E – 14-353

Diagnóstico del hombro doloroso

no traumático
M. Slouma, M. Abbes, I. Gharsallah, E. Cheour

Resumen: La patología no traumática del hombro es un motivo frecuente de consulta.

Su diagnóstico requiere un enfoque diagnóstico bien estructurado y un dominio de la
anatomía de la región escapular. La anamnesis y la exploración física minuciosa permi-
ten, en la mayoría de los casos, descartar los diagnósticos diferenciales. La exploración
de las diferentes articulaciones del hombro (glenohumeral, acromioclavicular y esterno-
clavicular), la evaluación de su movilidad activa y pasiva, las pruebas tendinosas y la
búsqueda de signos de conflicto suelen permitir una orientación etiológica. Las patologías
periarticulares son las causas más frecuentes de los dolores del hombro. Sin embargo,
no deben ocultar la afectación de la articulación acromioclavicular, que también es una
causa bastante frecuente de dolor del hombro. La asociación de radiografía y ecogra-
fía del hombro suele ser suficiente para el diagnóstico etiológico. La artrotomografía
computarizada o la resonancia magnética proporcionan un análisis más detallado de
las estructuras tendinosas, musculares y articulares. La resonancia magnética también
tiene su lugar en las sospechas de patología tumoral ósea o de los tejidos blandos o en
las patologías articulares del hombro cuando las primeras pruebas de imagen no han
permitido el diagnóstico etiológico.
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Palabras clave: Dolor del hombro; Manguito de los rotadores; Tendinopatía;

Conflictos del hombro; Rigidez del hombro; Hombro reumatoideo; Radiografía; Ecografía

Plan La articulación glenohumeral es de tipo enartrosis. Es

poco congruente y es muy móvil. Su estabilidad está ase-
■ Introducción 1 gurada por medios de unión pasivos (cápsula articular,
rodete glenoideo, ligamentos glenohumerales, coraco-
■ Enfoque diagnóstico 2
humeral, acromiocoracoideo y humeral transverso) y
Elementos de orientación clínica 2 medios activos que son los músculos del manguito de los
Pruebas de imagen 2 rotadores. Estos últimos aseguran la estabilidad y el recen-
Elementos de orientación en las pruebas de trado de la cabeza humeral durante la movilización del
laboratorio 3 hombro [1] .
■ Diagnóstico positivo 3 Estos músculos son un total de cuatro, se originan
■ Diagnóstico etiológico 3 en la escápula y terminan en el tubérculo menor (mús-
Patología periarticular del hombro 3 culo subescapular) o mayor (músculos supraespinoso,
Patología articular del hombro 7 infraespinoso y redondo menor).
Patología ósea de la cabeza humeral y de la glena 10 Debido a la posición anatómica del tendón de la cabeza
larga del bíceps (TCLB), situado entre los tendones del
■ Diagnóstico diferencial 10 subescapular y del supraespinoso, y a su función, la pato-
Patología visceral 10 logía de este último está estrechamente relacionada con
Lesión neurológica 10 la del manguito de los rotadores.
■ Conclusión 12 El espacio subacromial está delimitado arriba por la
bóveda acromiocoracoidea, que está constituida por la
articulación acromioclavicular, el acromion y el liga-
mento acromiocoracoideo. Este espacio está ocupado
por los tendones del supraespinoso y del infraespinoso.
Ambos tendones están cubiertos por la bolsa subacro-
 Introducción miodeltoidea (BSAD), que es un espacio de deslizamiento
formado por dos hojas (superficial y profunda) [2] .
El hombro es un complejo articular constituido por tres La patología no traumática del hombro es un motivo
verdaderas articulaciones (glenohumeral, esternocosto- frecuente de consulta. Su prevalencia se estima en
clavicular y acromioclavicular) y dos falsas articulaciones, alrededor del 30% y su incidencia es de 29,5/1.000
denominadas también espacios de deslizamiento (escapu- personas-año [3] .
lotorácica y subacromial). Su origen puede ser articular o periarticular.

