ofrecer a partir

6
de nuestra elaboración “Se dice que la creación estuvo acompañada por un sonido, o
una palabra pronunciada en voz alta, un sonido o una palabra susurrados o pronunciados
con el aliento. En los mitos, se considera que el canto procede de una misteriosa fuente
que confiere sabiduría a toda creación, todos los animales y los seres humanos, los
árboles y las plantas y cualquier ser que lo escuche. En los cuentos se dice que todo lo
que tiene “savia” tiene canto” 11,.

Las palabras de esta autora nos sirven de ilustración para explicar cómo el cuento puede
ser el referente para entrar en la magia de la fantasía, cada quien crea en su imaginación,
las imágenes de las descripciones que le llegan a través de las palabras, del tono, del
acento de quien lo lee; son elaboraciones que connotan de sentidos propios e íntimos las
significaciones aportadas por el autor.

Así como los fotógrafos captan las imágenes que los destellos de luz les reflejan, en la
escucha de los cuentos ya no es la retina la que capta la imagen, es el oído sensible del
sujeto que en su estatus de niño, adolescente o adulto recurre a su interioridad subjetiva
para significar aquello que escucha y, es esa escucha sensible la que le permite
trascender las descripciones, ofreciendo formas de creación personal.

El cuento es como el himno de la fantasía, la modalidad especial del lenguaje lleva a


aquellos que lo leen o lo escuchan a crear, a darle forma a aquello que se describe. Los
cuentos de hadas ofrecen simbólicamente, a través de los roles que juegan los
personajes, procesos de la vida psicológica: las relaciones del hombre consigo mismo y
con los otros, los cuales han permitido a muchas generaciones ver reflejadas las
angustias que se viven en los procesos de constitución de la identidad de sujeto y atisbar
a la consciencia de su elaboración, pues en los cuentos si bien se viven los conflictos de
manera drástica también existen las formas de resolverlos.

En los cuentos de hadas las heroínas son menos humanas dice Marie Louise von Franz,
al referirse a que no tienen reacciones verdaderamente humanas “no tienen vida interior,
vida psíquica. No hablan consigo mismos, no tienen dudas ni incertidumbres. El héroe
es valiente, nunca pierde el coraje y por el contrario sigue luchando hasta vencer al
enemigo, La heroína puede soportar una prolongada tortura, sufrirá hasta el final, hasta
alcanzar la meta” La comprensión de esta autora corrobora nuestra interpretación de la
experiencia que tienen los niños con los cuentos.

En los cuentos de hadas aparece explicita la esencia humana, aquello que es inherente al
hombre, los valores como nobleza, valentía para soportar y salir avante de las más duras
penas; generosidad ante toda mezquindad, prudencia para no dejarse llevar por los
impulsos, caridad ante todo aquello que hace sufrir el alma humana, justicia ante todo
fondo vil. En los cuentos siempre encontramos ese contraste entre los defectos y los
valores, que permite calmar la angustia de todo aquello que se re-actualiza. Carmenza
Mejía lo expresa así “las más viles pasiones como la envidia, la pereza, la codicia, el
odio, la lujuria y la crueldad se neutralizan con la nobleza de los actos que llevan
siempre a un final feliz para la heroína y un desenlace fatal para el villano” 12.

Pero en los cuentos de hadas no aparecen los aspectos subjetivos e íntimos, no sabemos
al leerlos o escucharlos qué piensa o cómo siente el villano, o el bueno frente a la
11
PINKOLA, Clarissa « Mujeres que corren con los lobos » editorial Punto de lectura, 2002
12
Mejía Carmenza, psicoterapeuta CEIC, aporte personal.

