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4. Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.

4.1. Antonio Machado.


Antonio Machado nació en Sevilla en 1875, pero desde temprana edad reside en Madrid, donde se educa en
la Institución Libre de Enseñanza. Tras vivir en París algún tiempo, publica su primer libro, Soledades (1903),
reeditado en 1907 como Soledades, galerías y otros poemas. Oposita a cátedra de Institutos de Enseñanza Media
y obtiene una plaza en Soria. Allí conoce a Leonor Izquierdo, joven con la que contrae matrimonio (1909). La
temprana muerte de Leonor (1912) lo aleja de Soria; por entonces ya había publicado Campos de Castilla (1912),
su libro más conocido. Vivirá algún tiempo en Baeza y, después, otra vez Castilla, Segovia, donde se trasladó en
1919. Al estallar la Guerra Civil, se declara defensor de la legalidad republicana y ha de exiliarse con su madre:
muere en 1939 en Colliure (“estos días azules y este sol de la infancia”).
Dentro la producción poética se puede distinguir las siguientes etapas:
o 1ª etapa modernista. (1899-1907)
En 1903 Machado publicó su primer libro: Soledades (en su segunda edición, de 1907, titulada Soledades,
galerías y otros poemas).
En el estilo, Machado desnudó la poesía de artificios estéticos predominantes en su época. Se define por el
tono íntimo y el simbolismo, como se aprecia en el subjetivismo de las Soledades. La influencia modernista se
observa en la versificación (dodecasílabos, alejandrinos…) pero también hay formas más sencillas, como la silva y
el romance. Prescindió pronto de la sensorialidad del lenguaje modernista, y utilizó un estilo sobrio y claro, para
crear una poesía más emocional y reflexiva. Quizá el rasgo más persistente de Machado sea el uso del epíteto, lo
que él denomina adjetivos definidores: cada sustantivo lleva su adjetivo propio. La adjetivación encierra a menudo
la sinestesia (“blanca juventud”, “silencio turbio”, “agrio ruido”, “tierra amarga”, “humo verde”, “lágrimas
sonoras”…).
Los temas esenciales son los universales del sentimiento: tiempo, muerte, el amor. Es palpable la huella del
Romanticismo tardío de Bécquer y Rosalía de Castro. El tono del libro es melancólico, con una sensación general
de angustia por el fluir incontenible del tiempo y la premonición de la muerte. Varias obsesiones se repiten en su
obra: la nostalgia por la niñez y la juventud perdidas, la falta de amor, y la correspondencia emocional entre los
elementos del paisaje y su estado de ánimo. Se percibe la predilección por ciertos ambientes: jardines
crepusculares, otoños melancólicos y puestas de sol (en la línea del francés Paul Verlaine). Dios aparece también
en algunos poemas entrevisto en un sentido unamuniano: racionalmente inexistente, pero vitalmente deseable
(“siempre buscando a Dios entre la niebla”).
Es característico de este libro el empleo de símbolos. Jardines abandonados, parques viejos, fuentes, etc.,
(temas muy de la época), a los cuales va aproximándose a través del recuerdo, del sueño o la memoria, evocan
constantemente un pasado perdido. La tarde, el ocaso, sol que muere, crepúsculo, etc. se refiere al momento en
que la vida toca a su fin, a la vejez. Otro símbolo, el agua que corre (la fuente, la noria, el río, por ejemplo),
representa el paso del tiempo, la vida que se va, o la conciencia; el agua quieta recuerda la muerte (el mar). En la
segunda edición de 1907 se suprimen los poemas más superficialmente modernistas, eliminando los elementos
parnasianos, y se añaden muchos nuevos. Se acentúa la línea intimista. Se incorporan nuevos símbolos, como el
de las galerías del alma, con el que Machado pretende sugerir el interior de la conciencia.
o 2ª etapa. Noventayochista. (1907-1917)
Con la publicación de Campos de Castilla, publicado en 1912 y ampliado después en 1917, se suma Machado
a la visión regeneracionista de España que mantuvieron los escritores de la Generación del 98. Desde Soria,
donde residió varios años, la presencia de Leonor se funde con reflexiones sobre España: su carácter, sus gentes,
su paisaje, o sobre el pasado que ha engendrado tal presente, con sus anhelos de un futuro mejor… Se observa
la crítica social que denuncia el atraso de Castilla y de España. Machado opera una selección que prefiere lo
austero, lo duro y lo pobre, y acentúa lo que sugiere soledad, fugacidad o muerte. En el poema “La tierra del
Alvargonzález” se centra en el poder que ejercen la envidia y la codicia sobre el carácter.
El noventayochismo de Machado no está exento de rasgos modernistas.
- Rasgo esencial de la visión del paisaje de Machado es la proyección del alma del poeta, la exaltación lírica del
paisaje, visto a través del sueño o la memoria. La realidad exterior queda impregnada del estado emocional del
poeta. Algunos de estos poemas, añadidos después de la primera edición de Campos de Castilla (1912), suponen
una vuelta a la línea intimista y dolorida, cuando recuerda los momentos con Leonor, desde Andalucía, Segovia
o Madrid.
- Otro rasgo modernista es la libertad métrica: la estrofa preferida en el libro es la silva arromanzada:
endecasílabos (11 sílabas), combinados con el heptasílabo u otros versos cortos; de rima asonante en los versos
pares y sueltos los impares), combinación métrica más sencilla que otras empleadas en su época modernistas.
