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Los efectos de las obligaciones son todas las consecuencias jurídicas derivadas de ellas, que afectan los intereses
patrimoniales del acreedor y del deudor. Estas consecuencias se materializan mediante el ejercicio de derechos y el
cumplimiento de deberes para ambos sujetos de la relación jurídica. Cuando una persona contrae una obligación, siente,
psicológicamente, la necesidad de cumplir con la deuda asumida, satisfacer el interés del acreedor y quedar liberado.
El efecto inmediato y directo de la obligación respecto del deudor es colocarlo en la necesidad de cumplir su
promesa o, en su caso, pagar los daños y perjuicios correspondientes, en caso de que no cumple la conducta
comprometida.
Con relación al acreedor la consecuencia inmediata y directa está representada por las facultades o medios
legales para lograr satisfacer su derecho de crédito.
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En forma excepcional, ciertos terceros están facultados para invocar los efectos de una obligación ajena:
En la acción subrogatoria u oblicua se autoriza a los acreedores para ejercer “derechos y acciones de su deudor”. O sea
que mediante esta acción ciertos terceros pueden prevalerse de una relación obligacional vinculante de su deudor con
otro deudor de este. (Por ej: Juan es acreedor de Pedro por diez mil pesos. A su vez Pedro es acreedor de María por
veinte mil pesos, pero no le cobra dicho importe para evitar que sus acreedores puedan cobrarle. En este caso, Juan
podría, a través de la acción subrogatoria reclamarle a María que le pague a Pedro, para luego esta última poder
embargar ese dinero y cobrarse su crédito).
La estipulación a favor de un tercero: “Si el contrato contiene una estipulación a favor de un tercero beneficiario,
determinado o determinable, el promitente le confiere los derechos o facultades resultantes de lo que ha convenido
con el estipulante. El estipulante puede revocar la estipulación mientras no reciba la aceptación del tercero
beneficiario; pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente si éste tiene interés en que sea mantenida. El
tercero aceptante obtiene directamente los derechos y las facultades resultantes de la estipulación a su favor. Las
facultades del tercero beneficiario de aceptar la estipulación, y de prevalerse de ella luego de haberla aceptado, no se
transmiten a sus herederos, excepto que haya cláusula expresa que lo autorice. La estipulación es de interpretación
restrictiva”.
La estipulación a favor de terceros es un contrato que interesa a tres categorías de personas diferentes: a) El
estipulante, que es quien contrata a favor del tercero; b) El promitente quien se compromete a favor del tercero en la
calidad de deudor de éste, y c) El beneficiario, que es el acreedor de la estipulación efectuada en su favor.
Por ej, una persona que adquiere un inmueble, de otra, tiene el derecho de exigirle que se la entregue la misma
(prestación de dar cosa cierta) y escriture (prestación de hacer), si no lo hace voluntariamente, puede demandar
judicialmente el cumplimiento forzado de dicha obligación. En el caso de la prestación de dar, el juez ordenará que el
deudor cumpla con la entrega o tradición de la cosa, o de lo contrario la misma será ejecutada compulsivamente a
través de los mecanismos legales, como sería que un Oficial de Justicia entregue la posesión de la cosa cierta debida al
acreedor. Y con relación a la obligación de escriturar, si el deudor (comprador) no cumpliese la orden judicial contenida
la sentencia, la escritura será firmada por el Juez a favor del adquirente (acreedor reclamante). Recordemos que, en las
obligaciones de hacer, no es posible ejercer violencia en la persona del deudor, y en este caso el Juez sustituiría a este
último y firmaría la escritura, para que el inmueble puede ser definitivamente adquirido mediante el otorgamiento del
título respectivo. También en este supuesto el acreedor además de las prestaciones reclamadas, podría también
demandar los daños generados por la mora o incumplimiento del deudor.
¿EN QUÉ DEBE CONSISTIR EL CUMPLIMIENTO PARA QUE EL DEUDOR OBTENGA LA LIBERACIÓN?