EMC - Aparato locomotor 1

Volume 56 > n◦ 3 > septiembre 2023
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E – 14-353  Diagnóstico del hombro doloroso no traumático
Figura 1. La prueba de aducción cruzada (cross-body adduc-
tion test) evalúa la articulación acromioclavicular. Hombro
doloroso del paciente en anteflexión a 90◦ , codo flexionado a
90◦ y en pronación a 90◦ . El examinador realiza una aducción
de este hombro hacia el hombro contralateral sano. Esta prueba
se considera positiva cuando provoca dolor localizado de esta
articulación.
El diagnóstico positivo de un hombro doloroso no
traumático se basa en la anamnesis, una exploración
minuciosa y en unas pruebas de imagen bien guiadas.
 Enfoque diagnóstico
La anamnesis y la exploración física suelen orientar
hacia la causa del dolor del hombro. Las pruebas de ima-
gen aportan los elementos que permiten confirmar su
etiología.
Elementos de orientación clínica
Anamnesis
En la anamnesis, se pregunta por la edad del paciente,
sus antecedentes patológicos, su lado dominante, sus
actividades profesionales, deportivas o de ocio que le
expongan a una solicitación importante del hombro.
Esto permite analizar las características del dolor: loca-
lización (a menudo en la región deltoidea), modo de
aparición, horario, antigüedad, intensidad y evolución.
Mediante ella, se aprecia la importancia de una molestia
funcional y se busca un factor desencadenante (estira-
miento del brazo o elevación de un objeto pesado) y los
signos asociados (fiebre, diaforesis nocturna, etc.).
Exploración física
El examinador debe pedir primero al paciente que le
muestre el posible gesto que le provoca el máximo dolor.
La exploración física se realiza de forma bilateral y compa-
rativa, en un paciente con el torso desnudo. La inspección
es el primer tiempo de la exploración y permite buscar
una asimetría de los hombros, una tumefacción o una
anomalía de la piel. La palpación de las fosas supra e
infraespinosa en busca de una atrofia muscular es una
etapa crucial. También se ejerce presión en los tubérculos
mayor y menor, así como en las articulaciones esterno-
costoclavicular y acromioclavicular en busca de dolor o
de tumefacción. El dolor provocado por la presión debe
ser un dolor reconocido por el paciente como «su» dolor.
La prueba de aducción cruzada evalúa la articula-
ción acromioclavicular (Fig. 1). Su sensibilidad (Se) y su
especificidad (Es) son del 75% y 61%, respectivamente [4] .
La evaluación de las movilidades activa y pasiva del
hombro, las pruebas tendinosas y la búsqueda de sig-
nos de conflicto orientan hacia el origen del dolor y su
etiología [5, 6] .
La evaluación de la antepulsión y de la rotación externa
en decúbito supino permite minimizar el efecto del dolor
sobre las amplitudes de estos movimientos.
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Las pruebas tendinosas permiten precisar el tendón que
está afectado. Una pérdida de fuerza indica una tendino-
patía con ruptura. En cambio, una prueba dolorosa sin
pérdida de fuerza (no deficitaria) puede corresponder a
una tendinopatía con o sin ruptura. El tendón del supraes-
pinoso se evalúa por la maniobra de Jobe o de la lata vacía
(empty can test) (Se: 71%; Es: 49%) [4, 7] o la posición del
brindis con champán (champagne toast position) [8] .
El tendón del subescapular se evalúa principalmente
mediante la prueba de presión abdominal (press-belly test)
(Se: 45%; Es: 92%) [9] , que se utiliza más que la maniobra
de Gerber (Se: 34-68%; Es: 50-77%) [4] .
La maniobra de Patte (Se: 58%; Es: 60%) y la prueba
con la palma hacia arriba (palm-up test) evalúan, respecti-
vamente, el tendón del infraespinoso y el TCLB [4, 10] .
La exploración de la columna cervical completa la
del hombro en busca de dolor o de limitación de sus
movilidades que orientan hacia un origen cervical del
dolor.
Pruebas de imagen
Radiografía
La radiografía frontal en rotación neutra es una explo-
ración imprescindible de un hombro doloroso que debe
realizarse como primera elección [10] . Las proyecciones
de rotación medial y lateral permiten explorar mejor,
respectivamente, los tubérculos menor y mayor.
Estas imágenes frontales deben realizarse en doble obli-
cuidad: 30◦ de oblicuidad lateral para liberar la interlínea
glenohumeral y 25◦ de oblicuidad craneocaudal para
exponer el espacio subacromial [11] .
Se solicitan otras proyecciones si es preciso según el
contexto. La proyección frontal en decúbito (de Railhac)
permite la supresión del efecto de la gravedad y visualiza
mejor el ascenso de la cabeza humeral. También permite
explorar mejor la articulación acromioclavicular.
Las proyecciones de los perfiles subacromial de Lamy y
glenoideo de Bernageau ofrecen el análisis respectivo de
la morfología del acromion (plano, curvo o ganchudo) y
de la glena [12] .
Ecografía del hombro
La ecografía explora las tres articulaciones verdaderas
del hombro en busca de un derrame o de una sinovitis.
Analiza los músculos del manguito de los rotadores, sus
tendones y sus entesis en busca de tendinopatía, de ente-
sopatía o de ruptura tendinosa. Puede mostrar una bursitis
subacromiodeltoidea o una tenosinovitis del TCLB. Se
puede identificar un conflicto subacromial mediante la
ecografía dinámica del hombro [13] .
Por su parte, la evaluación del trofismo muscular es
menos precisa que con la tomografía computarizada (TC)
o la resonancia magnética (RM).
Artrografía
La artrografía suele asociarse a la TC o la RM. Confirma
el diagnóstico de tendinopatía con ruptura penetrante y
el de capsulitis retráctil [11] .
Tomografía computarizada
y artrotomografía computarizada
Al contrario que la TC simple, que tiene un lugar escaso
en la patología no traumática del hombro, la artro-TC es la
exploración de referencia para estudiar las rupturas pene-
trantes y las parciales de la cara profunda (cara articular)
del manguito de los rotadores [11] .
Proporciona una descripción detallada de la ruptura
tendinosa y de la importancia de la retracción de los ten-
dones, así como el estado de degeneración grasa de las
estructuras musculares. Permite un análisis adecuado de
 Diagnóstico del hombro doloroso no traumático  E – 14-353

Cuadro 1.
Cuadros clínicos de la patología periarticular del hombro.
Cuadro clínico Movilidad pasiva Movilidad activa Prueba tendinosa o Etiología Diagnóstico
de conflicto diferencial
Hombro Conservada Conservada/dolorosa Prueba tendinosa Tendinopatía sin NCB C5
doloroso simple dolorosa ruptura
Prueba tendinosa Tendinopatía con
dolorosa y ruptura no
deficitaria penetrante o
penetrante parcial
Prueba de conflicto Conflicto del
positiva hombro
Hombro Conservada Limitada Prueba tendinosa Tendinopatía con Parálisis de
seudoparalítico deficitaria indolora ruptura completa y origen nervioso
extensa (≥2
tendones)
Hombro agudo Limitada por el Limitada por el No aplicable Migración de Artritis séptica
hiperálgico dolor dolor calcificaciones glenohumeral
tendinosas
Hombro congelado Limitada Limitada No aplicable Trastornos Patología
neurotróficos articular
glenohumeral

NCB: neuralgia cervicobraquial.

las superficies articulares glenohumerales. Sin embargo,
esta exploración no es eficaz para analizar las estructuras
tendinosas y el espacio subacromial [11] .
Resonancia magnética y artrorresonancia
magnética del hombro
La RM explora los diversos elementos del hombro
(hueso, ligamentos, músculos y tendones) en todos los
planos del espacio. Proporciona una topografía lesional
precisa y la evaluación de una posible degeneración grasa.
La artro-RM ofrece una buena visualización de las rupturas
parciales [14] .
Elementos de orientación
en las pruebas de laboratorio
En caso de patología periarticular, las pruebas de
laboratorio tienen poco interés.
Están indicadas en presencia de signos de alerta [15] :
adelgazamiento, fiebre, adenopatía, antecedentes de neo-
plasia, etc. Dependiendo de la orientación etiológica, se
solicita un estudio inflamatorio, fosfocálcico o inmuno-
lógico.
El síndrome inflamatorio en las pruebas de laboratorio
orienta hacia un origen infeccioso, microcristalino o una
artropatía inflamatoria.
 Diagnóstico positivo
El diagnóstico positivo de una patología del hombro, en
ausencia de criterios diagnósticos, es principalmente clí-
nico, destacando la importancia de una exploración física
minuciosa que se respalde por las pruebas de imagen.
El dolor a la palpación, una tumefacción de la arti-
culación acromioclavicular o una prueba de aducción
cruzada positiva sugieren una patología de la articulación
acromioclavicular, que puede ser infecciosa, reumática,
microcristalina o degenerativa.
La rigidez del hombro corresponde a una limitación de
las amplitudes pasivas y activas que suele afectar en grados
variables a todas las direcciones [16] .
Una rigidez del hombro orienta hacia una capsu-
litis retráctil o a una afectación de la articulación
glenohumeral.
Aparte de los estadios precoces en los que la radiogra-
fía puede ser normal, un pinzamiento de la interlínea
glenohumeral permite sospechar una afectación articular
infecciosa, reumática, microcristalina o degenerativa.
El carácter inflamatorio del dolor y la bilateralidad de
la rigidez, así como su asociación con un síndrome infla-
matorio en las pruebas de laboratorio orientan hacia el
diagnóstico de seudopoliartritis rizomélica [17] .
En ausencia de rigidez, una limitación de la movilidad
activa que contraste con una movilidad pasiva normal y
una exploración neurológica sin anomalías orientan hacia
una tendinopatía con ruptura.
Además, una movilidad del hombro conservada, pero
dolorosa de forma activa y pasiva, orienta hacia una
tendinopatía, con ruptura o no, o hacia un conflicto suba-
cromial. Las pruebas diagnósticas y de conflicto permiten
una mejor precisión del diagnóstico.
 Diagnóstico etiológico
Patología periarticular del hombro
Esta entidad, denominada antes periartritis escapulohu-
meral, se ha dividido por De Sèze et al en cuatro cuadros
clínicos distintos (Cuadro 1) [18] .
Patología del manguito de los rotadores
Tendinopatía sin ruptura del hombro
La tendinopatía sin ruptura del manguito de los rota-
dores es la causa más frecuente de dolor del hombro [4] .
El tendón del supraespinoso es el más afectado. Esta
patología suele afectar a personas a partir de 50 años [19] .
Además de la edad, otros factores se asocian a un riesgo
elevado de tendinopatía del manguito de los rotadores,
en particular algunos antecedentes cardiovasculares o de
diabetes, los factores mecánicos con solicitación del hom-
bro (trabajo con el hombro mantenido por encima de 90◦
de abducción, abducción repetida y sostenida del brazo,
trabajo manual intenso o repetitivo, exposición de los
miembros superiores a vibraciones repetidas) y algunos
deportes como la natación (cociente de probabilidades
[OR, odds ratio]: 1,98; intervalo de confianza del 95%
[IC95% ]: 1,11-3,53) o la musculación (OR: 2,32; IC95% :
1,07-5,05) [20] .
Estos factores pueden contribuir a la degeneración de
los tenocitos y de las fibras de colágeno, con acumulación

