El papel de los padres en la

educación de la adolescencia
(de 12 a 16 años)
Inteligencia emocional en
adolescentes de 12 a 16 años
CONTENIDO
1. Objetivos.
2. Estilo educativo y la inteligencia emocional
de los jóvenes.
3. El rol de la familia en secundaria.
4. Errores más frecuentes en la relación
padres y jóvenes de secundaria.
5. Resumen.
6. Bibliografía.
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Objetivos
• Conocer la relación entre el estilo educativo y la
inteligencia emocional de los jóvenes.
• Establecer y desarrollar actitudes y competencias
en la familia alineadas con la etapa de los jóvenes
de secundaria.
• Mejorar la relación con los jóvenes de secundaria.
Estilo educativo y la
inteligencia emocional de
los jóvenes
Estilo democrático
Los padres que ejercen el estilo democrático (afecto,
control y exigencia de madurez) tienen hijos con un
mejor ajuste emocional y comportamental. Son padres
que estimulan la expresión de las necesidades de
sus hijos, promueven la responsabilidad y otorgan
autonomía, logran en estos una mejor adaptación y
una menor propensión a experimentar ira o frustración
o a manifestar problemas como la agresión. Este
estilo tiene un impacto muy positivo en el desarrollo
psicológico de los hijos, quienes manifiestan un estado
emocional estable y alegre, una elevada autoestima y
autocontrol, un nivel superior de razonamiento moral y
menos conductas externalizantes e internalizantes, así
como menor nivel de estrés cotidiano, principalmente
cuando ambos padres se manejan desde este estilo. El
estilo democrático se asocia a una mayor autoestima,
un mejor rendimiento académico, mayor desarrollo
moral y social mayor probabilidad de ser sociables, una
menor impulsividad, una mayor intención de alcanzar
metas positivas, menor prevalencia de experiencia
sexual y mayor rechazo de diversas formas de sexismo,
menor conflictiva con sus padres y mayor bien-estar
psicológico, mejor ajuste conductual menor riesgo de
consumo de tabaco en adolescentes, menor riesgo de
abuso de drogas en general.
Estilo permisivo
Los niños y adolescentes que viven en hogares con
estilo permisivo demuestran ser poco obedientes, tienen
dificultad en la interiorización de valores, viven situaciones
de agresividad en la familia, tienen baja autoestima,
padecen de falta de confianza, tienen bajos niveles de
control de sus impulsos, así como mayor riesgo de
consumo de drogas y alcohol. No obstante, algunos
autores refieren en sus estudios que el estilo parental
permisivo funciona como factor de prevención del
consumo de sustancias y es el estilo que presenta un menor
consumo. Cabe aclarar que los problemas de conducta
que presentan los adolescentes con padres permisivos
son menores que los que presentan los adolescentes con
padres autoritarios y negligentes. Los padres permisivos
les conceden la posibilidad de tomar decisiones que no les
competen. Son padres con miedo a influir demasiado en
sus hijos, con temor a veces a sus reacciones, no sabiendo
relacionarse con ellos, se sienten culpables por el escaso
tiempo que les dispensan, les plantean pocas exigencias,
confían solo en la razón, siendo los niños quienes regulan
sus actividades. Los padres promueven una importante
autonomía en sus hijos, los liberan del control, evitan el
uso de las restricciones y el castigo, ceden en su autoridad
y les traspasan la responsabilidad de decidir a sus hijos.
El hijo/a pasa a ser dueño de la casa, de las decisiones y
a veces también de las decisiones de sus padres. Según
refieren en su estudio Cerezo, Casanova, de la Torre y
Carpio (2011), los alumnos con padres considerados tanto
permisivos como democráticos utilizan en mayor medida
estrategias de aprendizaje autorregulado, incidiendo
esto positivamente en el desempeño académico de los
alumnos. En estudios recientes realizados en España
el estilo parental considerado más idóneo resultó ser el
permisivo (Fuentes, García, Gracia & Alarcón, 2015; García
& Gracia, 2010; Pérez Alonso-Geta, 2012).
