Está en la página 1de 2

TEMA

3. LAS TRAYECTORIAS POÉTICAS DE ANTONIO MACHADO Y


JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.
1. Introducción: Edad de Plata, andaluces
2. Antonio Machado:
2.1. Biogra6ía: ILE, amor, Soria y exilio
2.2. Primera etapa: modernismo. Obras. Temas. Símbolos.
2.3. Segunda etapa: noventayochista. Obras. Temas. Símbolos.
2.4. Tercera etapa: crisis creadora. Nuevas canciones. Pseudónimos.
3. Juan Ramón Jiménez
3.1. Biogra6ía: ILE, Zenobia, exilio, Nobel.
3.2. Etapa sensitiva: juventud. Modernismo. Obras. Temas. Estilo.
3.3. Etapa intelectual: poesía pura. Obras. Mar.
3.4. Etapa su6iciente: abstracción. Obras.
4. Conclusión

Los primeros años del siglo XX conocieron en España una 6loreciente etapa literaria que se ha dado en
llamar la Edad de Plata de la literatura española. Entre la nómina de autores pertenecientes al
Modernismo, el Novecentismo y la Generación del 27, destacaron dos autores andaluces que, si
bien se iniciaron en la poesía modernista, pronto cambiaron su lenguaje poético para hacerlo más
personal y dotarlo de unos rasgos particulares y personales que, de manera diferente, in6luyeron en las
generaciones inmediatas: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.

La vida del sevillano ANTONIO MACHADO (1875-1939) estuvo marcada por una educación laica y
progresista en la Institución Libre de Enseñanza; por sus dos grandes amores, la jovencísima y
prematuramente fallecida Leonor y la poeta Pilar Valderrama, la Guiomar de sus últimos poemas; así
como por el paisaje de Soria. Con el alzamiento militar fascista, Antonio Machado, convencido
republicano, se ve abocado al exilio en Collioure, Francia, donde murió en febrero de 1939. En el
bolsillo de su abrigo se encontró un último verso: “Estos días azules y este sol de la infancia”.

Su primera etapa poética está marcada por el lenguaje modernista, cargado de símbolos e intimismo
posromántico, perceptible en Soledades, de 1903, si bien en la reedición de 1907 bajo el título
Soledades, galerías y otros poemas suprime los poemas más modernistas y añade otros nuevos,
acentuando la línea intimista, la búsqueda del yo. En conjunto se trata de una obra centrada en la
introspección, la poesía sirve para indagar en las profundidades (“galerías”) del alma, para buscar el
sentido de la existencia humana; por ello los temas preferentes serán los universales de la poesía:
tiempo, muerte, Dios. Temas relacionados son la memoria, los sueños, la infancia y la juventud
perdidas, tratados con un tono melancólico, nostálgico, pesimista, y evocados a través de una
compleja red de símbolos personales, tales como la tarde, el huerto, la fuente, el jardín.

Con Campos de Castilla (1912) inicia una nueva etapa en la que cobra relieve la realidad exterior, el
yo del poeta pasa a un segundo plano y se abre a los otros. Machado dirige su mirada hacia las
personas y la historia. Evoca el paisaje y las gentes de Castilla, y re6lexiona sobre su momento actual,
siguiendo el espíritu de los noventayochistas. La sensibilidad de Machado conectó profundamente
con las tierra castellanas: "Me habéis llegado al alma / ¿O acaso estabais en el fondo de ella?". El tema
fundamental es la decadencia de España y el carácter de sus habitantes, aunque también le asaltan
preocupaciones religiosas (“La saeta”) o inquietudes amorosas (“A un olmo seco”). Nuevos
símbolos entran en el universo machadiano: el camino y el río, símbolos de la vida, en la que no cabe
retroceso, y el mar, símbolo de lo absoluto e ilimitado. (“Caminante, son tus huellas/ el camino, y nada
más;/ caminante, no hay camino,/ se hace camino al andar”).