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E – 14-353  Diagnóstico del hombro doloroso no traumático

Figura 2. Radiografía frontal del hombro

que muestra modificaciones degenerativas
del tubérculo mayor (flecha blanca) indi-
cativas de una tendinopatía del tendón
del supraespinoso (A) y signos indirec-
tos de tendinopatía con ruptura de tipo
reducción del espacio subacromial (flecha
blanca) y un ascenso de la cabeza hume-
ral (flecha doble) con ruptura del arco
glenohumeral (B).

A B

Figura 3.
A. Ecografía de hombro (modo B) que
muestra una interrupción de las fibras
tendinosas profundas del tendón del
1 supraespinoso, que están sustituidas por
una zona anecogénica indicativa de la rup-
1 tura parcial de la cara profunda de dicho
tendón. 1. Tendón del supraespinoso.
2
B. Ecografía que muestra signos de seu-
dopoliartritis rizomélica de tipo sinovitis
3 glenohumeral en el receso posterior (modo
A B
B). 1. Tendón del infraespinoso; 2. cabeza
humeral; 3. glena.
C. Ecografía en modo Doppler que muestra
una tenosinovitis del tendón de la cabeza
larga del bíceps visto en un corte transver-
sal. 1. Tendón de la cabeza larga del bíceps.
1
D. Ecografía en modo Doppler que mues-
1
tra una tenosinovitis del tendón de la
cabeza larga del bíceps visto en un corte
longitudinal. 1. Tendón de la cabeza larga
del bíceps.
C D

de lípidos y de glucosaminoglucanos en el seno de los La tendinopatía se manifiesta en la RM por un aumento

tendones [21] .
La ruptura no penetrante de uno de los tendones del
manguito suele manifestarse por un cuadro de hombro
doloroso simple.
Este cuadro se caracteriza por signos a menudo progre-
sivos. El dolor se exacerba durante ciertos movimientos
de la vida diaria y suele impedir que el paciente duerma
sobre el lado afectado [22] .
Las movilidades activa y pasiva del hombro afec-
tado están conservadas, pero son dolorosas. Las pruebas
tendinosas son dolorosas, pero no deficitarias [15] .
El diagnóstico se sospecha clínicamente. Suele confir-
marse con la asociación de radiografía y ecografía.
Las radiografías del hombro pueden ser normales o
mostrar signos indirectos de tendinopatía (Fig. 2A).
La tendinopatía sin ruptura del manguito de los rota-
dores se manifiesta en la ecografía por un engrosamiento
del tendón (>5-6 mm), a menudo hipoecogénico y hete-
rogéneo. El tendón del supraespinoso es el más afectado.
Puede asociarse a un engrosamiento de la BSAD, unas
modificaciones moderadas de las superficies óseas de
inserción tendinosa o una hipervascularización intra y
peritendinosa [13] .
del volumen del tendón y una hiperseñal T2 intratendi-
nosa de intensidad moderada [23] .
Tendinopatía con ruptura del hombro
Las tendinopatías con ruptura no traumáticas suelen
producirse por lesiones tendinosas degenerativas en las
que un traumatismo mínimo como una caída sobre el
muñón del hombro o un esfuerzo de elevación puede
causar la ruptura [19] .
Su prevalencia aumenta con la edad. En una cohorte
que agrupó 6.112 hombros, se han descrito rupturas del
hombro en el 0,47% de los pacientes menores de 20 años
y en el 15,23% de los pacientes a partir de 60 años [24] .
La ruptura tendinosa puede ser penetrante o no pene-
trante. La ruptura penetrante atraviesa todo el grosor del
tendón y comunica la cavidad articular con la BSAD. En
cuanto a la ruptura no penetrante, puede ser superficial
(bursal), que comunica con la BSAD; profunda (articu-
lar), que comunica con la cavidad articular, o intersticial
(escisión intratendinosa).
Dependiendo de la extensión en anchura, la ruptura
penetrante del tendón del supraespinoso puede ser par-
cial o completa cuando se extiende hacia atrás (tendón

