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Universidad Nacional del Oeste

Escuela de Ciencias de la Salud – Facultad de Odontología

Asignatura: Antropología Filosófica

Cursada virtual – Primer cuatrimestre del 2023

Unidad III: Persona y Dignidad Humana

Docentes: Gabriel Miranda y Lautaro Cardona

8° Clase: Dignidad Humana desde un planteo Histórico

1. Introducción

En la tercera unidad nos dedicaremos a detenernos a problematizar, pensar y reflexionar


en torno al concepto de Dignidad humana.

¿Por qué dedicar una unidad a problematizar y pensar el concepto de Dignidad Humana?
El sentido con el cual se les propone trabajar intelectualmente los temas que son desplegados
en esta unidad, busca invitarlos a que ustedes mismos realicen o vuelvan a realizar (si ya lo
han hecho) una elaboración de los fundamentos centrales que movilizan la tarea
odontológica. Todas/os las/os profesionales de salud que realizan el ejercicio de su profesión
honestamente, son verdaderos humanistas y constructores de una visa social más justa. Quien
cuida, cura y protege a las otras personas, especialmente a los más vulnerables, está
realizando una tarea de servicio y homenaje a toda la humanidad.
¿Por qué nos referimos a esta dimensión ética de la práctica odontológica? Porque a partir
de entender la tarea profesional en toda su dimensión humanista, tiene sentido reflexionar en
torno a la Dignidad humana.

Nuestra sociedad es dinámica, fruto de la acción y pasión histórica experimentada por


todas las personas en el convivir comunitario. El filósofo argentino Juan Carlos Scannone
sostiene que no solamente los seres humanos somos capaces de realizar acciones a partir de
nuestro querer y nuestras posibilidades, sino que muchas veces simplemente “padecemos”
situaciones o realidades que de diverso modo amenazan diversos aspectos de nuestra vida.

La tarea del Odontólogo profesional, inserta en la dinámica social de nuestra Patria, puede
encontrarse padeciendo diversos aspectos ya sean desde lo técnico, lo profesional, lo
económico, lo político, etc. Sin embargo, dicho padecer puede convertirse en un verdadero
motor de transformación de la realidad cultural en la que vivimos. Hay muchos ejemplos de
personas que padecen la realidad social, pero logran hacer emerger -en los círculos sociales
más desfavorables- dinámicas de vida comunitaria que son capaces de trascender y superar
las injusticias instaladas en el tejido social que padecen. Este tema ha sido uno de los ejes
fundamentales del pensamiento scannoniano, capaz de señalar como los movimientos
sociales y populares son los protagonistas de la transformación social, buscando superar las
estructuras de exclusión.

El padecimiento de construcciones sociales injustas, por parte de los sectores populares,


muchas veces logra potenciar las mejores energías humanas logrando hacer emerger nuevas
formas de vida. El pueblo humilde y sencillo, dice Scannone, es capaz de superar los
padecimienientos y transformarlos en acción; acción de vida, de encuentro, de esperanza, de
reconocimiento de la Dignidad humana.

Tal vez sea esta la realidad de muchas personas en el presente, donde el padecimiento
no siempre genera el rencor, sino que dicho padecimiento es capaz de dinamizar a la
existencia en otro sentido, siendo capaz de transformar el padecimiento propio o ajeno en
acción creativa, solidaria, fraterna y amorosa. Así se vuelve semilla de novedad plenificante
aquella frase antigua expresada en la sabiduría de muchas culturas y que Buda Gautama
expreso diciendo «El odio nunca es vencido por el odio, sino por el amor» Jesús de Nazaret
la expreso diciendo «Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen». En la actualidad
muchas personas la reelaboraron diciendo simplemente «El amor vence al odio». Pero más
allá de frases hechas y bonitas, que implica dicha frase.

Detrás de esta frase se encuentra una dinámica particular con la cual se busca establecer
relaciones humanas conscientes, relaciones que sean capaces de trascender las tensiones
contrarias a la relación fraterna entre personas, fundadas en reconocer el valor que todos los
seres humanos poseemos dignidad.

