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El hidrógeno del cloroformo forma un enlace de hidrógeno con el oxígeno de la acetona, como se

muestra en la Figura 9.8, dando lugar a interacciones A–B más fuertes que A–A y B–B. Un
diagrama del punto de ebullición para este caso se muestra en la Figura 9.9a. A la tem peratura
de ebullición máxima, las líneas de composición líquido y vapor son tangentes entre sí. Se muestra
esquemáticamente en la figura la destilación fraccionada de tal disolución que comienza con un
valor inicial de xA mayor que el correspondiente al punto de ebullición má ximo. El componente
con punto de ebullición más bajo emergerá inicialmente por la cabecera de la columna de
destilación. En este caso, será el componente puro A. Sin embargo, el líquido que abandona el
recipiente caliente no será el componente B puro, sino más bien una disolu ción que corresponde
a la concentración a la que se alcanza el máximo punto de ebullición. La ebullición continuada de
la disolución de esta composición dará lugar a evaporación de composición constante. Tal mezcla
se denomina azeótropo, y como Tb,azeótropo > Tb,A, Tb,B, se denomina azeótropo de ebullición
máximo. Un ejemplo de azeótropo de ebullición máximo es una mezcla de H2 O (Tb = 100°C) y
HCOOH (Tb = 100°C) a xH2O = 0.427, que hierve a 107.2°C. Otras mezclas azeotrópicas que se dan
comúnmente se relacionan en la Tabla 9.1. Si las interacciones A–B son menos atractivas que las
A–A y B–B se puede formar un azeótropo de ebullición máxima. Un diagrama de punto de
ebullición para tal azeótropo se muestra en la Figura 9.9b. La destilación fraccionada de tal
disolución comienza con un valor inicial de xA menor que la correspondiente al punto de ebullición
mínimo que da lugar a un líquido con la composición azeotrópica inicialmente emergente por la
cabecera de la columna de destilación. Un ejemplo de un azeótropo de ebullición mínimo es una
mezcla de CS2 (Tb = 46.3°C) y acetona (Tb = 56.2°C) a xCS2 = 0.608, que hierve a 39.3°C. Todavía es
posible recoger un componente de una mezcla azeotrópica usando la pro piedad de que la
composición azeotrópica es una función de la presión total, como se muestra en la Figura 9.10. La
mezcla se destila primeramente a presión atmosférica y se recoge el destilado volátil. Este vapor
se condensa y subsecuentemene se destila a una presión reducida para la que el azeótropo
contiene menos A (más B). Si esta mezcla se destila, el azeótropo se evapora, dejando algo de B
puro en el fondo. Muchas disoluciones constan de solutos no volátiles que tienen solubilidad
limitada en un disolvente volátil. Por ejemplo las disoluciones de sacarosa o cloruro sódido en
agua. Se observa que propie dades importantes de estas disoluciones, incluyendo la elevación del
punto de ebullición, la dismi nución del punto de congelación y la presión osmótica dependen
solamente de la concentración del soluto —no de su naturaleza. Estas propiedades se denominan
coligativas. En esta Sección, se dis cuten las propiedades coligativas usando el modelo de
disolución ideal.En la Sección 9.13 se mues tran las correcciones de no idealidad, que requieren el
uso de actividades en lugar de concentraciones. Como se discute en relación con la Figura 9.1, la
presión de vapor de una disolución dismi nuye con respecto al disolvente puro. Como
mostraremos en esta y en las tres secciones si guientes, la disolución exhibe una disminución del
punto de congelación, una elevación del punto de ebullición y una presión osmótica.
Generalmente, el soluto no cristaliza con el disol vente durante la congelación porque el soluto no
puede integrarse fácilmente en la estructura del cristal del disolvente. En este caso, el cambio en
el potencial químico de la disolución de un so luto no-volátil se puede interpretar usando la Figura
9.11a. En la formación de la disolución sólo se ve afectado el potencial químico del líquido Pese a
que la presión del gas disminuye por la adición del soluto, el potencial químico del gas no se altera
porque permanece puro y porque la comparación en la Figura 9.11a se hace a pre sión constante.
El potencial químico del sólido no se ve afectado por la suposición de que el soluto no cristaliza
con el disolvente. Como se muestra en la figura, la temperatura de fusión Tm, definida como la
intersección de las curvas del sólido y líquido frente a T, disminuye por la disolución de un soluto
no volátil en el disolvente. Similarmente, la temperatura de ebu llición Tb aumenta por la
disolución de un soluto no volátil en el disolvente. La misma información se muestra en un
diagrama de fases P–T en la Figura 9.11b. Como la presión de vapor de la disolución disminuye por
la adición de soluto, la curva de coexisten cia líquido–gas intersecta la curva de coexistencia
sólido–gas a una temperatura inferior a la del disolvente puro. Esta intersección define el punto
triple, y debe también ser el origen de la curva de correspondencia sólido–líquido. Por tanto, la
curva de coexistencia sólido–líquido se des plaza a temperaturas más bajas con la disolución de
un soluto no volátil. El efecto global del desplazamiento de las curvas de coexistencia sólido–gas y
sólido–líquido es una disminución del punto de congelacióny una elevación del punto de
ebullición, dependiendo ambos sola mente de la concentración y no de la identidad del soluto. La
discusión precedente es de natu raleza cualitativa. En las dos Secciones siguientes, se desarrollan
relaciones cuantitativas entre las propiedades coligativas y la concentración del soluto no volátil.

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