7
situación, como lo afecta en lo profundo de sí, tampoco se sabe qué rumbo tomará su
vida, como será el “y vivieron felices para siempre” o el “fue condenado a vagar
errante”13. Es precisamente ese no aparecer de los aspectos subjetivos e íntimos de la
vida psicológica, el que favorece que en cada uno los cuentos evoquen vivencias muy
distintas, y que se comprendan en función de significaciones muy íntimas. Es en esa
intimidad de las significaciones que cada uno construye su propia fantasía y lo que hace
posible que los cuentos puedan ser retomados para llevar a cabo un trabajo de
intervención psicoterapéutica que favorezca la re-organización de las significaciones.

La manera como se asume lo que allí se dice es del orden simbólico, la escucha de esos
mundos secretos vividos por los hombres, que parecen alejados de su cotidianidad,
evoca significaciones muy distintas, por una parte las descripciones se interpretan en
función de los sueños construidos de mundos posibles, pues el contexto y los actos
tienen formas diferentes a las de los cuentos, estas formas permiten a quienes los
escuchan reconocer la distancia témporo-espacial, por lo cual pueden asomarse a sus
preocupaciones personales y reasegurarse cuando descubren que de alguna manera el
autor les muestra que otros también han pasado por experiencias similares.

Si bien en las formas narrativas de los cuentos podemos entrever el recorrido de la


organización psicológica, la dimensión subjetiva de la historia, su significación solo la
puede establecer cada uno al leerla o escucharla.

El cuento plantea formas que permiten el reconocimiento de la esencia de la condición


humana; la dignidad. Es allí donde tenemos el hecho psicológico, pues permite
representarse “la dirección humana de la vida”. Ella nace en el individuo en relación
con la toma de consciencia de su identidad como sujeto psicológico y nace en la
sociedad en relación con la constitución psicológica de una nueva consciencia de
identidad humana de todo hombre14(Colmenares 2001).

Los cuentos al ser referentes culturales universales ofrecen la posibilidad a quienes los
leen o los escuchan de crear nuevos sentidos. Ellos contienen en cada una de sus
narraciones, valores simbólicos que solo los pueden descubrir quienes le dan sentido a
su experiencia vital.

En general, los cuentos, particularmente los cuentos de hadas contienen 5 momentos,


cada uno con tres temáticas, que evocan en quienes los escuchan sus preocupaciones
íntimas, por ello leer el cuento en el orden en que fue escrito ofrece al niño la
posibilidad de actualizar sus experiencias de vida y re-significarlas.

Primera parte. Descripción del entorno, de las jerarquías, es un momento en el que se


plantea la identidad y sus relaciones con el otro. Se parte de un hecho que pone en
conflicto la vida del personaje: Concepción y nacimiento, muerte de uno de los padres y
segundas nupcias, odio y deseo de muerte por parte de la madrastra, de los hermanos o
hermanastros en relación con la heroína o el héroe. En todos se habla de la casa familiar,
es allí donde se establece la unidad.

La situación inicial generalmente describe una escena engrandecida de felicidad con una
cierta dosis de omnipotencia –todo parece colmarse y regularse extraordinariamente -,
13
Ibíd
14
Colmenares María Eugenia “La Resiliencia: Responsabilidad del sujeto y esperanza social”

8
situación que rápidamente contrasta con una escena que amenaza esa dicha y es esta la
que se aborda y elabora a lo largo del cuento. La pérdida de esa placidez comporta
resonancias psicológicas individuales, relacionales, familiares y culturales. En lo
individual se trata de conciliar la omnipotencia infantil, que lleva a que los niños
esperen de sus padres un total investimiento. Esta misma omnipotencia infantil impide
reconocer en sí mismo los temores a perder una relación privilegiada con sus padres, a
sentirse único. El niño puede sentir que algo lo acongoja pero no puede reconocer el
temor a perderlos, la envidia, los celos, o los sentimientos de rivalidad al observar una
atención especial hacia un otro.