Quedan huellas de versos alejandrinos (14 síl.), metro que había sido revalorizado por el modernismo.
Hay ya en este libro una nueva poesía sentenciosa y reflexiva que encierra pensamientos filosóficos y morales:
la serie de “Proverbios y cantares”.
o 3ª etapa. Poesía final (1917-1939).
Después de la muerte de Leonor empezó a dedicar cada vez más tiempo a la expresión de sus reflexiones
filosóficas (“Nuevas canciones”, 1924). Sus últimos poemas fueron las “Poesías de guerra”, escritas durante la
Guerra Civil.
4.2. Juan Ramón Jiménez. (1881-1958)
Se entregó absolutamente a la poesía, que no era solo una tarea artística, sino la búsqueda de la Belleza,
la Verdad y el Conocimiento absolutos. Juan Ramón nació en Moguer (Huelva). Dejó su carrera de
derecho y viajó a Madrid para conocer el modernismo. Pronto muere su padre y una honda depresión lo
lleva a un sanatorio mental en Francia. En 1911 fue a vivir a la Residencia de Estudiantes. Se casó en
1916. Cuando empezó la Guerra Civil, se marcharon al exilio y recorrieron diferentes países de América.
En 1956 recibió el Premio Nobel.
1.- Obra poética. Él mismo divide su obra en tres etapas:
ETAPA SENSITIVA. Hasta 1915. Modernismo.
Comenzó a escribir partiendo del lenguaje poético modernista.
1ª sub-etapa. Los primeros libros (Rimas, Arias tristes, Ninfeas, Almas de violeta ) muestran cierta
influencia del posromanticismo de Bécquer, mezclada con un modernismo intimista y simbolista:
abunda el sentimiento exagerado y la emoción, el tono melancólico (el recuerdo dolorido de un amor
juvenil); temas como la soledad, la muerte, el recuerdo, el paso del tiempo o el misterio. El léxico propio
del Simbolismo (el jardín, el sueño, el crepúsculo, el otoño, las hojas muertas) sirve como símbolos de la
muerte inevitable y del paso del tiempo.
El estilo se caracteriza por la suave musicalidad (sencillez de la versificación, con preferencia por la
asonancia o el verso suelto, versos cortos; aliteraciones; la adjetivación sensorial (sensaciones auditivas,
táctiles, visuales…) modernista, pero moderada (vagos tonos, cielo gris y rosa; jardín silencioso; aire
fresco; perfume de heliotropos) junto a la presencia de sinestesias (la dulce mañana).
2ª sub-etapa. Con La soledad sonora (1911) y Sonetos espirituales (1914), se carga de “ropajes”
modernistas: hay poemas mucho más sonoros (estrofas rígidas, versos de arte mayor, rima consonante),
sensorialidad (adjetivación sensorial rica: lo visual, auditivo, táctil…; sinestesias); aunque continúa la
tendencia al intimismo: el amor, los temas existenciales y la muerte.
POESÍA DESNUDA.- 2ª y 3ª etapas. [Novecentismo o Generación del 14].
En 1916 Juan Ramón comienza su llamada “etapa intelectual” (1916-1936). Escribe durante su viaje de
bodas a Nueva York el libro Diario de un poeta recién casado (después vendrían Eternidades, Piedra y
Cielo, Poesía, Belleza, y La estación total).
En esta etapa, Juan Ramón coincide con los ideales estéticos de la Generación del 14: intelectualismo,
depuración. La palabra poética se convierte en un instrumento para el conocimiento profundo de la
realidad, y ya no se dirige a los sentidos, sino a la inteligencia. Dedica su obra “A la minoría, siempre”.
Los dos temas centrales de su obra son el anhelo de conocimiento y el ansia de eternidad. El tema central
es la creación poética: la poesía como actividad, el poema como objeto artístico y el poeta como dios-
creador de un universo nuevo.
Convierte su poesía en un “arte para minorías”: el ideal de “obra bien hecha”, propio del
Novecentismo, lo lleva a una extrema preocupación por la concepción y el lenguaje de la obra1. Hay una
vuelta a la sencillez basada en la eliminación de elementos: vuelta a los poemas breves, versos sin rima ni
medida exacta, sin adjetivación sensorial. Se comprueba en esta nueva etapa –que se extiende hasta sus
últimas poesías- una eliminación de la anécdota, para conseguir la concentración conceptual, un tipo de
poemas densos y reflexivos.
A partir de 1937, en la etapa que JRJ llamó “etapa suficiente y verdadera” alcanza su ideal de
poesía esencial, con obras escritas ya en el exilio, como La estación total (1946) y Animal de fondo…
Los últimos libros (En el otro costado, Dios deseado y deseante…) toman un carácter metafísico, casi
místico. Toda su poesía gira en torno al “yo” del poeta, al que llega a identificar con un dios. Sin
embargo, no son poemas religiosos tradicionales, sino que es el propio poeta el que se identifica con Dios,
el cual a su vez se identifica con la naturaleza, la belleza o con la propia conciencia creadora. Se siente
pleno, feliz, por la culminación de la búsqueda del absoluto a través de su obra.
2.- Prosa poética. La producción en prosa de J.R.J. no es muy extensa, pero incluye algunas de sus obras
más conocidas. Platero y yo (1917) es una serie de estampas líricas, en el que el yo poético tiene como

1
Su necesidad de perfección hace que someta su obra a continuas correcciones y revisiones.
interlocutor a un pequeño asno. Aunque se editó como libro infantil, contiene interesantes críticas contra
el progreso basado solo en lo material, sin tener en cuenta la educación del espíritu, y a favor de cultivar
la sensibilidad el pueblo, sin que se pierda lo que tiene de espontáneo y auténtico.

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