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INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA UNNOBA

UNIDAD 4
ORGANIZACIÓN CELULAR
NÚCLEO

Funciones. Organización.

I. ENVOLTURA NUCLEAR
Función. Evolución.
Transporte de moléculas hacia y desde el núcleo. Poros nucleares. Desplazamiento de
las proteínas y de los ARN.
Lámina nuclear, constitución, función.

II. CROMATINA Y CROMOSOMAS


Eucromatina y heterocromatina.
Cromosomas homólogos. Cromosomas sexuales. Autosomas. Células diploides y
haploides.
Definición de gen. ADN eucariótico, genes y secuencias no codificantes.
ADN de secuencia única, moderadamente repetitivo y altamente repetitivo.
Niveles de organización de la cromatina: nucleosoma, fibra nucleosómica,
nucleofilamento o fibra cromatínica de 11 nm, fibra cromatínica de 30 nm, dominios
en bucle, grados de compactación y actividad genética.

III. NUCLEOLO
Regiones de organizadores nucleolares (NORs).
Genes para ARNr, transcripción y procesamiento para generar las subunidades
ribosómicas
Tipos de nucleolos y sus regiones.
Tinción de las proteínas Ag-NORs con plata.
Ciclo del nucleolo.

Material elaborado por Prof. Estela Pedrazzini y Graciela Zanassi, según la siguiente
Bibliografía:

• Alberts, B., A. Johnson, J. Lewis, M. Raff, K. Roberts & P. Walter, Biología Molecular de
la Célula, 4ª Edición (traducido de la 4ª edición inglesa, 2002), Ediciones Omega S.A.,
Barcelona, 2004.
• Becker, W; L Kleinsmith y J Hardin: El Mundo de la Célula, 6ª edición (traducido de la 6ª
edición inglesa, 2006), Pearson Educación, Madrid, 2007.
• Raven, P.H., Johnson, G.B.: Biology, 6th Ed., Mc Graw Hill Science Engineering, St Louis,
2001.
• Lodish, H., A. Berk, S.L. Zipursky, P. Matsudaira, D. Baltimore, J. Darnell: Biología Celular
y Molecular, 4ª edición (traducido de la 4ª edición inglesa, 2000), Editorial Médica
Panamericana, España, 2002.
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Núcleo

UNIDAD 4: ORGANIZACIÓN CELULAR

NÚCLEO
El ADN de una célula eucariota se halla confinado en la cromatina del núcleo, el que ocupa alrededor
del 10% del volumen celular. La mayor parte de las células tienen un solo núcleo, aunque existen excepciones.
Tiene forma esférica u oval, con un diámetro promedio de 5 µm. Generalmente dentro del núcleo se encuentra
un único nucleolo, muy denso por su alto contenido de ARN y subunidades inmaduras de ribosomas. El núcleo
está delimitado por una envoltura nuclear o carioteca que consta de dos membranas concéntricas, perforadas
a intervalos por poros nucleares, a través de los cuales se produce el transporte activo de determinadas
moléculas entre el núcleo y el citoplasma.

ENVOLTURA NUCLEAR
A pesar de que ambas membranas son continuas, las dos presentan distinta composición proteica; son
funcional y bioquímicamente muy diferentes. La carioteca está conectada directamente con la membrana del
RE y se mantiene por dos redes de filamentos intermedios que le dan soporte mecánico.
En el lado interior del núcleo se organizan los filamentos de laminina constituyendo la lámina nuclear,
adosada a la membrana nuclear interna que contiene proteínas específicas para su unión a la lámina.
Externamente a la membrana nuclear hay otro enrejado de filamentos intermedios, más laxamente dispuestos
rodeando la membrana nuclear externa; ésta se parece totalmente a la membrana del RE pues está tapizada
por ribosomas participantes en la síntesis de proteínas que son transportadas al espacio entre ambas
membranas, el espacio perinuclear, el cual a su vez es continuo con la luz del RE.
En la evolución tuvo que crearse un compartimiento separado para aislar al ADN de la actividad
citoplasmática; las enzimas nucleares y citosólicas permanecen separadas y actúan en los respectivos
compartimientos, lo que es crucial para el correcto funcionamiento de la célula eucariótica.
Otra característica diferencial de las células eucarióticas es la existencia de un procesamiento del ARN
después de la transcripción y la separación neta entre los procesos de transcripción y traducción que crea el
paso evolutivo de la aparición de la membrana nuclear.