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Estilo autoritario
Los padres con estilo autoritario valoran la
obediencia, como una virtud, mantienen a sus hijos
subordinados y restringen su autonomía, provocando
problemas en su adaptación social y una disminución
de la seguridad en sí mismos.
En cuanto a los hijos, sus problemas se plantean a nivel
emocional, debido al escaso apoyo recibido, los hijos se
muestran tímidos, tienen mínima expresión de afecto
con sus pares, pobre interiorización de valores, son
irritables, vulnerables a las tensiones y poco alegres.
Este estilo es un factor de riesgo para el padecimiento
en los hijos de síntomas depresivos y para el consumo
de sustancias. Asimismo se ha relacionado el estilo
autoritario y el negligente con el estado nutricional de
los adolescentes, asociándolo con malnutrición por
exceso o déficit.
En un estudio llevado adelante por De la Torre,
García-Linares y Casanova (2014), refieren que la
percepción por parte de los adolescentes de un
estilo parental autoritario se encuentra asociada
a mayores manifestaciones de agresividad.
En ese mismo sentido García-Linares (2014), refiere en
su estudio que entre las variables que mejor predicen
la agresividad se encuentran las prácticas educativas
rígidas e indulgentes. Por su parte Patterson, manifiesta
que las prácticas de crianza coercitivas son un factor
determinante en el comportamiento antisocial del niño.
En ese mismo sentido y a partir del estudio realizado
por Patterson y Prinzie et al., (2004), concluyen en su
estudio que las prácticas parentales con características
coercitivas y un disciplinamiento imprudente se relacionan
con problemas externalizantes en sus hijos (agresividad,
hiperactividad o delincuencia). En ese mismo sentido
Iglesias y Romero (2009), refieren una relación entre este
estilo y las alteraciones externalizantes.
Es frecuente que cuando el control es muy severo
los hijos terminen rebelándose ante sus padres,
especialmente al principio de la adolescencia,
momento en el que suelen buscar una mayor libertad y
autonomía, mientras que sus padres y madres intentan
seguir manteniendo un control estricto.
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El rol de los padres en la
secundaria
La secundaria es un periodo de la vida particular durante
el cual el joven resiente diversos cambios. No únicamente
en su cuerpo, también a nivel de sus reflexiones y de
la vida social. Es un momento crucial de la existencia.
Durante esta etapa la personalidad se afirma, tienen
otras expectativas, otros deseos y los centros de interés
no son los mismos. Todos estos cambios hacen que se
relacionen con nuevas amistades o a que las relaciones
con sus amigos y familia cambien.
La incomprensión reina en la familia siendo la escuela, el
ordenador, los amigos, el teléfono, las salidas, el dinero…
fuentes de conflicto. Ante esta nueva etapa … ¿Cuál es
el rol de los padres ?:
• Fomentar el diálogo y la conversación  para que
el diálogo desarrolle la confianza de los hijos es
necesario:
-- Tomarlos en serio: no tratarlos como seres
inferiores.
-- Cambiar sermón por comunicación
-- Escuchar con atención  lo que quieren explicar o
preguntar.
-- Hablar de sus intereses.
-- El objetivo que se persigue es comunicar los
valores, establecer compromisos y valorar las
cotas de auto-exigencia y de autonomía logrados.
• Establecer límites:
-- Definiendo el rol de los padres y el de los hijos.
-- Estableciendo reglas y limites adecuados a la
nueva situación. Si es posible establecerlas
juntos. Explicando también las consecuencias por
cumplirlas y por no cumplirlas.
-- Respetar las reglas.
-- Aplicar las consecuencias pactadas.
• Respetar su intimidad:  necesita momentos para
él, su propia habitación, su refugio personal donde
pueda encontrarse consigo mismo y construirse
como individuo.
