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PROTOCOLO DE TROMBOPROFILAXIS
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DIRECTORA ASISTENCIAL
FECHA:
DIA MES AÑO
CENTRO QUIRÚRGICO / SERVICIO DE ANESTESIOLOGÍA
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PROTOCOLO DE TROMBOPROFILAXIS
1. INTRODUCCIÓN:
En este protocolo describiremos la forma correcta de prevenir la enfermedad tromboem¬bólica venosa (ETV).
Las dos principales manifestaciones clínicas de la ETV son la trombosis venosa profunda (TVP) y el
tromboembolismo pulmonar (TEP) y ambas constituyen una causa importante de morbi-mortalidad.
La trombosis venosa profunda (TVP) puede aparecer secundariamente a una intervención quirúrgica o una
enfermedad médica durante el ingreso hospitalario, complicando la evolución del paciente e incluso elevando su
morbi-mortalidad.
La utilización de la tromboprofilaxis está justificada, debido a la alta incidencia, la clínica silente en la mayoría
de los casos y los elevados costes de morbi-mortalidad asociados con la no prevención.
Estudios realizados en diferentes poblaciones, muestran que la incidencia de ETV en la población general se
encuentra entre 1 y 2 casos cada 1000 per¬sonas/año; y a su vez, el riesgo de TEP a partir de una TVP se ha
estimado en 50 %, lo cual pasa muchas veces desapercibido, debido a que entre el 40 y 60 % de los pacientes con
TVP desarrollan un TEP asintomático.
2. TÉRMINOS Y DEFINICIONES:
Coágulo: Conjunto de fibrina que forma una red tridimensional que contiene entre sus fibras a otras
proteínas, agua, sales minerales, plaquetas y células sanguíneas. A un coágulo formado en el
interior de un vaso sanguíneo se le llama trombo.
Síndrome Postrombótico: Lesión permanente en las válvulas venosas de las piernas con drenaje
anormal de líquido intersticial.
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3. OBJETIVOS:
Objetivos Específicos:
o Implementar normas a seguir para la prevención de eventos tromboembólicos.
o Disminuir la morbi-mortalidad y la estancia hospitalaria
o Prevenir las complicaciones y las secuelas, como el síndrome post-trombotico
4. AMBITO DE APLICACIÓN:
Está dirigido a todo el personal Médico y de Enfermería del Hospital de Especialidades Dr. Abel Gilbert Pontón.
5. RESPONSABLES:
6. INSUMOS Y MATERIALES:
TROMBOPROFILAXIS MECÁNICA:
TROMBOPROFILAXIS FARMACOLÒGICA:
Jeringuilla
Torunda de algodón con alcohol
Medicación (Ejemplo: Heparina)
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7. METODOLOGÍA:
El primer paso consiste en la determinación y estratificación del Riesgo Individual de cada paciente, en
base a lo cual se realizara un procedimiento en particular.
La ETV, es una enfermedad aguda, originada por la conjunción de múltiples causas que confluyen en un
momento determinado de un paciente. Normalmente existe una causa desencadenante, evidente o no,
que se suma a una combinación de factores, más o menos permanentes, que predisponen al sujeto a
padecer un tromboembolismo venoso (TEV).
· Déficit de proteína S
· Déficit de proteína C
· Disfibrinogenemia
· Hiperhomocistinemia
Existen varios tipos de factores predisponentes. Cada uno de ellos interviene en menor o mayor
modo favoreciendo la aparición de fenómenos trombóticos.
Los pacientes se deben de clasificar en diferentes grupos, dependiendo del tipo y número de
factores de riesgo que presenten, por ejemplo tendrá más posibilidades de desarrollar una ETV
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un paciente de edad elevada al cual le van a realizar una intervención abdominal para resecar
una masa tumoral, que un chico joven que va a ser operado de apendicitis.
RIESGO BAJO:
RIESGO MODERADO:
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a) NO FARMACOLÓGICAS:
Movilización precoz: La deambulación precoz en todos los pacientes disminuye el riesgo de ETV.
Es la medida principal utilizada en los grupos de bajo riesgo.
Medias de compresión: Son medias elásticas que mediante una compresión gradual, favorecen
el retorno venoso de las piernas. Es un método barato, sin efectos secundarios, y se acostumbra
a utilizar como complemento de otras formas de profilaxis.