Transporte de moléculas hacia y desde el núcleo


Existe un tráfico bidireccional continuo entre el citosol y el núcleo. Hay
gran cantidad de proteínas que se sintetizan en el citosol y actúan en el
núcleo, como histonas, ADN y ARN polimerasas, proteínas del procesamiento
del ARN, proteínas nucleolares y ribosómicas, proteínas reguladoras de los
genes. Todas ellas son importadas de forma selectiva hacia el compartimiento
nuclear. Al mismo tiempo, los ARN son sintetizados en el compartimiento
nuclear y luego son exportados al citosol mediante un transporte selectivo; los
ARN sólo son exportados si han sido procesados correctamente por corte de
intrones y empalme de exones. En algunos casos el proceso de transporte es
complejo, como por ej. las proteínas ribosómicas sintetizadas en el citosol son
importadas al núcleo donde se ensamblan en el nucleolo con ARNr recién
fabricados, formando las subunidades ribosómicas que son exportadas de
nuevo al citosol.

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Poros nucleares, complejo del poro


El transporte altamente selectivo entre núcleo y citosol a través de la envoltura nuclear ocurre a través
de los poros nucleares. Cada poro está constituido por una gran estructura discoidal de unos 50 nm de
diámetro, denominada complejo del poro nuclear, compuesta de más de 50 proteínas diferentes,
nucleoporinas, ordenadas con una simetría octogonal.

En una sección transversal el complejo del poro aparece constituido por 3 partes: 1) un componente en
forma de columna que forma el grueso de la pared del poro, 2) un componente anular que extiende “radios”
hacia el centro del poro y 3) un componente luminal, formado por una gran glucoproteína transmembrana que
participaría en el anclaje del complejo a la membrana nuclear. Además, hay fibrillas que sobresalen desde
ambas caras; en la cara nuclear las fibrillas convergen formando estructuras en forma de jaula.
En general, cuanto más activa sea la transcripción, mayor será el número de complejos de poro
presentes. La envoltura nuclear de una célula típica de mamífero contiene entre 3000 y 4000 complejos de
poro. Cada complejo de poro presenta uno o más canales acuosos abiertos de unos 9 nm de diámetro y 15 nm
de largo a través de los cuales las moléculas pequeñas, de PM 5.000 o menos, difunden pasivamente, pero las
proteínas y los ARN necesitan proteínas receptoras localizadas en los complejos de poro y luego son
transportados activamente.
La envoltura nuclear permite que el compartimiento nuclear y el citosólico mantengan diferentes
conjuntos de proteínas. Las proteínas que han de ser importadas al núcleo, proteínas nucleares, tienen señales
de localización nuclear. Pueden estar situadas en cualquier lugar de la secuencia de aminoácidos y
generalmente consisten en una corta secuencia de aminoácidos, de 4 a 8, que es diferente en las distintas
proteínas, pero que es rica en lisina y arginina y suele tener prolina. En muchas proteínas nucleares esta
secuencia está partida en dos bloques separados por aproximadamente 10 aminoácidos. Se cree que las
señales forman bucles en la superficie de las proteínas. Muchas proteínas nucleares presentan más de una
señal de localización nuclear.
El mecanismo de transporte de macromoléculas a través de los poros nucleares es fundamentalmente
distinto a los mecanismos de transporte implicados en la transferencia de proteínas a través de otras
membranas. La principal diferencia es que el transporte nuclear no tiene lugar a través de un transportador
proteico que atraviesa la bicapa lipídica sino a través de un poro acuoso regulado.
Además, las proteínas nucleares mantienen su conformación plegada durante su transporte. Es
interesante que las señales de localización nuclear no son eliminadas después del transporte hacia el núcleo; y
esto sería así porque las proteínas nucleares han de ser importadas al núcleo varias veces, después de cada
división celular.
El transporte de proteínas nucleares encargadas de la regulación génica puede ser controlado evitando
su acceso a la maquinaria transportadora, de modo de mantenerlas fuera del compartimiento nuclear hasta que
sean necesarias. Puede ser que se fosforile la señal, o se enmascare, o se una a proteínas citosólicas
inhibidoras y se libere cuando la célula recibe el estímulo apropiado.

