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FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS SOCIALES Y POLITICAS

MATERIA:
ARGUMENTACIÓN JURÍDICA.
PARALELO “A”

TALLER:
“EXPLICACION DE SU TEORIA” RONALD DWORKIN.

DOCENTE:
DR. JOSÉ VELEZ.

ESTUDIANTES:
DEISY VILLAFUERTE
NICOLE VIVERO
GIANCARLO YANCE

SEMESTRE A-2023
GUAYAQUIL 14/08/2023
BIOGRAFIA
Ronald Myles Dworkin nació el 11 de diciembre de 1931en Worcester
Massachusetts y falleció el 14 de febrero de 2013 en Londres Inglaterra, víctima de la
leucemia a los 81 años.
Estudiante becado en filosofía en el Harvard college de la Harvard University, y
luego como becario en filosofía y teoría del derecho en el Magdalen college de Oxford
University, y finalmente e grado de licenciado en la Harvard Law School.
Docente de derecho en la Universidad de Yale desde 1962 y catedrático de
filosofía de derecho en 1968, en 1969 accedería a la universidad de Oxford como
catedrático de filosofía de derecho hasta su retiro en 1998. Por sus aportaciones y
contribuciones a la filosofía no solamente del derecho o jurídica sino además moral y
política, recibiría varias distinciones, entre ellas: el Premio Internacional de
Investigación en Derecho “Dr. Héctor Fix-Zamudio” del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en 2006; el Premio
Holberg International Memorial Prize, concedido por la Bergen University, en
Noruega, en 2007; el Premio Balzan, otorgado por la Fondazione Internazionale Premio
Balzan, en Italia, en 2012; y numerosos doctorados honoris causa-

OBRAS
 Los derechos en serio
 La Filosofía del Derecho
 A Matter of Principle, 1985.
 El imperio de la justicia.
 Philosophical Issues in Senile Dementia. Washington, DC: U.S. Government
Printing Office, 1987.
 A Bill of Rights for Britain, 1990.
 Ética privada e igualitarismo politico.
 Life's Dominion: An Argument About Abortion, Euthanasia, and Individual
Freedom, 1993.
 Freedom's Law: The Moral Reading of the American Constitution, 1996.
 Sovereign Virtue: The Theory and Practice of Equality, 2000.
 A Badly Flawed Election: Debating Bush v. Gore, the Supreme Court, and
American Democracy, 2002.
 From Liberal Values to Democratic Transition: Essays in Honor of Janos Kis.
Ed. Budapest: Central European University Press, 2004.

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 Justice in Robes, 2006.
 Is Democracy Possible Here? Principles for a New Political Debate, 2006.
 The Supreme Court Phalanx: The Court's New Right-Wing Bloc, 2008.
 Justicia para erizos.
 Religión sin Dios.

PRINCIPALES APORTACIONES
1. El modelo liberal fundado en derechos (y en la dignidad humana)
Dworkin comparte acerca de un liberalismo moderado que podemos caracterizar como
“liberalismo igualitario” o “igualitarismo liberal”, mismas que requiere de un Estado
más allá del mínimo capaz de mantener el balance complejo entre libertad e igualdad.
Cabe recordar que la primera formulación de la teoría de Rawls tenía un claro
componente “natural”, misma que fue objeto de crítica por parte de Dworkin quien
abogaba por uno “constructivo”, y en consecuencia Rawls recaracterizaría a su postura
como “política, no metafísica”. Lo anterior permite, de pasada, diferenciar la teoría de
Dworkin de los exponentes tanto del iusnaturalismo como del iuspositivismo, pues su
modelo como veremos es a final de cuentas uno constructivo, pero no ya construido
sino por construir.
2. El modelo o sistema de principios (en contraposición al de reglas)
A partir de la distinción entre reglas y principios: las reglas están ligadas por
cadenas de validez, son válidas en tanto que una regla válida las hace válidas, y son
aplicables a la manera de “todo o nada”, es decir aplican o no aplican; y en cambio, los
principios están entrelazados entre sí, son válidos en sí, y al tener una dimensión de
“peso o importancia”, misma de la que carecen las reglas, son más o menos relevantes
o tienen una mayor o menor relevancia en los diferentes tipos de casos, esto es siempre
son aplicables pero unos más que otros en el tipo de caso en cuestión. Por lo anterior, a
diferencia de las reglas, los principios como mandatos de optimización requieren de
alguna forma de balanceo o ponderación. En consecuencia, el modelo o sistema de
principios, en contraposición al de reglas, fomenta la argumentación por encima de la
mera aplicación, sobre todo porque es necesario justificar la coerción que el Estado
ejerce sobre los individuos e impone a la comunidad, al grado que los derechos son las
“cartas de triunfo” que deben prevalecer sobre cualquier otra consideración de utilidad.
3. La relación entre derecho y moral
A partir de la crítica a la tesis de la separación derecho y moral, contrapone la
tesis de la conexión, de una conexión fuerte y necesaria entre derecho y moral, al grado
de que no se puede entender al derecho como algo separado de la moral. Lo cual al final
de cuentas daría sustento a la conclusión que el derecho es parte de la moral, i.e. de la
moralidad política. En palabras del propio Ronald Dworkin en Justica con toga:

