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Resolución de casos Unidad XI (22-05)

En primer lugar, aclarar que se trata de un contrato a favor de un tercero,


según el cual nos encontramos frente a una relación de tres partes. Por un
lado, el estipulante, que va a pactar con el promitente el cual deberá cumplir
con una prestación a favor de un tercero, llamado beneficiario, que será
determinado o determinable.
En este caso, la droguería puede liberarse de la obligación que asumió debido
a que no hay causa fin (elemento esencial del contrato), lo que significa que el
motivo por el cual el contrato se celebro desapareció, ya que el tercero
beneficiario no padece la infección que se planteaba al principio.
El beneficiario ante este incumplimiento por parte de la droguería podría alegar
que su aceptación fue hecha bajo la forma de escritura pública, por lo cual
adquiere el derecho que lo convierte en acreedor del promitente. A partir de
esto, el tercero se encuentra en condiciones de poder exigirle al promitente el
cumplimiento de la prestación (más no le podría reclamar al estipulante).
Por otro lado, en caso de incumplimiento del promitente, el articulo 1028 inciso
B del CCCN habilita al estipulante a declarar la resolución del contrato y a
reclamar la indemnización en caso de haya daños y perjuicios. Siendo así que,
si resuelve el contrato, el beneficio es alcanzado también, debido a que el
estipulante no puede reclamar para sí, pero si tiene la posibilidad de revocar la
prestación en caso de que el prominente incumpla.
Finalmente, la droguería recibe dos demandas. La primera es extendida por un
arquitecto, en concepto de honorarios impagos por reformas realizadas en el
inmueble antes de la donación. El segundo escrito es promovido por el
consorcio de propietarios del edifico, por expensas comunes atrasadas,
también contempladas previo a la transmisión del inmueble.
Ambas demandas considero que serán exitosas ya que la droguería toma el
papel de “sucesor particular” (entre vivos), y conforme esta figura se llevan a
cabo los contratos que tienen por objeto la transferencia de la propiedad, como
en este caso la donación. En este caso el adquiriente (droguería) se transforma
en sucesor del empresario de acuerdo a todas las obligaciones inherentes a la
posesión del inmueble, y responderá únicamente con ella.
En este caso podemos hablar entonces de transmisión de obligaciones propter
rem, las cuales se desplazan con la cosa, con independencia de quien sea el
quien originalmente las contrajo.
Ambas demandas conllevan obligaciones de este tipo (artículos 2049 y 1991
del CCCN), motivo por el cual la droguería deberá de hacerse cargo de las
mismas.

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