Posición Trendelemburg: Basta con la elevación de los miembros inferiores 15 grados para
disminuir 15 a 20% la incidencia de TVP.
Bomba pedìa venosa: Mejora el retorno venoso al producir un aplanamiento del arco plantar,
similar al que se produce con el apoyo y la marcha.
b) FARMACOLÓGICAS:
La profilaxis con HBPM es la primera opción en pacientes de moderado o alto riesgo por su eficacia,
comodidad de administración y escasos efectos secundarios. Ni el ácido acetil salicílico, ni la
administración de heparina no fraccionada subcutánea han demostrado mayor efectividad.
Las contraindicaciones para su uso son la hemorragia intracraneal, lesiones medulares asociadas
con hematomas periespinales, hemorragia no controlada, y trastornos de la coagulación no
corregidos. La presencia de lesiones cefálicas sin hemorragia franca, lesiones medulares completas,
laceraciones o contusiones de órganos como pulmón, hígado, riñón o bazo, o la presencia de
hematoma retroperitoneal asociado a fractura de pelvis, no son por ellos mismos, si no hay evidencia
de hemorragia activa,
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Heparina de bajo peso molecular (HBPM): Se absorbe mejor por vía subcutánea con una
excelente dosis/respuesta. Cabe destacar que la vía de eliminación es renal. Las heparinas de
bajo peso molecular disponibles en nuestro país actualmente son la Enoxiparina, Dalteparina y
Nadroparina.
Durante muchos años se consideró a la Aspirina como una medida efectiva de tromboprofilaxis, pues
era muy efectiva en los portadores de enfermedad ateromatosa, sin embargo diferentes estudios
demostraron que no es útil pues el trombo venoso (principalmente fibrina) es distinto al arterial
(agregados de plaquetas y pequeñas cantidades de fibrinas).
RIESGO 2500 UI/24h 0,3 ml/24h 20 mg/24h 2500 UI/24h 3500 UI/24h
MODERADO
RIESGO 5000 UI/24h 0,6 ml/24h 40 mg/24h 3500 UI/24h 4500 UI/24h
ALTO
Hasta el año 2003, la única heparina de bajo peso molecular que ha demostrado eficacia y
seguridad en la prevención de la ETV tanto en pacientes médicos como quirúrgicos, en estudios
con grado de evidencia IA, es la enoxaparina. Dependiente de los factores de riesgo del
individuo. En principio, debe durar como mínimo 5 – 7 días o al menos hasta la deambulación.
Para los pacientes con riesgo muy elevado, puede ser necesario prolongarla durante al menos
varias semanas o meses.
La incidencia de TVP en pacientes no tratados es aproximadamente el 25%, siendo mayor cuando existe
una enfermedad neoplásica de base.
En pacientes de bajo riesgo, la movilización precoz se ha visto eficaz (recomendación grado 1C). Sin
embargo, cuando el riesgo de desarrollar trombosis es moderado, se debe utilizar HBPM a dosis bajas,
medias de descanso o compresión neumática intermitente (grado 1A). Las heparinas a dosis altas,
deben utilizarse en los pacientes de alto riesgo (grado 1A).
b) PROFILAXIS EN GINECOLOGÍA
Las pacientes que padecen una neoplasia ginecológica, tienen un riesgo muy elevado de padecer una
ETV, ya que muchas de ellas son mayores y en ocasiones existe una compresión de la estructura
vascular pélvica de causa tumoral. Así mismo, la quimioterapia es por sí misma trombogénica.
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Aquellas pacientes, que van a ser intervenidas de una enfermedad benigna con una cirugía simple y que
no presentan ningún factor de riesgo, se recomienda la movilización precoz (grado 1A). Si la cirugía
empleada en este mismo grupo de pacientes fuera mayor, se administraría HBPM a dosis bajas durante
al menos 5 – 7 días (grado 1C). Por último, en pacientes oncológicas a las cuales se les va a realizar una
intervención, se recomiendan dosis altas de HBPM (grado 1C).
