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III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVIII

Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores en Psicología del


MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires,
2011.

GAY, PERO HOMBRE: OTRA


REPRESENTACIÓN DE LA
MASCULINIDAD.

Higa, Natalia y Saljayi, Regina Mariana.

Cita: Higa, Natalia y Saljayi, Regina Mariana (2011). GAY, PERO HOMBRE:
OTRA REPRESENTACIÓN DE LA MASCULINIDAD. III Congreso
Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología
XVIII Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores
en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de
Buenos Aires, Buenos Aires.

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GAY, PERO HOMBRE: OTRA REPRESENTACIÓN
DE LA MASCULINIDAD
Higa, Natalia; Saljayi, Regina Mariana
Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires

RESUMEN INTRODUCCIÓN:
El presente trabajo explora la singular representación Este artículo es una síntesis de una indagación explora-
social de masculinidad, construida por un grupo de toria realizada como parte de la evaluación de la mate-
hombres: “Los Osos”, que, asumiéndose gay, se resiste ria Psicología Social II durante el primer cuatrimestre de
a resignar sus cualidades varoniles, ante la hegemonía 2011. Se enmarca en el eje temático: Transformaciones
del estereotipo homosexual que destaca sus rasgos de de la sexualidad y de la vida privada, uno de los pro-
femineidad. Nuestra investigación tiene por objeto obte- puestos por la cátedra para realizar una salida al campo
ner una caracterización de la representación social de a lo largo del cuatrimestre. Explorando la cultura gay,
lo masculino de estos hombres que gustan de hombres. hallamos inmersa en ella un grupo aún más minoritario,
Rastrear el modo en que llegan a elaborarla e identiicar que pugna por diferenciarse, proponiendo una idea de
cómo esta forma narrativa justiica públicamente su mo- masculinidad distinta de la corriente, pero también dis-
do de experimentar la sexualidad, en la sociedad porte- tinta de la del colectivo gay en general: “Los Osos”.
ña actual. En la exploración utilizamos el método cuali- Respecto de este último grupo planteamos la siguiente
tativo mediante observación participante en entrevistas conjetura inicial del trabajo: Las representaciones so-
grupales semidirigidas. Entendemos el encuentro con ciales acerca de la masculinidad que sostiene la comu-
los protagonistas, recogiendo algunos relatos de vida, nidad homosexual no son homogéneas, existe una par-
como un camino a la comprensión de procesos subjeti- ticular representación de lo masculino atribuible a un
vos e intersubjetivos cuyo conocimiento puede conducir grupo autodenominado “Osos”, quienes producen sus
a una mayor tolerancia. En tanto las prácticas sexuales propias narrativas justiicatorias públicas del sentido co-
distintas a las corrientes sean vistas como asuntos pri- mún con las que sostienen y deinen sus prácticas.
vativos de grupos desviados, el imperio de la intoleran- A partir de aquí intentaremos analizar, siguiendo a Mos-
cia seguirá encontrando razones para la subestimación covici (1979), de qué modo la masculinidad como obje-
de algunas personas. to social ha sido elaborada por la comunidad congrega-
da en el Club de Osos de la Ciudad de Bs.As. (CABA).
Palabras clave Interesa rastrear cómo se elabora esta representación
Representación Social Masculinidad Subjetividad articulada con otras, que solicita de los miembros de la
comunidad un discurso propio, ciertos procedimientos y
ABSTRACT la aceptación de principios organizadores de su com-
GAY, BUT MAN: ANOTHER REPRESENTATION portamiento en las relaciones sociales. Y además, nos
OF MASCULINITY preguntamos cuánto hay de transformador en estas
The present work explores the peculiar social represen- prácticas y cuánto de permanencia de las creencias tra-
tation of masculinity built by a group of homosexual dicionales, aunque no lo parezca.
men: “The bears”, that even assuming that condition,
refuses to resign their manly qualities toward the typical PERSPECTIVA HISTÓRICA
homosexual stereotype associated to feminine charac- Durante diferentes épocas las personas homosexuales
teristics. Our investigation aims to obtain a proile about han sido aceptadas, discriminadas ó perseguidas por la
social representation of masculinity, produced by men sociedad. Consideradas respetables o no, según si
that like men. We are also interested in the way that they eran decorosas o todo lo contrario.
construct such representation, and in identifying how En la antigua Grecia, el varón era el modelo de la per-
this narrative reply, justiies their way of living their sex- fección. En este contexto, la relación entre dos hombres
uality in Buenos Aires city. We used the qualitative adultos era inhabitual y considerada deplorable. En
method through participant observation in a long inter- cambio, se acostumbraba practicar la pederastia homo-
view with the group. We consider that meeting them, sexual masculina. El vínculo era sobre todo pedagógi-
taking care of their biographies, leads to the compre- co. La imagen de un joven podía degradarse con rapi-
hension of subjective and intersubjective processes, dez, de mostrarse éste demasiado accesible, incurrien-
and that knowledge brings broadmindedness. As long do en el deshonor.
as different sexual practices are seen as private affairs Muchas cosas han ido cambiando desde entonces, se-
of deviated groups, “intolerance`s kingdom” will continue gún épocas, lugares y mentalidades, aunque otras per-
inding out new reasons for despising some people. manecen según plantea la psicología social histórica
(Robertazzi y Pertierra, 2009)
Key words En la actualidad, los homosexuales han ganado dere-
Social Representation Masculinity Subjectivity chos. Pero, en el imaginario social, la masculinidad pa-