En la perspectiva de la vida familiar, social y cultural, el cuento muestra que se debe


renunciar a esa necesidad de ser quien todo moviliza, es decir, a ese sentimiento
profundo de omnipotencia, donde el otro actúa para él y situarse en la autonomía de sí,
reconocer y respetar las normas y leyes que ofrecen los referentes parentales, sociales y
culturales para permitirse situar las fronteras entre si mismo y un otro. Es ese
reconocimiento de si, de ser agente de su propia experiencia, la que permite en el cuento
que el personaje principal constituya sus propios recursos.

Segunda parte: En general se plantea el “alejamiento”15, uno de los miembros de la


familia se aleja de la casa, es abandonado, desaparece o muere, o también sufre
transformaciones o riesgos de muerte por transgredir una prohibición. Es el momento en
el que se enuncian las adversidades que debe sufrir. Es decir que la temática se
desarrolla por fuera de la casa, lejos de la protección familiar.

Los lugares donde se desarrollan están llenos de riesgos, de peligros, que los personajes
en general no reconocen como tal. Aparece en ese momento las fragilidades posibles de
la condición humana y a su vez la fuerza otorgada por el sentimiento de dignidad que le
otorga carácter de valentía al personaje.

Los cuentos ofrecen la posibilidad de que cada uno organice representaciones ligadas a
significaciones íntimas; nos muestran escenas donde la función de protección parental
no se lleva a cabo, el abandono, la entrega para que otros los utilicen, los modos de
actuar de los padres, más la soledad que allí parece vivirse, ponen en cuestionamiento:
el amor incondicional, la bondad que se cree portan, así como la capacidad de todo
resolver. Este alejamiento en el cuento muestra como la satisfacción inmediata otorgada
generalmente en los primeros momentos de la vida puede frustrarse o nunca haber
existido y que sin embargo se puede salir avante.

Estas formas relacionales frustrantes que los cuentos presentan, son significadas por el
sujeto en función de su experiencia de vida. El autor muestra a través de su personaje
formas de simbolizar las relaciones, por ello lo muestra con acciones responsables y
constructivas en el medio externo, lo que puede favorecer en quien lo escucha nuevas
significaciones, y permitir al niño descubrir que las experiencias difíciles se pueden
superar, así como también que la frustración y las molestias ocasionadas se pueden
transformar en actos de valentía, nobleza, o con formas que dan nuevos sentidos a las
relaciones, embellecen el entorno y hacen la vida placentera.

15
El alejamiento, también ha sido propuesto por Propp, en su análisis morfológico. Nuestra comprensión está más en
pensar los sentidos que evoca en los niños la separación, pensarse como ser autónomo.

9
También en este momento, aparece en los cuentos la Prohibición16. Para nosotros, la
prohibición que se le significa al personaje principal, muestra la necesidad de contener
los deseos y controlar sus sentimientos de omnipotencia, de todo poder llevarlo a cabo.
Con la prohibición, el cuento ofrece posibilidades de significación, que cada niño
establecerá según su propia experiencia.

La prohibición lleva implícito el mensaje de que para construir la autonomía y obtener


los beneficios de la sensatez, hay que darse el tiempo del desarrollo. Los cuentos
muestran prohibiciones como coger las frutas del jardín vecino, mirar una habitación,
podríamos decir que contiene elementos que muestran acciones de protección,
acompañamiento y de dependencia necesarias para constituir los referentes familiares,
culturales y sociales que aseguran la posibilidad de darse el tiempo de la infancia para
crecer seguros y sin riesgos en lo lúdico. Cada niño va a vivir la prohibición en el
cuento de distintas maneras, para unos podrá ser la posibilidad de significar algunas de
las prohibiciones de los padres, como para otros evocará sistemas de dependencia
difíciles de transformar.

