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VIDEO-CURSO: ATRAE LA RELACIÓN QUE DESEAS

MÓDULO 3: LAS 5 HERIDAS DE LA INFANCIA

Lección 3.4.
LA HERIDA DE HUMILLACIÓN

INTRODUCCIÓN

Después de ver este vídeo habrás aprendido:

• Cómo es la herida de humillación.


• Cómo es la relación con tus padres y cómo son tus relaciones de
pareja.
• También habrás aprendido de qué manera te proteges de esa
herida creando la máscara del masoquista.
• Habrás descubierto cómo identificar tu herida de humillación a
través de los rasgos de tu carácter cuando te identificas con la
máscara del masoquista.

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• Por último, habrás conocido los beneficios que te aporta renunciar
a tu máscara cuando te conectas con tu Yo Esencial.

Cuando te das cuenta de que el ego ha tomado el control te haces consciente de que
llevas una máscara asociada a una de tus heridas.

En este vídeo voy a hablar de cómo el ego toma el control de nuestra mente a través
de la máscara del masoquista.

Fabricamos la máscara del masoquista para esconder la herida de humillación.

Cuando tenemos una herida de humillación nuestro personaje, el ego, cree que no
puede aceptarse como es y lucha constantemente por controlar sus deseos. Lo hace
porque se avergüenza de si mismo antes de que lo hagan los demás.

Para evitar sentir esa herida decides actuar y comportarte con la máscara del
masoquista.

Cuanto más profunda sea tu herida llevarás la máscara con más frecuencia.

Cuando la máscara del masoquista llama a nuestra puerta, ese invitado trae un
mensaje para nosotros:

No nos amamos lo suficiente y por eso nos humillamos a nosotros mismos al


compararnos y rebajarnos con los demás.

También humillamos a los demás cuando nos avergonzamos de ellos y les tenemos
resentimiento.

¿De qué habla la herida de humillación?

Esta herida surge cuando aprendes a comer sin ayuda de los adultos, cuando aprendes
a ir al baño sola, o solo, o cuando aprendes a hablar y comprender lo que te dicen.

La herida de humillación se despierta en ti cuando sientes que tu padre o tu madre se


siente avergonzado de ti porque te has ensuciado, has hecho un estropicio, o no
guardas las normas sociales, por ejemplo.

El niño se siente comparado o avergonzado a nivel físico por algo que ha hecho como
manchar su ropa, o por algo que tiene como ir mal vestido.

La soberbia o el orgullo son lo contrario de la vergüenza. Cuando no estamos


orgullosos de nosotros mismos solemos estar avergonzados.

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Sentimos vergüenza cuando consideramos que nosotros somos malos por hacer o no
hacer algo.

La herida de humillación afecta a la relación contigo misma y contigo mismo. Es decir,


no es una herida que afecte a tu relación con los demás.

Por ejemplo, si alguien hace un comentario desagradable a una persona que lleva la
máscara del masoquista, sobre su forma de vestirse o su peso, no se lo tendrá en
cuenta. Al contrario, puede que se burle de sí mismo y esté de acuerdo con el
comentario.

¿Cómo es la relación con tus padres si sufres de humillación?

Normalmente esta herida se activa con la madre, pero puede activarse con el padre si
era tu padre quien se encargaba de ti y era él quien te enseñaba a comer o a lavarte y
estar aseada y aseado.

Esta herida se puede despertar, por ejemplo, si un día escuchas a tu madre decirle a tu
padre lo que acabas de hacer. Hoy la niña se ha hecho pis en la cama, por ejemplo.

O cuando tu madre te descubre tocándote los genitales y te grita que lo que haces es
sucio y que debería darte vergüenza.

Y cuando sorprendes a tu padre desnudo y éste se cubre rápidamente es posible que


tú aprendas a tener vergüenza de tu propio cuerpo.

También puedes sentirte la herida de humillación si tus padres controlan tus


movimientos dejándote poca libertad de acción.

¿De qué manera te proteges de la herida de humillación?

Esta herida parece ser la más difícil de reconocer de las cinco.

Para no sentir la humillación te creaste la máscara del masoquista.

