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Effect of alcohol on electrical organisation in the brain during a visuospatial

working memory task and its relationship with the menstrual cycle

Article  in  Revista de Neurología · February 2014

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5 authors, including:

Araceli Sanz-Martin Marisela Hernandez Gonzalez

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Miguelangel Guevara
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 ORIGINAL

Efecto del alcohol en la organización eléctrica cerebral

durante una tarea de memoria de trabajo visuoespacial
y su relación con el ciclo menstrual
Araceli Sanz-Martin, Marisela Hernández-González, Miguel Ángel Guevara, Gloria Santana, Emilio Gumá-Díaz

Introducción. El metabolismo del alcohol y el desempeño de muchas funciones cognitivas pueden variar a lo largo del Instituto de Neurociencias.
Universidad de Guadalajara.
ciclo menstrual. Tanto la ingestión de alcohol como las variaciones hormonales durante el ciclo menstrual se asocian con Guadalajara, Jalisco, México.
cambios característicos en la actividad electroencefalográfica.
Correspondencia:
Objetivo. Determinar si la actividad electroencefalográfica durante una tarea de memoria de trabajo es afectada por el Dra. Marisela Hernández González.
consumo agudo de alcohol, y si dicha actividad varía en función del ciclo menstrual. Instituto de Neurociencias.
Universidad de Guadalajara.
Sujetos y métodos. Muestra de 24 mujeres que ingirieron alcohol o placebo durante las fases folicular y lútea temprana. Francisco de Quevedo, 180.
Col. Arcos-Vallarta. CP 44130.
Se registró el electroencefalograma durante la ejecución de una tarea de memoria de trabajo visuoespacial.
Guadalajara, Jalisco, México.
Resultados. Aunque el alcohol no deterioró el rendimiento de la tarea de memoria de trabajo, sí produjo en el electro-
E-mail:
encefalograma una disminución de la potencia relativa de theta y una menor correlación frontoparietal derecha en las mariselh@cencar.udg.mx
bandas theta y alfa2. Únicamente las mujeres alcoholizadas en la fase folicular presentaron una mayor potencia relativa
Aceptado tras revisión externa:
de alfa1, que podría indicar menor nivel de alertamiento y atención. 09.10.13.
Conclusiones. Estos resultados contribuyen a una mejor comprensión de los mecanismos cerebrales que subyacen a los
Cómo citar este artículo:
cambios cognitivos con el alcohol y su relación con el ciclo menstrual. Sanz-Martin A, Hernández-
González M, Guevara MA, Santana G,
Palabras clave. Alcohol. Ciclo menstrual. EEG. Electroencefalograma. Memoria de trabajo. Gumá-Díaz E. Efecto del alcohol
en la organización eléctrica cerebral
durante una tarea de memoria de
trabajo visuoespacial y su relación
Introducción ción de la correlación EEG frontoparietal e inter- con el ciclo menstrual. Rev Neurol
frontal en reposo [5]. La sincronía funcional entre 2014; 58: 103-12.

Se ha demostrado que el consumo moderado de al-
cohol (0,05-0,8 g/kg) deteriora los procesos cogniti-
vos vinculados con la corteza prefrontal, particular-
mente, la memoria de trabajo [1,2]. Este proceso es
un sistema que permite retener cierta cantidad de
información, manipularla y regularla para guiar con-
ductas y tareas cognitivas [3].
El consumo moderado de alcohol induce cam-
bios en la actividad electroencefalográfica (EEG).
Durante la fase de absorción, esta sustancia tiene
efectos estimulantes, propiciando el decremento de
la potencia absoluta (PA) y relativa (PR) de las ban-
das lentas (delta y theta), el incremento de la PA y
PR de la banda alfa [4,5], y el incremento de la PA y la
PR de las bandas rápidas (alfa2, beta1) y la PA de
la banda beta2 [4]. Posteriormente, en la fase de eli-
minación, el alcohol actúa como un depresor, ejer-
ciendo efectos sedantes y un patrón inverso en el
EEG (incremento de la PR de las bandas lentas y
decremento de la PR de la banda alfa) [5].
El alcohol puede modificar el grado de sincroni-
zación del EEG entre dos regiones cerebrales. Se ha
descrito que a los 20 minutos de haber ingerido al-
cohol (0,332 g/kg de alcohol) existe una disminu-
distintas regiones cerebrales es un requisito indis- © 2014 Revista de Neurología
pensable para la realización de muchos procesos
cognitivos [6], particularmente para la memoria de
trabajo [7,8]. La determinación de dicha sincronía
se efectúa mediante el cálculo de la correlación o la
coherencia, que son índices matemáticos que refle-
jan el grado de similitud entre las bandas o frecuen-
cias que conforman el espectro total de la actividad
EEG. Sin embargo, mientras que la coherencia mide
la covariación entre dos señales como una función
de la frecuencia y considera tanto los cambios de
amplitud como de fase entre las señales involucra-
das, la correlación mide la covariación entre las se-
ñales como una función del tiempo, por lo que toma
en cuenta tanto la relación de fase como la polari-
dad entre las dos señales que se están analizando, y
no considera la amplitud. Por esa razón, cuando el
interés se centra en analizar el acoplamiento entre
las señales bioeléctricas provenientes de dos regio-
nes cerebrales, la correlación puede ser mejor op-
ción que la coherencia [9].
En las mujeres, la respuesta fisiológica del alco-
hol puede regularse por las variaciones en los nive-
les de estrógenos y progesterona a lo largo del ciclo