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rece no estar ya relacionada con ellos. Personas de to- atendiendo a la forma en la que hablan, cómo se expre-
das las condiciones sexuales se reúnen para pedir tole- san, cómo se mueven, qué palabras, gestos, interpreta-
rancia e igualdad. Sin embargo, todas estas transforma- ciones eligen para evidenciar esta masculinidad tan
ciones en el campo jurídico, no parecen corresponder- propia de ellos.
se en la cotidianeidad, con una relexión acerca de por Se analizó su discurso para conocer cómo se maniies-
qué, hasta en los ámbitos gay, es necesario para algu- tan y se dan a conocer. En la desgrabación, tratamos de
nos, justiicar sus prácticas y preservar el modelo tradi- no pasar por alto detalles, tales como interrupciones,
cional de masculinidad. suspiros, risas y pausas, contemplando aspectos cuan-
titativos y cualitativos del análisis discursivo y también
FORMULACIÓN DEL PROBLEMA Y ALGUNAS DE- tomamos en cuenta elementos extradiscursivos.
FINICIONES CONCEPTUALES:
El presente trabajo aborda la construcción que de la DESARROLLO:
masculinidad hace un grupo de hombres gay, autode- Podemos preguntarnos, a partir de los datos históricos,
nominado Los Osos, en el marco del estudio de las re- cómo, para qué, por qué, se elabora y sostiene una re-
presentaciones sociales entendidas como “(…) elabora- presentación de masculinidad entre los Osos, que, lla-
ción de un objeto social por una comunidad”, según la mativamente, de algún modo, reedita algunos aspectos
clásica deinición de Moscovici (1979). Interesa en este de las relaciones sexuales entre hombres en la Grecia
sentido, indagar qué lugar ha ocupado la masculinidad antigua.
como objeto de representación en la Historia, especíi- Se desprende de los encuentros con el grupo que los
camente, la del hombre griego en la antigüedad, ya de- Osos que se congregan motivados por diicultades de
tallada por Foucault (2002). Importa, entonces, desta- integración a otros conjuntos homosexuales, cuyas
car que el concepto “masculinidad” ha sufrido y sufre prácticas exigen unas condiciones estéticas de las que
modiicaciones que se relacionan al contexto en que es ellos carecen: los Osos son gordos, peludos, imperfec-
construido. Enfocamos este trabajo entendiendo a la tos, de edad, no mirados por los adoradores de cuerpos
masculinidad como una combinación de factores que armónicos y vientres cuadriculados de abdominales.
incluyen los aspectos socio-culturales. La identidad Esto aparece en primer plano, y luego no gustan de mu-
sexual no predeterminada biológicamente, sino en el jeres… pero tampoco de parecerse, mucho menos, a
seno de interacciones sociales. Y en este intercambio las que “llevan plumas”. Esta masculinidad rechaza la
constante experimentado por los individuos en la coti- actitud de vedette por indecorosa, comprometedora, in-
dianeidad, es que surge en relación a las prácticas, la necesaria además, pero ¿para qué cosa? Parece ser
necesidad de “(…)encontrar una narrativa justiicatoria que para llevar adelante una práctica sexual digna, al
pública, una teoría explicativa perteneciente al sentido estilo griego. Más allá del cuestionamiento a la naturali-
común” (Basabe, Páez y cols.,1992) lo que los citados dad, las prácticas sexuales entre hombres pueden
autores denominan prototeorías. Sobre este aspecto es aceptarse como normales si observan ciertas pautas
que nuestra investigación pretende aportar datos, en de conducta, relacionadas al “justo medio” griego y al
tanto estas narrativas pueden rastrearse en el discurso “no-exceso-exhibicionista” en los Osos. El motivo de
colectivamente construido por Los Osos de Buenos Ai- angustia parece ser la segregación (por gordo) dentro
res, en función de un objeto de representación común: de la segregación (por gay). Y la respuesta es marcar la
la masculinidad del hombre gay. diferencia (el decoro) dentro del grupo diferente (los ho-
mosexuales).
OBJETIVO GENERAL La vida cotidiana con sus instituciones y lugares de es-
- Explorar la representación social de masculinidad en parcimiento (incluyendo alternativos) presenta la disyun-
un sector particular de la comunidad gay. tiva: ser visto como “defectuoso” por homosexual, o co-
mo “gordo” para seducir hombres. En una rápida simpli-
OBJETIVOS ESPECÍFICOS icación teórica, los Osos expresan textualmente el va-
- Describir la representación social de la masculinidad lor agregado de la automarginación:
que manejan los miembros del Club de Osos (CABA) · “Hay una parte fundamental que era la discriminación
como prototeorías que funcionan justiicando, pública- y la auto-discriminación: uno con sus propios comple-
mente, aspectos sustanciales de sus prácticas. jos, había un… como que se empieza a crear (el club)
- Explicitar qué características de esta construcción de buscando gordos (…) su auto-discriminación hacía que
la masculinidad aparecen como transformadoras en toda esa gente casi no viniera a boliches, ni restauran-
tanto producciones simbólicas, y cuáles como conser- tes, ni al centro, no tenían ropa, no eran invitados, a me-
vadoras de sistemas de representaciones ligados a nor- nos que al que hacía la iesta le gustaran los gordos.”
mas tradicionales. Vale detenerse en dos cuestiones interesantes. La pri-
mera es la vinculación entre la interpretación de la coti-
MÉTODO: dianeidad y el surgimiento de una representación social
El método es cualitativo y las principales técnicas son la de masculinidad que los aglutina como Osos, propia,
entrevista grupal semi dirigida, la observación para co- necesaria para lograr una inserción social, un espacio
nocerlos, escucharlos, entenderlos y verlos en acción, de contención donde hacer colectivamente, a partir de

