Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Psicología Social es una disciplina científica que pertenece tanto a la Psicología como a
las Ciencias Sociales. Como rama de la Psicología, se enfoca en el estudio de los procesos
psicológicos que ocurren en situaciones sociales y cómo las personas interactúan y se
influyen mutuamente en ellas. La Psicología Social utiliza métodos de investigación
empíricos para estudiar el comportamiento humano en situaciones sociales y cómo se ven
afectados por factores cognitivos, emocionales, culturales y sociales.
Por otro lado, la Psicología Social también es una rama de las Ciencias Sociales, ya que se
enfoca en el estudio de las interacciones y relaciones entre las personas en diferentes
contextos sociales y culturales. La Psicología Social aborda temas como la identidad social,
la conformidad, la persuasión, la agresión, los estereotipos, la discriminación y el prejuicio,
entre otros, que son relevantes para el estudio de las relaciones sociales y la convivencia
humana.
Definiciones y objetivos.
Una de las definiciones más comunes de la psicología social es la siguiente: "La psicología
social se enfoca en cómo las personas piensan, sienten y se comportan en situaciones
sociales, y cómo sus pensamientos, sentimientos y comportamientos son influenciados por
el entorno social en el que se encuentran". Esta definición destaca la importancia del
entorno social como un factor clave en el comportamiento humano y enfatiza la idea de que
los procesos psicológicos y sociales son interdependientes.
La psicología social se centra en cómo las personas influyen entre sí, desde cómo se
forman las actitudes hasta cómo las personas toman decisiones y cómo los grupos
trabajan juntos.
La psicología social se preocupa por cómo se forman las actitudes de las personas,
cómo se mantienen y cómo pueden ser modificadas.
La psicología social explora cómo las emociones y los estados de ánimo influyen
en el comportamiento social, desde cómo las emociones pueden ser contagiosas
hasta cómo pueden afectar la toma de decisiones.
La psicología social se enfoca en cómo funcionan los grupos y cómo los individuos
interactúan dentro de ellos.
La psicología social se preocupa por cómo las personas perciben a los demás y
cómo estos procesos influyen en la interacción social.
La influencia social: esta área se enfoca en cómo las personas son influenciadas
por otros y cómo influyen a su vez en ellos. Dentro de esta área, se estudian temas
como la conformidad, la obediencia, la persuasión y la normatividad social.
Los procesos cognitivos: esta área se enfoca en cómo las personas procesan y
organizan la información en situaciones sociales. Dentro de esta área, se estudian
temas como la percepción social, la memoria social, la toma de decisiones y los
prejuicios cognitivos.
Los grupos sociales: esta área se enfoca en cómo los grupos sociales se forman, se
mantienen y se influyen mutuamente. Dentro de esta área, se estudian temas como
la dinámica de los grupos, la cohesión de los grupos y la toma de decisiones en
grupo.
La investigación psicosocial.
La investigación psicosocial tiene como objetivo entender cómo las personas se relacionan
entre sí y cómo estas relaciones afectan su comportamiento y bienestar. Los temas de
investigación en psicología social incluyen la identidad social, la influencia social, la
percepción social, los prejuicios y la discriminación, la conducta prosocial y antisocial, la
cognición social, entre otros. La investigación psicosocial puede contribuir a la mejora de
políticas públicas y programas sociales que buscan fomentar una convivencia más justa y
equitativa en la sociedad.
Diseños teóricos: Los diseños teóricos son aquellos que se basan en teorías previas para
generar nuevas hipótesis y explicaciones sobre los fenómenos psicosociales. Estos diseños
incluyen:
Diseños empíricos:
Los diseños empíricos son aquellos que se basan en la recolección de datos empíricos para
probar hipótesis y verificar teorías. Estos diseños incluyen:
La psicología social utiliza diversos métodos y técnicas de investigación para estudiar los
procesos psicológicos que ocurren en situaciones sociales y cómo las personas interactúan y
se influyen mutuamente en ellas. A continuación, se presentan algunos de los métodos y
técnicas de investigación más comunes en la psicología social:
Sesgo del investigador: los sesgos del investigador pueden influir en los resultados
de la investigación psicosocial. Por ejemplo, si un investigador tiene una hipótesis
particular, puede involuntariamente influir en la forma en que interpreta los
resultados.
