Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
5 de septiembre de 2020
Cómo las dinámicas familiares y escolares son factores o de riesgo o de apoyo para los
adolescentes puertorriqueños.
“Esta investigación puntualiza, una vez más, la importancia del entorno familiar y del
entorno escolar en el desarrollo social y emocional en la adolescencia. Durante esta
etapa de vida se suscitan una serie de situaciones conflictivas con la familia que,
dependiendo de las condiciones positivas o negativas en que se encuentren los
adolescentes, les facilitará superarlas de una manera más o menos adecuada. Incluir a la
familia como aliada para la prevención de condiciones de salud mental entre los
adolescentes redunda en un beneficio para el bienestar del joven. Claramente se resalta
la importancia de la comunicación y relaciones interpersonales en la familia y la
escuela.
Estos resultados también apuntan a la necesidad de desarrollar medidas prácticas y
eficaces que contribuyan al beneficio de los jóvenes en las escuelas de Puerto Rico. Al
igual que otros investigadores del tema han señalado en el pasado, un manejo apropiado
por parte de la familia, la escuela y otros grupos en la sociedad, en colaboración con
el propio individuo, pueden hacer la diferencia en la salud mental de nuestros
niños/as y adolescentes.” (Álvarez et. al. 2016)
emocionales y sociales que se dan en este periodo, incluida la exposición a la pobreza, el abuso o
la violencia, pueden hacer que los adolescentes sean vulnerables a problemas de salud mental.
factores de riesgo que puedan afectar a su capacidad para desarrollar todo su potencial es
esencial tanto para su bienestar durante la adolescencia como para su salud física y mental en la
edad adulta.
sociales y emocionales importantes para el bienestar mental, tales como acoger hábitos de sueño
situaciones difíciles, resolución de problemas; y aprender a identificar las emociones para poder
conocerse uno mismo a través de todos estos procesos. También es indiscutiblemente importante
contar con un entorno favorable en la familia, la escuela y la comunidad en la que se
(OMS, 2007)
Los factores que establecen la salud mental del adolescente son múltiples, pero
primeramente hay que entender que cuantos más sean los factores de riesgo a los que están
expuestos los adolescentes, mayores serán los efectos que puedan tener para su salud mental.
Algunos factores que pueden contribuir al estrés durante la adolescencia son; el querer tener
que vive el adolescente y sus percepciones o aspiraciones para el futuro. Otros importantes son la
calidad de su vida, cumplimiento de necesidades básicas y las relaciones con sus compañeros. La
riesgos registrados para la salud mental. Esto crea que sean especialmente vulnerables a la
Cabe destacar que algunos adolescentes corren mayor riesgo de padecer trastornos de
salud mental a causa de sus condiciones de vida entre ellos se encuentran adolescentes que viven
en lugares inestables, los que padecen enfermedades crónicas, trastornos del espectro autista,
matrimonios precoces y/o forzados; huérfanos y los que forman parte de minorías de perfil étnico
o sexual, o de otros grupos discriminados. Por otra parte, los adolescentes con problemas de
salud mental son particularmente vulnerables a la exclusión social, discriminación,
Ahora bien, proporcionar un cuidado de salud mental adecuado para niños y adolescentes
puede ser un proceso complicado. Esta población se caracteriza por un desarrollo mental y físico
continuo y acelerado por lo que esos cambios pueden precipitar, complicar o enmascarar
problemas emocionales y de comportamiento. Hay que orientarse y auto educarse sobre el proceso
de desarrollo por el cual está pasando el/la adolescente para que poder ofrecer apoyo y soluciones
efectivas cuando este lo necesite. Hay que ayudarle a conocer y a cómo enfrentar los retos de la
efectiva, para esto se puede poner en práctica actividades deportivas en familia e involucrar al
con el/ la adolescente y discutir la posibilidad de buscar ayuda profesional de inmediato. Se debe
mantener una comunicación abierta con los hijos, no juzgar y explorar abiertamente sus
pensamientos. Explorar los posibles conflictos que esté enfrentando. Proveer un espacio para que
el niño o adolescente se exprese libremente. Finalmente siempre se debe tomar las señales de alerta
como algo serio y no permitir que el tiempo corra y buscar la ayuda adecuada.