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La ciudadanía y su dimensión económico-

financiera
Lección 2, módulo 4

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La ciudadanía y su dimensión económico-financiera

La comprensión de la realidad social implica reconocer su complejidad de abordaje como los modos variopintos que
disponen los sujetos para intervenirla. Desde el plano de la ciudadanía, no como mera noción formal o jurídica, sino
como experiencia humana, supone entender que esa vinculación ciudadana con el mundo real y sus recovecos es
también pluridimensional y no se reserva sólo al espacio de la política, sino que se desenvuelve en los planos societales,
culturales y, por cierto, también desde la dimensión económica y financiera. Como entes políticos nos interesa el
bienestar de las comunidades y de los territorios en los cuales participamos, comprometidos bajo la idea del bien
común, la justicia social, el respeto a los derechos humanos y la lucha por un mundo sostenible.

En este sentido, no podemos entender que la Educación Financiera y la Formación Ciudadana vayan por carriles
separados, por cuanto son dos vertientes que coadyuvan en el desarrollo de las personas a través de aprendizajes
situados, experienciales y promotores de la capacidad de pensar el mañana desde criterios de cambios beneficiosos
para los colectivos humanos. Tal como lo indicó en su momento el fallecido didacta catalán Joan Pagès (2005), en el
debate sobre el papel de la ciudadanía, se deben incluir los conocimientos económicos, incluyendo lo teórico-
conceptual, procedimental y valórico. En este sentido, este repertorio de saberes no está definido sólo para proveer
herramientas para explicar la realidad (por ejemplo, el fenómeno de la exclusión financiera, la pobreza, las inequidades
socioeconómicas, entre otros), sino para intervenirla pensando en las posibilidades de concretar otras versiones de la
realidad o como diría Paulo Freire, desde lo inédito viable. La opción del cambio, orientado por el compromiso
ciudadano inspirado en un horizonte (finalidad) y animado por una idea de inclusividad y una ética financiera que
supere las versiones patológicas del individualismo, el consumismo, la competencia sin sentido, la explotación no
racional de los recursos, el materialismo, por nombrar algunos.

En este punto, valga recordar las palabras del pedagogo crítico Paulo Freire quien nos invita a proyectar
transformativamente nuestras acciones ciudadanas, que es parte de nuestra tarea formativa y como actores/as: "Lo
que no es posible es pensar en transformar el mundo, sin un sueño, sin utopía y sin proyecto” (Freire, 2012). Nuestro
sueño, desde una ciudadanía económico-financiera es poder actuar en un mundo de incertidumbres, desde nuestras
comunidades y territorios, responsables por lo que nos acontece (lo que me sucede, te sucede también), por lo tanto
pensar ese horizonte impone desarrollar competencias ad-hoc, para que el cambio que se aspira (por ejemplo, superar
esta sociedad de los residuos y la basura contaminante, arribando a una sociedad autosustentable y recicladora desde
una economía circular), no se quede en el proyecto y se materialice de alguna manera1.
Ello se empalma con las ideas de Selwyn y Maher (2003), en donde el enfoque sociocrítico y la formación
multidimensional de la ciudadanía encuentran su punto de encuentro: “la supervivencia de nuestra democracia
depende de una ciudadanía informada, capaz de tomar decisiones razonadas basadas en el pensamiento crítico. Este
pensamiento ha de basarse en el conocimiento -de nosotros y de los otros, de las fuerzas históricas, geográficas,
políticas y económicas que determinan nuestro mundo y los valores de la democracia” (Sellwyn y Maher citados por
Pagès, 2005)

1
Revise, de modo complementario, las Infografías N°7 (Consumidores éticos, responsables y conscientes de su incidencia en el
medio ambiente) y N° 8 (Consumo ético y sustentabilidad)
2
Competencias ciudadanas para la dimensión económico-financiera

Para actuar en un mundo de incertezas, como recién mencionamos, requerimos de herramientas claves con las cuales
viabilicemos nuestras hipótesis; requerimos de herramientas plausibles insertas en una lectura didáctica del currículum
que desentrañe desempeños financieros útiles a la luz de la vida cotidiana, la comprensión y análisis de la realidad, la
resolución de problemas socialmente relevantes2 y dilemas financieros preocupantes desde lo colectivo. Es a través de
este repertorio que nuestros niños, niñas y adolescentes podrán posicionarse frente al mundo desde una perspectiva
no sólo crítica sino también creativa.

Desde el punto de vista democrático, esta mirada va de la mano con el desarrollo de la capacidad de agencia de los
sujetos y de la emergencia de una democracia de tipo deliberativa, en donde la ciudadanía tome decisiones y actúe
ética, responsable y sosteniblemente.

Para el caso, se utilizarán como referentes el listado de competencias clave para orientar la práctica docente y las
experiencias de aprendizaje de niños, niñas y adolescentes, aunque son extrapolables a otros grupos etarios y formas
de ordenamiento de lo formativo. Estas competencias que reseñaremos operan tanto para la especificidad de la
Educación Financiera como para el más amplio abordaje vinculado con la Didáctica de la Economía. Se trata de un
marco referencial de tipo transversal, esgrimible por las distintas asignaturas que componen el currículum,
estructuradas para su aplicación práctica y la promoción de la metacognición, conectadas con los contextos y realidad
social.

