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Las exigencias morales de Jesús

1 Los “mandamientos” de Jesús en el sermón de la montaña (Mt 5-7)


En el Evangelio de Mateo encontramos, en los capítulos 5-7, que Jesús desde un monte les
da un largo sermón a los discípulos y al pueblo, por eso se le ha llamado a ese discurso el
“Sermón de la montaña”. Allí, Jesús, realiza una contraposición entre los mandamientos del
Antiguo Testamento y cómo él los interpreta: “Antes se les dijo... Pero yo les digo...”. Jesús,
generalmente hace más exigentes los mandamientos del A.T. Hasta tal punto que un estudioso
afirma que Jesús es “Moisés al cuadrado”, porque su interpretación es muchísimo más
exigente y difícil de cumplir que los mandamientos de Moisés.

a El principio general
Lo encontramos en Mt 5, 17:
“No piensen que he venido a abolir la Ley y los Profetas.
No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”.
Jesús no vino a derogar, a anular, a echar por tierra los mandamientos de Dios del Antiguo Testamento. Los 10 mandamientos
y otras normas morales del A.T. siguen vigentes; nunca pasarán. Lo que hizo Jesús fue reinterpretar esos mandamientos,
darles su sentido y significado último. Leyendo las contraposiciones del sermón de la montaña lo entenderemos mejor.

b Primera contraposición:
Mt 5, 21-22: “Han oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal.
Pues yo les digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a
su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo de la gehenna de fuego”.

Jesús hace referencia al 5to mandamiento: “No matarás”. Se entendía en su tiempo como no quitar la vida física a una
persona, pero Jesús dice: Ese mandamiento no significa solo no quitar la vida a alguien, significa: no encolerizarse, no
insultar, no injuriar al hermano; positivamente podríamos decir: tienes que respetar totalmente al prójimo, no hacerle ningún
tipo de daño, corporal o psicológico. De este modo, Jesús le da el significado último y amplio al mandamiento no matarás.

c Segunda contraposición:
Mt 5, 27-28: “Han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo les digo: Todo el que mira a
una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”.

En este caso es evidente que se refiere al mandamiento: “No adulterarás” que prohíbe la infidelidad sexual en el matrimonio.
Pero Jesús le da un significado más exigente a este mandamiento. No condena el deseo sexual, que es normal en cualquier
persona a partir de la pubertad; ni siquiera condena la imaginación o fantasías sexuales que es un modo también normal en
que se manifiestan nuestros deseos sexuales. Lo que Jesús pide en este sexto mandamiento es la castidad; es decir, saber
manejar y dominar nuestros deseos sexuales. Este control de nuestro deseo nos hará usarlo rectamente, posponer su
satisfacción cuando es necesario; satisfacerlo cuando hay un vínculo de amor y en el matrimonio.

d Tercera contraposición:
Mt 5, 31-32: “También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio.
Pues yo les digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la
hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio”.

Este texto hay que leerlo en conjunto con Mt 19, 1ss. Y se le acercaron unos fariseos que,
para ponerle a prueba, le dijeron: “¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?” Él respondió:
“¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre
a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos,
sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre."
En los tiempos del Señor, no se hablaba de divorcio sino del repudio: El hombre podía repudiar, separarse de su esposa,
devolviéndola a sus padres, si encontraba algún motivo leve o grave. Bastaba que hiciese un documento y lo aprobase el
sacerdote. Para Jesús no hay ningún motivo por la cual se permita el divorcio. Para los cristianos está claro: lo que Dios ha
unido no lo debe separar el hombre.
e Cuarta contraposición:
Mt 5, 31-32: “Han oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus
juramentos. Pues yo les digo que no juren en modo alguno: ni por el Cielo... ni por la Tierra... ; ni por Jerusalén... Ni
tampoco jures por tu cabeza... Sea su lenguaje: "Sí, sí" "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.

Jesús no insiste en que hay que cumplir con los juramentos hechos, sino exige nunca jurar. Para el cristiano no es necesario
jurar basta decir sí cuando es sí y no cuando es no.

f Quinta contraposición:
Mt 5, 38-42: “Han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo les digo: no resistan al mal; antes
bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte
la túnica déjale también el manto; al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al
que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda”.

Jesús hace referencia al Ex 21, 23-24 (la ley del talión). Si bien esta ley buscaba que regular la venganza (Si alguien te hace un
mal, tú puedes devolver la misma cantidad, no más), aceptaba el uso de la violencia. Jesús es una persona “no violenta”, por eso
condena la ley de talión y dice que no hay que responder el mal que nos hacen con otro mal, sino con el bien. Para Jesús no hay
otra manera de detener el mal de la violencia: responder al mal con el bien.

g Sexta contraposición:
Mt 5, 38-42 “Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues
yo les digo: Amen a sus enemigos y rueguen por los que les persigan... sean perfectos
como es perfecto su Padre celestial”.

En la sexta contraposición Jesús llega a la cima de sus exigencias: Amar a los enemigos. ¿Quiénes son esos enemigos? Son
todos aquellos que en un momento determinado nos hacen algún mal o daño. Pueden ser nuestros propios familiares y nuestros
amigos cuando nos maltratan, nos insultan, nos traicionan, etc. En ese caso Jesús nos dice: ¡No odies!. Has el bien al que te hace
un mal; reza por tu enemigo, bendícelo, perdónale, ayúdalo...

2 Otros “mandamientos” de Jesús:

Mc 12, 29-31: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,
con toda tu mente... y a tu prójimo como a ti mismo.

Mt 18, 22: Ante la pregunta de Pedro de cuántas veces hay que perdonar
al hermano, Jesús contesta: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta
veces siete."
Nos exhorta a perdonar siempre.

Mt 7, 1-5: “No juzgar al hermano”. Juzgar es señalar alguna falla o pecado


del prójimo. Lo propio del cristiano es comprender y perdonar.

Mt 18, 6-7: ¡Ay del que escandalice a los pequeños! Jesús prohíbe escandalizar,
es decir, dar malos ejemplos a los demás. Los malos ejemplos hacen que otros nos
imiten o se aparten de Dios

Mt 25, 31ss: En la parábola del juicio final, Jesús nos da


ejemplos concretos de lo que significa el amor al prójimo: dar
de comer al hambriento; dar de beber al sediento; vestir al
desnudo; dar hospedaje al peregrino; visitar a los enfermos y
encarcelados.

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