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La psicología social es una disciplina apasionante que se ocupa de estudiar cómo los seres

humanos interactúan y son influenciados por su entorno social. A lo largo del tiempo, la
definición de la psicología social ha evolucionado para abarcar su amplio campo de estudio.
En este artículo, explicaremos algunas de las teorías principales de la psicología social y los
principios que subyacen a nuestra conducta social.

La psicología social se centra en comprender, explicar y predecir cómo los pensamientos,


sentimientos y conductas de los individuos son influenciados por la presencia de otros seres
humanos. Esta área de estudio aborda temas complejos relacionados con la percepción de los
demás, el desarrollo de sentimientos hacia ellos, las expectativas que tenemos, las formas en
que nos comunicamos, cómo intentamos influir en los demás y cómo somos influenciados
por ellos.

La definición de la psicología social ha evolucionado a lo largo del tiempo para abarcar su


amplio campo de estudio. Según Gordon Allport, la psicología social busca comprender y
explicar cómo las personas son influenciadas por la presencia actual, imaginada o implícita
de otros individuos. Esta definición destaca la importancia de los aspectos cognitivos,
afectivos y conductuales en la interacción social (Allport, 1924).

En un enfoque más amplio, la psicología social busca superar los enfoques basados en las
patologías para asumir un papel proactivo y autónomo del individuo. Se convierte en un
agente activo del cambio, interviniendo en situaciones de crisis y previniendo. Esta
perspectiva tiene como objetivo maximizar las habilidades y competencias del individuo en el
análisis y transformación de su realidad social (Colegio Nacional de Psicólogos, 2016).

Dentro de la psicología social, existen diferentes teorías que buscan explicar los procesos
cognitivos, afectivos y conductuales relacionados con la interacción social. Estas teorías
proporcionan un marco teórico sólido para comprender cómo nos comportamos en
situaciones sociales y cómo nuestras acciones son influenciadas por los demás (Duran, 2004).

Las teorías motivacionales se enfocan en comprender los motivos y necesidades que


impulsan la conducta social de los individuos. Estas teorías exploran cómo los incentivos
internos y externos influyen en nuestras acciones y decisiones. Por ejemplo, la teoría de la
motivación humana de Maslow propone que las personas tienen una jerarquía de necesidades
que deben satisfacer, desde las necesidades básicas de supervivencia hasta las necesidades de
autorrealización.

Las teorías del aprendizaje se centran en cómo adquirimos y modificamos nuestras conductas
a través de la observación, la imitación y la retroalimentación social. Estas teorías consideran
la importancia del entorno y las experiencias pasadas en el desarrollo de nuestras respuestas
sociales. Por ejemplo, la teoría del aprendizaje social de Bandura sostiene que el aprendizaje
ocurre a través de la observación de los modelos y la imitación de su comportamiento.
Las teorías cognitivas exploran cómo pensamos y procesamos la información social. Se
enfocan en temas como las actitudes, los estereotipos

os, la comparación social y la atribución, buscando comprender cómo nuestras cogniciones


influyen en nuestras interacciones con los demás. Por ejemplo, la teoría de la disonancia
cognitiva de Festinger postula que las personas experimentan una incomodidad psicológica
cuando sus actitudes y comportamientos están en conflicto, lo que las motiva a reducir la
disonancia a través de cambios cognitivos o conductuales.

Las teorías de la toma de decisiones investigan los procesos cognitivos que utilizamos al
tomar decisiones en contextos sociales. Estas teorías buscan comprender cómo evaluamos las
opciones, consideramos las consecuencias y nos enfrentamos a los conflictos de elección en
situaciones sociales. Por ejemplo, la teoría de la racionalidad limitada de Simon sostiene que
las personas toman decisiones racionales pero limitadas por su capacidad cognitiva y la
información disponible.

Las teorías de la interdependencia se centran en la influencia mutua y las relaciones entre los
individuos. Estas teorías examinan cómo nos relacionamos, cooperamos, competimos y nos
influimos unos a otros en diferentes contextos sociales. Por ejemplo, la teoría de la
interdependencia de Thibaut y Kelley propone que las interacciones sociales están
influenciadas por el equilibrio de recompensas y costos percibidos en la relación.

Estas teorías de la influencia social se ocupan de comprender los procesos y estrategias que
utilizamos para influir en los demás y cómo respondemos a los intentos de influencia de los
demás. Algunas de estas teorías incluyen las teorías del aprendizaje, que exploran cómo el
condicionamiento y la recompensa pueden influir en el comportamiento de las personas.
Otras teorías, como la teoría de la persuasión, se centran en cómo los mensajes persuasivos y
las estrategias de comunicación pueden cambiar las actitudes y comportamientos de las
personas. La teoría de la disonancia cognitiva, por otro lado, investiga cómo las personas
experimentan una incomodidad psicológica cuando sus actitudes y comportamientos están en
conflicto y cómo pueden resolver esa disonancia.