Los cuentos, en general, muestran que cuando la prohibición se transgrede, los peligros
más crueles comienzan a acecharlos. En ausencia de los padres o de los referentes se
desborda la capacidad de contener el cumplimiento de los deseos y no se logran respetar
las normas establecidas por la sociedad. Los cuentos muestran que el deseo omnipotente
cuando busca su cumplimiento, lleva a la perdición. La ética es dejada de lado, pues se
busca la apropiación de condiciones jerárquicas que aún no se han conquistado

Tercera parte: Se desarrolla en el lugar donde ocurren los peligros, pero donde al
mismo tiempo se encuentra protección, que no resulta del todo eficaz puesto que es el
mismo héroe o la heroína que se ponen en riesgo

Engaño: el agresor, que simboliza la envidia, toma la apariencia del individuo bueno y
generoso para engañar a su víctima y apoderarse de esa manera de sus bienes, así,
aparece como el que ofrece objetos o posibilidades para despojar al héroe o heroína de
las cualidades que posee.

Complicidad: En los cuentos, en general la victima se deja engañar y ayuda a su


enemigo a lograr su propósito. En ese momento el héroe o la heroína enfrentan
dificultades para mantener con claridad las fronteras individuales, la autonomía y las
posibilidades de agenciar su vida, es decir mantener la integridad de su identidad.

El daño, los actos violentos, las agresiones tienen en el cuento una función muy
importante, es ahí donde se establece la dinámica de la trama. Los actos del agresor
desconocen la ética, los valores morales, la ley, pero es que en el mundo psíquico
primario los deseos omnipotentes, los sentimientos de envidia, de destrucción que se
proyectan solo tienen como ley su cumplimiento.

En los cuentos de hadas tenemos daños violentos como: robar lo más preciado,
degollar, devorar, matar, ahogar; -mutilar, quemar, abandonar, expulsar; desaparecer,

16
Propp, Vladimir, « Morfología Del Cuento », Buenos Aires !972, editorial Juan Goyanarte (trad. Del Frances). Retomo
los elementos enunciados por Propp, desde nuestra perspectiva de constitución de sujeto.

10
dormirlo, hacerle perder la memoria, engañar; -embrujarlo, transformar en animal o en
piedra, encarcelarlo, forzar a un matrimonio, atormentarlo.

Ese conjunto de actos violentos constituye formas primarias antisociales incompatibles


con la primogénesis de la condición humana -la ética vital-, que guía los procesos de la
constitución del sujeto psicológico ético y social. En los cuentos esas formas violentas
introducidas por los seres humanos no son posibles de mantenerse y exigen una
reparación de la condición humana, de la identidad y de los vínculos relacionales
necesarios para su continuidad.

El agresor en el cuento contiene representaciones de molestias, de iras profundas, de


posibilidad de destrucción que generalmente lo perturban, no le permiten vivir, siente
que lo destruyen, que lo minimizan, por lo tanto, busca aniquilar todo representante de
aquello que lo perturba. El agresor muestra cómo se pueden buscar formas
inimaginables para destruir eso que enaltece al otro, ese actuar bajo el símbolo más alto
de la condición humana –la dignidad-, por ello busca aniquilar en el otro todo aquello
que represente el sentido profundo de la integridad vital, y hacer perder al héroe su
condición humana. Los niños en general, cuando escuchan estas formas de daño,
establecen la necesidad de reparar para que la vida emocional pueda seguir su curso.

Para llevar a cabo su propósito en este momento, el agresor busca información que le
permite descubrir el punto frágil de la victima. A partir de ese conocimiento busca
perturbar la paz de la familia, realizar hechos para provocar una desgracia, hacer un
daño, causar un perjuicio. El agresor siempre busca quitarle al héroe los valores de
existencia más preciados.

Si nos detenemos un poco a pensar en los procesos psicológicos individuales, tenemos


que muchas veces el niño cuando tiene un hermano o siente que otro de sus pares es
reconocido en sus cualidades, quisiera quitarle, al otro, el valor que le reconocen. Los
cuentos muestran cómo el niño a través de su desarrollo debe aceptar la frustración de la
espera, darse el tiempo de recorrer paso a paso cada una de sus etapas, asumiendo los
referentes, las prohibiciones, la ley, distanciando la consecución de ciertos placeres.