Si nos detenemos a pensar en la Dignidad Humana, mas alla de señalar cuales eran los
modos de valorarla en las diversas épocas de la historia, se trata de mostrar que las personas
tenemos que aprender a superar las diferencias de modo respetuoso de esa dignidad, para
evitar que se siga desplegando constantemente el mito de Caín y Abel.

Scannone señala que la Sabiduría del Pueblo es la reserva moral desde la cual la sociedad
genera nuevas forma de vida comunitaria, más inclusiva y original. Esta sabiduría popular,
sabe gustar de realidades invisibles al modo de proceder utilitario. Ya que este último, se ve
movido por la especulación y alcanza a ver como valor mas alto el poder y tener por encima
del respeto y reconocimiento de la dignidad que poseen las demás personas.

La sabiduría popular vivida comunitariamente se las ingenia para construir las nuevas
formas de convivencia y “salvación” comunitaria; saboreando el valor de la vida común, la
convivencia respetuosa de lo diverso y celebrando la abundancia en lo poco. Las cooperativas
de trabajo popular, los comedores y las organizaciones barriales, son verdaderos círculos de
salvación en medio de situaciones estructurales que buscan sobreponerse a las estructuras
políticas y sociales que no reconocen el valor de la dignidad humana en todas las personas.

En las situaciones de exclusión y padecimiento pareciera que la dignidad de la vida humana,


resplandece con más fuerza y genera en ciertos casos, creativos mecanismos de organización
que buscan abrirse paso hacia adelante, con la esperanza de un mañana mejor.
La tarea que nos proponemos en esta clase, es elaborar el concepto de dignidad humana,
realizando un breve recorrido histórico en el cual podamos ir observando, como en diferentes
momentos históricos fundados en contextos filosóficos diversos, aparecen maneras diversas
de entender la dignidad humana.

Los orígenes del concepto

Podemos situarnos en la época antigua, específicamente en la Griega Clásica en torno al S.


V y s. III a. C. En este contexto, los filósofos clásicos más importante fueros Sócrates, Platón
y Aristóteles. Para éstos filósofos existe una dignidad del ser humano, que se encuentra
relacionada con su forma de actuar.

1. Dignidad en Platón

Podemos ver en Platón y en la figura de Sócrates que nos traza Platón, que el verdadero valor
que posee una persona humana, se encuentra en relación a la capacidad de que tiene cada
persona de dirigir su propia vida. Esta capacidad está profundamente arraigada en el
intelectualismo griego. En que consiste dicho intelectualismo, en la capacidad de alcanzar el
verdadero autoconocimiento y realizar las obras en consonancia con la verdad descubierta en
el mundo de las Ideas.

Recordemos el final del primer párrafo del punto III ubicado en el libro VII de la República:

“En los últimos límites del Mundo Inteligible, se encuentra la Idea de Bien, que se percibe
con dificultad, pero que no podemos percibir sin llegar a la conclusión de que es la causa
universal de cuanto existe de recto y de bueno (…) por lo tanto, debemos tener los ojos fijos
en ella para conducirnos sabiamente, tanto en la vida privada como en la pública”

La dignidad humana para Platón no se encuentra intrínsecamente unida al ser, sino que
esta puede conquistarse como el resultado del hacer ético. La dignidad adviene si se
desarrolla la capacidad de alcanzar el autoconocimiento y luego de liberarse de las cadenas
del conocimiento sensible y alcanzar así el mundo de las Ideas. Si el alma no logra liberarse
de las cadenas de la sensibilidad, nunca podrá ser valorada como digna.
2. Dignidad en Aristóteles

En la filosofía aristotélica podemos descubrir un análisis progresivo de la realidad


