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Misofonía

La misofonía —del griego μίσος mísos ‘aversión’ y φωνή foné ‘sonido’—


o sensibilidad selectiva al sonido, es un trastorno neurológico que consiste
en la intolerancia a los sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras
personas, como comer, sorber, toser, masticar, o también por sonidos
producidos al utilizar ciertos objetos, los cuales pueden desencadenar ansiedad
y conductas agresivas en el paciente. La misofonía se asocia a un trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad y según algunos estudios podría estar
causado por experiencias negativas asociadas a sonidos específicos.12 El
término fue acuñado por los médicos estadounidenses especializados
en otorrinolaringología Pawel y Margaret Jastreboff, pero no tiene
reconocimiento oficial en las clasificaciones de trastornos psiquiátricos
aceptadas internacionalmente: DSM-5 e ICD-10. Por lo tanto, es importante
tener en cuenta que el término misofónico o misofónica es de aparición reciente
en la literatura médica, y su uso no está consensuado para calificar a los
pacientes que presentan estos síntomas.3

Historia
El término misofonía fue acuñado en el año 2000 por los médicos
estadounidenses especializados en otorrinolaringología Pawel
Jastreboff y Margaret Jastreboff y se define como la disminución de tolerancia a
determinados sonidos.
Se cree que es un trastorno psiquiátrico, puede estar causado por experiencias
negativas que son resultado de sonidos específicos. Desde el punto de vista de
quien padece misofonía, se podría utilizar el símil de comparar el cuerpo
humano con una orquesta desafinada que emite sonidos extraños que son
percibidos como agresiones por el paciente afectado de misofonía.4

Misofonía, hiperacusia y fonofobia


A diferencia de la hiperacusia, la misofonía es específica para ciertos sonidos.
Poco se sabe acerca de los circuitos neurológicos que podrían estar
involucrados en la aparición de los síntomas.5 Se ha especulado que la
ubicación anatómica puede ser más central que la involucrada en la
hiperacusia.6
La hiperacusia es una condición por la que un individuo no tolera los sonidos
que lo rodean. Es importante aquí anotar que un individuo con hiperacusia no
tolera ciertos sonidos, no porque el sonido en sí le resulte desagradable, sino
porque lo percibe a una intensidad/volumen mayor que el resto (es como si los
sonidos fuertes se amplificaran en sus oídos), hasta el punto de producirle
malestar y dolor. El concepto de fonofobia se refiere a una aversión o fobia a
determinados sonidos aun cuando estos sean de intensidad moderada o leve,
la fonofobia se encuadra dentro de los trastornos fóbicos ya que en realidad es
una aversión psicológica a determinados sonidos concretos
independientemente de su intensidad. En ciertos casos puede coexistir
fonofobia con hiperacusia. En muchas ocasiones es difícil distinguir entre estos
trastornos y la misofonía, por lo que deben evitarse los autodiagnósticos y en
caso de que exista un problema que afecta a la vida cotidiana, lo más
recomendable es ponerse en manos del médico o profesional sanitario para
que evalúe la situación.7
Quienes padecen de misofonía se sienten comúnmente molestos, incluso
furiosos, por sonidos tan comunes como los producidos por otras personas al
comer, respirar, olfatear, toser o sonarse. También por ciertas consonantes,
sonidos repetitivos, o bien, por sonidos provocados por personas al utilizar
ciertos objetos.8 Los individuos que la padecen pueden desarrollar ansiedad
intensa, sudor en las manos, movimientos involuntarios de partes del cuerpo,
comportamientos agresivos para con los demás o contra objetos y una
conducta de evitación (eludir relaciones personales), lo cual puede propiciar la
disminución de la socialización. Algunas personas pueden sentir impulso de
imitar, mediante mímica, lo que escuchan.9

Prevalencia y comorbilidad
Actualmente se desconoce la prevalencia de la misofonía. Los grupos de
personas que se identifican con esa condición sugieren que es más común de
lo previamente reconocido.9 En algunas encuestas a pacientes
con tinnitus (tintineo), que es frecuente en el 4-5 % de la población en
general,10 se reporta prevalencia de hasta 60 %.9 En un estudio de 2010 se
obtuvo una cifra de 10 %.11

Escala de activación Misophonia (MAS-1)


La siguiente escala es una traducción de The Misophonia Activation Scale
(MAS-1)12 adaptada al español. Los síntomas se escalonan desde el nivel 0, sin
síntomas, al nivel 10, uso de la violencia física contra otra persona o animal. En
los niveles intermedios, niveles 4-6, el paciente manifiesta malestar psíquico
importante y una respuesta de huida o conductas que pueden considerarse
socialmente inadecuadas, como taparse las orejas para no oír el sonido que le
molesta.
Nivel Síntomas

La persona afectada de misofonía oye un sonido que


0
reconoce, pero no siente ninguna molestia.