www.neurologia.com  Rev Neurol 2014; 58 (3): 103-112 103

A. Sanz-Martin, et al
menstrual [10], ya que estas hormonas actúan so-
bre los sistemas enzimáticos del hígado que regulan
la biotransformación del alcohol. Mientras que la
progesterona puede incrementar la tasa de elimina-
ción del alcohol [11], los estrógenos pueden inducir
la elevación del acetaldehído [12].
Considerando lo anterior, sería lógico suponer que
los efectos del alcohol en la cognición podrían dife-
rir a lo largo del ciclo menstrual. En este sentido, se
han realizado tres estudios. En el primero, Jones y
Jones [13] observaron que el alcohol (0,52 g/kg) in-
dujo tiempos de reacción más lentos en la fase pre-
menstrual que en las fases menstrual y ovulatoria.
En el segundo, Linnoila et al [14] encontraron que
las mujeres tenían un mejor desempeño psicomo-
tor en la fase lútea que en la folicular, pero esta dife-
rencia fue mayor después del consumo de alcohol
(0,5 g/kg). En el tercero, Sanz-Martín et al [15] ad-
ministraron alcohol (0,5 g/kg) a mujeres durante las
fases folicular (FF) y lútea temprana (FLT), y regis-
traron la actividad EEG durante la realización de las
torres de Londres; se observó que, aunque el alco-
hol indujo un menor desempeño en la tarea, este
deterioro fue significativo sólo en la FF, lo que se
asoció con un incremento de la potencia relativa de
alfa1. Sin embargo, existen otros estudios en los que
no se ha observado que los efectos del alcohol se
modulen por el ciclo menstrual [10,16,17].
Hasta donde sabemos, no hay investigaciones
que hayan analizado los efectos de la interacción
del alcohol y el ciclo menstrual en la memoria de
trabajo, a pesar de la evidencia de que este proceso
cambia a lo largo del ciclo. Se sabe que existe una
correlación positiva entre los niveles de estrógenos
y la memoria [18], por lo que, en la fase ovulatoria,
es mejor el desempeño en tareas de memoria verbal
[18] y de memoria de trabajo [19-21]. En la FLT,
cuando se eleva también la progesterona, se produ-
ce un mejor rendimiento en las tareas de memoria
inmediata visual para objetos [22] y tareas de cálcu-
lo mental [23].
La actividad EEG muestra cambios a lo largo del
ciclo menstrual. En reposo, durante la fase periovu-
latoria, existe un incremento de la correlación in-
terfrontal y un decremento de la PA. En contraste,
en la fase menstrual, se incrementa la PA de las fre-
cuencias rápidas, mientras que la PR de theta de-
crece [24]. Además, en las mujeres existe una co-
rrelación positiva entre los niveles de progesterona
y la PA de las bandas theta, alfa1, alfa2 y beta1, así
como una correlación negativa con las bandas delta
y beta2 [25].
Aunque existen estudios que han analizado los
efectos del alcohol en la cognición y el funciona-
104
miento cerebral, son pocos los trabajos acerca de
cómo dichos efectos pueden modularse por el ciclo
menstrual. Así, el propósito del presente estudio
fue determinar si la actividad EEG durante una ta-
rea de memoria de trabajo visuoespacial es afecta-
da por la ingesta previa de alcohol, y si dicha acti-
vidad EEG varía con relación a dos diferentes fases
de ciclo menstrual (FF y FLT). Considerando que
durante la FLT es mayor la tasa de eliminación del
alcohol y mejor el rendimiento en algunos tipos de
memoria de trabajo, la hipótesis de este estudio es
que el alcohol, en la dosis administrada, deteriora-
rá la memoria de trabajo visuoespacial, pero dicho
deterioro será mayor durante la FF que durante la
FLT. Lo anterior se asociará con cambios EEG de-
terminados por una mayor potencia de la banda
alfa1 y una reducción de la correlación frontopa-
rietal derecha.
Sujetos y métodos
Muestra
Participaron 24 mujeres diestras de 19 a 30 años
(media: 23,71 ± 2,78 años) con un índice de masa
corporal normal. Aunque todas ellas habían consu-
mido alcohol, ninguna tomaba más de una bebida
al día, fumaba o ingería drogas ilegales. Tampoco
ninguna de ellas notificó antecedentes de enfer­
medades neurológicas o psiquiátricas, tenía ciclos
menstruales irregulares, había estado embarazada,
tenía enfermedades infecciosas, estaba tomando
anticonceptivos ni presentaba síndrome premens-
trual. El estudio fue aprobado por el Comité de Éti-
ca Institucional y cumplió con los estándares éticos
de la American Psychiatric Association (APA). To-
das las participantes firmaron su consentimiento
informado al inicio del estudio.
Cada mujer fue evaluada en dos fases del ciclo
menstrual: la FF, definida en este estudio de los días
6 a 9 subsecuentes al inicio de la menstruación; y la