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“ Punto fundamental
Signos radiológicos de la patología periar-
ticular del hombro
• Signos de tendinopatía sin ruptura: erosión,
condensación o calcificación de los tubérculos
menor o mayor.
• Signos de tendinopatía con ruptura penetrante:
◦ Reducción del espacio subacromial (<7 mm)
◦ Ruptura del arco glenohumeral
◦ Ascenso de la cabeza humeral
◦ Condensación y modificaciones degenerati-
vas de la cara inferior del acromion
• Signos de capsulitis retráctil:
◦ Integridad de la interlínea glenohumeral (nor-
mal entre 6 y 8 mm)
◦ Transparencia ósea normal o hipertransparen-
cia ósea homogénea o moteada de la cabeza
humeral.
del infraespinoso e incluso del redondo menor) o más
raramente hacia delante. La extensión de la ruptura hacia
delante puede desestabilizar la polea del TCLB y expo-
ner este tendón bajo el acromion. Los microtraumatismos
causados por el acromion sobre el bíceps causan una
tendinopatía y, después, a veces una ruptura del TCLB.
El cuadro clínico depende de la extensión de la ruptura
y oscila desde un cuadro de hombro doloroso hasta el de
un hombro seudoparalítico.
No existe una correlación entre los signos funcionales
y la limitación de la movilidad activa del hombro en caso
de ruptura penetrante del supraespinoso. La ruptura ais-
lada del tendón del infraespinoso o del redondo menor
causa una limitación de la rotación lateral que no suele
superar los 20◦ [15] . En cuanto a la ruptura del tendón del
subescapular, suele asociarse a un aumento de la amplitud
de la rotación lateral.
La ruptura tendinosa no penetrante o penetrante puede
observarse en las pruebas de imagen de un hombro
asintomático [25] .
La prueba del brazo caído (drop arm) consiste en pedir
al paciente que lleve activamente el brazo, colocado ini-
cialmente por el examinador a 90◦ de abducción, hacia
su tronco en el plano frontal. Esta prueba se consi-
dera positiva cuando el brazo cae bruscamente. En este
caso, permite orientar hacia una ruptura del tendón del
supraespinoso [26] .
El cuadro de un hombro seudoparalítico corresponde
a una antepulsión activa del hombro que no supera los
90◦ [10] . La movilidad pasiva del hombro está conservada
y la exploración neurológica no muestra anomalías, lo que
permite descartar un origen neurológico de este déficit. El
dolor no se asocia constantemente a la limitación activa
del hombro [4] .
Este cuadro clínico es la consecuencia de una ruptura
completa ampliada a al menos dos tendones del manguito
de los rotadores, con una retracción de al menos uno de
los tendones rotos por encima de la cabeza humeral [27] .
En un estadio precoz, las radiografías pueden ser norma-
les. A continuación, aparecen signos indirectos de ruptura
tendinosa (Fig. 2B).
La ecografía del hombro objetiva la ruptura y precisa su
tipo y su tamaño.
La ruptura tendinosa se traduce por una interrupción
focal de las fibras tendinosas reemplazadas por una zona
hipoecogénica o anecogénica (Fig. 3A). Estas anomalías
afectan a todo el grosor del tendón en las rupturas pene-
trantes. Afectan a las fibras profundas cercanas al cartílago
de la cabeza humeral en las rupturas profundas, las fibras
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Figura 4. Artrografía del hombro que muestra una fuga
del producto de contraste en la bolsa subacromiodeltoidea
(flecha) indicativa de una ruptura penetrante del tendón del
supraespinoso.
tendinosas bursales en las rupturas superficiales y las fibras
intermedias en la escisión [13] .
Otros signos ecográficos apuntan hacia rupturas pene-
trantes: la ausencia de visualización de un tendón da
un aspecto de cabeza humeral calva, el signo del doble
derrame que asocia un derrame de la BSAD y de la vaina
del TCLB [13] .
La artrografía confirma el diagnóstico de ruptura pene-
trante al mostrar una opacificación de la BSAD (Fig. 4).
La artro-TC tiene la ventaja de mostrar las rupturas pene-
trantes y parciales de la cara profunda y de precisar su
extensión (Fig. 5).
Se trata de una herramienta comparable a la artro-RM
para mostrar las rupturas penetrantes y confirmar, en el
postoperatorio, la integridad del manguito [28] .
En la RM, la ruptura penetrante está en hiperseñal T2
intensa que interrumpe el tendón en todo su grosor. Las
sensibilidades de la RM y de la artro-RM para detectar
este tipo de ruptura son, respectivamente, del 90,2% y
del 100% [29] .
La degeneración grasa de los músculos del manguito
se clasifica en cinco estadios que van de 0 (ausencia de
infiltración grasa) a 4 (más grasa que músculo). Esta cla-
sificación de Goutallier y Bernageau, basada inicialmente
en datos de TC, se adaptó después a la RM, que es la explo-
ración de referencia para la evaluación de la degeneración
grasa [30] . Los principales factores asociados a la importan-
cia de esta infiltración grasa son la edad del paciente, la
extensión de la ruptura y su cronicidad. Su importancia
condiciona el pronóstico funcional y el tratamiento qui-
rúrgico [31] . La retracción del tendón del supraespinoso se
debe a las rupturas tendinosas penetrantes completas. La
clasificación de Patte clasifica las retracciones tendinosas
en el plano coronal en tres estadios según la localiza-
ción del muñón tendinoso que puede estar al lado de su
inserción (estadio 1), en la vertical ce la cabeza hume-
ral (estadio 2) o en la vertical de la glena de la escápula
(estadio 3) [32] .
5
E – 14-353  Diagnóstico del hombro doloroso no traumático

A B

1 1

C D
Figura 5. Artrotomografía computarizada del hombro.
A. Corte coronal que muestra una escisión del tendón del supraespinoso (flecha).
B. Corte sagital que muestra una ruptura que atraviesa todo el grosor del tendón del supraespinoso (flecha) compatible con su ruptura
penetrante.
C. Corte coronal que muestra un pinzamiento del espacio subacromial, una opacificación de la bolsa subacromiodeltoidea (flecha blanca)
y una retracción del muñón tendinoso del supraespinoso (flecha amarilla) en estadio 3 de Patte (músculo supraespinoso delimitado por
un trazo interrumpido). 1. Degeneración grasa.
D. Corte transversal que muestra atrofia del músculo supraespinoso (músculo supraespinoso delimitado por un trazo interrumpido) y una
degeneración grasa en estadio 3 de Goutallier (1).

Ante una sospecha de una tendinopatía con ruptura
del manguito de los rotadores, la asociación de radiogra-
fía y ecografía del hombro está indicada como primera
elección. El uso de la RM, la artro-RM o la artro-TC está
justificado cuando las exploraciones de primera elección
no proporcionan información.
Tendinopatía calcificante del hombro
La presentación clínica de la tendinopatía calcificante
del hombro es variable y oscila desde el dolor cró-
nico moderado del hombro hasta el episodio agudo
hiperálgico. Puede ser asintomática [33] .
El hombro agudo hiperálgico es la consecuencia de la
migración de los microcristales, en la mayoría de los casos
de apatita (cristales de fosfato de calcio básico), hacia la
BSAD o, en menos ocasiones, al hueso (tubérculo mayor).
Suele afectar a personas de 30-50 años, con predominio
femenino [34] . El inicio del dolor es agudo y muy sintomá-
tico, sin factor desencadenante evidente. En estos casos,
el dolor impide cualquier movimiento y suele provocar
insomnio [35] .
En la exploración física, el paciente puede presentarse
en la actitud que se adopta ante un traumatismo del
miembro superior (brazo y antebrazo sujetos con la mano
del lado sano). Puede haber tumefacción del hombro y
febrícula [36] . No existe una verdadera rigidez del hombro,
pero su movilización es casi imposible debido al dolor.
Este episodio inflamatorio suele reflejar la curación
espontánea de esta tendinopatía calcificante [37] . La evo-
lución es espontáneamente favorable en unos días o unas
semanas.
La radiografía del hombro permite localizar las calcifi-
caciones, así como precisar su número y su tamaño. Al
igual que la presentación clínica, el aspecto ecográfico de
las calcificaciones es variable: calcificaciones hiperecogé-
nicas con o sin cono de sombra o calcificaciones con una
zona central hipo o anecogénica [33] .
Conflictos
Conflicto anterosuperior
También se denomina conflicto subacromial, o de Neer,
y es el más frecuente. Se debe a un conflicto de las estruc-
turas suprahumerales (tendón del supraespinoso y BSAD)
con el acromion y el ligamento acromiocoracoideo. Este
conflicto puede deberse a un acromion procidente, un
ligamento acromiocoracoideo hipertrófico, una artropa-
tía acromioclavicular o un engrosamiento del tendón del
supraespinoso o de la BSAD [38] .
Las movilidades activa y pasiva del hombro están con-
servadas. La provocación de dolor entre 60◦ y 120◦ de
elevación del miembro superior por la prueba de Neer y la
provocación de dolor anterior por la prueba de Hawkins
o la prueba de Yocum apoyan el diagnóstico [38] .
La ecografía puede mostrar un engrosamiento de la
BSAD, un aspecto convexo o una cortedad del ligamento
acromiocoracoideo [38] .
Conflicto anterointerno
También se denomina conflicto coracoideo, o de Ger-
ber. Es un conflicto de la cara superficial del tendón del
subescapular durante su paso bajo la apófisis coracoi-
des [39] .
Puede verse favorecido por un callo de fractura de la
coracoides o del tubérculo menor, o por una calcificación