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esas características críticas, los rasgos de una mascu- claramente en sus dichos durante la reunión que com-
linidad preciada. Y aquí la segunda cuestión: preciada partimos. Tal como deine Iñiguez Rueda (1994), “un
por discreta, moral, si se quiere, comparable con la de discurso es un conjunto de prácticas lingüísticas que
los griegos antiguos, en tanto no perturba con faltas de mantienen y promueven ciertas relaciones sociales. El
ubicación, promiscuidades, acosos; caracterizada por análisis consiste así en sacar a la luz el poder del len-
el autocontrol que permitirá cumplir con otras prácticas guaje como una práctica constituyente y relativa”.
que posibilitarán hacer del Oso un sujeto normativo Intuimos que hay cosas implícitas en el discurso osuno.
aceptable, aunque no haya correspondencia entre su ¿Se sienten amenazados por la imagen que pueden lle-
sexo biológico y su preferencia sexual, de acuerdo a la gar a dar otras personas que también son atraídos por
representación de pareja construida por los hetero- el mismo sexo? ¿por sus acciones? Hay algo detrás de
sexuales. Esta masculinidad decorosamente distinta se todo este movimiento que llevan a cabo. Cada institu-
presenta como más admisible para el sector hetero- ción tiene sus propias prescripciones y proscripciones.
sexual en cuanto a su discreción y para el sector homo- Cada una deine y construye las identidades y conduc-
sexual en cuanto a su condición gay. Y algo más llama- tas de los que caen bajo su jurisdicción.
tivo aún: ahora estas cualidades marginantes se han A simple vista, el discurso está dirigido a toda persona
transformado en requisitos para pertenecer a un grupo que quiera saber de ellos. Sin embargo, no descarta-
que establece sus propias reglas de comportamiento, mos que en realidad esté dirigido a ellos mismos, para
estéticas y afectivas. El colectivo Oso, así constituido, aianzar su postura, para asegurarse de que no son
es ahora quien decide aceptar, ya no se trata de indivi- “esas mariquitas”. De que no son parte de una homose-
duos aislados sometidos a la aceptación ajena. Por lo xualidad como forma de afeminarse y aproximarse al
menos en su discurso así lo reieren: sexo contrario. Una acepción más o menos general de
- “Más que nada nosotros somos gay, nos sabemos diccionario deine la palabra “hombre” como individuo
gay, nos gustan los hombres, pero no tenemos por qué que tiene cualidades consideradas varoniles por exce-
andar por la calle tirando plumas, ni haciéndonos las se- lencia. Los Osos no quieren perder tales cualidades por
ñoritas, somos hombres que nos gustan los hombres y sus preferencias sexuales, no quieren quedar fuera.
vivimos la vida como hombres”; “Claro… ¡Vamos a la Gosende (2006) reiere que existen estrategias de las
cancha y puteamos al árbitro!”; “Vamos a jugar al fútbol cuales se suele hacer uso para deinir posicionamientos
y nos cagamos a trompadas, son cosas que el…”; “Unos que representen la masculinidad. Por ejemplo posicio-
van a jugar al fútbol y las parejas son las porristas… nes subjetivas que tengan que ver con “el reconocido