Para no sentir la herida, el niño desarrolla la máscara del masoquista. Con esta
protección, el niño aprenderá a castigarse a sí mismo, es decir, aprenderá a humillarse
antes de que lo hagan otros.
Y como lo hace inconscientemente suele buscar esa humillación sin darse cuenta.

El cuerpo de una persona con la herida de humillación suele ser de formas redondas y
llenas, con exceso de grasa.

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Un cuerpo de este tipo avergüenza a quien lleva la máscara del masoquista.

¿Cómo son tus relaciones de pareja?

En pareja tienes dificultades para satisfacerte o para gozar.

Por eso cuando sientes placer en pareja o haciendo algo, te criticas y te castigas
porque crees que te estás aprovechando del otro.

Y como no quieres que te acusen de que te aprovechas de tu pareja, tienes dificultades


para la sexualidad, pues el placer te hace sentir culpable.

Recuerda que de joven te reprimías para que tu madre (o tu padre) no se sintiera


avergonzada de ti cuando te tocabas los genitales.

¿Cómo es el carácter del masoquista?

La persona que lleva la máscara del masoquista le preocupa mucho su relación con
Dios o el poder supremo y creen que el servicio a los demás les hace ser dignos de ese
poder. Cuando recibe las alabanzas de los que le rodean por sus labores generosas y
serviciales se siente bendecida por ese poder supremo.

El masoquista no se da cuenta que ser dignos de Dios es una invención del ego. No
existe un ser superior que decide lo que está bien o mal. Es el ego quien hace juicios no
Dios.

El miedo más grande que tiene el masoquista es a ser libre, así que hace todo lo
posible por estar ocupado mientras ayuda a sus seres queridos.

El masoquista quiere demostrarse a sí mismo que es alguien que controla su vida y, al


mismo tiempo, la de los demás.

El sentido del deber es muy importante para él.

Si has desarrollado esta máscara, tenderás a ocuparte de los problemas de los demás
antes que ocuparte de ti misma y de ti mismo.

Y a medida que asumes más responsabilidades que no son tuyas más peso coge tu
cuerpo.

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La persona que tiene la máscara del masoquista piensa que ayudando a los demás
evitará que se sientan avergonzados de ella, pero a menudo terminará ella misma
sintiéndose humillada, como si los demás se aprovecharan de su buena voluntad.

Si tienes la herida de humillación no te das cuenta de que haciendo todo por los
demás, acabas humillando a las personas que más quieres, pues les haces sentir que
ellos solos no podrán hacerlo.

Por eso debes aprender a dejar que los demás tomen sus decisiones por ellos mismos
y no transmitirles el mensaje de que tú eres mejor que ellos.

Esto te suele ocurrir porque generalmente no estás en contacto con tus sentimientos
pues tienes miedo de que los demás, o tus padres, se avergüencen de ellos.

Por ejemplo, tal vez a ti te gusta la ropa bonita y cara, pero como crees, de forma
inconsciente, que tienes que pasarlo mal no te permites estos regalos. Esta es la razón
por la que tampoco te permites un masaje o un baño de burbujas.

Eres muy sensible y cualquier comentario crítico puede hundirte, por eso haces todo lo
posible por no herir a los demás, y de este modo te proteges de sus posibles burlas.

Pero cuando te das cuenta de que alguien a quien quieres está triste o se siente infeliz
enseguida te haces responsable de su infelicidad. Esta es la forma que tienes de
culparte por todo y asumir la culpa de los demás.

Esta es tu manera de ser buena persona, sin darte cuenta de que cuando empatizas
con el otro lo que haces es desconectarte de tus propios sentimientos y necesidades.

Por ejemplo, prefieres pintar la casa de tu mejor amigo antes que pintar la tuya propia.
O solo limpias tu casa cuando recibes visitas y no la limpias para tu propia satisfacción
porque no te sientes importante.

Cuando desarrollas la máscara del masoquista te sientes sin valor y tampoco te sientes
merecedora de ser una persona amada y reconocida. Por eso crees que mereces sufrir.

La libertad es muy importante para ti porque ser libre significa no tener que dar
explicaciones a nadie y hacer lo que te dé la gana. Algo que no pudiste hacer cuando
eras niña porque tus padres te controlaban demasiado.