La persona afectada es consciente de la presencia de una


1
persona conocida, pero no siente ninguna ansiedad.

Un sonido conocido provoca malestar psíquico: irritación


2 y/o molestia en el paciente. No hay síntomas de pánico
o respuesta de lucha o huida.

La persona siente crecientes niveles de malestar psíquico,


3
pero no reacciona de forma violenta.

La persona con misofonía se involucra en una mínima


respuesta física sin confrontaciones o agresiones, tales como
4 pedir a la persona que le molesta que deje de hacer ruido,
cubrirse discretamente un oído, o pasar tranquilamente lejos
del ruido. No hay pánico o síntomas de pánico.

La persona con misofonía adopta mecanismos de


supervivencia más polémicos, como cubrirse las orejas,
5
imitar a la persona que le causa la molestia o mostrar
irritación manifiesta.

La persona con misofonía experimenta malestar psíquico


6 considerable. Por ejemplo, síntomas de pánico o una
respuesta de lucha o huida.

La persona con misofonía experimenta malestar psíquico


considerable. El paciente puede volver a imaginar el sonido
7
que le molesta repetidamente durante semanas, meses o
incluso años después del evento.

La persona con misofonía experimenta malestar psíquico


8
considerable. Aparecen algunas ideas de violencia.

9 La persona con misofonía presenta pánico o una reacción de


rabia y agresividad. Puede imaginarse el uso de la violencia
física sobre un objeto inanimado.

Nivel máximo de misofonía. Uso real de la violencia física


contra una persona o un animal (por ejemplo, una mascota
10
doméstica). La violencia puede ser infligida a sí mismo
(autodaño).

Sonidos y ruidos desencadenantes


 Ruidos de la boca en general (el más generalizado)13
 Mascar chicle14
 Risas
 Rascar el tenedor con los dientes al comer
 Sorber líquidos
 Succionar el aire entre los dientes y la lengua para sacar restos de
comida
 El crujir al comer patatas fritas de bolsa (o similares)
 El ruido de tragar comida
 El sonido al morder y pelar pipas de girasol
 Silbidos
 Bostezos continuos
 Taconeo, como pasos de un vecino del piso superior
 Suspiros continuados15
 Hacer gárgaras
 Un cubierto rascando algún plato u olla.
 Los besos ruidosos, incluso en series o películas
 Ruidos de la nariz
 Respiración fuerte (o no tan fuerte)16
 El teclado del ordenador
 El goteo de un grifo17
 El tic tic constante de un bolígrafo
 El tic tac de algunos relojes
 Ruido de uñas entre sí o hurgarse constantemente entre las uñas: en
ambos casos puede aparecer irritación sin que haya ruido
 Carraspeo de la garganta
 Ruido al rascarse partes del cuerpo como los brazos o piernas
 El sonido de las notificaciones o el tono del teclado de un teléfono
 El sonido que se genera al tronarse los dedos

Tratamiento[editar]
Mientras que algunas personas que padecen misofonía tratan de enmascarar
los ruidos que causan su trastorno con música, otras personas simplemente los
intentan evitar ausentándose o huyendo de los lugares donde se producen los
sonidos que les molestan. Dependiendo de la gravedad e incidencia de la
misofonía, las consecuencias pueden llegar a ser muy serias para la persona
que la padece. El paciente deja de tener relaciones personales, de involucrarse
en actividades sociales, e incluso puede llegar a abandonar el hogar y discutir
con otras personas sin que ellos puedan llegar a comprender qué es lo que le
ocurre.
Las personas que padecen misofonía se sienten alienadas e incomprendidas
porque se les suele tildar de histéricas o exageradamente sensibles, en
ocasiones malhumoradas. Es transcendental y de vital importancia acudir al
médico para que se pueda diagnosticar esta condición y probarse a sí mismo
que no es una invención o un estado de ansiedad que le lleva a no soportar los
sonidos de otras personas[cita  requerida].
El psiquiatra puede recomendarle distintos tipos de tratamiento, como por
ejemplo la terapia cognitivo-conductual, que aunque no curen la misofonía,
ayudan al paciente a tolerarla. Asimismo, poder hablar acerca del problema
que se padece puede ser de gran ayuda.18

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