“(Risas); “¡Linda te va a quedar la porra a vos!”(A uno tí- hombre que sabe acerca de todo, especialmente en lo
picamente osuno); “Así se empezó a salir de las cuevas, relacionado a autos, fútbol, política, economía y nego-
o del closet…” (Nos preguntamos si ASI se referirá a ju- cios”. Éstas deinen el manejo de un estereotipo de re-
gando al fútbol o a este acentuado humor como forma presentación masculina. Y no sólo se basan en relacio-
de tramitación); “Gracias a esa visibilidad…” (Contesta nes de diferencias, sino también en relaciones de se-
otro como si hubiera leído nuestro pensamiento); “Por- mejanza.
que la gente se empezó a sentir integrada en el ambien- Así, por ejemplo, los osos construyen un cuerpo con ca-
te.”; “Antiguamente (…) para los mismos diseñadores, racterísticas “naturales” a partir de algunos valores tra-
les parecía un quemo que un oso se pusiera su ropa, y dicionales de lo masculino: la barba, el vello corporal, el
hoy muchas de las marcas reconocidas de ropa del es- cuerpo fuerte, grande.
tereotipo gay, tienen una línea de productos para osos.”; Toman a la representación de la masculinidad como lo
“A una persona, digamos, que tiene doble vida, no le va natural, lo que es característico del hombre, el rol tradi-
a molestar que la encuentren con alguno de nosotros cional de la categoría; y rechazan, desde el discurso,
tomando un café en algún boliche, en cambio con un las características de la cultura gay relacionadas con la
gay muy afeminado tirando pluma, ya como que queda moda, reinamiento, maquillaje, afeminamiento. Sin em-
muy expuesto, entonces, bueno… como que es un am- bargo, no dejan de producirse, aunque en otro sentido,
biente muy buscado. (Fragmentos de entrevistas en El para identiicarse y seducir. Se resisten al modelo de
club de osos)” cultura gay estandarizado y se plantean como repre-
Ahora bien ¿cómo aparecen las diferencias entre las sentantes de la masculinidad natural. Su cultura airma
masculinidades? Siguiendo a Gosende (2006), discur- que se puede ser muy masculino independientemente
sos e interacciones son utilizados en esta construcción. de la orientación sexual.
Entonces, las relaciones entre los hombres pueden de- Como en la antigua Grecia, las relaciones podían ser o
inirse de acuerdo a los discursos que predominan entre no prueba de dignidad y honor asegurando, en conse-
ellos. Las prácticas y discursos de los Osos deinen su cuencia o no, un status social.
visión de la masculinidad por oposición a otras y las re- Podría establecerse un cierto paralelismo entre esta ca-
laciones pasibles de ser establecidas dentro de su es- tegorización y la que establecen los Osos al explicar
pacio. sus códigos y modos de relación, directamente vincula-
Pero en qué consiste el discurso de la cultura-oso: el dos a una terminología, ya que en ambos casos las ca-
empeño de sentirse y nombrarse “hombre con todas las tegorías están determinadas por la forma de la relación
letras”, según sus propias palabras, lo vimos relejado y no por complementariedad de identidades sexuales.