Etapa de la Psicología Social clásica: esta etapa abarca desde finales del siglo XIX
hasta la década de 1920. Los primeros psicólogos sociales se enfocaron en estudiar
la percepción social y la formación de impresiones sociales. Algunos de los
nombres más destacados de esta época incluyen a William James, Edward Titchener
y George Herbert Mead.
La teoría del parentesco: la teoría del parentesco explica cómo la relación entre los
individuos influye en su comportamiento social. Esta teoría se basa en la idea de que
los seres humanos tienden a ayudar a los miembros de su familia porque comparten
más genes con ellos que con otros individuos.
Sociología contemporánea.
Teoría de la acción social: esta teoría se enfoca en la acción individual y cómo ésta
influye en la sociedad. La teoría de la acción social busca entender cómo las
personas toman decisiones y cómo estas decisiones influyen en la sociedad.
Teoría del conflicto: esta teoría se enfoca en el conflicto social y cómo éste influye
en la sociedad. La teoría del conflicto sugiere que la sociedad está compuesta de
diferentes grupos que tienen intereses en conflicto, y que el cambio social ocurre
cuando estos grupos entran en conflicto.
En términos de la herencia, la Psicología Social reconoce que los genes juegan un papel
importante en la determinación de ciertos aspectos del comportamiento humano, como la
personalidad y el temperamento. Sin embargo, también se reconoce que la expresión de
estos genes puede ser influenciada por el ambiente en el que se desarrolla el individuo. Por
ejemplo, una persona con una predisposición genética a la timidez puede desarrollar
habilidades sociales efectivas si crece en un ambiente estimulante y de apoyo.
La Psicología Social reconoce que el cuerpo humano tiene una serie de características que
influyen en el comportamiento social, como la edad, el sexo, la raza, la salud y la apariencia
física. Estas características pueden influir en cómo las personas son percibidas y tratadas en
la sociedad y, a su vez, cómo responden y se comportan en situaciones sociales.
Por ejemplo, se sabe que los estereotipos de género influyen en la forma en que los
hombres y las mujeres son percibidos y tratados en la sociedad, y que estos estereotipos
pueden afectar el comportamiento de las personas. Además, la edad y la apariencia física
también pueden influir en cómo las personas son tratadas en la sociedad y cómo se
comportan en situaciones sociales.
Motivación humana.
La motivación humana también puede ser afectada por factores culturales, sociales y
psicológicos. Por ejemplo, las normas culturales y las expectativas sociales pueden influir
en las metas y objetivos que las personas persiguen, mientras que los traumas emocionales
y las experiencias pasadas pueden afectar la motivación y la forma en que las personas ven
el mundo.
Las motivaciones sociales básicas son los impulsos o necesidades internas que influyen en
el comportamiento de las personas en situaciones sociales. Estas motivaciones son
consideradas como fundamentales porque son comunes a todas las personas,
independientemente de su cultura, género o edad.
Las principales motivaciones sociales básicas identificadas por la Psicología Social son:
Individuo y sociedad
La psicología social se ocupa de estudiar cómo las personas se relacionan entre sí y cómo la
sociedad influye en el comportamiento humano. Los estudios en este campo han mostrado
que las personas son altamente sensibles a las normas sociales y a las expectativas de los
demás, y que a menudo adaptan su comportamiento para ajustarse a estas normas y
expectativas.
Por ejemplo, los estudios sobre conformidad han demostrado que las personas tienden a
conformarse con las opiniones y comportamientos de los demás, incluso si esto va en contra
de sus propias creencias y valores. Asimismo, los estudios sobre obediencia han
demostrado que las personas pueden ser influenciadas para realizar acciones que van en
contra de sus propias convicciones éticas y morales, si se les da la orden por una autoridad
legítima.