humana en el que se van abordando diferentes dimensiones de ente humano. En el análisis
metafísico que realiza del ser humano, parte de la dimensión universal que concibe al hombre
como animal racional dotado de una naturaleza sustancial cuya característica sobresaliente
dentro de su especie es la razón. En el análisis filosófico de la psiqué -que encontramos en
el tratado Acerca del Alma- el ser humano posee facultades sensitivas y espirituales que lo
ubican en un lugar único dentro de la diversidad viviente. Tanto en la dimensión metafísica
como en la dimensión de la filosofía natural, el ser humano es universalmente único e
irrepetible y conllevan a ver una unidad ontológica en toda la humanidad, todos los seres
humanos son ontológicamente iguales. Sin embargo, falta analizar una tercera dimensión,
que es la dimensión ético-política. En el espacio comunitario de la polis el ser humano puede
alcanzar la felicidad, como realización plena de sus disposiciones naturales. La felicidad es
el fin de la vida humana, sin embargo, dicha felicidad no la puede alcanzar de forma aislada
y egoísta, por ello posee una dimensión social. También, es importante señalar que la
inteligencia humana es capaz de desarrollar la virtud de la sabiduría, que junto con la
prudencia puede darse cuenta cuando una acción es virtuosa –acercando así al ser humano a
la felicidad- y cuando una acción es viciosa –alejando al ser humano de su felicidad-.

El Hombre era un ser perfectible que podía usar sus recursos morales como los bienes
materiales para alcanzar la felicidad. Esta vinculación entre la virtud humana como prudencia
y la función propia del Hombre, se hizo gracias a la conexión de cuatros elementos que
servirán de apoyo al concepto de dignidad humana: felicidad, razón, autonomía y conciencia.
(Pele 2006; 150)

Los elementos señalados en el texto, ven en Aristóteles un filósofo que singulariza la


dimensión universal propia de su naturaleza humana, en la dimensión ética, que cada
individuo sera responsable de desplegar por si mismo, movilizado por la búsqueda de la
felicidad entendida como un sentimiento interno de plenitud perdurable en el tiempo. Ahora
bien, esta felicidad necesita del desarrollo de la razón capaz de entenderse a sí misma como
única e irrepetible y que posee por tarea el buen vivir. En este sentido, la conciencia
individual es causa y principio del buen obrar. La capacidad de proyección y la autonomía le
permiten al ser humano, realizar su vida. Sin embargo, entre las virtudes que realizan la
esencia o alcanzan la felicidad, se encuentran virtudes como la magnanimidad y la amistad.
Incluso, el concepto de felicidad aristotélica contemplaba que el ser humano participara de
la política, en la medida que la participación política virtuosa coincide con el desarrollo de
las potencialidades más importantes de cada ser humano (Pele 2006, 187).

Al respecto, la filósofa Martha Nussbaum señala:

El primer y más llamativo defecto es la ausencia en Aristóteles de todo sentido de la


dignidad humana universal y, a fortiori, de la idea de la iualdad en valor y dignidad de los
seres humanos. Tal vez exista una tensión interna en el pensamiento aristotélico: en efecto,
Aristóteles a veces afirma (como destacaré aquí) que todo ser natural es digno de maravilla.
Pero hay que admitir que en sus escritos éticos y político se reconocen nítidas jerarquías
humanas: las mujeres aparecen subordinadas a los hombres, los esclavos a los amos.
(Nussbaum, M. 2015, IX)

Para Aristóteles, al igual para Platón, la dignidad humana es aposteriori, se debe


alcanzar luego de realizar cierto ejercicio de la propia humanidad. Por ello, si bien parecía
que existía una concepción de igualdad en el orden metafísico, en el orden biológico y ético
había una diferencia muy marcada tanto dentro de la polis como fuera de ella.

3. El Cristianismo y la Dignidad Humana

A partir del Cristianismo, la concepción de Dignidad humana cambiará. Es importante


aclarar, que el cristianismo como doctrina religiosa, a lo largo de su historia tendrá que ir
elaborando filosóficamente conceptos que inicialmente se expresaban de modo espontaneo
y sin muchos argumentos. Sin embargo, ya en los primeros siglos comienzan a encontrarse
escritos con formulaciones que buscan expresar de modo apologético la doctrina cristiana.
En el S IV Agustín de Hipona (354-430) será uno de los representantes más destacados del
pensamiento cristiano. Más tarde Tomas de Aquino (1225-1274) será otro gran referente del
pensamiento cristiano occidental, sin embargo, hay cientos de filósofos que han desarrollado
una tarea fecunda y destacada en el ámbito conocido como filosofía cristiana.1