142 PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA


Existen OSOS y CAZADORES, no se especiica un rol dio familiar y social. Y Los Osos dan cuenta de ello,
masculino o femenino en cuanto a activo o pasivo. Sen- cuando relatan lo diicultoso de enfrentar su práctica
cillamente el Oso es un hombre que desea gustarle a sexual, por sobre todas las cosas, a las expectativas
otro hombre, un cazador cuyo tipo físico no responde que en ellos han depositado sus padres. Y podemos in-
necesariamente al de Oso pero que puede también ser- terpretar el esfuerzo de representarse la masculinidad
lo, aunque más no sea en actitud. Hay parejas Oso-Oso con atributos prototípicamente varoniles, pero funda-
y parejas Oso-Cazador. Los osos pueden mirar y ser mentalmente CONSERVADA, como una eicaz salida
mirados por osos o cazadores: de compromiso. Sin embargo, alrededor de este tema,
* “-Lo que sí estamos seguros es que a nuestros bailes, generan profusas teorías que parecen facilitarles la
nuestras reuniones, no va a ir un travesti, porque el oso comprensión y explicitación de sus propias biografías.
o el cazador no lo va a mirar.” Así lo dicen:
Siguiendo en el análisis discursivo, es inminente la apa- * “-Yo nací así; a mí nadie me tocó, nadie me provocó,
rición cuantitativamente signiicativa de términos relati- ya desde el vamos siempre sentí la inclinación homo-
vos a “mirar- ser visto” y metáforas de la imagen. sexual”; “¿Nadie te preguntó si querías ser o no?”; “Pe-
* “todo empezó con el estereotipo de…gato plumoso”; ro aparte fue innato conmigo, hay otros que sí los provo-
“lo que siempre se veía del peluquero, del lorista, del caron o algo así”; “No está comprobado que no es ge-
enfermero…”; “se veía gente peluda, gorda…”; “se em- nético.”; “Tampoco hay ninguna teoría cientíica que di-
pezó a salir de las cuevas”; “gracias a esa visibilidad”; ga que sí.”; “Bueno, pero eso hay que analizarlo, hay co-
“yo, en las fotos, siempre con las manos así (tapándose) sas que se investigan y no las dicen.” (Fragmentos de
por las tetas…”; “no podía entrar una mujer acá, no po- enunciados en entrevistas grupales)
día haber un travesti (…) empezamos a auto-verlo”; “me A pesar del debate que se produce logran componer
importa un carajo que me vea, se fue avanzando, pero colectivamente el acuerdo sobre la no intervención in-
también con ciertos requisitos” (Fragmentos de entre- vasiva o promiscua de otros en sus inicios, es una
vistas grupales) sexualidad “inmaculada”… y la idea de que lo importan-
Son sólo algunos de los enunciados en que la charla gi- te es que ya no sienten la obligación de ocultarse, mu-
ró en torno al mirar. Sostenemos que en esta insistencia cho menos de retractarse. Aquí se contraponen fuerte-
se iltra la utilidad que a la representación de masculini- mente a la representación de la masculinidad que ma-
dad, por ellos elaborada, aporta la creencia, en el senti- neja la religión, especialmente la tradición judeo-cristia-
do en que Fernández Christlieb (2005) la presenta. To- na, a la que podríamos ubicar como hegemónica: se
da esta masculinidad es verdadera no por veriicada si- trata de una masculinidad como rasgo viril necesario