FLT, definida de los días 6 al 9 posteriores a la ovu-
lación. Para confirmar la ovulación, se usó tanto
una prueba que detecta la presencia de la hormona
luteinizante en la orina, como la medición de la
temperatura al despertar por la mañana, pues des-
pués de la ovulación se produce un aumento sutil
de la temperatura [26].
Para determinar la FF o FLT, se pidió a las parti-
cipantes que informaran telefónicamente la fecha
en que ocurrió su ovulación o se inició su mens-
truación. Con este dato, se programaron las sesio-
nes de registro, que se llevaron a cabo entre los días
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6 y 9 posteriores a la ovulación o menstruación. La
mitad de las participantes fue evaluada por primera
vez durante la FF, mientras que la otra mitad lo fue
en la FLT.
Una vez programadas las sesiones, se pidió a las
mujeres que se abstuvieran de tomar cafeína o alco-
hol en las 12 horas anteriores a las evaluaciones, se
corroboró que hubieran consumido alimento dos
horas antes del registro, y se les pidió que comuni-
caran cualquier anomalía en su ciclo menstrual.
Procedimiento
Las participantes fueron asignadas aleatoriamente
a uno de dos grupos. El primero ingirió 4,7 mL/kg
de vino tinto, equivalente a 0,5 g/kg de etanol. El
segundo grupo ingirió el mismo volumen de place-
bo (4,7 mL/kg), que consistió en una bebida de uva
sin alcohol con color, sabor y textura semejante al
vino tinto. Para darle al placebo olor a vino, se agre-
garon 3 mL de vino tinto en su superficie. Las mu-
jeres tenían que ingerir su bebida en un máximo de
10 minutos.
A los 30 minutos de la ingestión de la bebida se
midió la concentración de alcohol en sangre –blood
alcohol concentration (BAC)­– con un alcoholíme-
tro digital (Alcoscan AL-6000), que detecta el nivel
de alcohol en los pulmones a través de una muestra
de aire proveniente del aliento. Este tipo de artefac-
tos se ha usado en diversos estudios en los que se
han evaluado los efectos del alcohol sobre la activi-
dad cerebral [27-29]. Se ha propuesto que las medi-
ciones de la BAC tomadas a través de muestras de
la exhalación son fiables, pues, aunque sus valores
suelen ser menores a los obtenidos en sangre [30],
existe una alta correlación entre ambos tipos de
medición [31].
Tarea de memoria de trabajo visuoespacial (MTVE)
La tarea consistía en reproducir, en orden inverso,
secuencias crecientes de toques de cubos. Se pre-
sentaban, en un monitor de 17 pulgadas sensible al
tacto, 10 cubos de color azul ordenados aleatoria-
mente. Estos cubos podían cambiar su color de azul
a amarillo para indicar la secuencia (toques) que la
participante debía reproducir. Cuando el programa
generaba una secuencia, uno de los 10 cubos se tor-
naba amarillo durante 1.000 ms, y 1.000 ms después
un segundo cubo se teñía de amarillo; estos cam-
bios de color se producían sucesivamente hasta el
penúltimo elemento de la secuencia. El último cubo
de la secuencia cambiaba de azul a verde, para se-
ñalar que la secuencia había concluido y que era el
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Efecto del alcohol en la organización eléctrica cerebral y su relación con el ciclo menstrual
momento de dar la respuesta. Las mujeres debían
reproducir tocando los cubos en el monitor. El nú-
mero de cubos que cambiaban de color en cada se-
cuencia se incrementaba progresivamente. El núme-
ro de secuencias presentadas dependía de la exacti-
tud de cada participante, ya que, si ella cometía dos
errores consecutivos de la misma categoría (núme-
ro de cubos a recordar), la tarea finalizaba. El de­
sempeño en la tarea se evaluó con el número de se-
cuencias correctamente reproducidas.
Registro y análisis del EEG
Se registró el EEG en las derivaciones F3, F4, P3 y
P4 del sistema internacional 10-20, que se refirie-
ron a los lóbulos de las orejas de forma cortocircui-
tada. También se colocaron electrodos en los can-
tos superior e inferior de los ojos y en la muñeca
izquierda para controlar la contaminación por mo-
vimientos oculares y frecuencia cardíaca. Las seña-
les se capturaron con electrodos de plata clorurada,
manteniendo una impedancia menor a 10 kΩ. El
EEG se registró en un amplificador digital Neuros-
can-NuAmps con una frecuencia de 500 Hz (filtros
entre 1-30 Hz) y, simultáneamente, se almacenó en
un ordenador con el programa Scan 4.3.
Los registros del EEG se efectuaron a los 35 mi-
nutos de haber ingerido la bebida en dos condicio-
nes: reposo con ojos abiertos y durante la tarea de
memoria de trabajo.