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La interacción inicial de una proteína nuclear con el complejo del poro requiere que una o más
proteínas citosólicas, los
receptores de importación
nuclear, colaboren
uniéndose a las señales de
localización nuclear,
dirigiendo a la proteína
nuclear hacia el complejo,
donde parece que ayudan
las fibrillas que se proyectan
a partir del anillo. Entonces,
la proteína nuclear se
desplaza hacia el centro del
complejo y es activamente transportada mediante un proceso que requiere la hidrólisis de GTP de una proteína
monomérica Ran GTPasa, que se halla en el citosol y en el núcleo. Esto provoca la dilatación del poro y permite
el pasaje solo de la proteína apropiada.
La salida de las subunidades ribosómicas fabricadas en el nucleolo y que se transportan ensambladas,
de los ARNt y de los ARNm a través de los poros nucleares también depende de un sistema de transporte
activo mediado por señales de exportación nuclear. Hay receptores de exportación nuclear que reconocen
las señales de exportación y se unen a las nucleoporinas para guiar la descarga a través de los poros hacia el
citosol; también con la intervención de la Ran GTPasa direccionando el transporte.

En el caso de las moléculas de ARNm, la señal es una modificación característica, la estructura de


caperuza (cap) en el extremo 5’ mediante la adición de un nucleótido G metilado [CH3−Gppp], que impide su
degradación y lo une a la maquinaria de transcripción y maduración, la cual sólo libera al ARN cuando ha
completado su procesamiento. Una vez maduro el ARNm se une a proteínas de exportación nuclear.
Los ARNt y ARNr, que no tienen la estructura en caperuza, primero han de ensamblarse con proteínas
y son exportados como parte de esos complejos; posiblemente las subunidades proteicas tengan las señales de
exportación nuclear, cuya naturaleza es aún desconocida, y se activen tras el ensamblaje correcto con los ARN.

Lámina nuclear
La lámina nuclear es una red de filamentos intermedios constituidos por la proteína fibrosa laminina,
que funciona como esqueleto del núcleo. Da forma y estabilidad a la envoltura nuclear, a la cual está anclada, y
proporciona una unión estructural entre ella y el ADN ya que interacciona directamente con la cromatina.
Cuando el núcleo se desorganiza durante la mitosis, la lámina nuclear se despolimeriza, al menos
parcialmente, por fosforilación y los poros nucleares se desorganizan en sus diversos componentes. Al mismo
tiempo, la membrana nuclear se desarma en vesículas membranosas que van adheridas a las lamininas
fosforiladas.
En la telofase temprana se produce la defosforilación de las lamininas y se repolimerizan en la
superficie de los cromosomas. En la telofase tardía las vesículas de membrana se reúnen y reconstituyen la
membrana nuclear; se reorganizan los poros nucleares y activamente se reimporta a las proteínas que llevan la
señal de localización nuclear. Dado que la nueva envoltura nuclear está situada muy cerca de la superficie de
los cromosomas, excluye a todas las proteínas de la célula excepto las que quedan unidas a los cromosomas;
por lo tanto, las proteínas grandes se mantienen fuera del núcleo interfásico a menos que presenten señales de
localización nuclear.
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CROMATINA Y CROMOSOMAS

La información genética de una célula está contenida en el orden de los nucleótidos de su ADN. En
eucariotas la mayor parte del ADN se localiza dentro del núcleo. Cada molécula lineal de ADN está
empaquetada en un cromosoma.
En organismos como los seres humanos, hay dos copias de cada tipo de cromosoma, una heredada de
la madre y otra del padre, que constituyen el par de homólogos. Uno de los pares es el par sexual, que esta
constituido por dos cromosomas iguales en un sexo, XX en las mujeres y hembras de mamíferos y dos
diferentes XY en los machos (en otras especies, como las aves, son las hembras las que tienen el par
heteromórfico) y los restantes son los autosomas. Tales organismos son diploides (2n), pues contienen dos
juegos haploides (n) de cromosomas.
El total de información genética contenida en un juego haploide de cromosomas de un organismo
constituye su genoma. El genoma humano, cuya completa secuenciación fue anunciada en junio del 2000,
contiene alrededor de 3.109 pares de nucleótidos (pb). Entonces, una célula somática humana típica contiene
46 moléculas de ADN de doble hélice en 46 cromosomas con un total de 6.109 pb. En humanos hay 24
diferentes tipos de moléculas de ADN (22 + X + Y), cada una de las cuales contiene entre 50 y 250 millones de
pb.

El número de cromosomas varía


en las distintas especies de eucariotas, la
mosca de la fruta tiene 8 cromosomas, la
abeja 16, la levadura S. cereviciae 16, el
tomate 24, el gato 38, la gallina y el perro
78 y algunas especies de mariposas más
de 300. También es muy variable la
cantidad de nucleótidos del ADN de los
diferentes tipos de organismos. No existe
relación entre la cantidad de pb del ADN y
la complejidad del organismo; por ej., el
tamaño del genoma humano es mucho
menor que el de organismos más
sencillos, como la rana, el tiburón o la
azucena.