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tendinosa. Una prueba de Hawkins positiva confirma el
diagnóstico [40] .
La ecografía dinámica muestra un atrapamiento de
la BSAD bajo la apófisis coracoides, una disminución
del intervalo coracohumeral (normal >6 mm) o una
calcificación hipertrófica [40] .
Conflicto posterosuperior
También se denomina conflicto glenoideo de Walch,
quien lo describió en 1991. Es un conflicto entre el ten-
dón infraespinoso y el rodete glenoideo posterior. Provoca
lesiones no traumáticas del manguito de los rotadores en
pacientes menores de 30 años que realizan actividades
deportivas frecuentes con movimientos de lanzamiento
o de armado del brazo, que asocian abducción y rotación
lateral máxima del brazo [41] .
La radiografía frontal puede mostrar geodas posteroex-
ternas de la cabeza humeral. La radiografía de perfil
glenoideo de Bernageau muestra una condensación o
modificaciones osteofíticas del borde posteroinferior de
la glena [42] .
Capsulitis retráctil
También se denomina hombro bloqueado o congelado.
Se define por una limitación dolorosa de las amplitudes,
en particular la rotación lateral, durante la moviliza-
ción activa y pasiva, en ausencia de anomalías de la
articulación glenohumeral en la radiografía [43] .
Afecta a personas mayores de 40 años (pico entre 51 y
55 años), con un predominio femenino [44] . Es bilateral
en el 20-30% de los casos La capsulitis retráctil pro-
voca unas alteraciones funcionales importantes, a veces
discapacitantes en los gestos de la vida diaria.
El cuadro clínico está dominado por dos síntomas prin-
cipales que son la rigidez y el dolor. Suele evolucionar en
cuatro estadios [43] :
• la fase dolorosa (previa a la aparición de la rigidez),
que se manifiesta por dolor mecánico y limitación
progresiva de la movilidad del hombro;
• la fase de aparición de la rigidez, donde el dolor y la
limitación son máximos;
• la fase de rigidez, caracterizada por una rigidez signifi-
cativa que contrasta con un dolor mínimo;
• la fase de recuperación funcional con desaparición
progresiva del dolor y la rigidez.
Estos estadios clínicos no se correlacionan con los datos
de la artroscopia [44] .
La capsulitis retráctil puede ser primaria o secundaria a
varias causas: traumatismo, patología cardíaca, diabetes,
distiroidismo, etcétera [45] .
La radiografía suele ser normal al principio. En el esta-
dio tardío, se puede observar una hipertransparencia ósea
homogénea o moteada de la cabeza humeral, pero la
interlínea glenohumeral siempre está íntegra [45] .
La ecografía suele ser normal y puede mostrar un
engrosamiento hipoecogénico de los elementos capsu-
loligamentarios del intervalo de los rotadores (>4 mm)
y, en menos casos, una neovascularización en la proxi-
midad del TCLB, visible en el corte del intervalo de los
rotadores [45] .
El lugar de la artrografía es limitado en la actualidad. En
cambio, sigue siendo la única exploración que permite
certificar el diagnóstico de capsulitis retráctil al mostrar
una reducción de la capacidad articular a menos de 10
ml (valor normal >14 ml) y una desaparición del receso
inferior [45] .
En cuanto a la RM del hombro, muestra un engrosa-
miento mayor de 4 mm del ligamento coracohumeral y
de la cápsula articular con obliteración parcial o total del
triángulo graso subcoracoideo [46] .
Si no existen criterios diagnósticos, el diagnóstico de
capsulitis retráctil se basa esencialmente en la limitación
pasiva y activa de las amplitudes del hombro, la inte-
gridad de la interlínea glenohumeral en la radiografía y
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Diagnóstico del hombro doloroso no traumático  E – 14-353
en la exclusión de los otros diagnósticos basada en unos
argumentos clínicos rigurosos [45] .
Patología de la bolsa subacromiodeltoidea
La patología de la BSAD suele pasarse por alto. El engro-
samiento de la BSAD puede observarse en la ecografía (>2
mm) o en la RM.
Este engrosamiento, o derrame de la BSAD, se puede
observar en las tendinopatías sin ruptura o en las rupturas
penetrantes y superficiales de los tendones del supra o del
infraespinoso.
También se puede deber a una causa infecciosa, inflama-
toria, microcristalina o a una sinovitis villonodular [2, 47] .
El engrosamiento de la BSAD puede causar un conflicto
anterosuperior.
Patología articular del hombro
La limitación de la movilidad activa y pasiva del hom-
bro puede orientar hacia una afectación de la articulación
glenohumeral, mientras que un dolor o una tumefacción
de la articulación acromioclavicular o una prueba de aduc-
ción cruzada positiva sugieren más una afectación de la
articulación acromioclavicular. La patología de la articu-
lación esternoclavicular suele ser una causa de dolor del
hombro que se pasa por alto. Se debe sospechar ante un
dolor o una tumefacción de esta articulación [48] .
Las tres articulaciones verdaderas del hombro pueden
verse afectadas por una patología infecciosa, inflamatoria,
microcristalina o degenerativa.
Patología infecciosa
Un inicio rápido, un cuadro clínico muy sintomático
que asocie un síndrome infeccioso evidente y una impo-
tencia funcional casi total orientan hacia el diagnóstico
de artritis séptica por piógenos. Un síndrome inflamato-
rio en las pruebas de laboratorio y una leucocitosis con
predominio de neutrófilos respaldan el diagnóstico [49] . La
radiografía es normal en los estadios precoces, pero puede
mostrar en fases tardías una hipertransparencia ósea epi-
fisaria, erosiones y un pinzamiento global de la interlínea
articular. La RM, al igual que la ecografía, muestra una
sinovitis, un derrame articular y, en ocasiones, un absceso
o signos estructurales precoces.
El análisis del líquido articular muestra una hipercelu-
laridad. Permite confirmar el diagnóstico cuando se aísla
en él el microorganismo responsable. El microorganismo
más frecuente es Staphylococcus aureus [50] .
En cuanto al origen tuberculoso, debe sospecharse
en presencia de factores favorecedores (contagio tuber-
culoso, antecedentes de tuberculosis insuficientemente