Muchas veces el niño como no puede ser como el otro, -ejemplo como sus padres, o
como uno de ellos, que todo lo puede(n) y todo lo tiene(n) (según él), como le es difícil
la espera, la madurez, aceptar la frustración, actúa como la bruja que quisiera destruir en
el otro aquello que es bueno para no tener que vérselas con alguien poseedor de un bien
que lo hace valioso.

Aparecen también en los cuentos los sueños de conquista, que Propp denomina, la
carencia, pero que desde nuestra perspectiva no es una carencia, corresponde más bien
a sueños de libertad y de identidad. En los cuentos estos deseos se sitúan cuando uno de
los miembros de la familia tiene ardientes deseos de poseer algo, pero este poseer, no se
liga con el deseo de quitarle a otro su bien preciado, sino que se trata de enriquecer su
propia identidad, se busca alguien que va a permitir la continuidad y plenitud de su
desarrollo.

Aquí la búsqueda del otro no se da en función de una escisión de bueno y malo, como
en la madre de Blanca Nieves mujer llena de virtudes y la bruja llena de envidia, sino
que aquel con el que se busca compartir la vida tiene también sus propios valores, su

11
identidad parece claramente establecida (El caso de la sirenita). El cuento nos muestra
cómo el objeto o el otro es imaginado en su totalidad. El héroe tiene consciencia de la
frustración que le produce el no tenerlo. Es la capacidad de soportar y manejar la
frustración lo que le permite tener consciencia de la ausencia, de identificar lo que le
falta y establece una representación concreta de aquello. Cuando el cuento comienza así,
el héroe nos muestra sus valores de existencia, reconoce sus deseos y las circunstancias
que rodean su conquista y se hace agente de su búsqueda. Desde el punto de vista
individual se trata de conquistar a partir de los valores de identidad.

Desde el punto de vista familiar, social y cultural, los cuentos muestran que hay valores
de lucha coherentes con el respeto de si y del otro, por el linaje, por los valores sociales.

Cuarta parte: Aparece la muerte del héroe o heroína y el renacimiento

Espacio y objeto mediador: En los cuentos generalmente se divulga, se hace público el


mal hecho, a través de un poema, de un canto o de narrar el hecho. Esto es, porque se
hace necesario encontrar posibilidades reparadoras de la identidad, de ese sentimiento
de unidad, de integridad, de continuidad en su esencia de sujeto. Generalmente el rey –
padre –invita al pueblo a buscar las formas de devolver al personaje su condición
humana.

Estas formas ofrecen significaciones sobre la fuerza vital de la identidad humana,


aparecen aquí como lo expresa Colmenares17 “armas de lucha, de empoderamiento, de
libertad y de sentido”, los actos del héroe muestran la posibilidad de organizar “valores
de existencia”, desde las significaciones del autor podemos acercarnos a la comprensión
de los sentidos que rodean la vida del sujeto que se sitúa dignamente, desde las
evocaciones que surgen en cada uno, se puede significar el respeto, la obligatoriedad de
darse el lugar que le corresponde y establecer los elementos que llevan a la reparación.

Los cuentos nos muestran que generalmente la victima no puede por si sola emprender
ese proceso de transformación, necesita de alguien que reconociendo su sufrimiento, le
ofrezca su capacidad psíquica y su palabra –tenemos así un familiar del personaje, los
enanos en el cuento de Blanca Nieves, las hadas madrinas, las abuelas o los tíos, pero lo
importante en la estructura del cuento, es que es el personaje quien debe asegurarse esa
posibilidad. En ese sentido él acepta transformar su posición psíquica, es decir
evolucionar. Y para ello se necesita tiempo, es eso lo que podemos llamar con las
mismas palabras de Winnicott un espacio transicional y un momento de transición, en la
que se juega el deseo omnipotente y la aceptación de la ley, y es ese espacio donde
cognitivamente el niño en tanto sujeto crea relaciones simbólicas con el universo, se
reconocen las limitaciones, se renuncia a la conquista por medio de formas
omnipotentes y se asume la realidad organizada por la ley en un orden social.