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El derecho no es algo distinto de la moral sino una parte de ésta. Ésta es la forma
en que entendemos la teoría política: como parte de la moral entendida en términos más
amplios, pero distinguible y con su propio fundamento porque es aplicable a unas
estructuras institucionales específicas. Podríamos pensar en la teoría del derecho como
una parte especial de la moralidad política, caracterizada por un ulterior refinamiento de
las estructuras institucionales.
4. La determinación del derecho (y la tesis de la única respuesta correcta)
Dworkin critica la discreción judicial y la tesis de la indeterminación del
derecho, y contrapone la tesis de la determinación del derecho, de la respuesta correcta
y es más de la única respuesta correcta. Al respecto, distingue entre dos tipos de
discreción judicial, una fuerte y una débil, la primera ilimitada al permitir que el
juzgador actúe como si el fuera el legislador en tanto que la segunda limitada al requerir
que el mismo juzgador apele a los principios como el meta criterio para resolver el caso
concreto en cuestión.
5. El derecho como integridad y la unidad del valor
Si bien, desde un comienzo Dworkin caracterizó a los principios como
entrelazados entre sí no sería sino con posterioridad que enfatizaría, primero, su
integridad; y, después, la unidad del valor. Por una parte, concebiría al “derecho como
integridad”, a partir no sólo de la estrecha conexión entre derecho y moral al grado de
estar integrados sino también de la coherencia de los principios y en consecuencia
rechazaría la posibilidad de un verdadero conflicto entre valores, al grado de mantener
la tesis de la única respuesta correcta, aun para los casos más difíciles, a partir del doble
criterio del ajuste, encuadre o enmarque y la valía o valor moral.

TEORÍA DWORKIN, RONALD


Dworkin es uno de los más destacados exponentes de la tesis fuerte de la
separación y, como hemos visto, el principal promotor del debate respecto a la
distinción entre reglas y principios. Este construye su teoría como un ataque frente al
positivismo jurídico y, especialmente, a la versión de H.L.A. Hart, a quien acusa de
concebir el derecho como un sistema normativo compuesto exclusivamente por reglas,
las cuales son identificadas como tales por la manera en que son adoptadas o
desarrolladas (lo que Dworkin denomina su pedigree). Sin embargo, según aquel,
cuando los juristas razonan, no solo utilizan reglas, sino también otro tipo distinto de
normas como son los principios, algo que el positivismo parece haber olvidado.
La crítica de Dworkin es de gran relevancia, dado que ataca las dos tesis básicas
del positivismo, a saber, la tesis de la separación conceptual entre derecho y moral y la
tesis de la discreción judicial.
Dworkin, a diferencia de las posiciones anteriores, parte de la idea de que el
derecho es básicamente un sistema de principios y, como veremos a continuación, ello

