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La frase hebrea “besorah natiyah” se traduce literalmente como “brazo

extendido”. Hay muchas referencias sobre el “brazo extendido de Dios”


en el Antiguo Testamento, más exactamente hay diecisiete referencias
al “brazo extendido de Dios”
Ahora por que considero como predicador de la palabra de Dios que es
importante para nuestra fe; escudriñar y comprender bien estas
referencias. La respuesta es que, ello nos ayuda a comprender que,
cuando las escrituras nos hablan de “ el brazo extendido de Dios”; están
haciendo referencia explícita a “la manifestación soberana de Dios en el
mundo” y que esta manifestación, siempre estuvo, esta y estará
acompañada de las más poderosas demostraciones de su inigualable
poder.
En cada momento histórico del pueblo de Dios, de la frase el brazo
extendido de Dios hay una frase sinónima conectada o paralela que
ayuda a ampliar nuestra comprensión.
La primera instancia aparece en Éxodo 6:6-9,

por tanto, di a los hijos de Israel: «Yo soy el Señor, y os sacaré de
debajo de las cargas de los egipcios, y os libraré de su esclavitud, y os
redimiré con brazo extendido y con juicios grandes. 7 y os tomaré por
pueblo mío, y yo seré vuestro Dios; y sabréis que yo soy el Señor
vuestro Dios, que os sacó de debajo de las cargas de los egipcios. 8 y os
traeré a la tierra que juré [levante mi mano para] dar a Abraham, a Isaac y a
Jacob, y os la daré por heredad. Yo soy el Señor». 9 de esta manera
habló Moisés a los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés a
causa del desaliento [pobreza de espíritu] y de la dura servidumbre.
Aquí, vemos como Dios le manifiesta al pueblo que guiaba a través de
Moisés que, Él lograría su liberación y su redención con “un brazo
extendido” y con grandes juicios. Mucho después de que se cumplió la
redención, Moisés le recuerda al pueblo que Dios los había sacado de
Egipto con señales, prodigios, guerra, mano fuerte y “brazo extendido”
(Deuteronomio 4:34). 32 Ciertamente, pregunta ahora acerca de los
tiempos pasados que fueron antes de ti, desde el día en que Dios creó al
hombre[Adán] sobre la tierra; inquiere desde un extremo de los cielos
hasta el otro. ¿Se ha hecho cosa tan grande como esta, o se ha
oído algo como esto? 33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando
de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha sobrevivido? 34 ¿O ha
intentado dios alguno tomar para sí una nación de en medio
de otra nación, con pruebas, con señales y maravillas, con guerra y
mano fuerte y con brazo extendido y hechos aterradores, como[conforme a
todo lo que]
 el Señor tu Dios hizo por ti en Egipto delante de tus ojos?
* “Cuando toda la ayuda humana ha fallado, y el alma, exhausta y desesperada ha perdido la
esperanza en el hombre, Dios se acerca, y dice: YO SOY.” (Meyer)

i. Los patriarcas conocían el nombre de Yahveh (es usada unas 160 veces en Génesis); pero la gran
aplicación al que se refiere el nombre de Dios el cual guarda y cumple el pacto: También establecí mi pacto
con ellos. “Los patriarcas solamente tenían las promesas, no las cosas prometidas.” (Kaiser)

c. Como Dios Omnipotente: En suma, aunque los patriarcas conocían a Dios Omnipotente (El-Shaddai),
ellos no le conocían a Él tan extensamente ni íntimamente de la forma que Él se revelaría a Si mismo a
Moisés y a su generación. Ellos conocían el poder de Dios, pero no tuvieron la misma relación personal y la
revelación que Moisés llegaría a conocer.

i. Para nosotros, Dios quiere ser más que Dios Omnipotente – Él quiere que nosotros le conozcamos a Él
personalmente, como al Dios que hace promesas y las cumple, en el cual podemos confiar para cualquier
cosa. Los creyentes se debieran de preguntar a sí mismos si en realidad conocen a Dios por dichos nombres.

ii. “La suprema necesidad en cada hora de dificultad y depresión es una visión de Dios. El verle a Él es el ver
cualquier otra cosa en una proporción y perspectiva apropiada.” (Morgan)