tratada, inmunodepresión, etc.). El cuadro clínico suele
ser insidioso y asocia febrícula nocturna y signos de
impregnación tuberculosa (diaforesis nocturna, astenia o
adelgazamiento).
En un estadio avanzado, en la exploración física se
puede detectar un empastamiento del hombro, amiotrofia
o una adenopatía axilar.
La radiografía muestra la presencia de la tríada de Phe-
mister, que asocia una hipertransparencia ósea con un
discreto pinzamiento de la interlínea articular y erosio-
nes de la porción superolateral de la cabeza humeral (la
imagen de «caries» seca es su aspecto clásico) [51] .
La RM contribuye al diagnóstico precoz al mostrar
una sinovitis intensa y un derrame articular, aunque sea
inconstante [52] .
El síndrome inflamatorio en las pruebas de laboratorio
es discreto y a veces está ausente. La intradermorreacción
a la tuberculina suele ser positiva e incluso flictenular. La
prueba de QuantiFERON es positiva.
La biopsia sinovial con examen bacteriológico y pato-
lógico permite el diagnóstico.
7
E – 14-353  Diagnóstico del hombro doloroso no traumático
A B
Figura 6.
A. Radiografía del hombro de un paciente en seguimiento por artritis reumatoide que muestra un pinzamiento glenohumeral (flecha
negra) y erosiones (flecha blanca).
B. Entesofito al nivel del tubérculo mayor (flecha).
Patología microcristalina
El hombro es la localización predilecta de la artropatía
por apatita. Esta patología provoca una artropatía des-
tructiva denominada también hombro de Milwaukee, u
hombro senil hemorrágico [52] . Afecta a personas de edad
avanzada. En la exploración física, se observa un derrame
voluminoso del hombro, cuya punción recoge un líquido
articular y paucicelular [52] .
La radiografía muestra un ascenso de la cabeza hume-
ral indicativo de una ruptura tendinosa y una artropatía
destructiva que asocia una pérdida de sustancia cefálica y
glenoidea, así como una fragmentación ósea, a menudo
asociadas a calcificaciones periarticulares [53] .
La artropatía por depósitos de pirofosfato de calcio es
una enfermedad de personas mayores de 70 años. Los
signos clínicos son variables y oscilan de un cuadro de
hombro senil hemorrágico que puede evolucionar hacia
una artropatía destructiva a signos clínicos similares a los
observados en la artrosis [54] . En la radiografía del hom-
bro, se puede observar un ribete cálcico, que duplica los
contornos de la cabeza humeral, o calcificaciones cap-
sulosinoviales, labrales o tendinosas. Se pueden observar
signos de omartrosis o de una artropatía destructiva [53] .
Artropatía inflamatoria crónica
Artritis reumatoide
El dolor del hombro es frecuente en la artritis reuma-
toide, donde se ha descrito en el 50% de los casos en la
fase inicial [55] . Sin embargo, las formas destructivas se han
vuelto infrecuentes, debido a los progresos terapéuticos.
El hombro reumatoide se clasifica en tres estadios
clinicorradiológicos [53] :
• estadio 1: ligera limitación de la movilidad con dolor
leve-moderado e hipertransparencia ósea en las radio-
grafías;
• estadio 2: limitación moderada y dolor moderado-
intenso con erosiones y pinzamiento de la interlínea
glenohumeral en las radiografías;
• estadio 3: limitación grave, dolor intenso que repercute
en la vida diaria. Las radiografías muestran erosiones del
extremo superior del húmero (Fig. 6A) y de la glena.
La ecografía y la RM (Fig. 7) pueden mostrar una
sinovitis o un derrame de la articulación glenohumeral,
una tenosinovitis del TCLB, una bursitis subacromial y
subdeltoidea, o una erosión humeral [56] .
Espondiloartritis
La frecuencia de la afectación del hombro en la
espondiloartritis es del 7-33% [57] .
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La limitación de la movilidad escapulotorácica, que es
el signo clínico más frecuente, provoca una limitación de
la antepulsión y de la abducción del hombro [57] .
Se han descrito dos formas radiológicas:
• la forma no destructiva en la que predominan los signos
de reconstrucción (anquilosis de la articulación gle-
nohumeral, osificación del ligamento coracoclavicular,
entesofito) (Fig. 6B);
• la forma destructiva que se caracteriza por la presencia
de erosión de la cabeza humeral cuya extensión provoca
una deformación en hacha [53, 58] .
La ecografía puede mostrar los signos siguientes: teno-
sinovitis del TCLB, engrosamiento de la BSAD, derrame
de la articulación glenohumeral, entesofito o erosión.
Patología degenerativa
La artrosis acromioclavicular es más frecuente que la
glenohumeral. Se observa en el 54-57% de las personas
de edad avanzada [59] . Puede ser asintomática o causar
dolor del hombro, con dolor localizado en esta articu-
lación y una prueba de aducción cruzada positiva en la
exploración física [60] .
La artrosis glenohumeral supone el 5-17% de las cau-
sas de dolor del hombro [61] . Se manifiesta por dolor
mecánico, al que se asocia una molestia funcional progre-
siva. En la exploración, se observa una limitación de las
movilidades activa y pasiva [60] . La artrosis glenohumeral
puede ser primaria o, a menudo, secundaria a una ruptura
masiva de los tendones del manguito de los rotadores o
a una patología articular inflamatoria, microcristalina o
infecciosa.
En la forma secundaria a una ruptura del manguito de
los rotadores (denominada a menudo artrosis excéntrica),
la radiografía muestra, además de los signos cardinales de
artrosis, un ascenso de la cabeza humeral y una ruptura del
arco glenohumeral indicativo de una ruptura completa y
amplia de los tendones del manguito de los rotadores. En
la omartrosis primaria, el espacio subacromial y el arco
glenohumeral suelen estar respetados (Fig. 8) [62] .
Patologías tumorales y seudotumorales
de la sinovial
Son infrecuentes y están dominadas por la osteocondro-
matosis sinovial y la sinovitis villonodular. Su diagnóstico
suele ser tardío, debido a una sintomatología discreta e
inespecífica.
Osteocondromatosis sinovial
Suele ser secundaria a una artropatía degenerativa. La
forma primaria, mucho más rara, predomina en varones
 Diagnóstico del hombro doloroso no traumático  E – 14-353