Sin embargo, también es importante destacar que los individuos no son simples productos
de su entorno social, sino que tienen la capacidad de influir en su entorno y de modificar las
normas y expectativas sociales. Por ejemplo, los movimientos sociales y las acciones
colectivas son ejemplos de cómo los individuos pueden trabajar juntos para cambiar las
estructuras sociales y crear nuevas normas y valores.
Las estructuras sociales son patrones de relaciones sociales que se repiten a través del
tiempo y que organizan las interacciones entre los individuos de una sociedad. Estas
estructuras pueden ser formales, como las instituciones políticas, jurídicas y económicas, o
informales, como las normas sociales y las relaciones interpersonales.
Las estructuras sociales son importantes porque influyen en la forma en que las personas se
comportan y se relacionan entre sí. Por ejemplo, las normas sociales y las expectativas
culturales pueden limitar o fomentar ciertos comportamientos y actitudes en los individuos,
y las instituciones políticas y económicas pueden proporcionar oportunidades o barreras
para el acceso a recursos y bienes.
En la psicología social, se han realizado numerosos estudios para comprender cómo las
estructuras sociales influyen en el comportamiento humano. Por ejemplo, se ha demostrado
que las normas sociales y las expectativas culturales pueden influir en la forma en que las
personas perciben y evalúan a los demás, así como en la forma en que se comportan en
situaciones sociales.
Asimismo, los estudios sobre desigualdad social han mostrado cómo las estructuras sociales
pueden influir en la distribución desigual de recursos y oportunidades entre los individuos
de una sociedad, y cómo esto puede tener efectos negativos en la salud y el bienestar de los
individuos más desfavorecidos.
Es importante destacar que las estructuras sociales no son estáticas, sino que están en
constante cambio y evolución. Los movimientos sociales, las luchas políticas y los avances
tecnológicos pueden tener un impacto significativo en las estructuras sociales existentes y
en la forma en que los individuos se relacionan entre sí.
En conclusión, las estructuras sociales son patrones de relaciones sociales que organizan las
interacciones entre los individuos de una sociedad. Comprender estas estructuras es crucial
para entender cómo las normas sociales, las instituciones políticas y económicas y otras
características culturales y sociales influyen en el comportamiento humano y en la
distribución de recursos y oportunidades en una sociedad.
Clases de grupos.
Grupos primarios: Son aquellos en los que la interacción entre sus miembros es
más cercana, personal e íntima. Estos grupos suelen ser pequeños y estar formados
por personas que se conocen bien entre sí, como la familia, los amigos cercanos o
los compañeros de trabajo más cercanos. La interacción en los grupos primarios es
fundamental para el desarrollo de la identidad y la personalidad de los individuos.
Grupos secundarios: Estos grupos son más grandes y menos personales que los
grupos primarios. Están formados por individuos que comparten un interés o una
actividad común, como los grupos deportivos, los grupos de estudio o los grupos de
trabajo. En los grupos secundarios, la interacción entre sus miembros suele ser más
formal y centrada en la tarea o el objetivo común.
Grupos de referencia: Son aquellos a los que los individuos se comparan y toman
como referencia para evaluar su propia situación y posición social. Estos grupos
pueden ser reales o imaginarios, y pueden incluir tanto a personas que se admiran
como a personas que se desprecian o se evitan.
Grupos de pertenencia: Estos grupos son aquellos a los que los individuos se
sienten emocionalmente unidos y en los que se sienten aceptados e integrados. La
pertenencia a estos grupos puede ser importante para la autoestima y el bienestar
psicológico de los individuos, y puede incluir desde grupos religiosos o políticos
hasta grupos de fans de un equipo deportivo.