La paciente con 2 o más episodios previos de ETV y / o que precisa estar anticoagulada de
forma crónica, debe recibir durante todo el embarazo HBPM a dosis profilácticas y continuar con
la anticoagulación oral de forma crónica cuando finalice.
Si la paciente padece de algún tipo de trombofilia pero nunca ha tenido un episodio de ETEV o
ha presentado un único episodio de ETEV de causa idiopática, y no precisa anticoagulación
crónica, debe ser vigilada durante el embarazo, y recibir HBPM a dosis profilácticas en el último
mes y anticoagulación oral durante el postparto.
Si previo al embarazo, la paciente presentó un episodio de ETEV por una factor de riesgo
transitorio (por ejemplo inmovilización prolongada por fractura de una pierna) debe ser vigilada y
anticoagulada durante el postparto.
Dosis profilácticas de HBPM: Dalteparina 5000 UI/ día s.c. ó enoxaparina 40 mg/ día s.c.
Los factores que se han visto más claramente implicados en incrementar el riesgo de presentar una
ETEV, son la edad avanzada, enfermedad neoplásica, los procedimientos quirúrgicos abiertos (a
diferencia de los transuretrales), y la duración y utilización de anestesia general durante la intervención.
Si la intervención es transuretral u otro procedimiento de bajo riesgo, es útil la prevención con una
deambulación precoz (grado 1C). Pacientes que van a ser sometidos a una intervención urológica
abierta (prostatectomía radical, cistectomía, ó nefrectomía), no oncológicos, se recomienda HBPM a
dosis bajas (grado 1B); por el contrario, si el paciente va a ser intervenido con cirugía abierta de algún
tumor, se debe administrar HBPM a dosis altas combinado con medias de compresión gradual (1C)
La frecuencia de TVP cuando no se realiza profilaxis durante la cirugía protésica de cadera y rodilla es
elevada (15-75 % según los diferentes estudios), siendo la extremidad operada la comúnmente afectada.
Los pacientes con fractura de cadera, pelvis y MMII tienen un riesgo elevado de tromboembolismo
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estimado entre el 30 y 70%. Por tanto, la profilaxis primaria debe ser realizada en todos los pacientes
que se sometan a cirugía ortopédica mayor de extremidades inferiores.
Los pacientes con patología médica, especialmente si tienen factores de riesgo (insuficiencia cardíaca,
insuficiencia respiratoria, encamamiento, etc...) tienen un riesgo elevado de desarrollar trombosis venosa
profunda, que oscila entre el 15 y el 50%. De ellas, aproximadamente un tercio afectan a las venas
proximales de las extremidades inferiores. Sin tratamiento, en torno a la mitad de estas últimas se
complican con tromboembolismo pulmonar.
Parece conveniente hacer profilaxis en pacientes que presenten insuficiencia cardíaca, IAM, insuficiencia
respiratoria grave, encamamiento o parálisis de extremidades inferiores, antecedentes de ETEV previa, u
otros factores que incrementan el riesgo de trombosis (cáncer, estados de hipercoagulabilidad, obesidad
mórbida, venas varicosas). En diferentes estudios se ha observado que la profilaxis antitrombótica con
heparina reduce el riesgo de TVP o TEP en aproximadamente un 50%. Las dosis de HBPM que han
demostrado ser eficaces son enoxaparina 40 mg/día (la dosis de 20 mg no es eficaz) y nadroparina 0,4
ml/día ( 0,6 ml/día en > 70 Kg).
Los pacientes neuroquirúrgicos, politraumatizados y con lesión medular aguda, tienen en común una
elevada incidencia de ETEV ( puede llegar a ser hasta la tercera causa más frecuente de mortalidad) por
una necesidad de encamamiento prolongado y el alto riesgo de complicaciones hemorrágicas que
pueden presentar al administrarse fármacos anticoagulantes.
Pacientes neuroquirúrgicos: Los factores de riesgo identificados tienen relación con la edad del
paciente, movilidad de sus extremidades, la presencia de tumor y el tipo de intervención (mayor
riesgo intervenciones intracraneales que espinales) y su duración. Se recomienda utilizar
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compresión neumática intermitente con o sin medias de compresión gradual en pacientes que
precisen una intervención intracraneal (grado 1A) y asociar, nunca antes de las primeras 24
horas después de la intervención, enoxaparina 40 mg/ día (grado B).