Con la finalidad de que el EEG estuviera libre de
artefactos, se revisaron manualmente las señales y
se eliminaron las épocas contaminadas con ruido.
Posteriormente, se obtuvieron muestras de un se-
gundo y se aplicó la transformada rápida de Fourier
con el programa EEGmagic [32]. Se calculó la PA,
definida como la densidad de la potencia de cada
banda de frecuencia expresada en microvoltios al
cuadrado (μV2/Hz); la PR, es decir, la contribución
proporcional de cada banda a la potencia total; y la
correlación, el grado de acoplamiento funcional entre
las áreas prefrontales y parietales en cada una de las
seis bandas de frecuencia analizadas: delta (1-3 Hz),
theta (4-7 Hz), alfa1 (8-10 Hz), alfa2 (11-13 Hz),
beta1 (14-19 Hz) y beta2 (20-30 Hz). A partir de la
densidad de potencia espectral media de cada rit-
mo cerebral, se obtuvo la correlación EEG entre las
diferentes zonas cerebrales para cada frecuencia
(ecuación) [9]. Para calcular la correlación, primero
se extrajo cada uno de los componentes (frecuen-
cias) de las señales bioeléctricas en el dominio del
tiempo y, posteriormente, se calculó la correlación
puntual de Pearson para cada frecuencia con la si-
guiente ecuación [9]:
105
A. Sanz-Martin, et al
Figura 1. Potencia relativa (media ± desviación estándar) de las bandas
de frecuencia electroencefalográficas registradas durante la condición de
reposo, en el grupo alcohol (GA) y el grupo placebo (GP), durante las
fases folicular (FF) y lútea temprana (FLT). El asterisco indica la presen-
cia de una diferencia significativa (p < 0,05) entre las FF y FLT en el GA
(n = 24).
CovAB(x)
r (x) = ———————————
√VarAA(x) VarBB(x)
donde x = 0, 1, 2... n – 1 (n frecuencias en que se des-
componen las señales A y B), CovAB(x) es la covarian-
za entre las señales A y B en la x frecuencia, VarAA(x)
es la varianza de señal A en la x frecuencia, y VarBB(x)
es la varianza de la señal B en la x frecuencia.
Los valores de correlación de todas las épocas de
una misma condición se promediaron para cada su-
jeto y par de derivaciones. Finalmente, para norma-
lizar los datos, la PA y la PR se transformaron a lo-
garitmos, y las correlaciones, a Z de Fisher.
Análisis estadístico
Para determinar las diferencias entre grupos y fases
en la ejecución de la tarea de MTVE, se realizó un
106
ANDEVA de parcelas divididas (grupo × fase). Este
mismo procedimiento se empleó para analizar el
EEG, haciendo un análisis independiente para cada
condición (reposo, tarea de MTVE), derivación y
banda. Para comparar las medidas de la BAC entre
fases del ciclo menstrual, se aplicó un análisis t de
Student. Finalmente, para determinar el sentido de
las diferencias, se realizaron comparaciones a pos-
teriori de Tukey (p < 0,05).
Adicionalmente, para determinar cómo se rela-
ciona la actividad EEG con el desempeño en la ta-
rea de MTVE, se realizaron correlaciones de Pear-
son entre los distintos parámetros del EEG registra-
dos durante la tarea y la puntuación conductual en
la tarea misma. En este análisis se incluyeron a to-
das las participantes en ambas fases del ciclo mens-
trual. Este tipo de correlaciones se han efectuado
en diversos estudios, y se ha encontrado que algu-
nos parámetros del EEG (por ejemplo, la PA de las
bandas delta y theta) se relacionan con el desempe-
ño de tareas cognitivas [33-35]. Es importante acla-
rar que no se aplicó ningún factor de corrección por
efectuar múltiples correlaciones.
Resultados
BAC
Los valores medios de BAC obtenidos 35 minutos
después de haber ingerido el alcohol fueron de
0,2396 ± 0,1383 g/L en la FF y 0,2078 ± 0,1226 g/L
en la FLT. Las mujeres en la FF mostraron margi-
nalmente una mayor BAC que las que estaban en la
FLT (t = 2,177; p = 0,052).
Puntuación en la tarea de MTVE
Las mujeres que consumieron alcohol tendieron,
de manera no significativa, a mostrar menor núme-
ro de aciertos que aquellas que bebieron el placebo
(F(1,22) = 3,393; p = 0,079). No se encontraron dife-
rencias según la fase del ciclo menstrual.
EEG
En reposo
Se encontraron diferencias entre los grupos: las mu-
jeres que consumieron alcohol presentaron una me-
nor PR de la banda theta en las áreas parietales (P3,
F(1,22) = 4,33; p = 0,0468; P4, F(1,22) = 4,35, p = 0,0463)
que las que tomaron el placebo (Tabla I). Además,
las mujeres que consumieron alcohol presentaron
menor correlación frontoparietal derecha en las ban-
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 Efecto del alcohol en la organización eléctrica cerebral y su relación con el ciclo menstrual