Para ti la forma de sentirte libre es vivir al máximo, sin límites y esto te lleva a tener
comportamientos extremos, sales de copas demasiado, viajas demasiado, gastas
demasiado, ayudas demasiado, etc.

Pero cuando vives sin límites sientes vergüenza porque te sientes humillada y
humillado por los comentarios y las miradas de los demás.

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Por eso te da miedo ser libre, y saboteas tu libertad de muchas maneras.

Por ejemplo, para sentirte libre puedes tener varios compromisos, pero sufrirás mucho
para cumplirlos todos y organizar tu agenda.

O si tienes una madre muy controladora, te buscarás dos trabajos o varias ocupaciones
para estar siempre fuera de casa. Creerás que eres libre, pero te engañas, porque sales
de una prisión para meterte en otra.

Para concluir y a modo de cierre de esta herida te diré que:

Ø Para ser consciente de la herida de humillación tienes que aprender a


reconocer las veces que te humillas a ti misma y a ti mismo, sintiéndote sin
ningún valor, o cuando te comparas con otros, o cuando te criticas con dureza.

Ø Es importante que te des cuenta de que tu madre o tu padre también sufren


esta misma herida.

Ø Aprende, entonces, a tomarte tiempo para sentir tus propias necesidades antes
de decir sí a las peticiones de los demás. No respondas enseguida, por ejemplo.
Puedes decir: Me lo pensaré y mañana te digo una respuesta.

Recuerda que cuando se activa la herida de humillación ya no eres tu quien dirige tu


vida sino tu máscara de masoquista.

Cuando permites que el ego se siente en el sillón de la conciencia (el lugar que le
corresponde al Yo Esencial) solo puedes acusar a los demás o acusarte a ti misma y a ti
mismo. Es decir, pierdes el centro y permites que el ego piense y actúe en tu lugar.

¿Cuáles son los beneficios cuando te sitúas en el Yo Esencial y


renuncias a la máscara del masoquismo?

En lugar de adoptar la personalidad del masoquista, podrás experimentar tu gran


capacidad de ser sensual.

Cuando te conectes con el Yo Esencial dejarás que la máscara del masoquista se


desprenda de ti y dejarás de identificarte con ella.

• Te darás permiso para escuchar tus necesidades, ya que tienes la capacidad


natural de conocerlas.

• Seguirás siendo una persona servicial, pero serás capaz de discernir cuándo es
bueno para ti ayudar a los demás y cuando no lo es.

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• Sabrás respetar la libertad de los demás, dejarás de pensar que tienes que
solucionar sus problemas y les permitirás que ellos los resuelvan por sí mismos.

• Cuando alguien te pida ayuda tendrás en cuenta tus propias necesidades antes
de decir sí.

• Cuando estás en el Yo Esencial te autorizarás a experimentar una hermosa


relación amorosa y sexual sin sentir culpa.

¿Qué has aprendido en esta lección?

• Has aprendido que las personas que tuvieron experiencias de todo


tipo de abusos, incluyendo el sexual, o experimentaron
humillaciones, comparaciones, que fueron ridiculizados,
avergonzados por su aspecto físico, por sus actitudes y/o
comportamientos durante su niñez, suelen llevar esta herida en su
vida adulta.

• La mayoría de las veces estas personas son seres inseguros,


tímidos e indecisos que en lo más profundo de su ser se sienten
culpables y no creen tener derechos elementales, incluso pueden
dudar de su derecho a existir.

• Su máscara, la conducta principal de las personas que sufren de


humillación es de dependiente, además suele ser orgulloso, y
masoquista, generando cierto placer en el sufrir. Necesita estar
atado a otras personas y cargar con los problemas de los demás.

• Una persona que ha sufrido de humillación requiere trabajar la


dependencia, la libertad y el desapego. Es lo que más desea y a la
vez lo que más teme.

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• Por último, la frase que puede resumir esta herida y su actitud en la
vida adulta es: “me haré daño yo, antes de que me lo hagas tú”

Tienes un cuaderno de ejercicios con el que puedes trabajar la herida de humillación.

Nos vemos en el próximo vídeo.

Ubuntu!!!

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