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marca toda su teoría jurídica en tanto determina su manera de responder a las cuestiones
de qué es el derecho y cómo identificamos qué es lo que, jurídicamente, se debe hacer.
a. El derecho como sistema de principios
Para Dworkin, hay una diferencia lógica entre reglas y principios. Las primeras
son normas que se aplican en la forma todo o nada, esto es, son aplicables cuando se
dan las condiciones que esas normas estipulan, y no lo son en caso contrario. Los
principios, en cambio, se caracterizan por su dimensión de peso y no determinan un
resultado en particular. Son razones que guían u orientan hacia un resultado o decisión,
aunque deben ser balanceadas con otras razones equiparables, valorando cuál es su
fuerza relativa en función de las circunstancias de aplicación.
Así, cuando los principios se interfieren, quien debe resolver el conflicto tiene
que tener en cuenta el peso relativo de cada uno; pero en este caso no puede haber una
mediación exacta, por lo que el juicio respecto de si un principio en particular es más
importante que otro será con frecuencia motivo de controversia. Sin embargo, las reglas
no tienen esta dimensión, esto es, no podemos decir que una regla sea más importante
que otra, sino que cuando dos de ellas entran en conflicto, la decisión respecto a cuál es
válida y cuál debe ser abandonada o reformada, debe tomarse apelando a
consideraciones que trascienden las reglas misma mediante elementos externos a su
contenido como, por ejemplo, otras reglas, que prefieran la norma impuesta por la
autoridad superior, o la posterior o algo similar.
Si aceptamos un esquema como el de Dworkin, considerando que el Derecho es
básicamente una cuestión de principios, deberemos reconocer, entonces, que no hay una
prueba clara y determinada para saber qué principios son aplicables a un supuesto
particular y qué peso debe concederse a cada principio que esté involucrado en el caso.
Ello es así porque estamos ante estándares muy genéricos, claramente controvertidos y
que no actúan como razones excluyentes. El resultado de adoptar esta perspectiva
jurídica bien podría desembocar en asumir las tesis escépticas del postmodernismo.
Estas corrientes se caracterizan por defender que, dado que ninguna norma o estándar
puede determinar, de forma anticipada, cuál es la solución jurídica que corresponde a un
caso, el Derecho no puede ser más que las decisiones que adoptan los órganos
encargados de hacer justicia en los supuestos particulares.
Uno de los desafíos principales que Dworkin ha enfrentado a lo largo de toda su
obra ha sido el de mostrar cómo un modelo basado en principios, estándares que
parecen mucho más huidizos que las reglas, presenta mejor que el positivismo hartiano
lo distintivo de la práctica jurídica, sin conducir necesariamente a una visión escéptica
del Derecho. Para ello, este autor ha dedicado sus escritos jurídicos a articular, por una
parte, una sofisticada teoría del conocimiento y la interpretación del Derecho y, por otra,
una peculiar defensa de lo que se ha denominado “la tesis de la única respuesta
correcta”, tesis a partir de la que rechaza que el Derecho pueda estar indeterminado.
b. La teoría interpretativa del Derecho

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Una de las claves del pensamiento de Dworkin consiste en la tesis de que el
Derecho no es meramente un catálogo de pautas de conducta identificables a partir de
alguna regla de reconocimiento, sino una práctica social específica que tiene como
rasgo distintivo su carácter argumentativo.
La teoría de Dworkin se considera como "Interpretativa". Y establece que toda
interpretación debe seguir, a partir de la noción de "derecho como integridad" a fin de
tener sentido. Asimismo se aleja de la separación de la ley y la moralidad
(POSITIVISMO), su concepto sugiere que los dos están relacionados. Este autor funda
la filosofía política liberal en bases progresistas e igualitarias basándose así en la
filosofía de Rawls y los principios de Liberalismo individualista
Un sistema de principios, dado las características que poseen estas pautas, no
puede verse desde la imagen de reglas que se acatan y vulneran sino que debe
contemplarse, más bien, desde la imagen de razones que se aportan y valoran, y de
argumentos que se discuten. Así, defiende este autor, "cada actor en la práctica
comprende que lo que ésta permite o requiere depende de la verdad de ciertas
proposiciones que sólo tienen sentido por y dentro de la práctica; la práctica consiste, en
su mayor parte, en argumentar y discutir sobre estas proposiciones" y, lo que ésta exige,
"no puede ser descubierto sino es a partir de cómo los participantes justifican y
defienden estos juicios" Identificar el Derecho es, desde esta óptica, tener una posición
u ofrecer una interpretación como participante de "qué cuenta como un buen o mal
argumento dentro de la práctica".
La diferencia entre principios jurídicos y normas jurídicas es una distinción
lógica, ambos conjuntos de estándares apuntan a decisiones particulares referentes a la
obligación en determinadas circunstancias, pero difieren en el carácter de la orientación
que dan. Las normas son aplicables a la manera de disyuntivas. Si los hechos que
estipula una norma que están dados, entonces o bien la norma es válida en cuyo caso la
respuesta que da debe ser aceptada, o bien no lo es y entonces no aporta nada de
decisión.
En conclusión, Dworkin contrapone a la teoría positiva y se inclina un poco más
hacia el iusnaturalismo, sin embargo, él mismo crea su propia teoría siendo esta la ya
mencionada "Teoría Interpretativa" y une una serie de elementos de ambas corrientes,
es así como surge la posición de Ronald Dworkin en cuestión de la interpretación que
debe dársele a las normas jurídicas vistas desde un punto más extenso, es decir,
contemplando no sólo el contenido de la misma sino también los principios del derecho
como parte de las normas, de tal manera que proporciona un enfoque mucho más
amplio al derecho.

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