1
Para un estudio sistemático de la filosofía medieval, existen varias obras importantes, la que se ha vuelto un
clásico es la obra del filósofo francés Etienne Gilson. La filosofía en la edad Media.
En torno a la concepción de dignidad humana, en el transcurso de la historia han
habido varias disputas e interpretaciones disimiles dentro del propio cristianismo. Este hecho
ha generado, que frente a las aporías en torno a un concepto, muchas veces se deja convivir
ambas concepciones mientras se toma un tiempo prudencial para discernir su significado y
realizar un pronunciamiento sobre cuál de esas significaciones es el más conveniente. Sin
embargo, entre los primeros escrito que se encuentran de los denominados Apologistas,
tenemos un texto de Justino (100/114–162/168) quien busca señalar la igualdad humana
sosteniendo “Y al principio hizo Él al género humano racional y capaz de escoger la verdad
[…] todos han sido creados racionales y capaces de contemplar la verdad”.2 En este texto,
podemos ver la afirmación de la dignidad humana como un atributo universal de todos los
seres humanos, más allá de la diferencia cultural o religiosa propia de cada ser humano. La
novedad que trae el cristianismo, no es la de una verdad sostenida por una minoría para que
se reconozcan sus derechos de minoría, sino la irrupción del mensaje, se funda en la
pretensión de universalidad de su discurso, con el cual busca no solamente defenderse
políticamente de las amenazas del Imperio Romano, sino también proponer una nueva forma
de ver la vida y valorar al ser humano.

Pero como hemos dicho antes, no siempre existió una forma unificada de ver el concepto de
dignidad y un ejemplo de ello fue la Controversia de Valladolid, cuya disputa se desarrolla
en el contexto interior de la Iglesia y tiene como motivo argumentar el tema de la dignidad
humana en los pobladores de América.

a. La controversia de Valladolid

Entre 1550 y 1551 se pone en cuestión el significado de dignidad humana dentro de la


perspectiva cristiana española. En el seno de la Iglesia Católica Española, Ginés de Sepúlveda
plantea que la dignidad humana es aposteriori (como sostenían Platón y Aristóteles); las
acciones de los seres humanos, muestran su dignidad. El clérigo señalando las acciones
inhumanas que estos pobladores realizaban, tales como los cultos de sacrificios humanos y
antropofagia denotaba que no eran dignos de ser llamados seres humanos. Éstos debían

2
Justino, “Apología I”. En: Ruiz Bueno, op.cit. p. 212. Tomado de: Cuda, E. El principio liberal de igualdad
no es de origen cristiano. En: Anacronismo e irrupción.
aprender la cultura española y solo cuando sus obras lo demostraran, serían tratados como
personas humanas.

Bartolomé de las Casas, en contra de la perspectiva de Sepúlveda y fundamentado en el


pensamiento de Tomás de Aquino, planteó como argumento las enseñanzas metafísicas de
Tomas de Aquino en torno a este tema. Tomas de Aquino, siguiendo a Aristóteles distingue
la dimensión esencial de los entes, de la accidental. Lo esencial en el ser humano, es aquello
por lo cual un ser humano es humano, o sea, la naturaleza racional -Recordemos que Tomas
de Aquino, sigue a Boecio definiendo al ser humano como Sustancia individual de naturaleza
racional- Si lo esencial es la racionalidad ¿qué es lo accidental? Lo accidental es aquello que
puede variar en los distintos seres humanos. Si afirmamos que es esencial al ser humano su
racionalidad y por ello decimos que el ser humano siempre será humano más allá de haber
nacido y vivido en América, Europa, Asia o África; tenemos que señalar que son accidentales
aquellas características que se dan de un modo particular en cada individuo de la especie
humana, por ej., la altura, el peso, la edad, el color de piel, la cultura, la religión, etc.

El fundamento de la dignidad humana, para Bartolomé de Las Casas, está en la esencia


humana y dicha esencia es la característica distintiva de la vida humana. La vida humana,
posee la capacidad de desarrollar luego diversos modos culturales. Pero como ya dijimos, la
eticidad propia de cada cultura no elimina o genera dignidad humana; los actos que van contra
la vida podrían oscurecer la dignidad, pero nunca la borran del todo esa dimensión fundante
del ser. Es por ello, que el respeto por la dignidad humana es un principio ético en el orden
de la filosofía y un deber religioso para los creyentes cristianos que deben seguir como primer
mandamiento Amar a Dios y en segundo lugar, amar al prójimo como a uno mismo”. Los
seres humanos pertenecientes a los pueblos originarios son creaturas y en cuanto que son
racionales son personas; por ello merecen el respeto.