El efecto normal es el cumplimiento de la obligación específico o “in natura” de la prestación debida. Puede ser:
Voluntario o espontáneo: es la forma normal y habitual de concluir con una obligación
Forzado o subrogado (hecho por un tercero).
El cumplimiento debe ser exacto, para ser tal debe atenerse exactamente tanto a sus elementos subjetivos como a los
elementos objetivos.
En cuanto a sus elementos objetivos, deben responder a los siguientes principios:
Identidad: Art 765 equivalente en moneda nacional, el acreedor no está obligado a recibir y el deudor no tiene
derecho a cumplir una prestación distinta a la debida, cualquiera sea su valor.
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Integridad o completividad (cuantitativo): el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, excepto disposición
legal o convencional en contrario.
Si la obligación es en parte líquida y en parte ilíquida, el deudor puede pagar la parte líquida.
Si la obligación es de dar una suma de dinero con intereses, el pago sólo es íntegro si incluye el capital más los
intereses. Sumas liquidas e ilíquidas, capital e intereses, excepciones: fianza simple, deuda en ejecución judicial.
Lugar - principio de espacialidad art 873 y 874: El lugar de pago puede ser establecido por acuerdo de las partes, de
manera expresa o tácita. Si nada se ha indicado, el lugar de pago es el domicilio del deudor al tiempo del nacimiento
de la obligación. Si el deudor se muda, el acreedor tiene derecho a exigir el pago en el domicilio actual o en el
anterior. Igual opción corresponde al deudor, cuando el lugar de pago sea el domicilio del acreedor. Esta regla no se
aplica a las obligaciones:
- De dar cosa cierta: el lugar de pago es donde la cosa se encuentra habitualmente.
- De obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo: el lugar de pago es donde debe cumplirse la prestación
principal.
Tiempo - principio de puntualidad art 871: deben cumplirse en el plazo acordado. El pago debe hacerse:
- si la obligación es de exigibilidad inmediata, en el momento de su nacimiento;
- si hay un plazo determinado, cierto o incierto, el día de su vencimiento;
- si el plazo es tácito, en el tiempo en que, según la naturaleza y circunstancias de la obligación, debe cumplirse;
- si el plazo es indeterminado, en el tiempo que fije el juez, a solicitud de cualquiera de las partes, mediante el
procedimiento más breve que prevea la ley local. Pago anticipado art 872
Es posible pagar de manera anticipada una obligación, pero no da derecho a exigir descuentos.
Si se dan estos presupuestos, podremos analizar si hay o no mora del deudor. Para lo cual deben configurarse los
siguientes tres requisitos específicos:
El retardo: Debe haber un retraso o retardo en el cumplimiento de la prestación (elemento material). Es decir que el
deudor no cumple en los plazos acordados o fijados en la ley.
Factor de atribución art 888 imputabilidad: Es necesario que se presente la imputabilidad del retardo, es decir que
se deba a culpa o a dolo del deudor, o por un factor objetivo de atribución de responsabilidad (garantía, seguridad o
riesgo). En este sentido, para eximirse de las consecuencias jurídicas derivadas de la mora, el deudor debe probar
que no le es imputable, cualquiera sea el lugar de pago de la obligación.
Constitución en mora: La mora del deudor puede ser:
- Personal: exige al acreedor una actividad adicional para colocar al deudor en situación de mora. Enviarle una
comunicación, avisándole que se le ha vencido el plazo para cumplir normalmente con su prestación, y que a partir
de ese momento se generarán consecuencias para su patrimonio (por interpelación realizada mediante un
instrumento fehaciente de notificación – carta documento, telegrama colacionado o acta notarial)
- Automática: la mora se produce de pleno derecho, es decir por el mero vencimiento del plazo, sin necesidad de que
el acreedor realice ninguna actividad.
La mora en el Código Civil de Vélez: Antes de la reforma de la ley 17711 al C.C., nuestro sistema normativo en el artículo
509, preveía un sistema de mora personal. Este era el principio general.