Grupos de no pertenencia: Por el contrario, estos grupos son aquellos a los que los
individuos no pertenecen y que pueden ser percibidos como amenazantes, extraños
o rechazantes. Estos grupos pueden incluir a personas de otras culturas, etnias o
religiones, o a grupos sociales que se perciben como diferentes o inferiores.
En conclusión, las diferentes clases de grupos que existen en la psicología social pueden
tener diferentes funciones y significados para los individuos, y pueden influir en la forma
en que se perciben a sí mismos y a los demás. Comprender las características de estos
grupos es fundamental para entender cómo se construyen las relaciones sociales y cómo se
forman las identidades sociales.
Categorías sociales.
Las categorías sociales son las etiquetas que se utilizan para clasificar a las personas en
función de características como la edad, el género, la raza, la etnia, la religión, la
orientación sexual, la profesión, entre otras. Estas categorías son importantes para la
psicología social porque influyen en la forma en que las personas se ven a sí mismas y a los
demás, y en la forma en que interactúan y se relacionan en la sociedad.
Instituciones sociales.
Los roles sociales son pautas de comportamiento que se esperan de las personas que ocupan
una determinada posición social en una sociedad. Los roles sociales son un conjunto de
expectativas que se derivan de la posición social que ocupa una persona y que están en
función de las normas, valores y creencias de la sociedad en la que vive.
Por ejemplo, el rol de un padre en una familia implica que se espera que cumpla ciertas
funciones, como proveer el sustento económico, educar y cuidar a sus hijos, y transmitir
valores y normas. De la misma manera, el rol de un médico implica que se espera que
cumpla funciones específicas, como diagnosticar y tratar enfermedades, promover la salud,
y mantener la confidencialidad y la ética profesional.
Los roles sociales pueden ser de distintos tipos, dependiendo de la sociedad y la cultura en
la que se desarrollen. Algunos de los tipos de roles sociales son:
Roles prescritos: Son los roles que se esperan que una persona cumpla en función
de su posición social. Estos roles son transmitidos por la sociedad a través de
normas, valores y expectativas sociales.
Roles desempeñados: Son los roles que efectivamente desempeña una persona en
su vida cotidiana. Estos roles pueden variar de acuerdo con las circunstancias, las
habilidades y las decisiones personales.
Roles adquiridos: Son los roles que una persona elige o adquiere a lo largo de su
vida. Por ejemplo, el rol de amigo, el rol de deportista, el rol de músico, entre otros.
Roles asignados: Son los roles que se le asignan a una persona en función de su
posición social. Por ejemplo, el rol de estudiante, el rol de trabajador, el rol de
esposo o esposa.
Roles estereotipados: Son los roles que se asocian a una determinada categoría
social, sin tener en cuenta las características individuales de la persona. Estos roles
pueden ser discriminatorios y limitar la libertad y el desarrollo personal.
Las clases y las castas son dos formas de estructuración social que existen en algunas
sociedades y que tienen implicaciones importantes en la vida de las personas. Aunque son
similares en algunos aspectos, existen diferencias fundamentales entre ambas.
Las clases sociales se refieren a la estratificación social en función del nivel de ingresos, la
educación, el trabajo y otros factores que influyen en la posición social de las personas. En
general, las clases sociales son más flexibles y permeables que las castas, lo que significa
que una persona puede cambiar de clase social a lo largo de su vida en función de su
educación, su trabajo y sus logros personales. Las clases sociales no son hereditarias, lo que
significa que los hijos no necesariamente heredan la posición social de sus padres.
Por otro lado, las castas son un sistema de estratificación social que se basa en la herencia y
en la pertenencia a un grupo social determinado. En este sistema, la posición social de una
persona está determinada desde su nacimiento y es muy difícil cambiarla a lo largo de su
vida. Las castas suelen estar definidas por la religión, la raza o el origen étnico, y en
algunas sociedades tienen un fuerte componente cultural y simbólico. Por ejemplo, en la
India existen castas que están asociadas a diferentes trabajos o profesiones, y que
históricamente han estado asociadas a diferentes niveles de prestigio y poder.
