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1.

Producto: Como emprendedor o empresario, debes conocer los servicios que tú marca ofrecerá
en forma de producto. De manera que sea accesible, deseable y necesario para tu mercado
objetivo. Para ello es indispensable estudiar al mercado y determinar las necesidades e interés de
su público objetivo, para así darle cabida a su servicio.
2. Precio: nadie sabrá el valor real de tu producto más que tú. En este punto no valen los
sentimentalismos, se debe basar en un estudio entre lo que valen los productos y servicios de la
competencia y lo que el cliente potencial está realmente dispuesto a pagar por él. Bajo esta
premisa, el precio deberá ser competitivo ya que le da prestigio y credibilidad a la marca,
posicionándose en el mercado. El precio debe mantener un equilibrio entre la calidad del producto
y su valor, de manera que realmente valga lo que se exige.
3. Plaza: se trata de la web donde el cliente podrá comprar el producto de la empresa. Hoy en día
existen sitios web dedicados a la venta y compra de productos y servicios, tal cual una tienda
online, recibe en nombre de ecommerce. Para posicionar cualquier negocio en internet, a nivel
digital, usar una ecommerce es una excelente estrategia, porque la mayoría ofrece
funcionalidades interesantes y necesarias para llevar con éxito la campaña. Especialmente, el
hecho de disponer de un “catalogo” con todos los servicios y productos de tu marca descritos a
detalles, al cual los potenciales clientes podrán acceder cualquier día de la semana, a cualquier
hora del día, y adquirir el producto que desee de manera sencilla y en la comodidad de su casa, es
sin duda una de las mayores ventajas que ofrece contar con una ecommerce para tu negocio.
4. Promoción: en marketing digital, la promoción hace referencia a transmitir lo que el negocio
hace, cómo lo hace y por qué lo hace, al consumidor. Al hacer promoción se incluyen diversos
elementos: publicidad, relaciones públicas, branding, identidad corporativa, estrategias de venta,
etc. La promoción busca ser lo suficientemente atractiva como para captar la atención de los
consumidores y enviarles efectivamente el mensaje que quiere transmitir el negocio.
5. Personas: a la hora de hacer ventas (de cualquier tipo, online u offline), el objetivo son las
personas, ya que son ellas los clientes potenciales. En base a ello, la experiencia del usuario debe
ser prioridad para realmente alcanzar el éxito. Por ello, el trato deber siempre ser personalizado y
los mensajes dirigidos a las emociones de los usuarios.
6. Procesos: cuando hablamos de procesos, hacemos referencia a la atención al cliente. Se basan
en la comunicación directa entre el consumidor y la marca, esa retroalimentación que puede ser
positiva o negativa, de acuerdo a la efectividad con la que se lleven a cabo. Incluyen las respuestas
a email, llamadas, la información que se ofrece, así como el trato al cliente.
7. Posicionamiento: el posicionamiento de una marca tanto online como offline, depende en gran
medida de su reputación. Es por ello que incluir testimonios y la posibilidad comentar cada
servicio y producto, ayuda mucho a ganar la confianza de los potenciales clientes.
Las grandes corporaciones no están acostumbradas a las derrotas. Por lo general,
aquellas que son líderes en una categoría y avanzan a un nuevo mercado, suelen devorar
a la competencia local. Este es el caso de Coca-Cola que, por ejemplo, en la Argentina
logró drenar las ventas de Bidú Cola hasta reducirla a un recuerdo nostálgico (aunque hoy
está de regreso). Sin embargo, en Perú se cruzó con un adversario que logró poner
de rodillas al gigante: Inca Kola.

Joseph Robinson Lindley nació en Doncaster, Yorkshire, en 1859, se casó con Martha


Stoppanie y a los 51 años decidió instalarse en Perú, más precisamente en Rimac.
Ahí fundó la Fábrica de Aguas Gaseosas de la Santa Rosa con el objetivo de producir y
comercializar bebidas.