Excepcionalmente, era posible que por acuerdo de partes se estipulara en los contratos que la mora sea automática.
También se admitía este tipo de mora para las obligaciones de plazo esencial, es decir aquellas donde el interés del
acreedor está que la obligación en un momento determinado, porque si no lo hace así el deudor, su interés se aniquila, y
la obligación pierde su sentido.
La mora del deudor después de la reforma de la ley 17711, del año 1968: En el año 1968, el art. 509 del C.C. es
reformado por el Dec. Ley 17711, quedando de la siguiente manera:
“En las obligaciones a plazo, la mora se produce por su sólo vencimiento.
Si el plazo no estuviere expresamente convenido, pero resultare tácitamente de la naturaleza y circunstancia de la
obligación, el acreedor deberá interpelar al deudor para constituirlo en mora.
Si no hubiere plazo, el juez a pedido de parte, lo fijará en procedimiento sumario, a menos que el acreedor opte por
acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el deudor quedará constituido en mora en la
fecha indicada por la sentencia para el cumplimiento de la obligación.
Para eximirse de las responsabilidades derivadas de la mora, el deudor debe probar que no les imputable.”
3 hipotesis:
- Obligaciones a plazo: En plazo cierto, la mora se produce de forma automática al cumplirse dicho elemento
incidental. En el plazo incierto también es automático pero el acreedor debe interpelarlo para constituirlo en mora.
- Obligaciones en que no se ha fijado plazo, pero la exigibilidad surge de la naturaleza o circunstancia de la obligación:
por intermedio de interpelación. Ejemplo: comodato, donación, mandato.
- Obligaciones sin plazo: La ley arbitra como solución que el juez lo fije a pedido de parte.
- Obligaciones sometidas a condición: Fundado en el principio de buena fe contractual requiere de interpelación al
deudor del acaecimiento del hecho condicionante.
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La mora y el Código Civil y Comercial. Ley 26994: Establece como principio general el de la mora automática y como
novedad incorpora la regulación de la mora del acreedor.
El art. 886 CCC prevé que “la mora del deudor se produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento
de la obligación. El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad con el artículo
867 CCC (o sea que reúna los requisitos de reunir los requisitos de identidad, integridad, puntualidad y localización) y se
rehúsa injustificadamente a recibirlo”.
Art 887 Excepciones al principio de la mora automática, establece cuales son las excepciones al principio de la mora
automática, es decir aquellas que demandan, una actividad adicional del acreedor para que el deudor quede en mora
(interpelación):
sujetas a plazo tácito; si el plazo no está expresamente determinado, pero resulta tácitamente de la naturaleza y
circunstancias de la obligación, en la fecha que, conforme a los usos y a la buena fe, debe cumplirse.
sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho ; si no hay plazo, el juez a pedido de parte, lo debe fijar mediante
el procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos que el acreedor opte por acumular las acciones de
fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el deudor queda constituido en mora en la fecha indicada por la
sentencia para el cumplimiento de la obligación.
En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o indeterminado propiamente dicho, se considera que es tácito.
Finalmente, para eximirse de las consecuencias jurídicas derivadas de la mora, el deudor debe probar que no le es
imputable, cualquiera sea el lugar de pago de la obligación.
La mora del acreedor ha sido regulada por el Código Civil y Comercial: El 886 establece que el acreedor incurre en mora
si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad con el artículo 867 (o sea que reúna los requisitos de reunir los
requisitos de identidad, integridad, puntualidad y localización) y se rehúsa injustificadamente a recibirlo. Los requisitos
surgen de la norma:
Retraso del acreedor en colaborar para que el deudor cumpla;
Constitución en mora: Oferta de pago del deudor – Interpelación para que el acreedor cobre su crédito – que deber
reunir los requisitos necesarios para que el deudor pueda liberarse. La ley no regula de qué forma debe hacerse esa
oferta. Lo aconsejable, por cuestiones de seguridad jurídica, es que el deudor lo haga a través de un medio
fehaciente (carta documento, telegrama o acta notarial).