Quinta parte: Es el final, retoma el tema inicial, el héroe o la heroína constituye una
nueva familia o reconstituye la de ella. “Es aquí donde se hace el corte definitivo para
resituar su condición, guiar su propia vida y salir adelante”

Este recorrido buscaba ofrecer una breve reflexión sobre las temáticas de los cuentos,
que además de ofrecernos referencias culturales, ofrecen descripciones correspondientes

17
Colmenares María Eugenia, “La Resiliencia : Responsabilidad del sujeto y esperanza social” editorial Rafue

12
a problemáticas inherentes al desarrollo psicológico. Los niños, por ejemplo, tienen
preguntas fundamentales sobre las experiencias que rodean el nacimiento de la
condición humana y los cuentos de Perrault, de Andersen o Green que tanto encantan a
los niños tratan estas problemáticas: los misterios de nuestro origen, los riesgos de
muerte, el abandono, el maltrato, el incesto, el valor, la fuerza para subsistir las
adversidades, la fidelidad, la traición, las perdidas tanto de seres queridos como de
objetos que tienen un valor simbólico.

La experiencia de trabajo con los niños muestra que tanto en el contexto educativo
como psicoterapéutico el niño realiza frente a la escucha de los cuentos un concienzudo
trabajo de elaboración entre sus deseos y prohibiciones. Construye nuevas
representaciones, de su entorno, de sus actos, de sus relaciones y las constituye en
formas imaginativas que le permiten resguardar relaciones privilegiadas con su contexto
relacional. Al tomar consciencia de sí, de sus preocupaciones, toma también consciencia
de los otros y sobrepasa su individualidad para darle una visión universal, objetiva y
simbólica a sus interrogantes, a los conocimientos que tiene de su entorno, de su mundo
social y cultural con sentidos renovados anudados a sus experiencias de vida

La experiencia educativa ofrece textos que favorecen la reflexión sobre muchas de las
inquietudes y placeres que caracterizan la infancia, pero lo más importante de ello, es
que son los niños que al escucharlos conducen las representaciones de sus mundos
vividos y construyen como el autor lo hizo en su momento, sus propias fantasías, si bien
estas están suscitadas por las significaciones que ellos les dan a los elementos de las
experiencias del personaje, la aventura de los sentidos que allí se suscitan solo le
pertenecen a cada uno en lo más profundo de sus vivencias.

Para finalizar, en los cuentos el héroe tiene la función redentora de la correcta dirección
del comportamiento en concordancia con la totalidad del ser humano, pero es el niño
quien le da vida, lo significa, lo elabora y lo constituye simbólicamente.

El recorrido realizado por las temáticas que ofrecen los 5 momentos del cuento,
evidencia, en cada una de las narraciones de mundos culturales y sociales, elementos
simbólicos de orden universal, de la constitución del mundo psíquico, pero ellos por si
mismos no garantizan el proceso de simbolización. Estos procesos los construye cada
quien al hilar las significaciones de aquello que escucha, lee o ve con su propia
experiencia.

La escucha del cuento permite al niño representarse, imaginar, ser creador de relaciones
simbólicas que protegen la constitución individual de su identidad. El cuento según
quien lo narra, la tonalidad, la expresión que le imprime puede favorecer que los niños
imaginen, connoten de sentidos y designen formas culturales, herederas de la
cotidianidad de su infancia.

La escuela debe tener muy claro el lugar que le plantea al niño y recordar que es él,
quien significa la experiencia. Los valores culturales que allí se expresan deben ser
elaborados por el niño mismo, es él quien se debe dar la oportunidad de situar su
experiencia y transformarla.