Las moléculas del ADN eucariótico se pliegan formando estructuras que cambian su estado de
condensación y su actividad de acuerdo a la fase del ciclo de vida de la célula; en mitosis, o fase M, están
constituyendo cromosomas altamente condensados, perfectamente individualizables y transcripcionalmente
inactivos. Durante la parte más larga del ciclo celular, en la llamada interfase, los cromosomas están mucho
más extendidos, no se pueden detectar como cuerpos compactos, constituyen la cromatina. El
empaquetamiento debe permitir el acceso a la información contenida en el ADN y hacer posibles procesos
como la replicación y la transcripción.

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La replicación ocurre en el período S de la interfase, quedando luego constituido cada cromosoma por
dos moléculas de ADN idénticas que constituyen las dos cromátidas hermanas que permanecen unidas por el
centrómero hasta la anafase de la próxima mitosis.
El material que forma la cromatina parece disperso en el núcleo, pero hoy se sabe que la distribución
de los cromosomas en esa red no es al azar, sino que cada cromosoma e inclusive cada parte del mismo
retiene una posición característica.
La cromatina se tiñe con colorantes básicos, de allí su nombre, pero desde hace décadas la
microscopía óptica permitió diferenciar dos tipos de cromatina en el núcleo interfásico, una altamente
condensada y más picnótica que el resto se encuentra junto a la carioteca, alrededor del nucleolo y formando
cromocentros compactos, es la heterocromatina, transcripcionalmente inactiva o poco activa; mientras que el
resto de la cromatina homogéneamente teñida y poco condensada constituye la eucromatina, genéticamente
activa.

ADN eucariótico, genes y secuencias no codificantes


En el ADN de cada organismo se encuentran especificadas las secuencias de ribonucleótidos de todas
sus moléculas de ARN y por lo tanto las secuencias de aminoácidos de todas sus proteínas.
Recordemos la definición más moderna de gen: una secuencia nucleotídica de ADN que contiene la
información necesaria para la síntesis de un producto biológico funcional, sea una cadena polipeptídica
o un ARN, o más general cada región del ADN que produce una molécula de ARN funcional.
Sin embargo, no todo el ADN cromosómico codifica para proteínas o ARN. Los genetistas de
poblaciones han tratado de estimar cuánto ADN de los organismos superiores es esencial para la vida; se
considera así que en los mamíferos existen alrededor de 60.000 proteínas esenciales, frente a una cantidad de
ADN que alcanzaría para codificar alrededor de 3 millones de proteínas de tamaño medio. Las regiones
codificantes esenciales están interrumpidas por largas secuencias de ADN no codificante, frecuentemente
llamado ADN “chatarra”, pero que sería crucial para la evolución a largo plazo de las especies y para la
adecuada expresión de los genes. En los eucariotas superiores son habituales los genes de más de 100.000 pb
y algunos contienen más de 2 millones de pb; sin embargo, para codificar una proteína de tamaño medio de
300 aminoácidos solamente son necesarios unos 1000 pb.
Aunque aun hay muchos aspectos por dilucidar en el conocimiento del genoma humano, se pueden
hacer algunas generalizaciones: una característica llamativa es que el tamaño medio de un gen es de 27.000
pb; otra característica notable es que solo alrededor de un 8% de todo el genoma codifica para proteínas o
ARNs estructurales o catalíticos.

Los genes eucariotas poseen secuencias codificantes, los exones, interrumpidas por secuencias no
codificantes, los intrones. Para fabricar un ARN funcional, primero se transcribe todo el gen, incluyendo exones
e intrones, originándose una molécula de ARN muy larga: el transcrito primario. Antes que esa molécula
abandone el núcleo ocurre un proceso de maduración por corte y empalme, “splicing”, del ARN, catalizado
por complejos enzimáticos, que elimina todas las secuencias de intrones, produciendo una molécula de ARN
mucho más corta. Esta molécula de ARN maduro sale del núcleo para cumplir su función en el citoplasma.

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Además, cada gen contiene secuencias reguladoras que son responsables de asegurar que el gen se
transcriba en el momento y en el tipo celular adecuado; participan en la activación o desactivación de la
transcripción de los genes. Muchas secuencias reguladoras se encuentran localizadas por delante (en dirección
5’) del lugar donde se inicia la transcripción del ARN, pero también pueden ubicarse por atrás (en dirección 3’)
del lugar donde finaliza la transcripción, o incluso en regiones del interior de los intrones, o en los exones. La
región reguladora no se transcribe.
La comparación entre secuencias de ADN de organismos relacionados, como hombre y ratón, permite
diferenciar entre regiones de secuencia conservada, representadas por exones funcionalmente importantes y
regiones reguladoras, de las regiones de secuencia no conservada que corresponden a ADN no codificante,
tanto el intergénico como secuencias intrónicas y que no son críticas para ninguna función. En conclusión, sólo
el 10% de las secuencias del genoma de vertebrados es vital para el organismo.