Imputabilidad: la falta de colaboración debe ser atribuible al acreedor y su negativa debe ser injustificada, porque de
lo contrario la situación de mora creditoris no se produciría.
El incumplimiento y la responsabilidad:
El fenómeno resarcitorio, a partir del nuevo Código Civil y Comercial, tiene una sola regulación legal. Ya no se distingue
entre responsabilidad por incumplimiento obligacional (también llamada contractual), y responsabilidad por el hecho
ilícito, (denominada extracontractual o aquiliana).
La responsabilidad, conceptualmente es la obligación que tiene toda persona de resarcir los daños y perjuicios
injustamente causados a otra. El daño se puede generar por la mora del deudor o porque no cumplió el plan
prestacional comprometido, frustrando el interés del acreedor.
Siempre, la responsabilidad requiere de cuatro presupuestos comunes:
acción antijurídica;
imputabilidad y factor de atribución;
daño;
causalidad.
En la órbita contractual, el incumplimiento desempeña un papel esencial, dado que constituye el primer presupuesto de
la responsabilidad, ya que es un obrar antijurídico. No obstante ello, para que el deudor incumplidor sea responsable es
necesario que se configuren los restantes presupuestos enunciados.
C. Factor de atribución: En ciertas clases de obligaciones, como las de resultado, donde el deudor asegura al acreedor
que la prestación va a ser cumplida, el factor de atribución de responsabilidad es objetivo. O sea, no se formula un
juicio acerca de la reprochabilidad subjetiva del incumplimiento. Si el deudor no cumple la ley presume
objetivamente la responsabilidad de este último. La única forma en que el deudor pueda eximirse de la obligación
de resarcir, en estos casos, es demostrando que el daño se ha producido por culpa del acreedor, por culpa de un
tercero por el cual no debe responder o por un caso fortuito o fuerza mayor.
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La cesión de derechos
Art. 1614: “Hay contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a la otra un derecho. Se aplican a la cesión de
derechos las reglas de la compraventa, de la permuta o de la donación, según que se haya realizado con la
contraprestación de un precio en dinero, de la transmisión de la propiedad de un bien, o sin contraprestación,
respectivamente, en tanto no estén modificadas por las de este Capítulo”.
Todo derecho puede ser cedido, excepto que lo contrario resulte de la ley, de la convención que lo origina, o de la
naturaleza del derecho (art. 1616 CCCN).
Las características son:
El acreedor (cedente) transmite voluntariamente su derecho a un tercero (cesionario)
El deudor (cedido) es un tercero en la convención
Produce efectos entre cedente y cesionario a partir de la firma del contrato
Produce efectos respecto de 3° y del deudor cedido a partir de la notificación o aceptación, de este último.
Cesión de deudas:
Se modifica el sujeto pasivo de la obligación. Es el contrato por el cual el deudor originario transmite a un tercero la
deuda que mantiene con el acreedor, para que aquel asuma su calidad de deudor frente a este último.
Existen tres clases de transmisión de deudas:
Asunción privativa de deudas (acto trilateral entre deudor, acreedor y tercero, donde queda el deudor originario
liberado)
Asunción acumulativa de deuda (el deudor originario no queda liberado)
Asunción interna o promesa de cumplimiento
II. MEDIOS JUDICIALES PARA PROCURAR QUE SE HAGA EFECTIVO EL CONTENIDO DE LA OBLIGACIÓN.
EL PATRIMONIO COMO PRENDA COMÚN DE LOS ACREEDORES:
El deudor responde frente a sus acreedores con todos sus bienes, sin distinguir si los mismos están afectados o no a un
fin determinado.
El deudor, siempre va a responder con todos sus bienes “el patrimonio es la prenda común de los acreedores”.
