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La poesía de 1939 hasta la actualidad.

Tendencias, autores y
obras principales
Tras la Guerra Civil, con la victoria del Bando Nacional, comenzó la dictadura de Francisco
Franco. En ella se suprimieron las libertades personales y de prensa, además de producirse una
fuerte represión. En este periodo surgieron diversas tendencias poéticas y artísticas.

Se distinguen dos grupos fundamentales, los poetas del exilio y los poetas que se quedaron en
España, cuya poesía se divide en arraigada (favorable al Régimen) y desarraigada (contraria al
Régimen)

Los poetas del exilio fueron León Felipe y Juan Ramón Jiménez de la generación del 14 y Pedro
Salinas, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Ernestina de Champourcín y Concha
Méndez de la del 27. Su poesía expresa nostalgia por su país de origen, dolor y sentimiento de
pérdida, olvido y lejanía, profundidad del pensamiento humano y la expresión de las
realidades de sus países de acogida.

En la poesía de posguerra en España se da un proceso de rehumanización y destaca la


preocupación por el ser humano.

En la poesía arraigada, los autores se denominan como “juventud creadora” y surge en torno a
la revista Garcilaso. Emplean las formas clásicas, buscan el equilibrio y una visión ordenada y
coherente. Los temas más empleados son el sentimiento religioso, el paisaje, la belleza y el
amor. Destaca, entre otros, Luis Rosales (La casa encendida)

En la poesía desarraigada, el mundo se ve de forma angustiada y caótica y surge en torno a


Hijos de la ira de Dámaso Alonso y la revista Españada. Tiene un estilo arrebatado y un tono
trágico y desazonado. Los temas principales son el mundo como un caos, el sufrimiento y la
angustia. Destaca, entre otros, José Luis Hidalgo (Raíz)

El postismo fue fundado por Carlos Edmundo Orly y Eduardo Chicharro. Pretendía ser un
surrealismo ibérico que reivindica la libertad y lo lúdico, rechazando la angustia existencial y se
muestra como una rebeldía subjetiva. Destaca entre otros, Ángel Crespo.

El grupo Cántico pretende romper con el clasicismo puro e intenta retomar la poesía pura y
relacionarse con el simbolismo. Destaca ,entre otros, Juan Bernier (Aquí en la tierra).

Hacia 1955 se consolida en todos los géneros el realismo social, que busca crear conciencia
social y denunciar las injusticias. El estilo es claro y conciso para dirigirse a la comunidad. Los
temas principales son la España de posguerra, reivindicación de los sectores sociales más
desfavorecidos y denuncia a la desigualdad. Destacan Pido la paz y la palabra de Blas de Otero
y Cantos iberos de Gabriel Celaya.

La poesía de Gabriel Celaya se divide en tres etapas: Una etapa vanguardista (La soledad
cerrada), una de poesía comprometida (Los poemas de Juan Leceta) y una existencialista
(Cantos iberos)

La obra poética de Blas de Otero se divide en dos etapas: Una existencial, con temas como el
desarraigo, la violencia y la muerte (Ancia) y una etapa social, con temas sociales como la
injusticia y la opresión (Pido la paz y la palabra)
José Hierro emplea temas como la pérdida, el paso del tiempo y la angustia existencial y
muestra su beligerancia desde la intimidad. Destaca Quinta del 42

La obra poética de Gloria Fuertes va del postismo al autobiografismo. Posee un tono coloquial
y una síntesis humorística. Cultivó la poesía social (Todo asusta) y escribió literatura infantil.

En los años 60, hubo importantes cambios sociales y políticos. Surgió la generación de los 50,
que se asentará en Barcelona (Escuela de Barcelona), (destacando Jaime Gil de Biedma
(Compañeros de viaje) y Carlos Barral (Usuras y figuraciones)) y en Madrid, donde destacarán
Ángel González(Áspero mundo) y Claudio Rodríguez (Don de la ebriedad). Les unirá el realismo
social, la subjetividad y la cotidianidad, el interés por lo sentimental y amoroso, el estilo sobrio
y el gusto por el intertexto y la metaliteratura.

En 1970 se publica Nueve novísimos poetas españoles, en la que José María Castellet agrupa a
la generación del 68, centrados en lo personal y lo público, con tonos graves y frívolos que
buscan renovar el lenguaje poético. Se rechaza el patetismo y la prosaicidad de generaciones
anteriores y se busca el lenguaje personal, se integran influencias históricas, artísticas,
mitológicas y culturales, un estilo selecto y se emplea la metapoesía. Destacan entre otros,
Ana María Moix (Baladas del dulce Jim), Manuel de Montalbán (Una educación sentimental) y
Leopoldo María Panero (Así se fundó Carnaby Street).

A finales de los 70 empieza a existir un cansancio respecto a la lírica de los novísimos y una
renovación poética. Se empiezan a apreciar diversas tendencias a lo largo de los años 80:

• Poesía de la experiencia: Poesía realista con un compromiso ético en la que el autor


cuenta sus vivencias y reflexiones a través de un yo poético que es la máscara del
propio poeta. Emplea un lenguaje accesible y natural. El poeta más representativo es
Benjamín Prado (Un caso sencillo)
• Poesía neopurista: Afín a la mística y a la poesía pura. Destaca, entre otros, Ada Salas
(Variaciones en blanco)
• Neosurrealismo: Surge tras la publicación de De una niña de provincias que se vino a
vivir en un Chagall de Blanca Andreu. Se emplea la sentimentalidad, las metáforas y las
alucinaciones y sueños propios de este movimiento
• Nueva épica: Los autores indagan en los problemas sociales con una perspectiva
realista y crítica y profundizan en tiempos míticos para buscar los valores de una
comunidad, como Julio Llamazares (La lentitud de los bueyes)
• Poesía clasicista: Es elaborada, anhela la belleza y emplea referencias míticas para
expresar los sentimientos. Destaca Luis Antonio de Villena (La belleza impura)
• Neoerotismo: Se invierten los tópicos masculinos de la poesía amorosa, destruyendo la
imagen que se daba de la mujer. Destaca Ana Rossetti (Yesterday)

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