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Ley de contratos del sector público 9/2017, de 19 de octubre, por la que se trasponen al ordenamiento

jurídico español, las directivas 2014/23 y 2014/24 de la Unión europea.

Consta de 347 artículos y 53 disposiciones adicionales, 5 disposiciones transitorias, y disposición derogatoria, 16


disposiciones finales y 6 anexos.

Esta ley, entrará en vigor a los cuatro meses de su completa publicación en el BOE

Dentro de su preámbulo introduce novedades encaminadas a conseguir un mejor cumplimiento de los objetivos
públicos, así como, lograr una mayor transparencia en la contratación pública y una simplificación de los trámites,
una menor burocracia para los licitadores y un mejor acceso a las PYMES, para poder contratar. Introduciendo
también, cláusulas sociales y ambientales como elementos básicos de contratación, abogando por los principios de
integridad, transparencia, igualdad y competencia.

1) Nuevas entidades quedan sujetas a la norma. Se incluye en el ámbito de aplicación a partidos políticos, las
organizaciones sindicales y a determinadas corporaciones de Derecho Público, si hay financiación o control
mayoritariamente público. Quedan también sujetas aquellas sociedades mercantiles en cuyo capital social la
participación, directa o indirecta, sea superior al 50 % por entidades del sector público.

2) Nueva regulación del medio propio. El Proyecto de Ley hace referencia a “encargos a medios propios”, los
cuales deberán ser objeto de publicidad a fin de garantizar su idoneidad. Además, para poder ser considerados
medios propios, tendrán que cumplir ciertos requisitos, tales como: disponer de medios materiales y personales
adecuados para cumplir el encargo que se les haga; no realizar libremente en el mercado más de un 20% de su
actividad; haber recabado autorización expresa del poder adjudicador del que dependan; y su capital debe ser
totalmente público. Todo ello, siguiendo las directrices de la Directiva de Contratación, a fin de evitar
adjudicaciones directas que pongan en entredicho la libre competencia.

3) Nuevos tipos de contratos. Desaparecen el contrato de colaboración público-privada, aunque se mantiene la


posibilidad de la sociedad de economía mixta como fórmula de colaboración; y el contrato de gestión de servicio
público.

En sustitución de este último, se introduce la concesión de servicios, que se diferenciará del contrato de servicios
en función de quien asuma el riesgo operacional: en el caso de la concesión, será a cargo del contratista. Aquellos
contratos adjudicados antes de la entrada en vigor de la Ley de Contratos del Sector Público se regirán en lo
relativo a sus efectos, cumplimiento y extinción, incluyendo su modificación, duración y régimen de prórrogas, por
la Ley de Contratos de 2011 vigente hasta ese momento.

4) Se mantienen las instrucciones de contratación. Se prevén tres niveles de aplicabilidad de la Ley respecto de
las entidades del sector público incluidas en su ámbito:

 Administraciones Públicas;
 poderes adjudicadores que no tengan la condición de Administraciones Públicas; y
 entidades del sector público que no tengan el carácter de poder adjudicador.
5) Nuevos procedimientos para contratar. Se suprime la posibilidad de contratación sin publicidad, muy utilizado
en la práctica, pero criticado por provocar faltas de transparencia y desigualdades entre licitadores. Los contratos
menores tendrán una mayor transparencia y rebajan su cuantía para facilitar el acceso a las pymes. Se reduce su uso
a los de valor un estimado inferior a 40.000 euros, cuando se trate de contratos de obras, o a 15.000 euros, cuando
se trate de contratos de suministro o de servicios. Todos los expedientes de contratación serán públicos, salvo
aquellos que tengan información clasificada o que puedan poner en peligro otros derechos.

Desaparece el procedimiento negociado sin publicidad por razón de la cuantía,

Tratando de paliar esas deficiencias, se crea el procedimiento abierto simplificado, con una tramitación breve y
sencilla pero procurando que concurra la necesaria publicidad y transparencia en la adjudicación.