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La prenda es un derecho real de garantía que recae sobre bienes muebles, y no es necesario que los acreedores
constituyan con su deudor una prenda para después ejecutar ese bien. Además, no sólo los bienes muebles están
afectados al cumplimiento de las obligaciones, también los inmuebles lo están.
Art. 242: “Todos los bienes del deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones y constituyen la garantía
común de sus acreedores, con excepción de aquellos que este Código o leyes especiales declaran inembargables o
inejecutables. Los patrimonios especiales autorizados por la ley sólo tienen por garantía los bienes que los integran”
Art. 743: “Los bienes presentes y futuros del deudor constituyen la garantía común de sus acreedores. El acreedor puede
exigir la venta judicial de los bienes del deudor, pero sólo en la medida necesaria para satisfacer su crédito. Todos los
acreedores pueden ejecutar estos bienes en posición igualitaria, excepto que exista una causa legal de preferencia”.
Bienes inembargables:
Como excepción al principio del patrimonio como “prenda común”, el ordenamiento jurídico ha excluido, por razones de
interés social, a algunos bienes que, como tales, son inembargables.
La determinación de la inembargabilidad de un bien siempre debe realizarla la ley. Las partes no pueden
voluntariamente excluir un bien de su garantía.
Art. 744 : Bienes excluidos de la garantía común:
las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o conviviente, y de sus hijos;
los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la profesión, arte u oficio del deudor;
los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame su precio de venta, construcción o reparación;
los bienes afectados a cualquier religión reconocida por el Estado;
los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las servidumbres prediales, que sólo pueden ejecutarse en los
términos de los artículos 2144, 2157 y 2178;
las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño material derivado de lesiones a su
integridad psicofísica;
la indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al conviviente y a los hijos con derecho alimentario, en
caso de homicidio;
los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes.
En el caso de los apartados a y b, se trata de conceptos variables que evolucionan conforme a los criterios sociales
imperantes, los hábitos y costumbres que se instalan y los avances tecnológicos. Elementos que en un determinado
momento pueden considerarse de lujo, luego son entendidos como necesarios o no suntuarios en función de su
divulgación.
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LA TUTELA DEL DERECHO DE CREDITO:
La tutela son todas las acciones legales, otorgadas al acreedor, para procurarse el cobro de la obligación asumida por el
deudor, yendo contra el patrimonio de este último. La tutela puede ser:
Satisfactiva: ejecución específica de la obligación por el deudor o por un tercero a su costa.
Conservatoria: destinada a proteger o asegurar que el deudor pueda cobrar.
Resarcitoria: destinada a que el acreedor pueda reclamar los perjuicios que el incumplimiento del deudor, en sus
diversas formas, pueda generarle.
Resolutoria: que le permite al acreedor disolver el vínculo contractual, ante el incumplimiento del deudor,
reclamando los daños.
Los medios de tutela del derecho de crédito pueden ser extrajudiciales o judiciales. Los puede utilizar el acreedor frente
a un cumplimiento parcial, defectuoso o tardío e incumplimiento liso y llano de la obligación, para lograr el
cumplimiento forzado de la misma o en su defecto el pago por equivalente.
Cuando la garantía que se realiza a favor del acreedor, es un nuevo crédito, pero contra un tercero, que
coloca todo su patrimonio a merced del cumplimiento de la obligación del deudor principal:
- Fianza: se da cuando una de las partes se hubiese obligado accesoriamente por un tercero, y el acreedor
de ese tercero aceptase su obligación accesoria.
Al contrato de fianza lo celebran el fiador, y el acreedor, el deudor principal es un tercero en este
contrato, no es parte del mismo. Y el fiador, que se obliga a favor del acreedor, lo hace con todo su
patrimonio y no con un bien en especial. Por otro lado, la fianza tiene las características de ser accesoria y
subsidiaria. El fiador, goza de los beneficios de excusión y de división.
