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Taller Soltar

LA ACEPTACIÓN TRANSFORMA

Aceptar es comprender que la realidad es la que es. La aceptación implica


comprensión de la realidad. Si niego algo, no puedo transformarlo, porque no me
hago consciente. Cuando acepto, la queja la dejo a un lado. La resignación
implica queja y cerrar la puerta al cambio. La aceptación requiere observación y
comprensión de lo que ocurre. Lo que ocurre cuando lo acepto, no tiene por qué
gustarme. Acepto independientemente de que me guste o no. Porque no tiene
sentido negar lo que es, lo que existe. La realidad de este momento no la puedo
negar.
Si yo soy una persona desordenada y no lo acepto, continuamente me quejaré,
escucharé quejas ajenas, y no haré nada más. Si acepto que soy desordenada,
podré enfocarme en la acción, incluso podré tratar de cambiar esta característica
mía.
Pero… ¿cómo consigo aceptar?
Observo lo que hay. Me observo a mí mismo, observo a los demás, y observo
las circunstancias de la realidad actual. Me permito estar en el aquí y ahora.
Elimino los juicios de valor. No juzgo, no critico, no me quejo, no etiqueto. Porque
estas acciones solo me llevan al sufrimiento. Y no tiene sentido quejarme y
criticar lo que es, lo que está siendo.
Deja de preguntarte "el por qué" de aquello que no te gusta. Tratar de responder
a esta pregunta lo único que hace es robarte toda tú energía, para finalmente no
encontrar respuesta.
Pregúntate "¿PARA QUÉ yo estoy viviendo esto?" Esta pregunta te enfoca hacia
la aceptación, hacia la comprensión, y te permite hacer algo al respecto, tanto si
la situación se puede cambiar como si no. Esto implica realizar un aprendizaje,
entender que puedes aprovecharte de la situación presente para aprender algo.
Porque de toda experiencia se puede extraer un aprendizaje.
Enfócate en la acción. "Teniendo en cuenta que las circunstancias actuales son
estas ¿qué puedo hacer para sentirme mejor?".
Comprende que el dolor es inherente al ser humano. Somos seres emocionales.
Rechazar el dolor no es humano. Si no acepto el dolor, éste se transforma en
sufrimiento. Reconozco mis emociones y que hay algo que me duele.
Reconociendo esto, comienzo a dar pasos que me permitan sentirme mejor a
pesar del dolor.
Siente. Conéctate con tu cuerpo y con tus emociones. Permítete sentir. No
reprimas. No pasa nada por sentir.
Sal del rol de víctima, trabaja tus miedos. Tener miedo es algo natural, pero aun
teniendo miedo, actúa. Dí en voz alta: el miedo no me paraliza.
Elimina de tu vocabulario, los términos "tendría" y "debería". Tanto los
relacionados contigo mismo, y los que tienen que ver con los demás, los que
hacen referencia al mundo, a la vida, y a las circunstancias que te rodean.
Aceptación es sabiduría (realizo un aprendizaje), resignación (rol de víctima, de
no puedo hacer nada) es apatía. Al aceptar no me resigno, ni me conformo, sino
que comprendo.
Pregúntate: ¿qué no estoy aceptando en este momento?
La Ley de Resistencia dice que te conviertes en aquello a lo que te pones
resistencia, cuando aceptas tienes el poder para transformar tu vida.

Integración de lo que percibimos como "error" para su disolución


definitiva.

Palabra clave del día: #Identidad

Repetimos historias y patrones por diferentes motivos. Venimos al mundo


condicionados de muchas maneras desde el vientre materno. Llegamos a
un nido familiar que ya tiene sus historias, sus secretos y su dinámica, y como
los órdenes del amor lo indican, el último que llega es el que debe adaptarse, por
eso hacemos todo lo posible por pertenecer.

En el caso hipotético de que dejáramos de pertenecer, sería tomado como una


amenaza para nuestra constitución inconsciente, porque el hecho de no ser
parte de un clan, significa enfrentarse a la posibilidad de verse desvalido, y un
ser humano sin cuidados ni atención, no puede llegar a adulto, ya que cuando
nace, a diferencia de otros animales que se valen por sí mismos, aún le falta un
buen tiempo para desarrollarse por completo fuera del vientre materno.

Durante toda la vida buscamos esa pertenencia, ese reconocimiento de nuestro


clan. llevamos grabado en el cerebro reptil que si no tenemos los cuidados de la
manada, la vida corre peligro. Por eso muchas pautas, pensamientos, acciones
vienen ya dadas de de la línea familiar.

Me gustaría que observes en la situación que se repite y que tú has decidido que
vas a dejar ir y reflexiones:

De qué manera esta situación repetitiva te otorga identificación y pertenecia para


con tu clan.

Cuáles son esos puntos en común que tienes con ciertos integrantes de tu
familia, con sus historias y con determinado hechos que tu estás repitiendo.

En este espacio no vamos a hacer un análisis transgeneracional detallado


porque requiere una investigación mayor, pero es importante que reconozcas los
dos puntos antes mencionados. Esta es tu historia, estas son tus vivencias, y
todas se sostienen en algo mayor.

Cuando tú te reconozcas como ser individual y único, no importa el lugar que


tengas en tu árbol o el espacio que se te haya asignado, porque sabrás si o no
es el que deseas ocupar.

"Uno está en el lugar que se pone"

Todo lo que ocurre y te hace ruido, o no encaja con las expectativas que se
tienen, suele percibirse como error, como ya hemos visto antes. Y ocurre
que como no aprendemos de él lo que nos viene a enseñar, porque intentamos
matarlo o eliminarlo, o dejarlo como está y cubrirlo bajo un manto de queja en el
que uno se convierte en víctima, entonces eso que pensamos que es un error
se replica, no se va nunca, sigue allí, se hace cada vez más estable y cada vez
tiene más fuerza.

Es más importante hacerse las preguntas correctas que las respuestas en


sí.

Meditación:

En un estado de relajación, donde te encuentres abierta a recibir, pregunta:

¿Qué es eso que tengo que aprender de esta situación?

Te regalo una meditación para que escuches y para que puedas realmente
dejar ir lo que decidas dejar ir. Fue una de las primeras que grabé y le tengo
mucho cariño, porque a partir de este tipo de prácticas yo misma fui
construyendo edificios sobre la base de miles de cosas que creía que eran
erróneas, cuando en realidad eran mis maestras

Toma tres respiraciones profundas, siéntate en un lugar tranquilo y sin ruidos,


tómate un tiempo para ti.

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