Los niños están en proceso de construcción y los procesos de organización de su vida


los hace vulnerables. Para que el maestro o el profesional que se ocupa de los niños y

13
niñas pueda mantener la dirección del desarrollo debe reconocer el contexto cultural
actual del niño y cómo en él emergen sus fantasías. Debe ser capaz de descubrir la
ocasión.

El maestro, el profesional de la educación es responsable de ofrecer una propuesta


acorde con los valores culturales y con los momentos del desarrollo; por su parte el niño
es responsable de hacerse cargo de su crecimiento, de crear la representación de sus
significaciones. Es el quien teje los hilos referenciales de la cultura y de los actos
educativos, en función de la consciencia que va asumiendo de si y de su lugar en el
universo.

INTERVENCIÓN EDUCATIVA E INTERVENCIÓN PSICOTERAPEUTICA

El cuento muestra formas universales de la vida emocional de aquello que no vemos en


la concretad de los hechos. No son las elicitaciones del que cuenta o del que escucha, es
la totalidad de la experiencia la que conduce las significaciones.

Tanto en el polo educativo como en el polo psicoterapéutico se busca trascender las


experiencias concretas. En ambos se solicita del sujeto sus posibilidades de transformar
su realidad.

Hemos visto que la experiencia esencial del ser humano es la de dar sentido a la vida.
Los sentidos comienzan a tejerse desde antes del nacimiento y poco a poco con cada
experiencia se van integrando los significados plurales involucrados en la cultura y en la
sociedad. En esta constitución de sentidos, progresivamente se va tomando consciencia
de las experiencias y es precisamente favorecer esa constitución la principal labor de
padres y maestros, esta labor hace parte de cada relación, de cada experiencia, no solo
durante la infancia, sino también en la adolescencia. Por ello hablamos de que los
adultos implicados deben acompañar el desarrollo del niño y del adolescente ofreciendo
experiencias plenas de significados para que este aprenda y construya a partir de ellas.

En el transcurrir de su vida el niño debe construir procesos identitarios: su identidad


humana, su identidad individual -ese sentimiento profundo de la unidad de si y de la
continuidad de su ser-, que involucra su identificación sexual y la identificación con su
cultura. Ese sentido de si le posibilita constituir sus propios recursos cognitivos,
emocionales y afectivos para que su imaginación y su vida intelectual se enriquezcan.

Cuando el niño va descubriendo el placer de su existencia y encuentra en cada


experiencia vivida un sentido, las significaciones trascienden a la vida en general y
seguramente no necesitará de un trabajo especial, porque el tendrá la fuerza, ética vital y
social para enfrentar las vicisitudes que encuentre. Así no tendrá que pedir protección
contra el peligro, sino que buscará enfrentarlo con la fortaleza de su dignidad, buscando
mantener siempre la libertad de su existencia, lo que le permitirá no solo cumplir con
los deberes sino exigir que los encargados los cumplan.

Es importante diferenciar el acto educativo y el acto psicoterapéutico al utilizar el


cuento como mediador.

14
ACTO EDUCATIVO

El maestro, el profesional que trabaja con la niñez debe ser un educador, ante todo debe
haber constituido un sentido de si y del otro, basado en el reconocimiento de lo humano,
de la ética vital y social, con un profundo sentido de lo cultural y lo social. Solo así
podrá favorecer experiencias que le permitan al niño emocionarse con la búsqueda del
descubrir, del comprender y trascender los hechos fácticos y las rutinas.

El verdadero maestro ofrece en su relación profesional actos educativos que llevan a


que el alumno se sitúe como gestor de su experiencia, para que desde si mismo
constituya la autonomía y participe de la cultura y la sociedad. En el plano educativo, el
cuento puede ofrecer la posibilidad de que el niño descubra el gusto por crecer en su
cultura, por introducirse en los nuevos conocimientos, y en descubrirle nuevas
significaciones de su realidad.