A través de la fianza, el fiador, ingresa con este nuevo crédito a afianzar, asegurar, reforzar o fortalecer el
crédito del deudor principal, adiciona, así su patrimonio para que junto al del deudor principal sean
prenda común del acreedor.
- Aval: en la cual en donde una persona, por su sola voluntad, garantiza o refuerza el cumplimiento de una
obligación, mediante una obligación a su cargo, en los títulos de crédito, y se obliga de manera
independiente respecto a los demás obligados cambiarios. La obligación del avalista es independiente de
la obligación del avalado.
Cuando la garantía que se realiza a favor del acreedor, es un nuevo crédito subsidiario, contra el mismo
deudor. Se agrega al mismo una nueva prestación. En este tipo de garantía, encontramos la cláusula penal.
Garantías reales: Son aquellas garantías, que consisten en colocar una cosa, como seguro de que se llevará a
cabo el cumplimiento de la obligación del deudor. Están reguladas en los distintos Códigos del ordenamiento
jurídico, y permiten la satisfacción de la obligación, a través de ubicar específicamente el bien a disposición
del acreedor en una obligación en particular. Las garantías reales más importantes son:
- Hipoteca: es aquella que se otorga sobre un bien inmueble. Tiene como característica fundamental, que
requiere su inscripción en el registro de la Propiedad Inmueble para su oponibilidad frente a terceros.
- Prenda: es aquella que se otorga sobre un bien mueble, del deudor o bien de un tercero, para lograr de este
modo asegurar el cumplimiento de la obligación del deudor.
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C. MEDIDAS CAUTELARES JUDICIALES: Son aquellas medidas que deben ser solicitadas por el acreedor al Poder
Judicial, para asegurar el cobro de su crédito.
Pueden ser solicitadas al Juez antes de iniciarse o presentarse la demanda de cobro de la obligación,
simultáneamente cuando se ejerce esa demanda, o con posterioridad a este momento durante cualquier
momento del juicio.
El acreedor para pedir una medida cautelar debe cumplir con los siguientes recaudos:
Debe tener un derecho de crédito verosímil (verosimilitud del derecho).
Debe existir un peligro en la demora de no adoptar la medida que razonablemente pueda poner en riesgo el
derecho que se pretende resguardar.
Finalmente el acreedor, como todavía no ha obtenido una sentencia que le reconoce su derecho a cobrar la
obligación, debe ofrecer una garantía, llamada “contracautela”, que tiene por objeto cubrir los eventuales
daños que pudiese sufrir el deudor por la medida cautelar judicial que aquel pide, para el supuesto de que el
reclamo del acreedor sea rechazado por el Juez, en su sentencia.
Clases de medidas cautelares:
EMBARGO: medida cautelar, decretada judicialmente para asegurar de antemano el resultado de un proceso judicial y
que consiste en la indisponibilidad relativa de determinados bienes.
El efecto principal del embargo judicial es afectar un bien del patrimonio del deudor al cumplimiento forzado de una
obligación.
Los embargos tienen un plazo de caducidad. El acreedor debe reinscribir el embargo antes de su vencimiento o
caducidad, para mantener vigente la medida cautelar.
Los requisitos:
- Objeto: bienes o cosas del patrimonio del deudor sobre la cual se recae la medida.
- Crédito y monto: Esta medida garantiza un crédito, y se debe determinar el monto por el cual se pide el embargo.
- Crédito y monto: Esta medida garantiza un crédito, y se debe determinar el monto por el cual se pide el embargo.
- Peligro en la demora: necesidad de acreditar la existencia de riesgo de que se frustre el crédito ante una eventual
insolvencia del deudor.
- Contracautela: es la que debe dar el acreedor (fianza o garantía real) para que el juez ordene la medida, para
asegurar los perjuicios que la misma puede generar al deudor.
Las clases:
Preventivos: son los que solicita el acreedor antes de iniciar la demanda de cumplimiento, o antes de ser dictada la
sentencia. Requieren siempre contracautela.