No romper el dialogo. Es interesante que los padres
les hablen  de su propia adolescencia   ya que podrán
confrontar las experiencias y a los padres ayudará a
entenderles mejor:
• Permitir al joven emitir juicios, aunque se considere
que sean disparates: tanto la violencia como el
rechazo a los padres tienen un carácter defensivo,
ya que de lo que realmente huye el joven, es del
peligro que supone la regresión definitiva, la no
superación de su infantilismo.
• La confianza y la franqueza serán para los padres
los instrumentos más eficaces para obtener
información acerca de las actividades  que
realiza a diario el adolescente junto a sus pares.
Un secreto importante a tener en cuenta para que
esta confianza se desarrolle y no quede estancada,
es ser prudentes a la hora de preguntar.  Manifestar
una actitud comprensiva (aunque interiormente se
esté en contra de lo que el menor manifiesta), y
respetar sus tiempos y opiniones.
• Siempre y cuando el niño ya crecido se dirija a los
demás con respeto, La gente lo hará del mismo
modo; pero si su actitud es desafiante y no da lugar al
diálogo en reiteradas oportunidades, se debe estallar
en ira sin antes obtener el porqué de esa reacción.
• Las actitudes desafiantes, si bien forman parte de
este período, también pueden estar denunciando
que hay algo más profundo por lo que está
atravesando y que no sabe cómo resolver. Ante estas
situaciones  mantener la calma es clave, porque
resolver los hechos a gritos en una discusión sin
sentido, no hará que se llegue a un acuerdo, mucho
menos tratándose de un chico en esta etapa.
• Descolocarlos o tomarlos desprevenidos
con  respuestas no esperadas  por ellos, en
ocasiones da buenos resultados.
• Mientras alguien intente provocar enojo, mantener
en una  actitud de tranquilidad y equilibrio, puede
marcar una diferencia importante. Luego, esperar
el momento oportuno donde se note que se han
calmado las aguas para acercarse y, paso a paso,
ir indagando qué fue lo que desató su enojo.
• Mantener una actitud positiva ante estos cambios
y sobre todo comprensiva, hará  aumentar la
interacción con los menores y la tranquilidad tanto
para ellos como para los demás.
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• Primer enamoramiento: el adolescente se encuentra Una reciente publicación de enero de 2003 afirma
frente a un sentimiento desbordante, febril, que  los adolescentes siguen teniendo en los padres
indomable y arrebatador. Se debe aceptar como un una referencia imprescindible. Los jóvenes están muy
proceso normal sin intentar “bajarlos de las nubes” pendientes de lo que dicen sus padres, según la profesora
basándose en ironías. Bien es cierto que al tiempo Montserrat Castellana en su estudio sobre la relación de
que los padres deben ser considerados con los los adolescentes con los adultos. Hay adolescentes que
sentimientos de los chicos, éstos deben respetar confían en sus padres los secretos más ocultos o las
algunas reglas familiares que aún siguen vigentes. preocupaciones más importantes porque encuentran en
• Fin del primer amor: hay veces que el primer amor ellos el respaldo y el apoyo que esperan.
deja una huella dolorosa que puede alargarse
La influencia de los padres en determinados ámbitos, se
durante meses. Los adolescentes pueden sufrir
mantiene durante la etapa adolescente a pesar del papel
una verdadera depresión y sufrirán intensamente
predominante que aparentan tener los amigos. Según
entre otras cosas debido a que no disponen de
Montserrat Castellana en su tesis, los jóvenes reconocen
los recursos, las herramientas necesarias y
a sus padres como educadores, como las personas que,
adecuadas para defenderse. La actuación de los
además de resolverles los problemas económicos, les
padres debe ser prudente, no pueden hacer nada
ofrecen ayuda incondicional y estable. Y pese a que
por alejar un dolor que forma parte de un proceso
muchas veces aseguran que finalmente acaban pidiendo
natural. Se deben aceptar sus confidencias, si
ayuda a los amigos, por razones de confianza y de
las hay y sobre todo se debe ser afectuosos.
comprensión, reconocen que la experiencia o la capacidad
Los menores deben saber que se está ahí y que
de dar consejos radica sobre todo en los padres.
siempre pueden contar con sus padres.