La organización del ADN eucariótico es compleja. Aproximadamente el 40% del ADN del genoma
consiste en segmentos de secuencia única y segmentos de secuencias que sólo se repiten unas pocas veces.
El ADN de secuencia única de los cromosomas eucarióticos incluye la mayoría de los genes; se estima que en
el genoma humano hay entre 30.000 y 100.000 genes que representarían más de la mitad del ADN de
secuencia única. Un 10% del ADN consiste en segmentos cortos de pocos pb que se repiten hasta millones de
veces, es el ADN altamente repetitivo. Otro 20% son fragmentos de hasta unos pocos centenares de pb que
se repiten unas miles de veces, constituyendo el ADN moderadamente repetitivo. El resto son cortos
segmentos de ADN, móviles, que se han insertado en los cromosomas a lo largo de la evolución, son los
llamados elementos transponibles.
Unas secuencias de ADN especiales, de repetición moderada, se sitúan en los extremos de los
cromosomas eucarióticos, los telómeros y cumplen una función estructural, ayudando a estabilizar y a replicar
al ADN del extremo de los cromosomas. Otros genes de repetición moderada, de los que hay múltiples copias
en el núcleo celular, son los que codifican para ARNr y que se hallan en las regiones del ADN que dan origen a
los nucleolos, las Regiones de Organizadores Nucleolares (NORs).
Las secuencias altamente repetitivas se denominaron ADN satélite, porque su composición de
bases permite separarlo del resto como un componente minoritario cuando se centrifugan muestras de ADN
nuclear en gradiente de CsCl. Generalmente las secuencias de ADN satélite no se transcriben, son no
codificantes y cumplen una función estructural. Muy a menudo están localizadas en la heterocromatina
asociada con las regiones centroméricas de los cromosomas, constituyendo la heterocromatina constitutiva
centromérica. Esta heterocromatina permanece condensada en interfase tiñéndose intensamente; sus
secuencias son las que se replican más tardíamente en el período S y suelen ser muy ricas en A y T. Como
funciones de este ADN altamente repetitivo se han postulado su participación en el apareamiento de los
homólogos en la meiosis, en la protección de los centrómeros y en la organización nuclear; sin embargo todavía
no se conoce la función exacta del ADN satélite. Se ha sugerido, por lo tanto, que estas secuencias tan
repetidas son una forma de “ADN egoísta”, cuyas propiedades aseguran su propia retención en el genoma pero
que no intervienen en el funcionamiento o no hacen nada para ayudar a la supervivencia de las células que las
contienen.

Niveles de organización de la cromatina


Resulta evidente que el ADN celular debe estar altamente compactado para caber dentro de la célula.
Si los cromosomas estuviesen compuestos solamente de ADN extendido, es difícil imaginar cómo podrían
replicarse y segregarse a las células hijas sin dañarse severamente. Por ejemplo los 46 cromosomas humanos,
con 46 cadenas de ADN de aproximadamente 6.109 pb que si estuvieran descondensadas medirían casi 2
metros y sin embargo en metafase tienen una longitud total promedio de 200µm; por lo tanto hay un coeficiente
de empaquetamiento de 10.000. Aunque menos condensado que en los cromosomas en mitosis, el ADN
interfásico está aún compactado unas 1.000 veces. Esto lleva implícito un alto grado de organización
estructural.
Para lograr esa compactación es que el ADN está empaquetado con proteínas de dos clases, las
histonas y las proteínas no histónicas. La molécula de ADN de un cromosoma forma un complejo
supramacromolecular con las histonas, proteínas básicas ricas en lisina y arginina, que se unen
electrostáticamente a las cargas negativas del ADN. La masa total de histonas es aproximadamente igual a la
del ADN.
Cuatro de las histonas, H2A, H2B, H3 y H4, con secuencias de 102 a 135 aminoácidos, muy
conservadas a lo largo de la evolución, participan de a dos constituyendo un octámero proteico en forma de
cuña, alrededor del cual se enrolla una porción de la doble hélice levógira del ADN de 2 nm de espesor. Los
extremos N-terminales de las cadenas de histonas quedan sobresaliendo de ese centro proteico y son proclives
a sufrir modificaciones covalentes que controlan la estructura de la cromatina.
Aproximadamente 146 pb de ADN se enrollan alrededor del octámero dando casi dos vueltas al mismo
y queda un lazo de unión con el siguiente, de longitud variable, unos 60 pb promedio. Esta unidad de ADN e
histonas, de unos 11 nm de diámetro, se denomina nucleosoma.