NACE INCA KOLA Y SU SABOR “INDESCIFRABLE”

Al principio la elaboración era muy artesanal y logró cierto éxito con algunas de sus
marcas, como Lemon Squash, Orange Squash, Uvital y Lindley Dry. Pero la verdadera
estrella de su portafolio llegaría recién en 1935. Ese año lanzó al mercado Inca Kola,
una gaseosa de color amarillo artificial que buscaba ser un homenaje a la cultura incaica y
al país que había acogido a esta familia británica.

“El secreto es que el sabor no se puede identificar. Es amarillo por el oro del Perú,
pero no sabor no se puede descifrar. Si te gusta o no te gusta, es otro tema”, explicó
Johnny Lindley, nieto de Joseph, en diálogo con El Comercio en 2010. Para crearla,
indican, el fundador de la compañía experimentó con 13 hierbas hasta encontrar el sabor
que buscaba. Su receta, por supuesto, es secreta.

Isaac Lindley, uno de los hijos del matrimonio, se hizo cargo de la firma en 1945. Al poco
tiempo de asumir el cargo encaró algunos cambios que aumentarían la popularidad de la
marca. Primero incluyó en su etiqueta uno de sus slogans más recordados: “Solo hay una
y no se parece a ninguna”. Luego firmó acuerdos con varias embotelladoras para que
produjeran Inca Kola con un concentrado que les vendía y, de esta manera, lograría
expandirse a todo el país.

LA BATALLA CON COCA-COLA

Para esa época la empresa ya lideraba el mercado de gaseosas en Perú, no obstante del
otro lado tenía una ardua competencia. Coca-Cola se había instalado ahí en 1936 y a
esto se le sumaba el lanzamiento de Pepsi-Cola. Entonces, Lindley empezó a utilizar las
ganancias de la sociedad para desarrollar la pata industrial de la fábrica, además de
invertir en publicidad.

Durante décadas el gigante de la gaseosa cola de etiqueta roja intentó descifrar, sin


éxito, como vencer a aquella bebida amarilla. Tras la muerte de Isaac Lindley en 1989,
su hijo Johnny Lindley Suárez asumió la presidencia. Inca Kola continuó como líder del
segmento hasta que en 1996 Coca-Cola dio por terminada la pelea y sacó la billetera.
Estaba dispuesta a negociar.
PASE MILLONARIO

Fueron tres años de charlas para ponerse de acuerdo con la familia. En el medio, los
Lindley llevaron a cabo encuestas entre los consumidores peruanos para saber cómo se
tomarían una asociación con Coca-Cola.

Finalmente en febrero de 1999 se dio el anuncio oficial. La multinacional adquirió un


49% de las acciones de la empresa peruana. Según los medios, se especulaba con que
la operación rondaría los u$s 200 millones. El acuerdo contemplaba que Inca Kola se
convertiría en el único embotellador oficial de Coca-Cola en Perú, mientras que la
estadounidense se encargaría de internacionalizar la bebida incaica.

“El rey del mundo nos pidió ser socios y esto no se ha repetido“, resumió Johnny
Lindley. Y detalló: “Inca Kola era nuestro bien heredado y pensamos: ¿quién podría
tenerla segura para toda la vida? Coca-Cola, que es quien tiene la bebida número uno del
mundo. Lo logramos”.

APUESTA FALLIDA

Sin embargo, la expansión de la marca peruana a otros países no pudo replicar el éxito de
sus tierras. En Perú aseguran que esto tiene que ver con que su sabor marida a la
perfección con los platos típicos de su gastronomía.

En octubre de 2015, la familia Lindley se desprendió de gran parte del capital accionario
que le quedaba de la empresa fundada en 1910. La mexicana Arca Continental compró
un 47,52% de las acciones por u$s 760 millones.

Hoy Inca Kola continúa como el buque insignia de la firma en el mercado peruano.
Además de su versión regular, sin azúcar y la energizante Power. En 2014 intentó innovar
con otro producto pero no obtuvo los resultados esperados. Lanzó La Morenita, una
gaseosa con sabor a chica morada, a la cual Coca-Cola definió como “la inversión más
importante para Inca Kola”. Un año después la sacaron del mercado.

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