• La relación con el sexo: un clima de confianza
y un diálogo abierto con los menores pueden
evitar embarazos indeseados, o las temidas
enfermedades de transmisión sexual.  Debe
incluirse información sobre anticonceptivos,
sexo seguro, afrontándolo sin tapujos ya que es
responsabilidad del adulto.
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Errores más frecuentes en Resumen
la relación padres y jóvenes Los padres que ejercen el estilo democrático tienen
de secundaria hijos con un mejor ajuste emocional y comportamental.
El estilo permisivo, tienen baja autoestima, padecen
• Intentar seducirlos: buscar siempre la complicidad
del adolescente, es lo que menos precisan y en el
fondo desean.
• Identificarse e intentar parecerse al adolescente:
obviamente, se dificulta su proceso de autonomía.
Los adolescentes tienen un profundo sentido del
ridículo y a veces, los adultos les  dan razones
para agrandarlo.
• Compadecerlos por sus dificultades:  es otra forma
de equivocarse, como lo es con comparaciones
“históricas”. A veces, no se conoce en profundidad
el pensamiento y la realidad de sus conductas.
• Contradecirse entre los progenitores:  si el hijo/a
recibe mensajes contradictorios, los padres pierden
autoridad ante él.
• Aplicar castigos difíciles o imposibles de cumplir.
porque como padres se pierde autoridad.
• Ser un colega de los menores: para confiar en los
adultos, ellos necesitan a los padres como adultos
de referencia.
• Dar malos ejemplos: las actuaciones deben evitar la
incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace.
• Ser negativos: intentar hablarles o hacer comentarios
en positivo, enfocando los problemas desde el lado
más optimista, transmitiéndoles ilusión.
• Sobreprotección:  en la sociedad es uno de los
errores más frecuentes que cometen los padres.
• Cortar la comunicación:  hay que dejarles exponer
su punto de vista promoviendo el diálogo, de forma
que las dos partes ganen.
• Bajar su autoestima: el joven tiene una autoestima
muy baja. Es importante que se refuerce,
valorando positivamente su comportamiento o
actuación concreta.
de falta de confianza, tienen bajos niveles de control
de sus impulsos, así como mayor riesgo de consumo
de drogas y alcohol. Los padres autoritarios, provocan
problemas en su adaptación social y una disminución
de la seguridad en sí mismos.
Es importante desarrollar bien el rol de padre en
esta etapa fomentando el diálogo y la conversación,
estableciendo límites, respetar su intimidad, permitir al
joven emitir juicios, confianza y franqueza, actitud de
tranquilidad y equilibrio etc...  
Mantener una buena relación con los jóvenes implica
eliminar o reducir errores como: Ser negativos,
sobreprotección, dar malos ejemplos, ser negativos, ser
amigos, bajar la autoestima.
Bibliografía
1. Estilos relacionales parentales: estudio con
adolescentes y sus padres.
2. Revista de Psicologia Vol. 34 (2), 2016 (ISSN 0254-9247).
3. Educar con inteligencia emocional; Maurice
J. Elias, Steven E. Tobias y Brian S. Friedlander
DEBOLS!LLO 2012.
4. Educación emocional Propuestas para educadores
y familias Desclée 2013.
5. Corazón de padre, de Osvaldo Poli. ( edit : palabra 2016 ).
6. Tus hijos adolescentes Gerardo Castillo Ceballos
(edit : palabra 2016 ).
7. “Cartas a un adolescente” Josep Cornellá.
8. http://ntic.educacion.es/w3/recursos2/e_padres/
html/adlscen1.htm