Es importante destacar que tanto las clases sociales como las castas pueden generar
desigualdades y exclusión social. En el caso de las castas, el sistema puede ser
particularmente injusto, ya que las personas están atrapadas en una posición social que no
han elegido y que no pueden cambiar fácilmente. En el caso de las clases sociales, también
existen desigualdades, aunque estas pueden ser más permeables y estar relacionadas con
factores más fácilmente modificables, como la educación y el empleo.
En conclusión, las clases y las castas son dos formas diferentes de estratificación social que
pueden tener un gran impacto en la vida de las personas. Mientras que las clases sociales
son más permeables y están basadas en factores como el ingreso y la educación, las castas
son más rígidas y están determinadas por la pertenencia a un grupo social hereditario. Es
importante trabajar por una sociedad más justa e inclusiva, que no excluya a las personas
por su origen o posición social.
Áreas sociales.
Las áreas sociales son aquellas que se enfocan en las interacciones humanas y cómo estas se
dan en diferentes contextos sociales. Algunas de las áreas sociales más importantes incluyen:
Estas son solo algunas de las muchas áreas sociales que existen y que se enfocan en entender
las interacciones humanas y las relaciones sociales en diferentes contextos.
Movilidad social.
La movilidad social se refiere a los cambios en el estatus social de una persona a lo largo
del tiempo o en relación con otros miembros de la sociedad. En otras palabras, se trata de la
capacidad de un individuo o grupo para cambiar de posición en la jerarquía social, ya sea
ascendiendo o descendiendo.
La movilidad social puede ser influenciada por diversos factores, como la educación, la
riqueza, el género, la raza o etnia, la ocupación y las oportunidades económicas. Además, la
movilidad social puede ser vista como un indicador de la igualdad de oportunidades y de la
justicia social en una sociedad.
Sin embargo, cabe destacar que la movilidad social no siempre es igual para todos los
miembros de la sociedad, y puede ser influenciada por factores estructurales y culturales,
como la discriminación, el nepotismo, la corrupción y la falta de acceso a oportunidades
económicas y educativas. Por esta razón, la movilidad social puede ser vista como un
desafío para las sociedades que buscan ser más igualitarias y justas.
TEMA V. LA CULTURA COMO CONJUNTO DE PAUTAS
DE CONDUCTA
Psicología y Cultura
La cultura influye en cómo pensamos, sentimos y actuamos, ya que los valores y normas
culturales nos dicen qué comportamientos son aceptables y cuáles no lo son. Por ejemplo, en
algunas culturas puede ser considerado inapropiado hablar en voz alta o expresar emociones
fuertes en público, mientras que en otras es más común. Estas normas culturales pueden
afectar la forma en que las personas interactúan entre sí y también pueden influir en la salud
mental.
Por otro lado, la psicología también influye en la cultura, ya que las teorías psicológicas
pueden ayudar a explicar por qué las personas se comportan de ciertas maneras en diferentes
contextos culturales. Por ejemplo, el concepto de "pensamiento colectivo" en la psicología
social se refiere a la tendencia de las personas a conformarse a las normas y valores culturales
para ser aceptadas dentro de un grupo. La psicología también puede ayudar a entender cómo
las experiencias culturales pueden afectar la salud mental de las personas, como el impacto
del racismo o la discriminación en la salud mental de las personas pertenecientes a minorías
étnicas.
En conclusión, la cultura y la psicología son dos áreas que están interconectadas y que se
influyen mutuamente. La cultura puede afectar la forma en que las personas piensan y se
comportan, mientras que la psicología puede ayudar a comprender cómo las experiencias
culturales pueden afectar la salud mental y el comportamiento humano. La psicología
transcultural es un campo importante que busca comprender estas interacciones y cómo
pueden variar en diferentes contextos culturales.
Características de la cultura.
Es diversa: Existen diferentes culturas en todo el mundo, cada una con sus propias
características y valores únicos. Estas culturas pueden diferir en términos de idioma,
religión, comida, arte, música y otros aspectos culturales.