Con la idea de favorecer a las empresas más innovadoras, se introduce el procedimiento de asociación para la
innovación, para aquellos casos en los que resulte necesario realizar actividades de investigación y desarrollo de
productos innovadores para su adquisición posterior por la Administración. En él, la negociación jugará un papel
importante.

6) Novedades en las formas de acreditar la solvencia. En la regulación de la adjudicación de los contratos de las
Administraciones Públicas y con el objetivo de conseguir una simplificación y reducción de las cargas
administrativas, se introduce como novedad importante la ampliación del conjunto de casos donde se utiliza la
declaración responsable y se regula de forma detallada su contenido de acuerdo con la Directiva de Contratación y
con el Documento Europeo Único de Contratación aprobado por la Comisión Europea.

7) Régimen de modificación de los contratos. Se contempla un régimen más restrictivo que el actual y, a fin de
evitar la consideración de la cesión del contrato como modificación contractual, en el nuevo texto se procede a
regular su figura. Además, destaca la obligatoriedad de notificación y publicación de todos los acuerdos de
modificación.

8) Novedades en los medios de comunicación y en el uso de medios electrónicos . Respecto a la aplicación de las
nuevas tecnologías en el funcionamiento de las Administraciones y en las relaciones con los ciudadanos, ya en la
Ley 39/2015 de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, se
apostaba por el uso de las mismas para conseguir una Administración más eficiente y con más garantías. Por ello,
siguiendo con lo indicado en la citada Ley y, para facilitar la comunicación y la fluidez de la información entre los
licitadores o contratistas y la Administración contratante, en la nueva Ley de Contratos del Sector Público, se
establece que la tramitación de los procedimientos deberá realizarse exclusivamente por medios electrónicos,
incluso para la presentación de las ofertas. El medio oral se reserva únicamente para aquellas comunicaciones
referidas a elementos no esenciales del contrato (pliegos, solicitudes de participación y ofertas).

9) El control jurisdiccional. El control jurisdiccional de las fases de preparación y adjudicación recaerá siempre
sobre la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, independientemente de su importe y de la naturaleza del
adjudicatario. Con ello, se vuelve a la doctrina más clásica de los actos separables y se pone fin a la inseguridad
jurídica derivada del conocimiento de la preparación y adjudicación de los contratos privados no sujetos a
regulación armonizada por los Tribunales civiles.
10) Indemnizaciones por expectativas de mercado no cumplidas. Se prohíbe este tipo de indemnizaciones, con el
objeto de dificultar la asunción de responsabilidades patrimoniales por parte de la Administración ante proyectos
fallidos, como las autopistas de peaje radiales, que han tenido que ser recatadas por la Administración.

11) Cláusulas sociales y medioambientales. En todas las contrataciones públicas se incorporarán de manera
transversal y preceptiva criterios sociales y medioambientales siempre que guarden relación con el objeto del
contrato.

Inserción laboral. Se reservará un porcentaje de contratos para empresas de inserción laboral y discapacidad.

12) Pago directo a los subcontratistas. Las Administraciones públicas podrá pagar directamente las facturas de los
subcontratistas, descontando el importe correspondiente a los contratistas, siempre que así lo prevean los pliegos de
contratación.

13) Factura electrónica obligatoria. Además de la obligatoriedad de la factura electrónica, se introduce un registro
electrónico único para el conjunto de la cadena de contratación pública, lo que permitirá acreditar la fecha en la que
se presentan las facturas por el subcontratista al contratista de forma inequívoca y sin interpretación posible.

14) División en lotes de los contratos susceptibles de fraccionamiento. Con esta medida se busca facilitar el
acceso de las pymes y los autónomos a los procesos de contratación. Además, en los pliegos de condiciones se
rebajan las condiciones de solvencia técnica, con lo que las empresas de nueva creación (menos de cinco años de
existencia) no tendrán que acreditar trabajos anteriores con la Administración para poder comenzar a trabajar con
ella.

15) Relación calidad-precio. Se sustituye el criterio de adjudicación de la oferta económica más ventajosa por el
de la mejor en relación con la calidad y el precio, de manera que la adjudicación de los contratos se realizará
utilizando una pluralidad de criterios de adjudicación, con base en la mejor relación calidad-precio.

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