1 1

2 2

A B

C D
Figura 7.
A. Corte transversal potenciado en densidad protónica FAT/SAT que muestra un derrame moderadamente abundante del receso anterior
(flecha amarilla) y posterior (flecha blanca) de la articulación glenohumeral. 1. Cabeza humeral; 2. glena.
B. Corte transversal potenciado en T1 FAT/SAT con contraste que muestra una sinovitis glenohumeral del receso posterior (flecha blanca)
y un pinzamiento glenohumeral (puntas de flecha) con erosiones de los bordes articulares. 1. Cabeza humeral; 2. glena.
C. Corte sagital potenciado en densidad protónica FAT/SAT que muestra un derrame del receso inferior de la articulación glenohumeral
(flecha blanca). 1. Cabeza humeral.
D. Corte transversal potenciado en T2 FAT/SAT que muestra un derrame (flecha blanca) que rodea la cabeza larga del bíceps en su surco
(flecha amarilla). 1. Cabeza humeral.

Figura 8. Radiografía del hombro que

muestra una artrosis glenohumeral con
ruptura del arco glenohumeral (flecha) (A)
y una artrosis glenohumeral sin ruptura del
arco glenohumeral (flecha) (B).

A B

jóvenes. Afecta al hombro en el 5% de los casos [63] . La con- Sinovitis villonodular

dromatosis primaria es una metaplasia del tejido sinovial
responsable de una formación de cuerpos cartilaginosos
(condromas) en las articulaciones y las bolsas serosas, que
pueden calcificarse (osteocondromas).
El diagnóstico de osteocondromatosis primaria se
basa en la presencia de múltiples cuerpos radiopacos
intraarticulares o periarticulares, de tamaño compara-
ble. En caso de condromatosis pura, la radiografía
puede ser normal o mostrar signos indirectos de tipo
seudoensanchamiento de la interlínea articular o ero-
siones óseas en la zona de reflexión de la sinovial. La
ecografía muestra un derrame con cuerpos ecogénicos
móviles [64] .
Puede ser difusa en toda la membrana sinovial o más
raramente focal. El pico de frecuencia de la forma difusa
se encuentra entre los 30 y 50 años, con un ligero predo-
minio femenino. El hombro se ve afectado en el 2,4% de
los casos [65] . Se manifiesta por dolor, rigidez y, a veces, un
derrame articular del hombro.
La radiografía suele ser normal en las formas focales. En
las formas difusas, muestra una tumefacción de los teji-
dos blandos con erosiones en las zonas de reflexión de la
sinovial [66] .
En la RM, la presencia de zonas de hiposeñal franca
en el seno de la sinovitis, en secuencia T2 eco de gra-
diente, es un elemento sugestivo del diagnóstico. Este

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E – 14-353  Diagnóstico del hombro doloroso no traumático
signo refleja un depósito de hemosiderina en la sinovial. El
estudio patológico muestra una hiperplasia de las franjas
sinoviales con depósitos de hemosiderina [66] .
Otras
El lipoma arborescente, que se ha descrito raramente en
el hombro, es una proliferación de tejido graso en el seno
de un engrosamiento de una membrana sinovial. Provoca
dolor y tumefacción articular.
El hemangioma sinovial es un tumor vascular benigno
poco frecuente, cuya sintomatología suele comenzar en la
infancia. El hombro es una localización inusual.
Además, la sinovial puede ser raramente la localización
de lesiones malignas primarias o secundarias (metástasis).
El sarcoma sinovial sigue siendo excepcional. Existen cal-
cificaciones radiológicas paraarticulares en el 30% de los
casos y son sugestivas del diagnóstico [67] .
Otras
Seudopoliartritis rizomélica
Es un síndrome clínicamente definido por la presencia
de manifestaciones dolorosas inflamatorias de las cintu-
ras escapulares y pélvicas [17] . Afecta a pacientes mayores
de 50 años. Las pruebas de laboratorio suelen mostrar
un síndrome inflamatorio moderado [17] . La ecografía
de los hombros puede mostrar una bursitis subacromial,
una tenosinovitis del TCLB o una sinovitis glenohumeral
(Fig. 3B a 3D) [68] .
Artropatía nerviosa
Este diagnóstico se sospecha ante la discreción del
dolor de hombro que contrasta con la magnitud de
la destrucción de la articulación glenohumeral en la
radiografía [69] .
En la exploración física, puede observarse una limita-
ción de la movilidad del hombro y signos neurológicos [69]
de tipo hipoestesia, abolición de los reflejos osteotendino-
sos, etc.
Sus etiologías son múltiples (diabetes, tabes, etc.),
dominadas por la siringomielia en la localización del
hombro [70] .
La radiografía muestra signos de destrucción de tipo
fragmentación de la cabeza humeral y de la glena, así
como signos de reconstrucción de tipo osteocondensa-
ción y callos óseos exuberantes [69] .
Artropatía hemofílica
El hombro es la cuarta localización de artropatía
hemofílica por detrás del tobillo, la rodilla y el codo [71] .
Esta artropatía destructiva se debe a episodios repetiti-
vos de hemartrosis. La radiografía del hombro muestra
signos inespecíficos: geodas subcondrales, erosiones y
artropatía destructiva [71] .
Artropatía amiloide
El hombro es la articulación más afectada en esta
patología. El signo de la hombrera, muy sugestivo del
diagnóstico, corresponde a una tumefacción del hombro
indicativa de una infiltración de los tejidos periarticulares
por las proteínas amiloides [72] .
Otros signos sistémicos pueden orientar hacia el
diagnóstico: macroglosia, síndrome del túnel carpiano
o tumefacción de los tejidos blandos. Los signos
radiológicos no son específicos [72] y muestran una
hipertransparencia ósea, geodas, erosiones sinoviales, etc.
Patología ósea de la cabeza humeral
y de la glena
Puede causar una limitación de la movilidad activa y
pasiva del hombro.
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Enfermedad ósea de Paget del hombro
Es una distrofia ósea benigna. La artropatía de Paget del
hombro es rara [73] . Los elementos radiológicos caracterís-
ticos suelen permitir establecer el diagnóstico: anomalías
de densidad (frente de reabsorción ósea, lesiones conden-
santes o mixtas), anomalías estructurales (engrosamiento
de la cortical, estructura fibrilar del hueso, desdiferencia-
ción corticomedular) y anomalías de forma (hipertrofia y
deformaciones de los huesos pagéticos) [74] .
Osteonecrosis aséptica
El hombro es su segunda localización tras la cadera. La
corticoterapia es la etiología más frecuente. La radiogra-
fía no muestra anomalías en el estadio precoz y es la RM
la que permite establecer el diagnóstico. El cuadro puede
evolucionar a la omartrosis [75] .
Patología tumoral ósea
Los tumores óseos primarios o secundarios de la cabeza
humeral pueden causar dolor del hombro. Se debe sospe-
char un origen maligno en presencia de dolor persistente
de intensidad progresiva que impida cualquier moviliza-
ción del hombro [76] . El aspecto en la RM depende del tipo
de tumor.
 Diagnóstico diferencial
La ausencia de limitación de la movilidad del hombro
y la negatividad de las pruebas tendinosas y de las prue-
bas de conflicto, así como la ausencia de influencia de la
movilización del hombro en el dolor, obligan a buscar otra
causa del dolor referido por el paciente.
Patología visceral
El dolor de origen cardíaco, pleural o abdominal (pato-
logía biliar, absceso o cáncer de hígado, etc.) puede
provocar una irradiación dolorosa al hombro [77] . La
movilización del hombro no modifica este dolor.
Lesión neurológica
Esclerosis lateral amiotrófica
La esclerosis lateral amiotrófica asocia un déficit motor
progresivo, una amiotrofia, fasciculaciones y reflejos
osteotendinosos vivos y difusos. El electromiograma
orienta el diagnóstico al mostrar signos de desnerva-
ción difusa y al descartar una neuropatía y un trastorno
sensitivo [77] .
Afectación radicular: neuralgia
cervicobraquial C5
Se debe realizar una exploración de la columna cervical
sistemática ante cualquier dolor referido al hombro. La
presencia de un síndrome raquídeo cervical y la positivi-
dad de la maniobra de Roger y Bikelas obligan a sospechar
el diagnóstico de neuralgia cervicobraquial C5, principal
diagnóstico diferencial de una patología del hombro. Sin
embargo, estas dos patologías pueden coexistir [78] .
Mononeuropatías
Se trata de patologías crónicas que se observan sobre
todo en los deportes de lanzamiento.
La alteración del nervio supraescapular es su causa más
frecuente. Esta mononeuropatía también puede deberse a
la compresión de este nervio en la escotadura coracoidea
o espinoglenoidea por un quiste sinovial o una exostosis.
La sintomatología se manifiesta por parestesias de las caras
superior y posterior del hombro, fatigabilidad, pérdida de
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Sí Omartrosis
Selectivo y excéntrica
osteofitos o Ruptura del arco
EMC - Aparato locomotor