Tabla I. Bandas en donde se encontraron diferencias significativas entre los grupos que bebieron alcohol y placebo en la potencia relativa y la
correlación intrahemisférica tanto en las condiciones de reposo como durante la tarea de memoria de trabajo visuoespacial (MTVE). Se incluyen
las medias y las desviaciones estándares (DE) de cada grupo.

Alcohol Placebo
Banda Derivación F(1,22) p
Media DE Media DE

F3 1,27 0,0795 –1,476 –0,117 2,48 0,12616

F4 1,259 0,0595 –1,409 –0,102 1,80 0,19075

Potencia
Theta
relativa
P3 1,5275 0,083 –1,8415 –0,134 4,33 0,0468

P4 1,545 0,1045 –1,8435 –0,1065 4,35 0,0463

F3-P3 0,5015 0,047 0,4375 0,0395 1,43 0,2425

Reposo Delta
F4-P4 0,499 0,0475 0,389 0,033 5,22 0,0306

F3-P3 0,47 0,0475 0,435 0,036 0,46 0,5129

Correlación Theta
F4-P4 0,535 0,047 0,4165 0,038 5,18 0,0311

F3-P3 0,259 0,0415 0,279 0,035 0,19 0,6718

Alfa2
F4-P4 0,343 0,048 0,2215 0,0465 4,42 0,0447

F3 1,356 0,0635 –1,4935 –0,115 1,37 0,2525

F4 1,2765 0,04 –1,508 –0,112 4,21 0,0498

Potencia
Theta
relativa
P3 1,4055 0,078 –1,612 –0,0815 3,62 0,0673

P4 1,3995 0,0555 –1,5965 –0,0645 5,66 0,0205

F3-P3 0,4815 0,049 0,423 0,037 1,22 0,2801

Tarea
Theta
de MTVE
F4-P4 0,555 0,0525 0,43 0,043 4,91 0,03528

F3-P3 0,29 0,033 0,2625 0,045 0,27 0,6146

Correlación Alfa 2
F4-P4 0,3375 0,038 0,2225 0,0535 4,321 0,04697

F3-F4 0,443 0,0375 0,3725 0,0625 1,07 0,314

Beta2
P3-P4 0,534 0,047 0,638 0,0395 5,34 0,0288

das delta (F(1,22) = 5,22; p = 0,0306), theta (F(1,22) = 5,18;
p = 0,0311) y alfa2 (F(1,22) = 4,42; p = 0,0447) (Tabla I).
Con respecto a la fase, las mujeres en la FLT pre-
sentaron, en comparación con aquellas en la FF,
una mayor PR de la banda alfa2 tanto en la región
frontal derecha (F(1,22) = 8,79; p = 0,0071) como en
ambas regiones parietales (P3, F(1,22) = 8,79; p =
0,0071; P4, F(1,22) = 11,07; p = 0,0033) (Tabla II). Sin
embargo, los análisis a posteriori indicaron que es-
tas diferencias sólo fueron significativas en las mu-
jeres que consumieron alcohol (Fig. 1).
Durante la tarea de MTVE
Se encontraron diferencias según el grupo: las mu-
jeres que consumieron alcohol presentaron una me-
nor PR de theta en las regiones frontal y parietal
derechas (F4, F(1,22) = 4,21; p = 0,04980; P4, F(1,22) =
5,66; p = 0,0205), en comparación con aquellas que

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A. Sanz-Martin, et al

Tabla II. Bandas en donde se encontraron diferencias significativas entre las fases folicular y lútea tardía en la potencia relativa tanto en las con-
diciones de reposo como durante la tarea de memoria de trabajo visuoespacial (MTVE). Se incluyen las medias y las desviaciones estándares (DE)
de cada grupo.