Es universal: Todas las sociedades tienen una cultura, aunque pueden diferir en su
alcance y complejidad. La cultura es una parte esencial de la vida humana y juega un
papel importante en la forma en que las personas interactúan y se relacionan entre sí.
En resumen, la cultura es un conjunto de valores, creencias, costumbres y prácticas
compartidas por un grupo de personas. La cultura es aprendida, simbólica, dinámica, diversa,
compartimentada y universal. Comprender estas características puede ayudarnos a entender la
importancia de la cultura en la vida humana y cómo influye en la forma en que las personas se
relacionan entre sí.
Evolución cultural
La evolución cultural puede ser influenciada por factores internos, como la innovación, la
creatividad y la iniciativa individual, así como por factores externos, como la migración, la
globalización y la interacción cultural. A lo largo de la historia, la evolución cultural ha dado
lugar a una enorme diversidad de culturas y formas de vida en todo el mundo.
Las ideologías
Las ideologías son conjuntos de creencias, valores, ideas y principios que se utilizan para
explicar y justificar la organización social, política y económica de una sociedad. Las
ideologías pueden ser tanto positivas como negativas, y pueden tener un impacto significativo
en la forma en que se organizan y operan las sociedades.
Estas son solo algunas de las muchas ideologías que existen en la sociedad actual. Cada
ideología tiene sus propias creencias, valores y principios, y puede tener un impacto
significativo en la forma en que se organizan y operan las sociedades.
La idea de la cultura como un conjunto de pautas de conducta es una perspectiva que ha sido
defendida por algunas ideologías, como el funcionalismo y el estructuralismo. Según esta
perspectiva, la cultura consiste en un conjunto de normas, valores y prácticas que se
transmiten de generación en generación y que regulan el comportamiento de los individuos
dentro de una sociedad.
Para el funcionalismo, la cultura se considera un conjunto de pautas que cumplen una función
específica en la sociedad, como la regulación del comportamiento y la promoción de la
cohesión social. Según esta perspectiva, la cultura es esencial para el funcionamiento efectivo
de la sociedad y se adapta a las necesidades y demandas cambiantes de la misma.
Por otro lado, el estructuralismo ve la cultura como un sistema de significados y símbolos que
se utilizan para interpretar y entender el mundo. Según esta perspectiva, la cultura está
compuesta por una serie de elementos interconectados que forman una estructura coherente y
simbólica. Esta estructura se manifiesta en las diferentes prácticas culturales y se utiliza para
construir el sentido de identidad y pertenencia de los individuos dentro de la sociedad.
Si bien la idea de la cultura como un conjunto de pautas de conducta ha sido defendida por
algunas ideologías, es importante señalar que esta perspectiva no refleja la complejidad y
diversidad de la cultura. La cultura es un fenómeno complejo y multifacético que incluye
aspectos simbólicos, materiales, históricos, políticos y económicos, entre otros.
Cambio social: Las ideologías pueden ser utilizadas para promover el cambio social
y la transformación de la sociedad. Al desafiar las normas y valores establecidos y
proponer alternativas, se puede influir en la dirección del cambio social.
En general, las ideologías tienen un papel importante en la construcción de la realidad social y
en la forma en que los individuos interpretan y actúan en el mundo. Las ideologías pueden
tener tanto efectos positivos como negativos, y es importante comprender cómo funcionan y
cómo influyen en la sociedad y en el individuo.
La cultura y la personalidad
2. Valores y creencias: Los valores y creencias son aspectos clave de la cultura que
influyen en la personalidad de una persona. Por ejemplo, en una cultura que valora la
independencia y la autonomía, es probable que las personas desarrollen una
personalidad más individualista, mientras que en una cultura que valora la
cooperación y la interdependencia, es probable que las personas desarrollen una
personalidad más colectivista.