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Queda formada la fibra nucleosómica, que se asemeja a un collar de cuentas, tal como se observa en
microscopía electrónica después de tratamientos que deshacen los empaquetamientos de orden superior
(Micrografía B más abajo). Los nucleosomas se repiten a intervalos de 200 pares de nucleótidos.
Otro tipo de histona, la H1, de la que existen 6 subtipos relacionados en células de mamíferos, que
tienen unos 220 aminoácidos y han sido menos conservadas evolutivamente, precinta el ADN en el borde de
cada nucleosoma y une los sucesivos nucleosomas constituyendo el nucleofilamento o fibra cromatínica de
11 nm; que tendría el aspecto de un collar de cuentas ensartadas. Ésta es la unidad funcional de organización
de la cromatina y corresponde a la forma habitual de la eucromatina.
En la molécula de la H1 se puede diferenciar una región
globular central, muy conservada evolutivamente, que es la
región por la cual se une a cada nucleosoma cerca del lugar
donde el dúplex de ADN entra y sale del octámero de histonas.
Por su parte los brazos −NH2 y −COOH terminales son menos
conservados; el brazo −COOH terminal con muchos aminoácidos
cargados positivamente se extiende
cubriendo al ADN del lazo.

Hasta la fibra cromatínica de 11 nm el ADN se ha compactado casi 10 veces. Se


compacta más en una estructura que aparece al microscopio electrónico como una fibra
cromatínica de 30 nm de diámetro. Por interacción entre las sucesivas H1 los
nucleosomas se empaquetan uno sobre otro adoptando una disposición bastante regular.
Un modelo para explicarla es el de un solenoide donde las H1 quedarían dentro
constituyendo un polímero helicoidal y en cada vuelta el solenoide tendría unos 6 a 8
nucleosomas.

Otro modelo más aceptado actualmente es el de variaciones de una conformación


en zigzag, en la cual se ha determinado que las colas N-terminales de las histonas de los
nucleosomas son
otro factor que
influye en la
compactación ya
que contactan con
el ADN y con los
octámeros vecinos.

El nivel de compactación es ahora de unas 50 veces. La fibra de 30 nm (micrografía A) predomina en


las zonas de heterocromatina del núcleo interfásico.
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Algunas regiones del ADN carecen de nucleosomas, incluso en zonas de miles de pares de bases de
longitud, lo que produce irregularidades en la estructura de la fibra de 30 nm. Esto es provocado por la
presencia de proteínas no histónicas que se unen íntimamente al ADN evitando la formación de nucleosomas.
Se ha demostrado por digestión con una desoxirribonucleasa (ADNasa I) que muchas de las regiones libres de
nucleosomas coinciden con las regiones reguladoras de los genes, y se generan por acción de proteínas de
regulación génica para facilitar el reconocimiento de secuencias específicas, a las que dichas proteínas se unen
como parte del proceso de activación de la transcripción del ADN.

A pesar del grado de compactación de la cromatina, su estructura tiene que ser muy dinámica para
permitir el acceso al ADN, para su replicación, transcripción y reparación. Dos estrategias generales son
importantes para permitir cambios locales o transitorios en la conformación de la cromatina: una es la formación
de complejos de remodelado de la cromatina impulsados por la hidrólisis de ATP, que llevan a que el ADN no
quede tan firmemente unido al nucleosoma, y la otra es la modificación covalente de las colas N-terminales de
las histonas del nucleosoma que se pueden acetilar, metilar o fosforilar reversiblemente.

Existen órdenes superiores de organización de la fibra cromatínica de 30 nm, cuyas bases moleculares
no son aún totalmente conocidas pero que se cree juegan un papel crucial en la regulación de la transcripción.
Se ha propuesto un modelo en el cual las fibras de 30 nm forman bucles que se extienden perpendicularmente
al eje mayor del cromosoma y están anclados a un armazón de proteínas no histónicas.
Cada dominio en bucle puede contener entre 20.000 y 100.000 pb y constituiría un gen o conjunto de
genes relacionados, cuya transcripción estaría regulada de forma coordinada. Por ej., los genes de los distintos
tipos de histona forman un bucle; los genes de histonas, a diferencia de otros genes, están presentes en copias
múltiples en el genoma.