Ejecutivos: son aquellos que el Juez despacho frente a demandas que el acreedor inicia para el cobro de títulos
ejecutivos (cheques, pagarés, etc.), que, en principio no necesitan contracautela, porque el derecho de crédito
consta in continente en el documento que se ejecuta.
Ejecutorios: son aquellos que el Juez despacha luego de que ha quedado firme y consentida la sentencia dictada en
el juicio iniciado por el acreedor para cobrar su obligación.
INHIBICIÓN: es una medida precautoria de carácter general que afecta todos los bienes inmuebles o registrables
(automotores) del deudor, impidiéndole enajenarlos o gravarlos. Se anota en el Registro General de la Propiedad o en
el Registro Nacional de Propiedad del Automotor.
ANOTACIÓN DE LITIS: es una medida cautelar que recae sobre inmuebles o muebles registrables del deudor, que no
tienen por efecto producir la indisponibilidad del bien. Se materializa a través de una anotación en el Registro de
Propiedades de la existencia de un litigio sobre el bien del deudor, con lo cual los terceros quedan advertidos de que
un tercero pretende tener derechos sobre ese bien. Esta medida impide que los terceros puedan invocar buena fe a
partir de la referida anotación.
DERECHO DE RETENCION:
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2. MEDIOS COMPULSIVOS DE COBRO O PAGO:
A. DESALOJO: es la acción judicial que tiene un acreedor de una obligación de restituir una cosa mueble no fungible o
inmueble, para recuperarla judicialmente de su deudor mediante un trámite sumario (ej. desalojo por falta de pago
de alquileres, o vencimiento del plazo locativo).
B. DESAPODERAMIENTO: Es el efecto que produce la declaración de quiebra de un deudor, mediante el cual se priva al
mismo de la disposición, administración y conservación de sus bienes, en resguardo de los intereses de la masa de
acreedores. Decretado judicialmente el desapoderamiento, el síndico (funcionario de la quiebra) debe hacer
inventario de todos los bienes y del deudor, y adoptar las medidas necesarias para lograr su custodia hasta la
liquidación judicial.
C. CONDENACIONES CONMINATORIAS: Consisten en una condena pecuniaria fijada por el juez a razón de tanto por
día (o por otro período de tiempo), en razón de un retardo en el cumplimiento de la obligación de dar, hacer o no
hacer impuesta por una resolución judicial. Se establecen en beneficio del acreedor.
Están reguladas en el Art. 804: “Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del derecho, condenaciones
conminatorias de carácter pecuniario a quienes no cumplen deberes jurídicos impuestos en una resolución judicial.
Las condenas se deben graduar en proporción al caudal económico de quien debe satisfacerlas y pueden ser dejadas
sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente su proceder.
La observancia de los mandatos judiciales impartidos a las autoridades públicas se rige por las normas propias del
derecho administrativo.”.
D. PAGO POR CONSIGNACIÓN: medio compulsivo de pago (remisión modo de extinción de las obligaciones). Es la
acción que tiene el deudor de poder pagar coactivamente cuando su acreedor se resiste o niega a cobrar. La
consignación puede ser judicial o extrajudicial.
E. EJECUCION FORZADA DE BIENES: Dicha ejecución puede ser ejercida individualmente por cada acreedor, vía
judicial, previo embargo, y posterior subasta y venta de la cosa cautelada, a fin de obtener la satisfacción de su
derecho de crédito ejecución individual.
También puede consistir en una ejecución colectiva, cuando el acreedor después de agotar todos los medios a su
alcance, y acreditando el estado de cesación de pagos de su deudor, solicite, también por vía judicial, la quiebra de
aquel, a donde todos los acreedores concurrirán a fin de que, previa verificación de sus créditos, logren la
satisfacción de sus acreencias, ya sea por la vía de un acuerdo resolutorio con el fallido o a través de la liquidación
de los bienes de este último.
