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¿Dolor al tocar el piano?

No es nada agradable que te den dolores de espalda y o acumular tensión en


las manos mientras tocas el piano. Si mantienes la postura adecuada y
realizas unos cuantos ejercicios de relajación, la práctica de piano dejará de
ser una tortura.

por Jonas Gößling


Tocar el piano no debería nunca suponer algo molesto o incómodo, ni mucho
menos causar dolor. Con la postura correcta, la actividad de tocar el piano puede
incluso contribuir a una relajación activa. Por esta razón, y especialmente siendo
principiante, es importante procurar mantener una posición correcta desde el inicio
del aprendizaje, así como practicar ejercicios de calentamiento y relajación para
aliviar la tensión del cuerpo.
También son interesantes estos ejercicios de relajación para pianistas avanzados,
especialmente a la hora de tocar piezas rápidas o complicadas en las que las
manos se agarrotan a causa de la alta concentración y que, a su vez, puede
derivar en dolor de muñecas y otras articulaciones. Tampoco hay que pasar por
alto uno de los problemas más comunes, la tendinitis, que suele aparecer con
facilidad en los pianistas principiantes. Estos deberían no querer demasiado al
principio e ir alternando la práctica con descansos periódicos. Antes de que te
sientes al piano, queremos recomendarte una serie de ejercicios de calentamiento
y relajación concretos para mantener el dolor a raya y no eche a perder tu
experiencia con el piano.

Ejercicios de calentamiento y relajación


Como cualquier buen deportista, conviene realizar un breve calentamiento antes de
tocar el piano para que los músculos que vamos a utilizar se activen y estén más
ágiles. Esto no quiere decir que vayamos a tocar con mayor facilidad, sino que así
evitaremos posibles dolores o lesiones. Naturalmente, estos ejercicios nos
prevendrán de cualquier clase de rigidez o agarrotamiento, y liberarán la tensión de
nuestras extremidades durante la práctica del piano.
5 breves ejercicios de calentamiento y relajación para pianistas
y principiantes del piano
• Cuello y hombros: Adopta una posición erguida, permite que los brazos
se puedan balancear con naturalidad y eleva los hombros a la altura de
tus orejas. Después, déjalos sueltos para que caigan. Realiza
movimientos circulares con los hombros, hacia adelante y hacia atrás.
Después deja que tu barbilla caiga lentamente sobre tu pecho, estira la
nuca y balancea la cabeza adelante y atrás. Repite todo el ejercicio varias
veces hasta que notes tu cuello y tus hombros más sueltos.
• Brazos: Cruza las manos y estira los brazos por encima de la cabeza
para que estos se suelten. Intenta mentalmente alcanzar el techo con los
brazos. Estira tu cuerpo hacia arriba hasta mantenerte sobre las puntas
de los dedos de los pies. Repite este ejercicio varias veces.
• Muñecas: Estira ambos brazos hacia adelante y enrosca tus manos
formando un puño. Haz círculos con las muñecas en el sentido de las
agujas del reloj y después en sentido contrario. Tras un par de
repeticiones, abre los puños y sacude tus manos con energía.
• Dedos: Frota tus manos enérgicamente la una con la otra para que se
calienten. Entonces estira los brazos hacia adelante y haz rápidos
movimientos de abrir y cerrar las manos, como si fueses a agarrar algo,
unas 10 veces. Es importante cerrar el puño completamente y después
abrir los dedos tanto como puedas para que se estiren lo más posible.
• Resto del cuerpo: Mantén una posición recta y toma aire profundamente.
Inclínate hacia adelante para tocar tus dedos de los pies con la punta de
los dedos de tu mano (no te preocupes, flexionar las rodillas está
permitido). Expulsa el aire mientras te agachas hacia adelante y deja tu
cuerpo suelto, como si tu tronco estuviese colgando. Cuando vuelvas a tu
posición original, estírate y toma aire de nuevo.
Después de estos cortos pero efectivos ejercicios de calentamiento debes respirar
hondo y sentarte al piano.
Postura correcta al piano
Una posición correcta al piano es la base de una práctica libre de dolor. Solo
cuando te sientas al piano suelto y relajado, puedes tocar durante largos periodos
de tiempo sin ningún percance. También es muy importante escoger el taburete
adecuado. Debe ser cómodo y regulable para que puedas elejir la altura adecuada
para tu fisonomía. En caso contrario, lo más probable es que pronto aparezcan
dolores en la espalda y el cuello a causa de estar, por ejemplo, sentado muy
hundido y que tengas que subir los hombros y brazos más de lo normal para llegar
a las teclas.

En resumidas cuentas, lo importante es que tengas una postura erguida y


relajada cuando estés sentado ante el piano:
• El taburete debe colocarse en el medio del piano de manera que, una vez
sentado, estés justo enfrente del do central (en un piano de 88 teclas es el
cuarto do contando desde la izquierda)
• Las piernas y brazos deben permanecer formando un ángulo recto
• Los pies se colocan en el suelo de forma paralela al otro
• La espalda permanece recta, y los hombros y brazos cuelgan del tronco
sueltos y relajados

Para que no olvides la posición correcta al tocar el piano tan fácilmente, puedes
imaginar que estás manteniendo un libro en equilibrio sobre tu cabeza. La altura
del taburete será la correcta cuando los dedos estén relajados sobre las teclas y
tus antebrazos se encuentren en una posición paralela al suelo. Los dedos y las
palmas de las manos están ligeramente arqueados, como si tuvieses una pequeña
pelota en cada mano. Las manos y los dedos permanecen relajados en esa
posición. Habrás dado con la distancia adecuada cuando tus brazos están en
ángulo recto y los dedos alcanzan fácilmente las teclas.
Puedes encontrar más consejos sobre una adecuada posición de asiento y de
digitación en el artículo "Los cinco errores más comunes al tocar el piano".
Si sigues los ejercicios de relajación descritos y los consejos sobre una postura
correcta al pie de la letra, tu cuerpo dejará de estar rígido y podrás disfrutar más de
la práctica.

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