La muerte de Leonor le produjo una intensa crisis creadora (“se ha dormido la voz en mi garganta”).
Machado empieza a concentrar su mente en la 6iloso6ía y no escribe su siguiente libro hasta 1924,
Nuevas canciones, que continúa la línea de Campos de Castilla, mostrando su insatisfacción por la
lírica intelectual, por la que se adentraba Juan Ramón, y por la lírica del XIX, elaborando así una
estética del futuro. Es entonces cuando crea sus pseudónimos: Abel Martín (poeta y 6ilósofo) y Juan
de Mairena (profesor de gimnasia y retórica), que le prestan su voz para poner de mani6iesto su
disconformidad con la literatura deshumanizada de los jóvenes vanguardistas de su tiempo.

Antonio Machado buscó siempre la máxima claridad expresiva, dar testimonio a través de su poesía del
acontecer de su época y de su propia vida. Por eso, por encima de modas y gustos, la obra de Machado
se alza como modelo ético y poético.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (1881-1958) tuvo un temprano interés por la poesía popular, lo que le hace
escribir desde muy joven. Su personalidad está marcada por el contacto con la Institución Libre de
Enseñanza, por la muerte de su padre y por su esposa Zenobia Camprubí, con quien se exilia en
América hasta su muerte, en Puerto Rico, dos años después de recibir el Premio Nobel.

A pesar de que se puede hablar de varias etapas en su obra, el propio Juan Ramón la concibió como un
único libro, una “poesía en sucesión”, que él mismo somete a constantes revisiones y reediciones.
Toda su poesía responde a una sola búsqueda de belleza, y a una triple sed: belleza, conocimiento y
eternidad. Sin embargo, el poeta reconocía en sus últimos años tres etapas en su producción: época
sensitiva, época intelectual y época su6iciente o verdadera.

En la primera, la ETAPA SENSITIVA (1898-1916), “Vino primero, pura, vestida de inocencia” con Ninfeas,
y Arias tristes, poesía de juventud, sencilla de forma y transparente de emoción, en los que toca temas
como el paso del tiempo o la muerte. “Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes”, en Jardines
lejanos o La soledad sonora. Se sitúa ahora en la órbita del Modernismo y el simbolismo: la soledad,
la melancolía, los recuerdos, la utilización del color y otros elementos sensoriales, la adjetivación
brillante, el uso de ritmos largos (ej.: el alejandrino), las metáforas embellecedoras y las sinestesias las
sitúan como obras puramente modernistas. Ya en Estío anuncia el cambio hacia una poesía conceptual
y formalmente sencilla, propia de su segunda época. Entre su bella prosa poética, destaca el libro
Platero y yo (1914), alegoría a un burro, escrita en un estilo musical.

LA ETAPA INTELECTUAL (1916-1936) se inaugura con Diario de un poeta recién casado, obra que rompe
con la estética 6inisecular y que se abre a las corrientes vanguardistas: verso libre, poemas en prosa,
enumeraciones, collages, etc. pero sobre todo supone una nueva concepción de la poesía: la paulatina
desaparición de la anécdota conduce a una poesía esencial, la poesía pura o desnuda. Destaca un
hecho biográ6ico fundamental para su poesía, ocurrido en su primer viaje a América: el
descubrimiento del mar como motivo trascendente. El mar simboliza la vida, la soledad, el gozo, el
eterno tiempo presente. Se inicia una revolución espiritual que le lleva a buscar la trascendencia. “En
ti estás todo, mar, y sin embargo,/ ¡qué sin ti estás, qué solo,/ qué lejos, siempre, de ti mismo![...]¡Qué
plenitud de soledad, mar solo!”. Podemos citar otros títulos como Eternidades o Piedra y cielo.

El proceso hacia la intelectualización y la abstracción culminan con la poesía meta6ísica de La


estación total. Esta obra sería ya el inicio de la ETAPA SUFICIENTE O VERDADERA (1937-1958), a la que
pertenecen las obras En el otro costado y Dios deseado y deseante, escritas durante el exilio, donde
llega a la posesión de esa conciencia que se identi6ica de6initivamente con Dios. Esta es su poesía más
compleja y abstracta.

Así pues, a pesar de que parten de un lenguaje poético modernista y simbolista, los caminos de
Machado y Juan Ramón siguen rumbos divergentes: mientras que Machado rechaza la posibilidad de
una lírica intelectual, el ideal poético de Juan Ramón pasa por dicha plenitud. Disconformidad con las
vanguardias en Machado frente al papel de guía de Juan Ramón en la Generación del 27.

También podría gustarte