F. CUMPLIMIENTO POR TERCERO: En caso de quiebra declarada por sentencia judicial, el deudor queda
desapoderado de sus bienes, perdiendo sus facultades de administración y disposición. Se designa un funcionario
judicial de la quiebra, llamado síndico que tendrá a su cargo la gestión patrimonial de los bienes del deudor,
tendiente a liquidarlos para luego pagar los créditos de los acreedores teniendo en cuenta el orden de prelación de
los créditos (con privilegio especial, general y quirografario).
G. ACCION DIRECTA: Son utilizados por el acreedor para exigir la ejecución forzada de la obligación directamente
sobre los bienes del deudor, cuando este no cumple voluntaria o espontáneamente con su prestación.
2. ACCIÓN REVOCATORIA O PAULIANA: Esta acción puede deducirse en el supuesto de que el deudor insolvente, o que
esta por caer en esta última situación, enajene, gravé (hipoteca o prenda) o disminuya sus bienes, sustrayéndolo de
la ejecución de sus acreedores.
Todo acreedor quirografario puede demandar la revocación de los actos celebrados por el deudor en fraude o
perjuicio de sus derechos. Es una acción personal e individual.
Se funda en el principio de la buena fe. En nuestro derecho el alcance de la acción está dado por el importe del
crédito del acreedor que la gestiona, y su triunfo sólo beneficia al acreedor que la ejerció.
Requisitos generales:
Insolvencia del deudor.
Perjuicio a los acreedores.
Fecha del crédito del accionante anterior al acto cuya revocación se demanda.
3. ACCIÓN SUBROGATORIA: El deudor de una persona puede ser acreedor de otra, a quien no le exige el cumplimiento
de su obligación, sea por negligencia u omisión (inactividad), e incluso para que sus acreedores no accionen contra
esos bienes que pudiesen ingresar a su patrimonio.
Es un remedio o acción que la ley confiere a los acreedores de ese deudor remiso o renuente en cobrar, el derecho
de subrogarse (que significa reemplazar) en su persona, es decir de reemplazarle o sustituirle en los derechos que ese
deudor tenga contra terceros. y ejercer en nombre de tal deudor sus derechos.
El fin de esta acción es integratoria, o sea persiguen incorporar al patrimonio del deudor los bienes que a este último
le deben otros, y sobre los que luego los acreedores podrán cobrarse, previo embargo o cautelar que hagan de los
mismos.
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El acreedor no goza de preferencia alguna sobre los bienes obtenidos por ese medio.
El deudor debe ser citado para que tome intervención en el juicio respectivo.
Están excluidos de la acción subrogatoria:
los derechos y acciones que, por su naturaleza o por disposición de la ley, sólo pueden ser ejercidos por su
titular;
los derechos y acciones sustraídos de la garantía colectiva de los acreedores;
las meras facultades, excepto que de su ejercicio pueda resultar una mejora en la situación patrimonial del
deudor.
Esta acción, al igual que la de simulación beneficia a todos los acreedores porque incrementa la garantía colectiva del
deudor.
4. ACCIÓN DE SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS: Es aquella que confiere al acreedor del causante de una sucesión para
evitar la confusión del patrimonio de su deudor con el del heredero Por eso decimos que también es una medida de
conservación.
¿Quiénes pueden intentarla? Los acreedores de una persona fallecida y a los legatarios.
¿Contra quienes se concede? Contra los acreedores de los herederos.
¿Que pueden peticionar? La formación de un inventario y separación o deslinde de los bienes de la herencia de los
bienes de los herederos.
Finalidad: Preservar el patrimonio del causante a los efectos de que sus acreedores puedan cobrar sus créditos de los
bienes que integran el acervo hereditario, evitando que se confunda con el patrimonio del causante con el del
heredero insolvente.
Regulación en el CCCN: Art. 2359: establece que los acreedores del causante, lo acreedores por cargas de la masa y
los legatarios, pueden oponerse a la entrega de los bienes a los herederos hasta el pago de sus créditos o legados.
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