Además, las teorías de la cognición social se dedican al estudio de cómo las personas piensan
y procesan la información sobre los demás. Por ejemplo, la teoría de los estereotipos examina
cómo los estereotipos influyen en nuestra percepción y evaluación de los demás, mientras que
la teoría de la atribución investiga cómo explicamos las causas del comportamiento de las
personas, ya sea atribuyéndolas a factores internos (como la personalidad) o externos (como
la situación).

Por otro lado, las teorías de las relaciones sociales se centran en comprender cómo
interactuamos con otras personas en diferentes contextos. La teoría de la equidad explora
cómo las personas perciben y buscan mantener el equilibrio y la justicia en sus relaciones
interpersonales. La teoría de los roles, por su parte, se ocupa de cómo los roles sociales y las
expectativas asociadas influyen en el comportamiento de las personas en los grupos y en la
sociedad en general. Además, las teorías de los procesos de grupo analizan cómo los grupos
se forman, toman decisiones, resuelven conflictos y ejercen influencia en sus miembros
(Eguzquiza, 2011).

Asimismo, las teorías de las comunidades se enfocan en entender las interacciones y


dinámicas sociales a nivel de grupos más amplios, como las organizaciones y las
comunidades. La teoría de la comunidad busca comprender cómo los individuos se
relacionan, colaboran y se organizan en comunidades, y cómo estas interacciones influyen en
su bienestar y desarrollo Hollander (1981).

Es importante tener en cuenta que estas teorías no son excluyentes entre sí, sino que se
complementan y se entrelazan para proporcionar una comprensión más completa de los
procesos sociales. La psicología social adopta un enfoque integrador que busca abordar la
complejidad de las interacciones humanas y los fenómenos sociales desde múltiples
perspectivas teóricas (Mori, 2010.

En cuanto a los principios de la psicología social, estos describen los pasos básicos mediante
los cuales los seres humanos piensan, sienten y actúan en contextos sociales. Estos principios
nos ayudan a comprender mejor los mecanismos subyacentes de nuestra conducta social y
cómo interactuamos con los demás.

Uno de los principios importantes en la psicología social es el conflicto de


aproximación-evitación. Este principio se refiere a la ambivalencia que experimentamos
cuando nos enfrentamos a situaciones en las que hay aspectos positivos y negativos. Por
ejemplo, imaginemos que recibimos una oferta de trabajo en una ciudad nueva y
emocionante. Por un lado, nos sentimos atraídos por las oportunidades que la ciudad puede
ofrecer, como un trabajo interesante y un ambiente cultural vibrante. Sin embargo, por otro
lado, también nos preocupa dejar atrás nuestras redes de apoyo y enfrentarnos a los desafíos
de establecernos en un lugar desconocido. Este conflicto de aproximación-evitación puede
generar sentimientos contradictorios y dificultar la toma de decisiones.

Otro principio relevante es el "pie en la puerta y el portazo en la cara". Este principio se basa
en la idea de que las personas son más propensas a cumplir con una solicitud si previamente
se les ha hecho una solicitud más pequeña y fácil de aceptar. Esta estrategia se conoce como
"pie en la puerta", ya que implica obtener un compromiso inicial antes de solicitar algo más
grande. Por ejemplo, un vendedor puede comenzar pidiendo a un cliente que pruebe una
muestra gratuita de su producto, y luego, una vez que el cliente ha aceptado, hacerle una
oferta para comprar el producto completo. Esta estrategia aprovecha el principio psicológico
de coherencia y la tendencia humana a seguir siendo congruentes con nuestras acciones
pasadas (Quezada, 2012).

Por otro lado, el "portazo en la cara" se refiere a la táctica de hacer una solicitud grande y
luego, cuando se rechaza, hacer una solicitud más pequeña y razonable. La teoría detrás de
este principio es que, al comparar la segunda solicitud con la primera, la persona puede
sentirse más inclinada a aceptarla, ya que la segunda solicitud parece más razonable en
comparación con la primera. Por ejemplo, un vendedor puede comenzar pidiendo a un cliente
que compre un producto costoso, y cuando el cliente rechaza la oferta, hacerle una segunda
oferta para un producto de menor precio. Esta estrategia se basa en

el principio de reciprocidad y la tendencia humana a querer responder de manera equitativa a


las solicitudes y favores recibidos.

Estos son solo algunos ejemplos de los principios que la psicología social ha identificado para
comprender mejor la conducta social humana. Es importante tener en cuenta que estos
principios no son absolutos y que la conducta humana es compleja y multidimensional,
influenciada por una variedad de factores individuales y contextuales. Sin embargo, estos
principios nos proporcionan un marco útil para entender algunos de los mecanismos clave
que subyacen a nuestra conducta en el ámbito social.

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