El cristianismo católico, que ha sabido capitalizar las controversias y disputas que se han
suscitado a lo largo de la historia en torno a la interpretación de muchas cuestiones delicadas,
deja definida la noción de dignidad humana reconociendo su dimensión creatural, como ya
lo había hecho Justino en el S. II, pero exponiendo que se trata de una realidad ontológica y
no moral.
“La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y
semejanza de Dios (…) La imagen divina está presente en todo hombre” (CIC 1700-
1701)

En tal sentido, por más que los males morales aquejen al ser humano y puedan desfigurar la
imagen fundacional de la naturaleza humana, esta nunca se pierde completamente.

4. Pico de la Mirandola (1463-1494) y la Dignidad Humana

Para abordar el siguiente autor, nos ubicaremos históricamente cincuenta años antes de la
Controversia de Valladolid, pero viajaremos de España hasta el Norte de Italia, a Florencia.
Pico de la Mirandola, fue un humanista y escritor italiano que a pesar de haber fallecido a los
treinta y un años de edad, ha dejado varios escritos, entre el que se destaca el Discurso de la
Dignidad Humana. Este discurso lo ha prepara como introito al texto de 900 tesis en las que
buscaba exponer una síntesis del pensamiento griego, hebreo, árabe y latino.

En el inicio de dicho escrito podemos leer:

Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una


prerrogativa peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerrogativa
que conscientemente elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves.
La naturaleza definida de los otros seres está constreñida por las precisas leyes por
mí prescritas. Tú, en cambio, no constreñido por estrechez alguna te la determinarás
según el arbitrio a cuyo poder te he consignado. Te he puesto en el centro del mundo
para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste
ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice
de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar
en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las
realidades superiores que son divinas.

Como podemos ver en el texto, el ser humano se distingue del resto de los seres creados por
poseer la capacidad de autodeterminarse a sí mismo. Tú, en cambio, no constreñido por
estrechez alguna te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he consignado. La
libertad humana es el corazón de su dignidad, pues ella le permite llegar a ser soberano
artífice de ti mismo. Dicha libertad le confiere la capacidad de descender a lo más bajo de la
naturaleza, Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, pero también le
permitirá regenerarse.

El tema de la libertad humana como principio de realización

Al hombre, desde su nacimiento, el Padre le confirió gérmenes de toda especie y


gérmenes de toda vida y, según como cada hombre los haya cultivado, madurarán en
él y le darán sus frutos. Si fueran vegetales, será planta; si sensibles, será bestia; si
racionales, se elevará a animal celeste; si intelectuales, será ángel o hijo de Dios y, si
no contento con la suerte de ninguna criatura, se replegará en el centro de su unidad,
transformado en un espíritu a solas con Dios, en la solitaria oscuridad del Padre –él,
que fue colocado sobre todas las cosas– y las sobrepujará a todas.

Esta concepción de que estamos llenos de gérmenes de todas las cosas, ya estaba presente en
el filósofo Anaxágoras, las homeomerias eran gérmenes de todas las cosas que estaban en
todas las cosas y permitían hacer germinar lo parecido. Pero para Pico, lo que se vuelve de
algún modo todas las cosas, es la inteligencia y en esto se ve la influencia aristotélica.

Uno de los elementos más interesantes del texto, es la manera de hacer confluir las diversas
tradiciones en señalar al ser humano, que es mediante el cultivo de la sabiduría que podrá
desplegar las alas de su libertad.

Pero no sólo los misterios mosaicos y los misterios cristianos, sino asimismo la
teología de los antiguos nos muestra el valor y la dignidad de estas artes liberales de
las cuales he venido a discutir

Pero cual es esa sabiduría:

En efecto, aquel μηδεν αγαν [medén agan], esto es, «nada en exceso» prescribe
rectamente la norma y la regla de toda virtud según el criterio del justo medio, del
cual trata la moral, y el famoso γνοτηι σεαυτ⌠ν (gnothi seautón], esto es, «conócete
a ti mismo» incita y exhorta al conocimiento de toda la naturaleza, de la cual la
naturaleza del hombre es vínculo y connubio.