De modo indudable estas competencias, requiere el trabajo coordinado de los equipos y comunidades docentes, pues
para su trabajo escolar implica consensuar un posicionamiento respecto de la Educación Financiera (un
establecimiento podría “casarse” perfectamente con el referencial competencial de PISA y está bien: es una toma de
decisión) y reconocer que -en la mayoría de los casos- habrá de delimitarse un trabajo de largo aliento (como el
desarrollo de estrategias de proyectos u otras).
El siguiente listado puede modificarse, editarse o reformularse, conforme a las peculiaridades de los equipos docentes,
los contextos escolares y, lo medular, las características y requerimientos de aprendizaje del alumnado.

Tabla N° 1
Listado de competencias claves

Competencia clave Conexión con la Didáctica de la Economía y Educación


Financiera
Comunicación lingüística -Vocabulario para comprender temáticas económico-
financieras de la vida cotidiana.
-Términos y textos científicos del ámbito económico-financiero.
-Comprensión de propuestas de política pública.
-Manejo de conceptos vinculados con la gestión de proyectos.

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Los problemas socialmente relevantes, para A. Santisteban (2010) son “un contenido específico que tiene que ver con el mundo
que nos rodea y con la comprensión de éste por parte del alumnado. Los PSR son problemas que tienen que ver con las relaciones
humanas, con los valores sociales p con los grupos sociales y comunitarios, y suelen ser de naturaleza económica, política,
sociológica, antropológica, etc. La finalidad de trabajar estos problemas en el aula es el reajuste o la redefinición de la organización
social” (Santisteban et al, 2010)
3
Matemática -Resolución de problemas económico-financieros de la vida
cotidiana y de carácter científico-económico financiero.
-Funciones matemáticas y modelos económico-financieros.
-Registro, tratamiento y presentación de datos estadísticos.
-Probabilidad, riesgo e incertidumbre.

Científico-tecnológica -Eficiencia técnica y económico-financiera. Productividad,


costes.
-Sostenibilidad medioambiental.
-Trazabilidad, consumo responsable
Digital -Selección de la información y tratamiento de datos
-Comercio electrónico y banca online
-Crowdfunding3 y financiación de proyectos.
-Difusión de proyectos asociados a emprendimiento y a
investigaciones propiamente tal.
Aprender a aprender -Aplicación de modelos económicos para el análisis de
problemas reales.
-Proyectos de investigación escolar.
-Fases de los proyectos emprendedores.
-Trabajo en equipo, diálogo, motivación y liderazgo.
Sociales y cívicas -Análisis de causas y consecuencias de la desigualdad y la
exclusión financiera.
-Causas y consecuencias económico-financieras de problemas
políticos y sociales.
-Fundamentación de la viabilidad de las propuestas de cambio
social.
Sentido de iniciativa y sentido -Funcionamiento del sistema financiero.
emprendedor -Políticas económico-financieras.
-Responsabilidad de las y los actores.
-Formación financiera y para el consumo sostenible.
-Funcionamiento del mercado.
-Pensamiento crítico y creativo para transformar la realidad
social: gestión de proyectos emprendedores.

Conciencia y
expresiones -Pensamiento creativo e innovación estética.
culturales -Gestión económica y financiera de proyectos emprendedores
artísticos.
Fuente: adaptado de Travé, Molina y Delval (2018)

3
Refiere a lo que en castellano se conoce como micromecenazgos. En otras palabras, se trata de financiamiento colectivo a través
de plataformas virtuales, a través de donaciones. Sin criterios éticos de operacionalidad, el micromecenazgo puede dar pie a
fraudes y aprovechamientos impropios.
4
Innovación y experiencias escolares para la Educación Financiera

Aunque en los módulos precedentes se ha hecho alusión al proceso de innovación, toda vez que hay que pensar la
pertinencia y oportunidad de incorporar nuevas estrategias didácticas que potencien la formación en Educación
Financiera, tenga claro que se trata de un cambio que debe permanecer en el tiempo, incidiendo en la práctica y en
los aprendizajes. Lo anterior implica, desde luego, darle un sentido, una finalidad a su inclusión pedagógica, cuya
materialización deberá ser evaluada y resignificada, produciendo saber docente.

Para que las innovaciones escolares generen este saber docente, habrán de ser recogidas en su totalidad, ordenadas,
sistematizadas, comunicadas y analizadas por el cuerpo de profesores para aprender de aquello. Así es, se habrán de
valorar tanto las experiencias en educación financiera exitosas y aquellas marcadas por el fracaso. Aquello propiciará
una nueva relación con el diseño de propuestas escolares y pavimentar el camino hacia un cambio de mentalidad
docente, en donde nos veamos y actuemos como actores relevantes, creadores de currículum, gestores de contenidos
didácticos, mediadores y facilitadores de procesos relevantes para las y los estudiantes.
Junto con lo anterior, el diálogo con experiencias escolares hermanas en Educación Financiera, tanto locales,
nacionales como extranjeras, contribuirá a trazar nuevos rumbos en un ámbito del conocimiento (como lo es la
Educación Financiera) que posee pocas orientaciones -desde la política pública- para el profesorado.

Referencias
Freire, P. (2012). La Pedagogía de la indignación. Cartas pedagógicas en un mundo revuelto. Siglo XXI.
Pagès, J. (2005). La educación económica de la ciudadanía. Kikiriki, 77, Cooperación Educativa, 45-48.
Santisteban, A. et al (2010). Informe provisional del estado actual de la investigación “El desarrollo de la competencia
social y ciudadana: problemas sociales y pensamiento histórico y social”. Bellaterra (Barcelona): Universitat Autónoma
de Barcelona, MICINN (I+D+I) EDU2009-10984, GREDICS, p. 9.
Travé, G., Molina, J. y Delval, J. (2018). Enseñar y aprender economía en la educación secundaria. Síntesis.

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