La educación artística en República Dominicana tiene gran importancia, pues
desarrolla de manera integral a los estudiantes al despertar sus habilidades y destrezas. La educación artística como medio de aprendizaje asume la transversalidad, es decir, abarca todas las áreas del conocimiento, por tanto permite abarcar las diferentes competencias en el proceso enseñanza-aprendizaje. Entre las habilidades que los estudiantes pueden descubrir y desarrollar debemos enunciar: la sensorial-motriz, cognitivas, perceptivas, valoración crítica, de expresión estética y artística. Estas habilidades y destrezas tienen como propósito fundamental buscar respuestas artísticas y creativas en cada uno de los estudiantes. Por medio de ellas los estudiantes expresan sus sentimientos y emociones, poniendo de manifiesto su personalidad, la vida familiar, las relaciones interpersonales, el entorno y sobretodo su creatividad. La Educación Artística toma del arte su orientación productiva, de la que se derivaran valores diversos surgidos del sujeto, de sus productos, y de la interacción con el entorno. Están comprendidas en el área diversas formas de expresión y representación, mediante las cuales se aprehenden y se expresan diferentes aspectos de la realidad y se puede comunicar a otros las relaciones personales que se establecen sobre la misma. Su campo de acción se extiende al conjunto del mundo circundante. Toma como referencia las producciones artísticas del pasado y del presente, las experiencias de los actores del proceso educativo, las imágenes aportadas por los medios de comunicación de masas, los objetos, la arquitectura, el urbanismo, la artesanía, textos, historias y juegos, así como técnicas productoras de imágenes y sonidos, todo canalizado a través de sus campos disciplinares: Educación Musical Las Artes Visuales Artes Aplicadas Artes Escénicas. Con la transformación curricular, se plantea la necesidad de reconocer los valores que nos identifican, extraídos del contexto histórico-cultural del dominicano y la dominicana, para de esta forma lograr que el proceso educativo permita que se reconozca como ente social culturalmente definido. La persona que pinta, modela, danza, toca un instrumento, compone o gestualiza, en realidad piensa con los sentidos y su cuerpo. Aprende a resolver problemas formales, y por ello es capaz de expresar y liberar también emociones. Además, siendo el arte una actividad específicamente humana, contribuye a una mayor humanización del sujeto. El arte permite escapar de la transitoriedad del instante, así como organizar y percibir significativamente el espacio. Comprender y reproducir el arte que se manifiesta en una sociedad cualquiera, implica el conocimiento de los elementos socio-culturales existentes en la misma. En nuestro caso, se impone la obligación de situar, aun sea brevemente, el contexto histórico en el que se da el fenómeno conocido como dominicanidad. La Republica Dominicana como muchos otros países, muy especialmente de América Latina, es un producto de la colonización, su cultura es una resultante esencialmente hibrida. Conformada por etnias y gentes confundidas entre la Amerindia extinguida, los colonos blancos que llegaron del Este y el África ancestral. En lo que se refiere a la formación de nuevos sujetos, la integración de la Educación Artística, junto a los aportes de otras áreas permite una mejor organización y reflexión de nuestras acciones y reacciones. La Educación Artística despierta en el ser la capacidad y la fuerza creadoras, eleva las emociones y los sentimientos de hermandad, cariño, verdad y justicia. Posee un recurso de integración social, de expresión de ideas y de catarsis emocional de que no disponen los/las niños/as, jóvenes que carecen de dicha formación. Por otra parte, las desigualdades sociales pueden atenuarse con una educación compensatoria que enseñe a todas las clases sociales los valores y creaciones de la cultura popular, el acceso a otros niveles culturales que amplíen su visión, sus posibilidades laborales y en consecuencia de todo ello, su libertad.