Las subculturas son grupos sociales que comparten ciertas características, intereses o valores
que los diferencian de la cultura dominante de la sociedad en la que viven. A continuación, se
describen algunas de las características de las subculturas:
4. Pueden tener una jerarquía interna: Aunque las subculturas se caracterizan por su
unidad y solidaridad, a menudo tienen una jerarquía interna que refleja la
experiencia, el compromiso y la contribución de cada miembro al grupo. Por
ejemplo, en la subcultura del grafiti, los artistas más experimentados pueden ser
considerados como líderes y tener más respeto dentro del grupo.
En resumen, las subculturas son grupos sociales que comparten ciertas características,
intereses o valores que los diferencian de la cultura dominante de la sociedad en la que viven.
Estas subculturas tienen sus propias prácticas, lenguaje y símbolos, y a menudo son objeto de
estereotipos y prejuicios por parte de la cultura dominante.
Fenómenos transculturales.
Los fenómenos transculturales son aquellos que trascienden las diferencias culturales y se
presentan en diferentes sociedades y culturas. Estos fenómenos pueden ser productos
culturales, comportamientos, creencias o valores que se encuentran en múltiples culturas
alrededor del mundo. Algunos ejemplos de fenómenos transculturales son:
Los deportes: Los deportes son otro fenómeno transcultural que se encuentra en
todo el mundo. Aunque los deportes pueden variar en popularidad y reglas según la
cultura, su capacidad para unir a las personas en torno a una actividad física común
es universal.
La religión: Aunque las religiones pueden ser diferentes en sus prácticas, creencias y
rituales, la búsqueda de significado y propósito en la vida es un fenómeno
transcultural que se encuentra en todas las culturas.
Estos son solo algunos ejemplos de fenómenos transculturales que se encuentran en diferentes
culturas y sociedades del mundo. La identificación y estudio de estos fenómenos puede
ayudar a las personas a comprender mejor las similitudes y diferencias entre las culturas, y a
apreciar la diversidad cultural.
Aculturación
Por otro lado, la aculturación también puede ser un proceso difícil y traumático,
especialmente cuando una cultura dominante ejerce presión sobre una cultura minoritaria.
Esto puede dar lugar a la pérdida de tradiciones, costumbres y lenguas propias de una cultura,
lo que puede generar sentimientos de alienación y desarraigo.
Las actitudes son evaluaciones positivas o negativas que las personas tienen sobre personas,
objetos, situaciones o ideas. En términos más simples, una actitud es una evaluación subjetiva
de algo o alguien, que puede ser expresada en términos de aprobación o desaprobación, gusto
o disgusto, atracción o repulsión, entre otros.
Las actitudes pueden tener diferentes componentes, como el componente cognitivo, que se
refiere a las creencias y pensamientos que una persona tiene sobre algo o alguien, el
componente afectivo, que se refiere a las emociones o sentimientos asociados a esa
evaluación, y el componente conductual, que se refiere a las acciones o comportamientos que
resultan de esa evaluación.
Las actitudes son importantes en diferentes ámbitos de la vida, incluyendo en el ámbito social,
político, económico y personal. El estudio de las actitudes es una disciplina de la psicología
social y es fundamental para entender cómo las personas perciben, juzgan y se comportan en
el mundo que les rodea.
En psicología social, se han identificado varias funciones que cumplen las actitudes en la vida
de las personas, y que pueden explicar por qué las personas las forman, mantienen y
modifican. Algunas de las funciones más importantes son:
Función utilitaria: las actitudes pueden ayudar a las personas a alcanzar objetivos y
satisfacer necesidades. Por ejemplo, si una persona tiene una actitud positiva hacia el
ejercicio físico, es más probable que realice actividad física regularmente y mejore su
salud.
Función de ajuste social: las actitudes pueden ayudar a las personas a identificarse
con un grupo social y a mantener relaciones positivas con los demás. Por ejemplo, si
una persona tiene una actitud positiva hacia el equipo de fútbol local, puede sentirse
más cercana a otros aficionados y mejorar sus relaciones sociales.