El registro de la obra de Pico es el de una sabiduría que intenta relacionar todas las sabidurías
conocidas, tanto en la ética de los filósofos griegos, como en la religión judía, cristiana,
musulmana, persa encuentra semillas de sabiduría, fundadas en el cultivo de la vida humana.
Podemos ver en Pico un ejemplo del clima de época, caracterizado por una búsqueda de
saberes capaces de relacionar las culturas y crear una comunidad mas pacifica fundada en el
cultivo de la sabiduría.

5. Kant y la Dignidad Humana

Para cerrar esta breve y acotada introducción que pretende señalar algunas perspectivas en
torno a la idea de dignidad humana que se desarrollaron entre la Grecia Clásica y los inicios
del s. XIX, pesentaremos muy brevemente a Emmanuel Kant (1724-1804). Este filósofo no
solo ha revolucionado la Historia del Pensamiento en el ámbito del conocimiento sino
también en el de la ética. La filosofía moral y política ha aceptado uno de los principios éticos
básicos formulados por Kant –tratar a cualquier otra persona siempre como un fin y nunca
sólo como un medio (a este principio se lo ha denominado imperativo categórico)– como
base para la concepción de los derechos humanos, por lo que, en este sentido, se trata de un
concepto fundacional. Vale decir que la dignidad humana se vincula estrechamente con los
derechos humanos.

“Obra de tal manera, que la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de


todo otro, siempre al mismo tiempo sea un fin, nunca meramente como medio”

Para la filosofía kantiana, a diferencia de los valores materiales o los precios


financieros, la dignidad humana no tiene ningún equivalente externo y por ello no puede ser
“utilizada” se trata de un valor intrínseco de la persona, a partir del cual toda persona tiene
que ser respetada como un fin en sí misma.

En el sistema de la naturaleza el hombre […] es un ser de escasa importancia […].


Ahora bien, el hombre, considerado como persona, es decir, como sujeto de una razón
práctico-moral, está situado por encima de todo precio; porque como tal […] puede
valorarse […] como fin en sí mismo, es decir, posee una dignidad (un valor interno
absoluto), gracias a la cual infunde respeto hacia él a todos los demás seres racionales
del mundo
El mérito depende de los logros personales reconocidos públicamente (un logro académico,
laboral, deportivo, etc). En cambio, todas las personas tienen dignidad en tanto ser humano
(más allá de sus logros).

La noción de dignidad humana es la base para que una sociedad o comunidad respete a cada
uno de sus miembros como persona o agente moral.

Asimismo, esta noción exige que los intereses y el bienestar del individuo se consideren
prioritarios respecto al interés exclusivo de la sociedad, la comunidad o cualquier otro tipo
de colectivo. En otras palabras, dado que todos poseemos dignidad humana, ninguna persona
debe ser sacrificada en aras de la ciencia (como ocurrió en los experimentos médicos que se
realizaron durante la Segunda Guerra Mundial) o de la sociedad (como ha ocurrido en los
regímenes totalitarios).

Tarea

1- Elige dos concepciones de dignidad humana que te hayan llamado la atención.

2 -Busca una noticia que muestre una investigación en Odontología o un tratamiento.

3 -Realiza un escrito en el que puedas explicar cómo fue considerado el valor de la dignidad
humana

Bibliografía

Heller, M. (2010) La actualidad del concepto Kantiano de Dignidad. En: La dignidad


Humana. Filosofía, bioética y derechos humanos. Secretaría de Derechos Humanos. Sección
Debates y Nuevos desafíos. Pp. 25-29

Amengual, G.(2007) Concepto de Persona del libro Antropologia Filosófica. Cap. VIII,
puntos 2 al 4 pp. 208-238

Pele, A. (2015) La dignidad humana: modelo contemporáneo y modelos tradicionales. En:


Revista Brasileira de Direito, 11 (2): 7-17, jul.-dez. 2015 - ISSN 2238-0604

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