Pacientes politraumatizados: Por sí mismos son pacientes de alto riesgo trombótico. Aunque el
riesgo aumenta con la edad, hay que tener en cuenta que los pacientes jóvenes
politraumatizados, también pueden tener una ETEV. Si no hay contraindicación (hemorragia
intracraneal, lesiones medulares asociadas con hematomas periespinales, hemorragia no
controlada, y trastornos de la coagulación no corregidos), se debe comenzar lo más pronto
posible con HBPM a dosis altas (grado 1A), y si está contraindicada, utilizar compresión
neumática intermitente (asociada o no con medias de compresión gradual) (grado 1C). El filtro de
vena cava inferior está recomendado únicamente cuando existe trombosis venosa profunda
demostrada y existen contraindicaciones para la anticoagulación (grado 1C), y nunca como
profilaxis.
Pacientes con lesión medular aguda: La lesión medular aguda, es el factor de riesgo más
importante para desarrollar una ETEV, por tanto se recomienda utilizar HBPM a dosis altas
(grado 1B). La utilización de compresión neumática intermitente y medias de compresión gradual
deben ser utilizadas en combinación con el tratamiento anticoagulante, y únicamente solas al
inicio del proceso si existe contraindicación para la profilaxis farmacológica por riesgo
hemorrágico elevado (grado 2B). Durante la rehabilitación, se recomienda continuar al menos
tres meses con HBPM o anticoagulación oral (INR entre 2-3) (grado 1C)
Grandes quemados: Hay pocos datos acerca de la incidencia de ETEV en este tipo de pacientes
y no existen ensayos de profilaxis, pero parece razonable prevenir la aparición de trombosis
sobre todo en enfermos con quemaduras que además presenten algún factor de riesgo adicional
como la colocación de un catéter venoso central, el encamamiento prolongado, o la edad.
7.1. PROCEDIMIENTO
a) COLOCACION DE MEDIAS ANTIEMBOLICAS:
Las medias antiembolicas solo deben colocarse con el paciente en decúbito, sin presencia de edema,
asegurándonos que la piel este seca y limpia, ya que ciertos producto dérmicos pueden deteriorar las
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fibras y por consiguiente la eficacia de la compresión. Es esencial realizar una medición correcta para
obtener un ajuste y presión perfectas, logrando así la mayor eficacia terapéutica.
Para la determinación de la talla correcta se requiere determinar la anchura de la pantorrilla en su
perímetro mayor y la anchura del tobillo; así mismo determinar la longitud de la pierna desde el talón
hasta el pliegue del glúteo.
En base a los valores medidos y con ayuda de la tabla suministrada se selecciona el tamaño de
media adecuado.
Lavado de manos.
Describir al paciente el procedimiento a realizar.
Mediciones de las piernas.
Determinación de la talla y tipo de media.
Colocación de la media (o en su defecto vendas elásticas compresivas).
Asegurarse que la media no tenga pliegues ni arrugas.
En el caso de existir ventanilla de verificación, ubicarla sobre el dorso del pie.
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Inyección
1.- Lavado de manos. Desinfecte la piel de la zona de
inyección, realizando movimientos circulares, desde la
zona elegida para pinchar hacia fuera, con algodón
mojado en alcohol o un antiséptico.
2.- Forme un pliegue cutáneo entre los dedos pulgar e
índice, sin oprimir
3.- Las jeringas prellenadas están listas para su uso. La
burbuja de aire no debe ser expulsada antes de la
inyección. Coger la jeringa precargada, con el dedo
pulgar e índice de la otra mano.
4.- Introduzca la aguja en toda su longitud, formando un
ángulo de 90º. Tire un poco del émbolo para comprobar
que no se ha pinchado un vaso sanguíneo. Si observa
sangre en la jeringa, saque la aguja y vuelva a pinchar
en otro punto.
5.- Inyecte el líquido despacio y de forma regular, manteniendo siempre el pliegue cutáneo.
6.- Después de haber inyectado la solución, retire la aguja, suelte el pliegue cutáneo y aplique un
algodón seco sin realizar presión ni movimientos circulares en el lugar de punción.
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8. REFERENCIAS:
9. ANEXOS
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