Fase folicular Fase lútea temprana

Banda Derivación F(1,22) p
Media DE Media DE

F3 –0,0165 0,0105 0,1095 –0,017 3,44 0,0738

F4 –0,008 –0,004 0,071 –0,0205 8,79 0,0071

Reposo
Alfa2
(potencia relativa)
P3 0,2325 –0,0185 0,253 –0,0395 8,79 0,0071

P4 0,2605 0,006 0,302 –0,0085 11,07 0,0033

F3 6,769 0,1435 6,632 0,125 6,83 0,0152

F4 6,7825 0,151 6,694 0,127 1,5 0,2321

Beta1
P3 6,9075 0,1615 6,916 0,146 0,04 0,8331

P4 6,806 0,134 6,8205 0,141 0,06 0,8013

Tarea de MTVE
(potencia absoluta)
F3 7,0605 0,205 6,832 0,1805 5,3 0,0295

F4 6,9615 0,1765 6,842 0,1475 1,69 0,2044

Beta 2
P3 6,721 0,1525 6,747 0,176 0,13 0,7177

P4 6,627 0,1195 6,645 0,1305 0,1 0,7551

bebieron el placebo (Tabla I). Las mujeres que con-
sumieron alcohol presentaron también mayor co-
rrelación interparietal en la banda beta2 (F(1,22) =
5,34; p = 0,0288) y menor correlación frontoparie-
tal derecha en las bandas theta (F(1,22) = 4,91; p =
0,03528) y alfa2 (F(1,22) = 4,32; p = 0,04697) (Tabla I).
Con respecto a la fase, se encontró que las mu­
jeres en la FF mostraron una mayor PA frontal iz-
quierda en beta1 (F(1,22) = 6,83; p = 0,01513) y beta2
(F(1,22) = 5,3; p = 0,0295) que las que estaban en la
FLT (Tabla II).
Por último, hubo una interacción significativa en-
tre los grupos y las fases, ya que solamente las muje-
res que bebieron alcohol en la FF mostraron mayor
PR de alfa1 en P4 (F(1,22) = 4,94; p = 0,0348) (Fig. 2).
Relación entre el EEG y el
desempeño en la tarea de MTVE
El número de aciertos en la tarea mostró una corre-
lación negativa con la PA de beta2 en las áreas fron-
tales y parietal derecha (Fig. 3), así como con la PR
frontal de la banda beta1 (sólo F4) y beta2 (Fig. 4).
Sin embargo, el desempeño en la tarea se correla-
cionó positivamente con la potencia relativa de la
banda theta en las regiones frontales (Fig. 4).
Discusión
Los resultados de este estudio mostraron que el al-
cohol produjo cambios característicos en el EEG
durante la ejecución de la tarea de MTVE, y que al-
gunos de éstos sólo ocurrieron durante la FF. Sin
embargo, el alcohol no deterioró significativamente
el desempeño de la MTVE ni hubo oscilaciones en el
desempeño mnémico a lo largo del ciclo menstrual.
Como en otros trabajos [36,37], encontramos que
el consumo moderado de alcohol no deterioró de
forma significativa el desempeño de la MTVE. No
obstante, también hay notificaciones en las que el
alcohol sí altera el rendimiento de este tipo de me-
moria ante ciertos paradigmas [1,2].
Además, encontramos que, a los 30 minutos de
haber ingerido alcohol, las mujeres en FLT presen-
taron una menor concentración de alcohol en san-
gre, probablemente como consecuencia del aumen-

