Jugaron un papel muy importante en la educación argentina. Las sociedades
populares comenzaron a fundarse con la llegada de los primeros inmigrantes de la segunda mitad del siglo XIX. En la década de 1880 su presencia en el campo educativo era lo suficientemente importante como para que se les dedicara parte del texto de la Ley 1420. Al comenzar el siglo XX había sociedades populares de varios tipos: —pertenecientes a las colectividades extranjeras; —nacidas de la política socialista o anarquista, por ejemplo, la Sociedad Luz; —pertenecientes a los vecinos y de actuación barrial, como la Asociación Protectora de los Niños, los Pájaros y las Plantas de Belgrano; —promovidas por las autoridades educativas entre los padres y vecinos, con la finalidad de apoyar la actividad escolar, como los Clubes de Niños Jardineros y las Asociaciones Cooperadoras; —creadas o promovidas por el Consejo Nacional de Educación, como las sociedades de lectura y las protectoras de la infancia. Abarcaron entonces a la población que quedaba fuera de la escuela, a • los sectores marginados, ofreciéndoles una educación no escolarizada, semi presencial, que usaba los medios de difusión de la época: las conferencias, las discusiones públicas, los libros y la prensa.
Palabras claves: educación, sociedad e inmigrantes.
ESPIRITUALISMO, GREMIALISMO DOCENTE Y ESCUELA NUEVA
Crecían alternativas pedagógicas espiritualistas y anti positivistas. Las
corrientes espiritualistas proporcionaban un marco general, una serie de categorías abarcativas, de valores que trascendían las limitaciones del nacionalismo conservador y del liberalismo. El hecho de que el socialismo argentino tuviera una fuerte influencia positivista colaboró en la elección de opciones espiritualistas. Circulaban lecturas anti positivistas. Al krausismo, se sumaban otras corrientes espiritualistas europeas. El positivismo, el escritor mexicano sostuvo la necesidad de comunión de nuestra raza para oponerse al sajón, nuestro rival en la posesión del continente. América Latina tendría una cultura superior si asimilaba todas las razas. A la raza blanca anglosajona oponía una raza de síntesis. Entre los docentes democráticos argentinos la exaltación de la libertad y la opción por la democracia, la actividad sindical docente fue creciendo en las primeras décadas. En 1912 Julio Barcos, Leonilda Barrancos y otros realizaron una huelga, probablemente la primera de la historia de la docencia argentina. En 1913 fueron exonerados junto con el grupo firmante de un documento que pedía el relevo de las autoridades del Consejo Nacional de Educación. . En 1917 estalló la huelga de maestros en Mendoza, el primer movimiento de fuerza nacional de los docentes, que fue acompañado por el conjunto de la clase obrera. Su dirigente fue la pedagoga Florencia Fossati. Fossati y Barrancos. La problemática educativa de este período estuvo influida por las demandas de participación en la planificación, gestión y conducción de las políticas educativas. y a favor de una educación nacionalista y democrática. El gobierno radical, , proporcionó a los educadores progresistas un marco político permisivo para el desarrollo de sus ideas y de sus experiencias, pero no logró consolidar una propuesta pedagógica acabada. En 1918 había un clima de reforma que abarcaba grandes sectores del sistema educativo. En jardines de infantes, escuelas para adultos, primarias y sociedades populares de la Capital y de algunas provincias.
Palabras claves: positivismos, espiritualismo y corrientes.