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“Nutrición Hospitalaria”

Este artículo nos habla y nos explica el estigma de peso y la alimentación


emocional, y la relación que existe entre ambos conceptos. Al principio del artículo,
se nos menciona que los niveles de sobrepeso y obesidad en la población adulta
han ido en incremento desde 1975, año desde el cual se han triplicado los índices
de estas condiciones. Luego el artículo nos proporciona la definición de estigma de
peso y de alimentación emocional. Estigma de peso: El rechazo social y actitudes
negativas dirigidas hacia las personas que se percibe que tienen exceso de peso o
de obesidad, siendo esta una forma de discriminación hacia este grupo de personas
que ha prevalecido a lo largo de muchos años, y se percibe a este grupo de gente
como personas holgazanas, vagas y glotonas. Se nos dice también que estos
estigmas pueden provenir tanto de los demás como también pueden ser
internalizados por las personas. La alimentación emocional consiste en que las
personas coman para aliviar malestares emocionales o psicológicos, por ejemplo las
personas con estigma de peso recurren a la alimentación emocional para aliviar sus
síntomas emocionales derivados del estigma de peso.
Debido a esto el sobrepeso y la obesidad se han relacionado con el tipo de dieta
que las personas llevan, pero diversos estudios nos dicen que la alimentación
también está regulada por factores psicológicos y sociales, y en este caso el cómo
se percibe uno mismo.
Para este estudio se recopilaron datos de dos estudios que medían la relación entre
variables psicológicas y el sobrepeso/obesidad: “Fondecyt de Postdoctorado
3180534 y Fondecyt Regular 1180463”. Estos estudios tuvieron como muestra 332
hombres y mujeres adultos. En estos estudios se utilizaron ítems que registraban el
estigma de peso de las personas, por ejemplo: “Me siento menos atractivo debido a
mi peso”.
“Riesgo suicida y su relación con la inteligencia emocional y la autoestima en
estudiantes universitarios”

Este artículo nos habla sobre un estudio aplicado a más de 1000 alumnos de dos
escuelas universitarias de Colombia. Este estudio pretendía medir la relación de un
riesgo suicida y actitudes de autoestima/autodesprecio.
Me pareció interesante el dato que el artículo menciona al principio, después del
resumen, este nos dice que la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 y 29
años de edad es el suicidio, y que por cada suicidio exitoso hay unas 13 o 20
personas más que lo intentan.
Para el estudio se utilizó una población universitaria de 1414 estudiantes
universitarios de Colombia, 968 mujeres y 446 hombres. Para medir este estudio se
aplicaron distintos instrumentos como la escala de riesgo suicida de Plutchink, la
cual es una escala de tipo likert que evalúa el nivel de riesgo de un suicidio, la
escala de Meta-Conocimiento emocional para medir la inteligencia emocional, y la
escala de autoestima de Rosenberg, la cual, como nos podemos imaginar, evalúa la
autoestima y valía personal.
Pasando a los resultados, he aquí un pequeño listado de algunos que me
parecieron interesantes:
-23.1% obtuvieron puntuaciones de riesgo de suicidio
-32.9% habían pensado en suicidarse, 19.3% le contó a alguien que pensaba en el
suicidio, 12.5% habían intentado suicidarse
-14.4% tenían miembros de familia que habían intentado suicidarse.
Después de leer los resultados, concluí que me parecieron algo sorprendentes,
debido a que personalmente pensaba que las puntuaciones serían mucho más
altas. Sin embargo, aún así sería ideal que estos porcentajes disminuyeran al
mínimo, ya que es triste aún que el suicidio sea la segunda causa principal de
muertes de jóvenes adultos.

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