Moisés luego repite la referencia paralela a la mano poderosa y el brazo


extendido de Dios en Deuteronomio 5:15. Moisés le recuerda a Dios que
el pueblo de Israel es el pueblo de Dios y que Él había sacado a Israel
de Egipto “con tu gran poder y tu brazo extendido” (Deuteronomio
9:29). Moisés desafía al pueblo que han experimentado la grandeza de
Dios, su mano poderosa y su brazo extendido (Deuteronomio 11:2), y
en su referencia final al brazo extendido de Dios, Moisés recordó que
Dios había sacado a Israel de Egipto con mano fuerte, brazo extendido,
terrores, señales y prodigios (Deuteronomio 26:8).
Cuando Salomón dedicó el templo, habló del gran nombre, la mano
poderosa y el brazo extendido de Dios
1 Reyes 8:42; (2 crónicas 6:32)
41 
También en cuanto al extranjero que no es de tu pueblo Israel,
cuando venga de una tierra lejana a causa de tu nombre 42 (porque
oirán de tu gran nombre, de tu mano poderosa y de tu brazo
extendido), y venga a orar a esta casa, 43 escucha tú desde los cielos, el
lugar de tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida,
para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre para que te
teman[y], como te teme tu pueblo Israel, y para que sepan que tu
nombre es invocado sobre esta casa que he edificado.
El autor de 2 Reyes recuerda a los lectores que Dios había librado a
Israel de Egipto con gran poder y brazo extendido (2 Reyes 17:36); en
consecuencia, Dios debe ser temido, adorado y sacrificado. Recordando
la grandeza y la provisión de Dios, un salmista relata que Dios sacó a
Israel de Egipto con mano fuerte y brazo extendido (Salmo 136:12) y
tres veces dentro de ese contexto enfatiza que la misericordia de Dios
es eterna (una declaración que aparece con frecuencia a lo largo del
salmo).
Jeremías registra cuatro alusiones más al brazo extendido de Dios,
registrando primero la advertencia de Dios de que, debido al pecado de
la nación, haría guerra contra ellos con mano extendida y brazo
poderoso (Jeremías 21:5).
Dios le recuerda al oyente que Él creó con Su gran poder y Su brazo
extendido (Jeremías 27:5)—un estribillo repetido por Jeremías en
Jeremías 32:17, cuando observa que nada es demasiado difícil para
Dios, quien está lleno de misericordia y quien recompensa justamente
(Jeremías 32:18). Jeremías también relata la liberación de Israel de
Egipto “con señales y prodigios, con mano fuerte y brazo extendido y
gran terror” (Jeremías 32:21).
Las dos últimas referencias al brazo extendido de Dios aparecen en
Ezequiel 20:33–34, cuando Dios promete que gobernará con mano
fuerte, brazo extendido y con ira derramada (o completada). Dios
agrega que traería a Israel de regreso a la tierra con las mismas tres
características: con mano fuerte, brazo extendido y con ira derramada.
Muchas de estas referencias al brazo extendido de Dios remiten al lector
a la poderosa liberación de Israel por parte de Dios, a sus tratos
continuos con Israel y la futura liberación de la nación. Estas referencias
están conectadas a ideas tales como grandes juicios, mano poderosa,
señales, prodigios, guerra, poder, grandeza, terrores, un gran nombre,
misericordia eterna e ira derramada. Estos contextos descriptivos nos
ayudan a reconocer que el brazo extendido de Dios es Su aplicación de
Su soberanía sobre los asuntos de la humanidad, y particularmente de
Israel. El resultado es que debemos temerle, reconociendo Su soberanía
y propósito donde Él los revela. Él es digno de adoración. Debido a que
Él también está lleno de misericordia, nos damos cuenta de que Él
también extiende Su brazo para ejercer la gracia y la restauración, y
podemos descansar en El.