no por creída. La mirada como movimiento y fuerza que exclusivamente para el cumplimiento del designio divi-
introduce en la profundidad del paisaje. “Terminología no. La masculinidad en última instancia es un atributo
óptica” llama el autor citado a todo lo mucho que deci- del cual el hombre como siervo, no puede disponer más
mos como si estuviéramos viéndolo, en la cultura occi- que para utilizarla dentro de su matrimonio, en pos de la
dental, como haciendo cosas con los ojos. Puesto así, transmisión de vida. Es una masculinidad biológica en
pareciera que el mirar y ser mirado cobra una extrema correspondencia con la condición de hombre que Dios
importancia. Mirando y siendo mirados los Osos entran ha planeado para unos y no para otras.
en la cultura: aquellas verdades que tenemos por creer- Pero lejos de lo que dábamos en suponer antes de re-
las. Especial sentido toma esta observación, si, aten- lexionar con los Osos, vemos que la rigidez de este dis-
diendo a Foucault (2002), nos referimos a la sexualidad curso lo hace aparecer debilitado. Los Osos, aluden a
como construida por la cultura hegemónica. Lejos de al- errores de traducción de la Biblia, que desvirtuarían su
go privado y natural, el autor entiende la sexualidad co- contenido donde justamente constaría que la homose-
mo resultante de una tecnología del sexo que consta de xualidad no fue, es, ni será pecado, una clara prototeo-
técnicas desarrolladas por la burguesía desde el siglo ría por la cual se atribuyen el aval de autoridades reli-
XVIII, a in de mantener el poder y sobrevivir como cla- giosas diversas, cuya apertura a la comunidad de gen-
se social. Ya que estas técnicas consisten en sermones te común ha hecho de su palabra algo coniable. Casi al
religiosos, discursos cientíicos, normas legales que unísono ríen cuando piensan en los planteos religiosos
describen, prescriben y prohíben, pero en deinitiva pro- más ortodoxos, que sortean apoyándose en su buena
ducen sexualidad, cabe esperar la emergencia de gru- conducta, como ciudadanos que pagan sus impuestos
pos que se hacen su espacio en esta producción. Y na- y como personas honestas que no traicionan, por lo
turalmente, describiendo, prescribiendo y prohibiendo cual no tienen de qué arrepentirse. Probablemente ven-
también. Aquí situamos a los Osos. ga asociada a esta buena conducta civil, el destacar el
Admitimos además que la identidad masculina o feme- carácter social (y no militante) de su club (que abre las
nina no se conforma sólo a través de lo genético. Para puertas en general): un espacio físico ornamentado con
el psicoanálisis, la identidad sexual no viene determina- banderas y banderines con el logo de un oso sonriente,
da biológicamente sino por medio de elementos simbó- alejado de los rosados, con un buffet que incluye parri-
licos, psicológicos y socio-culturales, como ya Freud lo lla y largas mesas, rescatando al club barrial para el al-
advirtiera. Podemos hablar de la masculinidad como muerzo dominguero, bastión del hombre jefe de familia
construcción desde la interacción del sujeto con el me- tipo. Pero estos elementos mediadores con el entorno

PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA 143


heterosexual medio de CABA van combinados con bo- medio de CABA; interpretar su experiencia individual en
las de espejos y 2 grandes esculturas que recrean la un marco de contención grupal al objetivarla en un cuer-
masculinidad misma, en forma de penes de 1 metro de po de hombre natural, salvaje y afectuoso, y aproximar-
altura con el icónico sombrero verde satinado del oso, la por semejanzas a otras masculinidades ya reconoci-
recordándonos que son gay, pero con pene y pelaje de das como tales por la sociedad. Quizá lo más destaca-
mamífero macho. En conjunto, todos estos componen- ble investigado en este trabajo resulte ser la utilidad de
tes extra discursivos, complementados con la atención esta representación como salida de compromiso de un
cordial que incluye termos de café para los visitantes, conlicto entre el deseo de ser gay y el de ser visto co-
remiten a una atmósfera cálida que se vincula estrecha- mo hombres de la sociedad occidental, en la ciudad de
mente con la afectividad y el buen humor que en el Oso Buenos Aires, preservando el rol masculino asignado
son condiciones determinantes. El abrazo, según sus por su seno familiar.
palabras, es una actitud de Oso.
En deinitiva, no resulta casual que en la urbanidad bo-
naerense actual, donde el pensamiento religioso extre-
mo ha perdido cierta vigencia y la Iglesia Católica como BIBLIOGRAFÍA
institución en el país ha sido limitada en su participación
Basabe, N. Páez, D. y cols. (1992).Los jóvenes y el consumo de
del poder, el esfuerzo mayor de este grupo se concen- alcohol. (Representaciones sociales). Madrid: Fundamentos.
tre en elaborar una representación de la masculinidad
Berger,P. y Luckmann, T.(1969) La construcción social de la rea-
más dirigida a construir su subjetividad en relación al
lidad. Buenos Aires: Amorrortu. Cap. 2 y 3 (Selección de textos)
heterosexual medio, y a ellos mismos, que al sector que
detenta creencias religiosas especíicas. Ellos han sido Fernández Christlieb, P. (2005) Aprioris para una psicología de la
cultura. Athenea Digital, Nº 7, 1-15.
criados en un seno familiar donde se les ha impuesto
una cierta masculinización desde su nacimiento. Pode- Foucault, Michel (2002) Historia de la sexualidad 2: El uso de los
placeres. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.
mos hablar aquí de hasta qué punto la socialización pri-
maria, que describen Berger y Luckmann (1969), ha Iñiguez Rueda, L. y Antaki, Ch. (1994) Análisis del Discurso.Bo-
letin de Psicología, Nº 44, 57-75.
triunfado en la asignación arbitraria de un sexo que re-
niega de las prácticas socialmente esperadas, pero las Moscovici, S. (1979). El psicoanálisis, su imagen y su público.
compensa defendiendo a capa y espada, con garra, su Buenos Aires: Huemul.
masculinidad, una elaboración social sobre una prácti- Robertazzi y Pertierra (2009). Psicología social histórica, Ficha
ca que los afecta. de cátedra.
Wagner, W. y Elejabarrieta, F (1994) Representaciones sociales,
CONCLUSIONES: en J.F. Morales (comp.), Psicología Social. Madrid: Mc Graw Hill.
A partir de necesidades concretas de su experiencia en
la cotidianeidad, los Osos regulan sus prácticas sexua- PÁGINAS DE INTERNET CONSULTADAS
les con arreglo a un discurso determinado y producen
http://www.google.com.ar/#hl=es&q=EDUARDO+GOSENDE+L
una representación social de la masculinidad diferente
A+MASCULINIDAD+ INTERACCION+Y+DISCURSO&oq=EDUA
a otras que circulan en el contexto de las relaciones en- RDO+GOSE
tre hombres. Marcadamente decorosa y destacando lo
eduardogosende.iles.wordpress.com/.../articulo-inal-gosende-
natural. Esta representación responde a una forma de meritos-y-...
elaboración caracterizada por:
http://www.psicofxp.com/articulos/ilosoia/840472-la-homose-
· Nombrarse HOMBRES permanentemente y destacar
xualidad-a-lo-largo-del-tiempo.html
como temas de interés de los Osos el fútbol, el automo-
vilismo, la economía nacional, lo jurídico, lo laboral, la http://www.historia-homosexualidad.org/historia-gay/historia-ho-
mosexualidad/costumbres-gay/grecia-gay/grecia-gay.html
fuerza física, como recurso para dirimir cuestiones y su
habitual concurrencia a eventos deportivos típicamente http://hijosdemarte.blogspot.com/2008/07/homosexualidad-en-
roma.html
masculinos.
· Evadir la categorización masculino-femenino, activo-
pasivo, en la descripción de sus prácticas sexuales, re-
duciéndolas a la dupla OSO-CAZADOR
· Utilización de “terminología óptica” profusa, al descri-
bir sus actitudes y las de los no-osos.
· Elaboración de prototeorías explicativas de su condi-
ción gay como natural y no perturbadora del orden so-
cial, político, religioso.
Esta representación de masculinidad les posibilita habi-
tar un espacio cultural, haciendo su homosexualidad
más aceptable, en tanto su representación se coloca
próxima a otras de heterosexuales en lo referente a
pautas de comportamiento esperadas para el hombre

144 PSICOLOGÍA SOCIAL, POLÍTICA Y COMUNITARIA

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