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Resumen Informe de investigación.

Leer en la universidad: Enseñar y


aprender una cultura nueva

Muchas has sido las investigaciones que se han realizado sobre la comprensión lectora
y el por qué los resultados están bajo el promedio esperado. La investigación que se expone
adelante es en relación a la comprensión lectora de los jóvenes que ingresan a la universidad.
Se realizó basándose en la observación de clases, analizar los programas de estudio y su
bibliografía recomendada, entrevistas a alumnos y docentes del Ciclo Básico Común, que es el
primer año universitario que cursan todos los alumnos ingresantes de la Universidad de Buenos
Aires (este año se considera el año 0), y a alumnos del primer año de carreras humanísticas de
la Universidad de Buenos Aires. El objetivo de la investigación es conocer la perspectiva de los
alumnos cuando leen, cuáles son sus acciones cognitivas sobre los textos, qué hacen y por qué;
y también conocer la perspectiva de los docentes, por lo que aquí se analizarán tres entrevistas
a alumnos y a tres profesores.

“Los alumnos no leen” … ¿o acaso leen, pero no como esperan los docentes?

Para realizar el primer contacto con una reconocida profesora se hizo por medio de una
llamada telefónica en la que se le pidió que diera su opinión sobre qué hacen los alumnos
ingresantes cuando leen. A lo que ella respondió que los alumnos no hacen nada de nada cuando
leen, no leen.

Tal parece que esta es la primera impresión que dan los alumnos cuando leen, sin
embargo, los docentes esperan que los alumnos realicen las cosas como deberían ser y no como
realmente son en el momento de realizar una lectura su comprensión. En esta investigación se
intenta mostrar que los alumnos sí leen, pero de la forma que saben, la forma en como fueron
enseñados a realizarla. Por lo tanto, si se quiere que los alumnos lean de determinada forma hay
que enseñarlos, sería la enseñanza de una práctica lectora.

La lectura en el nivel universitario tiene las siguientes características: exigencias y


conocimiento, es diferente a otro nivel, es difícil de apropiarse del nuevo conocimiento.

Un cambio cultural

La lectura no es una técnica o una habilidad, más bien, es una práctica social que se
realiza en una comunidad textual, que dependerá de la situación, el momento, los objetivos y el
contenido de la misma; por lo tanto y para este caso, es una cultura académica que tiene reglas
que se deben cumplir como: un lenguaje compartido, una forma de acceder al conocimiento,
procedimientos para realizarlos, ciertos valores y otros más, que favorecen la construcción del
nuevo cocimiento y sus modos para acceder a ellos.

El docente universitario espera que cuando los alumnos lean lo hagan de un modo
específico donde los alumnos extraigan los conceptos según el plan de estudios y se centren en
estas ideas, en el caso de las ciencias sociales y sus teorías se espera que el alumno tome la
postura del autor y pueda hacer comparaciones y relaciones entre ellas y, por último, que sean
críticos con lo que leen. Esto es lo que se espera de los alumnos de nuevo ingreso en la
universidad, pero los docentes no explican detalladamente que es lo que esperan al realizar la
lectura.

Entonces, el alumno proviene de una cultura diferente a la que los docentes esperan,
donde tenían prácticas diferentes de lectura, y muchas actividades las realizaban de forma
mecanizada sin una orientación por parte del docente con poca o nula comprensión de lo que
lee. Asimismo, los textos pueden ser un tanto difíciles ya que son muy diferentes a los del nivel
medio y muchos de los autores son totalmente desconocidos, sin pasar por alto que la
información que se busca no siempre se muestra explícitamente y se tienen que hacer una serie
de deducciones, inferencias e interpretaciones para extraer la información que podría no estar
completa en el texto.

Leer en función de un programa

Cada cátedra tiene un programa que muestra las pautas de cómo se debe abordar, la
bibliografía a utilizar y los aprendizajes esperados. Algunos docentes no dicen nada más que lo
que dice el programa, otros proporcionar algún tipo de orientación sobre como hacer este
abordaje. Los docentes saben que es difícil, pero en ocasiones dan por hecho que los alumnos
conocen el procedimiento para hacer el abordaje.