condensación glenohumeral
subcondral Omartrosis
No centrada

Artropatía
Global
glenohumeral

Patologías
inflamatorias
Engrosamiento
Patología
de la sinovial
Radiografía sinovial
Pinzamiento No
frontal del Ecografía seudotumoral
glenohumeral
hombro
No Ensanchamiento Capsulitis
Normal**
glenohumeral retráctil

Sí*
Lesión lítica o Condromatosis
Sí
Ausente condensante de la
cabeza humeral Patologías
tumorales
Distrofia
Dolor de Limitación Sí ósea
hombro de la Osteonecrosis
fuera de un movilidad aséptica
contexto pasiva del
traumático hombro
Patología
Anormal neurológica
deficitaria
Sí
Exploración neurológica
No Tendinopatía
con ruptura
Normal
penetrante

Diagnóstico del hombro doloroso no traumático  E – 14-353

extensa
Limitación de la
movilidad activa
Sí Tendinopatía Asociación
con ruptura radiografía/
ecografía del
Pruebas tendinosas Sí Tendinopatía hombro***
No deficitarias sin ruptura
Pruebas
tendinosas Sí
No Conflicto
dolorosas
Pruebas
de conflicto Sí Patologías acromio y
No
positivas Anomalía en la esternoclaviculares
exploración de la
No articulación acromio
Patología del
o esternoclavicular
hombro
No
descartada

Figura 9. Árbol de decisiones. Dolor del hombro fuera de un contexto traumático.

11

La limitación de la movilidad pasiva se asocia con una limitación de la movilidad activa responsable de rigidez del hombro.
* La ecografía puede mostrar un engrosamiento (>4 mm) hipoecoico de los elementos capsuloligamentarios del intervalo de los rotadores o una neovascularización en la proximidad del tendón de la cabeza
larga del bíceps.
**Los diagnósticos se confirman por la asociación de radiografía y ecografía del hombro.
E – 14-353  Diagnóstico del hombro doloroso no traumático
fuerza muscular y trastornos tróficos. En la exploración,
se puede observar una limitación de la abducción y de
la rotación externa del hombro y una amiotrofia de los
músculos supra e infraespinoso [79] .
La afectación del nervio torácico largo es menos fre-
cuente. Suele provocar dolor del hombro desencadenado
por la antepulsión. En un estadio más avanzado, la explo-
ración puede mostrar un despegamiento del borde espinal
de la escápula y una limitación de la antepulsión [80] .
El electromiograma respalda el diagnóstico. La RM
puede mostrar signos de desnervación que asocian, en
grados variables, edema, degeneración grasa y una amio-
trofia que afecta a los músculos del territorio nervioso
implicado [79] .
Síndrome de Parsonage-Turner
Este síndrome se manifiesta por dolor intenso del hom-
bro, sin causa desencadenante observable, que puede
durar entre varios días y varias semanas. Este dolor tiene
una topografía variable, que no responde a una sistema-
tización troncular, pléxica o radicular. La evolución se
caracteriza por la instauración de amiotrofia, seguida de
una parálisis relacionada con una afectación de las fibras
de ciertos troncos procedentes del plexo braquial [81] .
Síndrome del estrecho toracobraquial
Este síndrome se debe a una compresión del plexo
braquial, sobre todo su tronco primario inferior, en
el triángulo interescalénico por los músculos escalenos
hipertrofiados, una megaapófisis transversa o una costi-
lla supernumeraria. Las manifestaciones clínicas pueden
consistir en dolor del brazo, de la columna vertebral y de
los hombros, parestesias y signos vasomotores que afec-
tan al miembro superior. Estos signos suelen acentuarse
durante la elevación del brazo.
 Conclusión
El diagnóstico positivo de un hombro doloroso no trau-
mático se basa en una anamnesis y una exploración física
minuciosa (Fig. 9). La asociación de radiografía y ecografía
del hombro permite, en la gran mayoría de los casos, esta-
blecer el diagnóstico positivo e identificar su etiología. La
patología periarticular es la causa más frecuente de dolor
del hombro. El lugar de la artro-TC y de la RM se reserva a
las rupturas completas o penetrantes de los tendones del
manguito de los rotadores. La RM está indicada cuando
se sospecha una patología articular del hombro cuando
la radiografía y la ecografía no proporcionan suficiente
información para el diagnóstico etiológico.
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M. Slouma, Professeure agrégée en rhumatologie (maroua.slouma@gmail.com).

Service de rhumatologie, Hôpital militaire principal d’instruction de Tunis, Montfleury, 1008 Tunis, Tunisie.
Université Tunis El Manar, Campus universitaire Farhat-Hached, 1068 Tunis BP 94, Tunisie.
M. Abbes, Docteure en médecine, assistante hospitalo-universitaire en rhumatologie.
Université Tunis El Manar, Campus universitaire Farhat-Hached, 1068 Tunis BP 94, Tunisie.
I. Gharsallah, Professeure en rhumatologie.
Service de rhumatologie, Hôpital militaire principal d’instruction de Tunis, Montfleury, 1008 Tunis, Tunisie.
Université Tunis El Manar, Campus universitaire Farhat-Hached, 1068 Tunis BP 94, Tunisie.
E. Cheour, Professeure en rhumatologie.
Université Tunis El Manar, Campus universitaire Farhat-Hached, 1068 Tunis BP 94, Tunisie.
Centre de traitement de la douleur, La Rabta Jebbari, 1007 Tunis, Tunisie.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Slouma M, Abbes M, Gharsallah I, Cheour E. Diagnóstico del
hombro doloroso no traumático. EMC - Aparato locomotor 2023;56(3):1-14 [Artículo E – 14-353].

14 EMC - Aparato locomotor

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