El maestro que utiliza los cuentos como un instrumento para introducir al niño en el
lenguaje escrito, podrá favorecer que el niño enuncie sus representaciones a la vez que
las significa y las enriquece. Los niños sienten un gran placer de re-crear en la pintura,
en la dramatización con títeres, en las construcciones aquellas experiencias que el
cuento les permite vivir y representarse.

Es encantador ver el placer con que los niños dibujan y pintan los pueblos, los bosques,
los ríos, de los cuentos que leen y se permiten compararlos con sus ciudades, con los
bosques, con los parques que conocen.

En el acto educativo el maestro ofrece nuevas posibilidades de significar los mundos


posibles que los cuentos inspiran y tejerlos con los valores que el cuento provee.

ACTO PSICOTERAPEUTICO

La trama psicoterapéutica solo puede constituirse como espacio de valores de vida


puesto que el espacio psicoterapéutico es un espacio de sentido. La psicoterapia ofrece
nuevas oportunidades de transformar la organización psicológica de manera que los
niños puedan constituir un desarrollo armonioso.

El cuento se plantea solamente como referente simbólico que ofrece formas de relación
entre los personajes, su contexto social y la vida. Es en ese espacio simbólico que la
acción psicoterapéutica toma lugar.

El psicoterapeuta conoce bien cómo se establece el desarrollo sano del niño y los
procesos que vive en la constitución de su estructura identitaria. Conocer ese itinerario
le permiten reconocer los elementos que se ponen en juego cuando la organización
psicológica del niño se comienza a perturbar, por ello las actividades que propone, se
constituyen en experiencias vitales donde el niño tiene la oportunidad de elaborar las
significaciones encapsuladas que lo mantienen prisionero. Para el psicoterapeuta el
cuento solo es un pretexto con el que se dirige a un sujeto real, y en la actividad
dramatizada que se organiza con el cuento, interpreta el comportamiento desde el juego

15
de relaciones que se instaura, (entre los personajes18) para ayudarlo a conquistar su
transformación.

La especificidad de la utilización del cuento como pretexto para realizar una


intervención psicoterapéutica radica en que, utilizando el cuento, el niño se permite
actualizar las experiencias de su vida. Retoma de la actividad aquellas relaciones que
contienen los valores de su participación en la organización sociocultural. Con ello se
busca que los niños enfrenten situaciones de la realidad para que se produzcan los actos
que sirven de materia prima para la re-significación y organización de la vida
psicológica. El acto psicoterapéutico se dirige a que los niños reconozcan su ser
sensible, descubran en lo más recóndito e íntimo de sí, aquello que del otro lo angustia o
lo calma y comience a descubrir en sus emociones y formas de reaccionar sus fortalezas
o posibilidades para transitar y enfrentar con valentía o con entereza las distintas
experiencias de la vida.

18
En ese juego la intervención se establece desde el rol. En la dramatización del cuento de la sirenita, una niña de 8
años que tiene dificultad para darle nombre a su personaje sirena (realizado en plastilina) dice: - lo que más me
interesa es casarme con el príncipe. Una de las psicoterapeutas a través del rol de la abuela le dice: dígame pequeña
sirena, usted es la mayor o la menor de las hermanas?, la niña dice soy la menor, cuantos años tienes? – niña 8,
entonces esta sirena con cuerpo de niña pero vestida de adolescente, y adornada su cola como corresponde a la alta
jerarquía, quien es?. Niña: -es que a mi me gusta ese vestido de sirena porque es brillante y bonito (los gestos de la
niña, su vestido y el recargo de accesorios la hacían ver como una adolescente).
La psicoterapeuta tomando la figura de la abuela, la acerca a la sirenita y le dice: mi querida nietecita, tu eres la menor
de mis nietas, tendrás que crecer, conocer las costumbres, aprender los ritos y acatar las leyes para llegar al lugar que
ocupa tu hermana mayor.

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