Hay algunos alumnos que después de varios intentos empiezan a caer en la cuenta de lo
que los docentes esperan de ellos al realizar una lectura, de la importancia de comprender el
texto, de lo que la lectura le provee y que todo esto les ayudará a mantenerse en la escuela. Este
conocimiento que el alumno ha adquirido lo construyó gracias a la práctica.

Lo que el docente dice en clase y lo que muestra el texto puede no completarse para
llegar a la unidad que espera el programa de estudios por medio del aprendizaje esperado. Aquí
es donde se exige al alumno una gran actividad cognitiva para integrar la información que
proviene del texto y del profesor. Acá aparece otro problema y es que el docente puede pensar
que el alumno integra la información en una sola empero muchas veces puede no vincular y
establecer la conexión entre estos dos.

¿Un problema de madurez o de enseñanza?

Cuando el alumno ingresa a la universidad se tiene la costumbre de pensar que ellos son
adultos, independientes y que son capaces de resolver sus problemas en su nueva cultura
académica. De acuerdo a las entrevistas realizadas en el estudio de investigación algunos
docentes mencionan que únicamente indican la bibliografía que se tiene que leer durante el curso
al inicio de él, pero conforme se desarrolla el curso ellos dan por entendido que el alumno ya
sabe qué es lo que tiene que leer, que ellos son capaces de decidir y autorregular la forma de
apropiarse de ese conocimiento. Cuando un alumno pregunta sobre su procedimiento los
docentes lo toman como dependencia e inmadurez.

Los docentes reconocen que el alumno es incapaz de seleccionar las ideas principales,
jerarquizar las ideas que se desprenden de la lectura, pero tampoco se les guía bajo el supuesto
que son adultos y autónomos.

Hay que recordar que el alumno viene mecanizado para la resolución de actividades o
problemáticas académicas, esa es su cultura de dependencia académica; sin embargo, cuando
ingresa a la universidad – una nueva cultura – donde el docente le da la total libertad para adquirir
los conocimientos que el programa marca y aprender solo, el alumno no puede integrarse a esta
nueva cultura y tomar su rol como alumno universitario porque es inexperto en la nueva cultura.

El aporte del docente: un faro imprescindible

En las entrevistas realizadas los alumnos mencionan que valoran la información que el
docente indica, en la clase se pueden decir tantas cosas y en la lectura pueden haber ideas
importantes y otras tantas de relleno, pero cuando el docente dice “ojo, esto es importante” o
“esto es pregunta de examen” es ahí donde ellos valoran la importancia de esas ideas, se centran
en ellas y valoran la orientación que les da el docente cuando pueden encontrase perdidos en el
mundo de las letras. El docente aparece como una bombilla que alumbra el camino correcto para
desechar lo innecesario y afianzarse de lo importante.

Conclusión

Es muy frecuente encontrar quejas por parte del personal académico de la universidad
de que sus alumnos no leen, no comprenden lo que leen, no adquieren el conocimiento que
debería estar a través de la lectura. En el desarrollo de esta investigación se ha demostrado que
los alumnos sí leen, pero no de la forma que los maestros esperan, el docente no alcanza a
comprender que vienen de una cultura diferente donde el objetivo de la lectura no era analizar y
comprender, sólo era una forma mecanizada de encontrar respuestas a preguntas ya
estipuladas, si los alumnos desean continuar en la universidad, requieren cambiar esta
metodología y la guía del docente para ser parte de la nueva cultura académica.

La propuesta de la investigación es cambiar la perspectiva del problema y entender que


el alumno no es el único responsable del problema y, que tanto, las instituciones como los
docentes forman parte de la cultura académica, por lo tanto, el problema es de todos y entre
todos habrán de proponer técnicas y una metodología o varias para que cada vez que el alumno
lea pueda adquirir esos conocimientos tan necesarios para su desarrollo académico.

Referencias bibliográficas
Estienne, V. & Carlino, P. (2004). Leer en la universidad: Enseñar y aprender una cultura
nueva. UNI-PLURI/VERSIDAD, Vol. 4 No. 3, Versión digital.

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