Se ha especulado que los bucles son unidades funcionales de replicación


del ADN y/o de transcripción génica y que los puntos de amarre de cada conjunto de
bucles están determinados en puntos fijos a lo largo del ADN del cromosoma. Entre
las proteínas intervinientes en ese anclaje se han detectado las ADN
topoisomerasas.
La enorme cantidad de ADN empaquetado en un cromosoma metafásico se
puede apreciar cuando se remueven la mayoría de las proteínas básicas y se
pueden observar los bucles desplegados anclados en el armazón de proteínas
acídicas, que se puede ver que reproduce la figura de un cromosoma metafásico
típico.

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Núcleo

El cromosoma bien condensado en metafase


tiene dos cromátidas, cada una de ellas posee una
molécula de ADN compactada en la fibra de 30 nm,
que forma bucles que a su vez se encuentran
replegados constituyendo los dominios anclados al
armazón proteico como granos de maíz en una
mazorca.

El empaquetamiento del ADN con las


proteínas cromosómicas reduce una longitud de ADN
de 5 cm a alrededor de 5 µm y de esta manera se
hace posible que el huso mitótico segregue los
cromosomas en las células hijas sin romperlos. Se
sabe ahora que esa condensación está acompañada
de la fosforilación de todas las histonas H1 en cinco de
sus residuos de serina.

La condensación de la fibra de 30 nm
interfásica en los distinguibles cromosomas de la
mitosis ocurre en la fase M del ciclo celular y requiere
una clase de proteínas estructurales heterodiméricas
llamadas condensinas que usan la energía de la
hidrólisis de ATP para enrollar largas cuerdas de
dominios en bucle.

La forma condensada de la cromatina que


constituye los cromosomas mitóticos es similar a la
heterocromatina en su grado de compactación y en su
inactividad transcripcional; evidentemente la síntesis de
ARN cesa cuando el cromosoma se condensa.

NUCLEOLO

En el interior del núcleo se pueden visualizar con


microscopía óptica una o más estructuras de tamaño variable, el o
los nucleolos; más refringentes o que se tiñen en forma distinta a la
cromatina circundante; al microscopio electrónico se evidencia que
son densos a causa de su elevado contenido en ARN y proteínas.
El nucleolo representa una entidad morfológica y bioquímica
común a los núcleos de las células eucarióticas, que carece de
membrana limitante. Su función es la producción de la mayoría de
los ARN ribosómicos y el ensamblado de los mismos con proteínas
específicas para formar las subunidades de los ribosomas. También
es el lugar de síntesis de otros ARNs y donde se ensamblan muchos
complejos ARN-proteínas.
Los nucleolos se organizan durante la telofase del ciclo
celular en regiones específicas de ciertos cromosomas que se han
denominado Regiones de Organizadores Nucleolares (NORs), y
que contienen los principales genes que codifican para ARNr junto al
material proteico que se acumula a su alrededor.
Muchas de las proteínas más abundantes, como la
hemoglobina o la mioglobina, son sintetizadas a partir de genes que están presentes en una única copia por
genoma haploide. Estos genes producen muchas moléculas del respectivo ARNm, que luego son traducidas a
miles de moléculas de proteína. En cambio, en el caso del ARNr ya es el producto final, por lo que la única
posibilidad para una célula eucariótica superior de fabricar la cantidad de ARNr necesaria para construir sus 10
millones de ribosomas es la de que en el ADN existan múltiples copias de los genes que codifican para ARNr.
En humanos, las NORs se sitúan en las constricciones secundarias de 5 pares de cromosomas.

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Núcleo

Cada NOR posee un bucle de cromatina que contiene el ADNr, constituido por la repetición en tándem
de un gen que contiene las secuencias nucleotídicas que codifican para un transcrito primario 45S, del cual se
van a formar los ARNr de 18S, que va a formar parte de la subunidad ribosómica menor (40S), y los ARNr 5.8S
y 28 S, que son dos de los tres que forman la subunidad ribosómica más grande (60S). Al obtenerse los tres
ARNr a partir del mismo transcrito se asegura
una producción equilibrada de ellos.
Cada unidad génica tiene una porción
que se transcribe, de 8.000 a 13.000 pb
dependiendo de la especie, y una secuencia de
ADN que no se transcribe, llamado ADN
espaciador, de tamaño y secuencia variable en
los distintos organismos, que separa cada
unidad de la siguiente y que puede tener
señales para la iniciación y la regulación de la síntesis del ARNr.
Estos genes para ARNr son transcriptos por la ARN polimerasa I y la cantidad de copias es variable en
las distintas especies y también varía entre individuos. Las células humanas contienen en promedio unas 200
copias por genoma haploide, dispuestas en tándem en las NORs de los 5 pares de cromosomas acrocéntricos.
Cada cromosoma tienen una organización particular de su ADNr con variaciones en el número de copias. No
todas las NORs se transcriben, dependiendo del tipo celular y su actividad.
La organización en tándem de los genes para ARNr de las NORs es fácil de visualizar en preparaciones
de cromatina extendida, debido a su repetición y a que son transcriptos con gran frecuencia. Las moléculas de
ARN polimerasa I y los transcritos asociados a ella están tan empaquetados que los transcritos se observan
situados perpendicularmente al eje de la molécula de ADN, de forma que cada unidad de transcripción presenta
el aspecto característico de “árbol de Navidad” y se ve separada de la siguiente por el ADN espaciador.