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EL ESPÍRITU SANTO Y LA PRESENCIA DE DIOS EN SU PUEBLO
Observando el rol del Espíritu en el Antiguo y Nuevo Testamento
13 OCTUBRE, 2016 |  MICHEL GALEANO

Hoy en día se habla mucho acerca del rol del Espíritu Santo, lo cual es
algo que celebro. Sin embargo, gran parte de lo que escucho sobre
el tema me ha llevado a hacerme la siguiente pregunta: ¿Qué es lo
nuevo del Espíritu Santo en el Nuevo Pacto? Me gustaría desarrollar la
siguiente tesis en este artículo: La presencia de Dios en el nuevo pacto
es más que su presencia con su pueblo en el antiguo pacto. Ahora, por
la obra de Cristo, su presencia habita no solo con sino en su pueblo por
medio del Espíritu.
El Dios que mora con su pueblo
Dios siempre se ha propuesto habitar con su pueblo en el templo por
medio del Espíritu. Jesucristo —quien es el verdadero templo— ora
cuando su obra es terminada para que el Padre envíe al Espíritu. Dios
contesta esa oración y ahora el pueblo de Dios es el templo del Espíritu
de Dios (Juan 14:16-17).
Lo primero que hay que reconocer es lo difícil que es este tema. Como
podemos ver en la siguiente tabla, la Biblia usa diferentes palabras para
hablar sobre la presencia o manifestación de Dios:

Antiguo Testamento Nuevo Testamento

Llenar: Éxodo 31:3 Recibir: Juan 20:22

Ser o vivir, “venir”: Números


Dar: Hechos 5:32
24:2; 1 Samuel 19:20

“Venir con gran poder”: 1 Samuel


Derramar: Hechos 10:45
10:10

Vestir, “vino sobre”: 2 Crónicas


Bautizar: Lucas 3:16
24:20

Caer sobre: Hechos
Poner: Isaías 42:1 (el Siervo)
10:44; 11:15
Antiguo Testamento Nuevo Testamento

Derramar: Isaías 44:3 (Al pueblo


Venir sobre: Hechos 1:8
de Dios)