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 Efecto del alcohol en la organización eléctrica cerebral y su relación con el ciclo menstrual

to de la progesterona, que puede incrementar la tasa

de eliminación del alcohol [11]. Figura 2. Potencia relativa derecha (media ± desviación estándar) de las bandas de frecuencia electroen-
cefalográficas registradas durante la condición de memoria de trabajo espacial, en el grupo alcohol (GA)
El alcohol indujo cambios en el EEG durante la
y el grupo placebo (GP), durante las fases folicular (FF) y lútea temprana (FLT). El asterisco indica una
tarea de MTVE, y algunos de éstos sólo ocurrieron diferencia significativa (p < 0,05) entre las FF y FLT en el GA (n = 24).
durante la FF. Específicamente, durante la FF, el
consumo de alcohol provocó un aumento de la PA
de alfa1, lo que se ha asociado con un decremento
de la vigilancia [38] y con algunos tipos de desórde-
nes por déficit de atención [39]. Sin embargo, dicho
incremento de alfa1 parece no influir en el rendi-
miento de las mujeres, tal vez porque, al sentirse al-
coholizadas, hicieron un mayor esfuerzo para mos-
trar un buen desempeño en la tarea.
La interacción entre el consumo de alcohol y el
ciclo menstrual se observó también en la condición
de reposo. Aquí, las mujeres que consumieron alco-
hol durante la FLT mostraron un incremento signi-
ficativo de la PR de la banda alfa2. Resultados si­
milares fueron referidos por Solís-Ortiz et al [24],
quienes observaron en reposo un incremento pro-
gresivo de la potencia absoluta de alfa2 a lo largo de
la FLT en mujeres jóvenes abstemias.
Independientemente de la fase del ciclo mens-
trual, las mujeres que consumieron alcohol mostra-
Figura 3. Gráficas de dispersión que muestran la relación entre el nú-
ron una menor PR de la banda theta y una menor mero de respuestas correctas en la tarea de memoria de trabajo vi-
correlación frontoparietal derecha. Estos cambios suoespacial y la potencia absoluta en logaritmos de la banda beta2
EEG ante el consumo moderado de alcohol parecen en las derivaciones frontales izquierda (F3) y derecha (F4), y parietal
derecha (P4). FF: fase folicular; FLT: fase lútea temprana; GA: grupo
ser muy consistentes, pues se han encontrado tanto alcohol; GP: grupo placebo. n = 24; g.l. = 22.
en mujeres intoxicadas con una dosis de 0,5 g/kg de
alcohol durante la realización de la tarea de la torre
de Londres (que mide la planificación) [15], como en
hombres intoxicados con una dosis de 0,3 g/kg en
reposo [4].
La reducción de la potencia de theta tras el con-
sumo de alcohol indica un incremento de la acti­
vación cortical [40], tal como habían comunicado
Schwartz et al [5]. Estos autores sugirieron que el
alcohol puede actuar como un estimulante durante
los primeros minutos de su ingesta.
Por otra parte, el desempeño de la tarea de MTVE
se relacionó positivamente con la potencia relativa
de la banda theta frontal y negativamente con la
potencia frontal y parietal de beta1 y beta2. La rela-
ción negativa entre las bandas beta1 y beta2 y el
desempeño en la tarea podría explicarse en virtud
de que esta actividad se ha relacionado con tareas
que requieren la atención orientada hacia estímulos
externos [41,42], lo que puede ser inconveniente
cuando es menester el mantenimiento mental (in-
terno) y la actualización de la información, como es
el caso de la memoria de trabajo.
Por el contrario, se ha comunicado que la activi-
dad theta se incrementa durante las tareas de me-
moria de trabajo [7,43-45], que en la corteza pre-