Otro conjunto de genes organizados en tándem y separados por ADN espaciador no transcribible es el
que codifica el ARNr 5S de la subunidad ribosómica mayor; se halla fuera del nucleolo. La unidad que se repite
tiene unos 120 pb y como otros genes que codifican ARN tamaño pequeño, como los ARNt, se transcribe por la
ARN polimerasa III. En humanos, hay unos 2000 genes de ARNr 5S en tándem en un único grupo en el brazo
largo del cromosoma 1.

La forma, el tamaño y la estructura de los nucleolos son variables en los diferentes tipos celulares; se
reconocen tres clases diferentes según su actividad: anulares y
pequeños, intermedios y grandes compactos.
Cualquiera sea el tipo se pueden distinguir tres regiones
más o menos diferenciadas en una micrografía electrónica: 1) los
centros fibrilares, uno o varios, en los que se acumularían
proteínas, principalmente la ARN polimerasa I; 2) el componente
fibrilar denso, donde se acumulan los transcritos primarios y
comienza su procesamiento y 3) el componente granular,
usualmente el más externo y constituido por las partículas pre-
ribosómicas más maduras.
El bucle de ADNr de cada una de las NORs activas penetra
en estas regiones, pero aún es motivo de controversias dónde tiene
lugar la transcripción; la posición más aceptada actualmente es que
los genes de ARNr se transcriben en el componente fibrilar denso.
Las NORs no activas pueden estar lejos del nucleolo.

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UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Núcleo

El empaquetamiento del transcrito


primario de 45S con proteínas provenientes del
citoplasma comienza junto con su síntesis. Su
extremo 5’ se une a un gránulo proteico; luego se
incorporan diversas proteínas, entre ellas la
mayor parte de las 80 que van a formar el
ribosoma. Para el procesamiento del ARNr 45S y
dirigir el ensamblado son necesarias otras
ribonucleoproteínas y proteínas nucleolares.

A medida que se procesa, la molécula de


ARNr 45S va perdiendo nucleótidos y algunas
proteínas, hasta formar las subunidades
ribosómicas mayor y menor. Las pequeñas, con
su ARNr 18S, maduran más rápido que las
mayores, con sus ARNr 28S, 5.8S y 5S. Ambas
subunidades salen separadamente del núcleo
Las últimas etapas de la maduración sólo se
producen cuando las subunidades son
transferidas al citoplasma; esto evita que los
ribosomas funcionales puedan acceder en el
núcleo a las moléculas de ARNm todavía
procesadas de forma incompleta.

Cuando las subunidades ribosómicas


son exportadas al citoplasma, algunas de las proteínas nucleolares permanecen junto al ADNr aún hasta la
anafase siguiente y como algunas de ellas se tiñen con ion Ag+ se las puede poner en evidencia tanto en el
núcleo interfásico como en los cromosomas metafásicos. Por lo tanto, en metafase se pueden visualizar los
cromosomas Ag-NORs; aquellos cuyas NORs fueron activas durante la interfase anterior.

El aspecto del nucleolo cambia a lo largo del ciclo celular; disminuye su tamaño a medida que la célula
se aproxima a la mitosis, luego cuando cesa la síntesis de ARN y se empiezan a condensar los cromosomas
quedan forzando la aparición de una constricción secundaria en los cromosomas con NORs, hasta que
finalmente desaparecen al final de la profase. Su material permanece en gran parte sobre la superficie de los
cromosomas, por lo cual esos componentes ayudan a restablecer los nuevos nucleolos en la telofase.

12
UNNOBA – INTRODUCCIÓN A LA BIOLOGÍA
Núcleo

En el diagrama sólo se representa el núcleo celular. En la


mayoría de las células eucarióticas durante la prometafase de la
mitosis se rompe y dispersa la envoltura nuclear, como se indica en
líneas punteadas.

Ciclo del Nucleolo

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