Poner dentro: Ezequiel
Llenar: Hechos 13:52
36:27; 37:14

Ver cómo Dios habita en su pueblo no es una tarea fácil, pero sí es
posible. Debemos entrar en el estudio con una perspectiva escatológica
sobre las promesas dadas en el Antiguo Testamento y su cumplimiento
en la persona de Cristo.
Usualmente la pregunta que surge en este tema es, Si los santos del
Antiguo Pacto no disfrutaban de la presencia de Dios en ellos sino
solo con ellos, ¿cómo eran salvos?
Misma regeneración por medio de los pactos
¿Qué es la regeneración? Jim Hamilton dice, “La regeneración es la obra
de Dios de otorgar a seres humanos la habilidad para escuchar,
entender, creer, obedecer,  entrar en el reino”. Así, la regeneración es la
obra de Dios, por medio del Espíritu Santo, para darle un nuevo corazón
a su pueblo. En el Antiguo Pacto y el Nuevo vemos que Dios obró la
misma regeneración. Vemos esta promesa en lugares
como Deuteronomio 30:6; Jeremías 24:7, 29:10-14, 31:31-34, 32:36-
41; y Ezequiel 36:26-27.
La promesa de la circuncisión del corazón es algo que disfrutamos en un
espectro más amplio en el Nuevo Pacto. En el Antiguo Pacto Dios le dio
al remanente un corazón para amarlo y amar su Palabra. En el Antiguo
Pacto vemos las promesas de la circuncisión aplicadas solo en el
remanente, pero en el Nuevo Pacto son aplicadas a todo miembro de la
Iglesia de Cristo. La circuncisión del corazón es lo que permite a una
persona amar y atesorar a Dios sobre todas las cosas, a ejercer fe en lo
que Dios ha hecho a nuestro favor en su Hijo; todo esto es aplicado a
nuestros corazones por medio del Espíritu Santo.
Esta transformación ocurre en un instante, y continúa con la obra
de santificación por medio de la gracia y la fe en Dios (Hechos
7:51; Romanos 2:22-29; Efesios 1:13; Colosenses 2:11).
También vemos la obra del Espíritu Santo en la regeneración en Juan
3:5-8; y Tito 3:3-7. Debido a esto, podemos concluir que la
regeneración es la misma por medio de los pactos: En el Antiguo Pacto,
vemos al remanente ser salvo por el Espíritu Santo, mientras ellos
ponen su fe en la obra venidera de Dios por medio de su Hijo (Hebreos
11). Sin embargo, a continuación veremos que, a pesar de que la
presencia de Dios es la misma —porque Él no cambia—, el lugar en el
que su presencia habita ha cambiado.
Diferente morada por medio de los pactos
En el Antiguo Testamento vemos que existe una morada temporal de
Dios en el templo físico (Éxodo 40:34; 2 Crónicas 7:1-2). También
vemos cómo la presencia de Dios deja el templo por causa del pecado
del pueblo (Ezequiel 8-11).
¿Cómo puede ser que el Espíritu Santo no habita en los santos del
Antiguo Pacto? Hamilton me ha ayudado mucho a entender la gran
verdad de la residencia del Espíritu  en la Iglesia. Él dice, “En el Antiguo
Pacto, Dios permaneció fiel a su pueblo, acompañándolos en una
columna de fuego y de nube, y después habitando en medio de ellos en
el tabernáculo y en el templo. En el Nuevo Pacto, el único templo es la
comunidad de creyentes, y Dios habita no solo en la comunidad
corporativa, sino también en cada miembro individual”.
Hamilton explica la venida del Espíritu sobre o con algunos lideres
políticos, “apoderaba al juez para un trabajo en particular, marcando
como alguien distinto”. Así que el Espíritu daba discernimiento a lideres
políticos para guiar al pueblo de Dios.
La presencia permanente de Dios en su Pueblo
Cuando leemos la promesa de la circuncisión en Ezequiel 36:25-26,
inmediatamente nos damos cuenta que Dios promete su presencia en su
pueblo, “Pondré dentro de ustedes mi espíritu y haré que anden en mis
estatutos, y que cumplan cuidadosamente mis ordenanzas” (v. 27).
Esta promesa escatológica de la residencia del Espíritu en el pueblo de
Dios está conectada a la promesa del Nuevo Pacto que Cristo compraría
con su sacrificio en la cruz. Por ejemplo, vemos
en Isaías 11:2; 42:1; 61:1; Lucas 4:18-19; y Juan 1:14 que Jesús
estaba lleno del Espíritu de Dios. De esta manera cumple la profecías
que el Mesías estaría lleno de la presencia de Dios por medio del Espíritu
Santo, siendo el nuevo templo.
La conexión entre la gloria de Dios llenando el templo y la gloria de Dios
mostrada en el Hijo nos muestra que Jesús es el verdadero templo, en
donde la presencia de Dios habita continuamente. Pero ¿cómo se
conecta la morada de la presencia de Dios en Cristo por medio de su
Espíritu con su Iglesia?
En Juan 2:19-22; 7:39; 14:15-17; y 16:17 vemos con más claridad lo
nuevo del Espíritu Santo en el Nuevo Pacto. En Juan 14:17 nos damos
cuenta que el Espíritu no solo estaría presente de la misma manera que
en el Antiguo Pacto (“con” el pueblo de Dios), sino también de una
manera completamente nueva: El Espíritu “en” o “dentro” del pueblo de
Dios como una congregación corporativa, pero también en cada persona
de forma individual.
La Iglesia como el templo de Dios tiene poder para ser testigo del
evangelio glorioso de Dios en Cristo y por medio del Espíritu (Joel 2:28-
32; Hechos 2:17-24; 1 Corintios 2:12; 6:19-20). La Iglesia es el templo
del Espíritu de Dios y como el templo anticipamos la nueva creación, la
cual tomará forma de un templo, (Apocalipsis 21-22).
El templo del Espíritu
Desde el Antiguo Pacto, el deseo de Dios de estar con su pueblo
permanece. Sin embargo, la promesa de que Dios habitaría en su pueblo
es una bendición escatológica que los creyentes en el Antiguo Pacto no
disfrutaban. Los creyentes del Nuevo Pacto vivimos y disfrutamos esta
bendición de la presencia de Dios en nosotros, ya que Cristo es el
templo y nos ha unido a Él.

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