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A. Sanz-Martin, et al
Figura 4. Gráficas de dispersión que muestran la relación entre el número de respuestas correctas en la
tarea de memoria de trabajo visuoespacial y la potencia relativa en logaritmos de la bandas theta, beta1
y beta2 en las derivaciones frontales izquierda (F3) y derecha (F4). FF: fase folicular; FLT: fase lútea tem-
prana; GA: grupo alcohol; GP: grupo placebo. n = 24; g.l. = 22.
frontal se relacionan con la manipulación de la in-
formación y con el procesamiento ejecutivo [7]. En
contraste, el alcohol impide este incremento de the-
ta durante la realización de tareas de memoria de
trabajo, propiciando, por ende, un menor desempe-
ño en ellas [46].
El consumo agudo de alcohol también causó el
decremento de la correlación frontoparietal dere-
cha durante la realización de la tarea, lo que tam-
bién podría relacionarse con un deterioro en la me-
moria de trabajo. Durante la ejecución de tareas de
memoria de trabajo, existe un incremento de la sin-
cronización del EEG entre las áreas frontales y pa-
rietales [7,47,48]. Por el contrario, el decremento de
la sincronización frontoparietal se ha asociado con
un pobre rendimiento de la memoria de trabajo y
con condiciones patológicas [49,50]. Por lo tanto,
esta menor correlación frontoparietal derecha in-
ducida por el alcohol puede indicar una baja sincro-
nización funcional entre las áreas corticales frontal y
parietal, que puede influir en el desempeño adecua-
do de la memoria de trabajo.
110
Además, durante la realización de la tarea de me-
moria de trabajo, el alcohol indujo un incremento
de la correlación interparietal en la banda beta2, que
indica una mayor simetría en el funcionamiento de
las áreas parietales. Diversos trabajos realizados tan-
to en pacientes con lesiones en el cerebro como con
técnicas de imagenología funcional han mostrado
que la MTVE involucra, preferentemente, la parti-
cipación de las áreas prefrontales y parietales dere-
chas [51,52]. Sin embargo, nuestros resultados indi-
can que, en las mujeres que consumieron alcohol,
las áreas parietales derecha e izquierda participaron
armónicamente, lo que podría ser un mecanismo
de compensación de las alteraciones funcionales in-
ducidas por el alcohol. El reclutamiento de áreas que
normalmente no participan en la tarea podría ser
una de las razones por la cuales las mujeres que con-
sumieron alcohol no mostraron un deterioro signi-
ficativo en la ejecución de la tarea de MTVE.
Por último, en el presente estudio se observó que
independientemente de la bebida, las mujeres en la
FF mostraron una mayor PA frontal izquierda en
beta1 y beta2. Este incremento de las frecuencias
rápidas se asocia con un estado de activación corti-
cal [40], posiblemente provocado por las bajas con-
centraciones de progesterona en esta fase. Se sabe
que mientras que los niveles de estrógenos y pro-
gesterona son bajos en la FF, se elevan durante la
FLT [53], y que la progesterona participa en los me-
canismos inhibitorios del cerebro [54].
Los resultados EEG de este estudio pueden con-
tribuir a una mejor comprensión de los mecanis-
mos cerebrales que subyacen a los cambios cogniti-
vos que se producen durante el ciclo menstrual bajo
los efectos del alcohol.
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Effect of alcohol on electrical organisation in the brain during a visuospatial working memory task
and its relationship with the menstrual cycle

Introduction. The metabolism of alcohol and cognitive functions can vary during the menstrual cycle. Also, both alcohol
ingestion and hormonal variations during menstruation have been associated with characteristic changes in electro­
encephalographic (EEG) activity.
Aim. To determine whether EEG activity during a working memory task is affected by acute alcohol consumption, and if
these EEG patterns vary in relation to different phases of the menstrual cycle.
Subjects and methods. 24 women who drank a moderate dose of alcohol or placebo during the follicular and early luteal
phases of the menstrual cycle. The EEG activity was recorded during performance of viso-spatial working memory task.
Results. Although the alcohol did not deteriorate the performance of working memory task, it caused in the EEG a decrease
of relative theta power and lower right fronto-parietal correlation in theta and alpha2 bands. Only women who drank alcohol
in the follicular phase had a higher relative potency of alpha1, which could indicate a lower level of arousal and attention.
Conclusions. These results contribute to a better understanding of the brain mechanisms underlying cognitive changes
with alcohol and its relationship to the menstrual cycle.
Key words. Alcohol. EEG. Electroencephalogram. Menstrual cycle. Working memory.

112 www.neurologia.com  Rev Neurol 2014; 58 (3): 103-112

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