Función cognitiva: las actitudes pueden ayudar a las personas a organizar y procesar
la información que reciben del mundo, y a hacer juicios más rápidos y eficientes. Por
ejemplo, si una persona tiene una actitud positiva hacia la marca de automóviles
Toyota, puede evaluar más rápidamente la calidad y la fiabilidad de sus productos al
recibir información al respecto.
Estas funciones pueden interactuar entre sí y depender del contexto y las circunstancias
individuales, y pueden explicar por qué las personas forman y mantienen actitudes que no
siempre parecen racionales o coherentes con la realidad.
La formación y los cambios de actitudes son procesos complejos que están influenciados por
una variedad de factores, como la experiencia personal, la cultura, la comunicación
interpersonal, los medios de comunicación, entre otros.
Sin embargo, la formación de actitudes también puede ser influenciada por la comunicación
interpersonal y los medios de comunicación. La persuasión es un proceso por el cual una
persona o grupo intenta cambiar las actitudes o comportamientos de otra persona o grupo. Las
tácticas persuasivas comunes incluyen la presentación de argumentos, la apelación a las
emociones y la credibilidad del comunicador.
Por otro lado, los cambios de actitudes pueden ser difíciles de lograr, ya que las actitudes
están arraigadas en los valores y creencias personales. Los cambios de actitudes pueden ser
influenciados por la persuasión, pero también pueden ser el resultado de una experiencia
personal que desafía la actitud previa. Por ejemplo, una persona que tiene una actitud negativa
hacia una minoría puede cambiar su actitud después de tener una experiencia positiva con
alguien de esa minoría.
Los cambios de actitudes también pueden ser influenciados por la conformidad social. La
conformidad es un proceso por el cual una persona ajusta su comportamiento o actitudes para
adaptarse a las normas sociales del grupo. Por ejemplo, si una persona está rodeada de
personas con una actitud positiva hacia un objeto o persona, es probable que se ajuste a esa
actitud para adaptarse al grupo.
En general, la formación y los cambios de actitudes son procesos complejos que están
influenciados por una variedad de factores. La persuasión, la experiencia personal y la
conformidad social son solo algunos de los factores que pueden influir en la formación y los
cambios de actitudes
Hay varias teorías acerca del cambio de actitudes en psicología social. A continuación, se
describen algunas de las teorías más importantes:
Teoría de la congruencia cognitiva: esta teoría sugiere que las personas buscan
tener consistencia entre sus actitudes, creencias y comportamientos. Si una persona
experimenta disonancia cognitiva, es decir, una falta de congruencia entre estos
elementos puede cambiar su actitud para reducir la disonancia.
Teoría del balance: esta teoría sugiere que las personas buscan tener equilibrio en
sus relaciones sociales. Por ejemplo, si una persona tiene una actitud positiva hacia
otra persona, pero esa persona tiene una actitud negativa hacia ellas, la persona puede
cambiar su actitud para restablecer el equilibrio en la relación.
Teoría de la auto-afirmación: esta teoría sugiere que las personas buscan mantener
una imagen positiva de sí mismas. Si una persona recibe información que amenaza su
autoestima o autoconcepto, puede cambiar su actitud para mantener una imagen
positiva de sí misma.
Cada una de estas teorías ofrece una perspectiva diferente sobre cómo se forman y cambian
las actitudes. El enfoque que se adopta dependerá de la situación específica y los objetivos de
cambio de actitudes que se persigan.
A pesar de que el cambio de actitudes puede ser beneficioso en muchas situaciones, las
personas pueden experimentar resistencias al cambio de actitudes. Algunas de las razones por
las cuales las personas pueden resistirse al cambio de actitudes incluyen:
1. Inercia cognitiva: Las personas tienden a resistir los cambios porque tienen una
tendencia natural a mantenerse en su zona de confort y a evitar el cambio. Las
actitudes son parte de la identidad de una persona y, por lo tanto, cambiarlas puede
ser un proceso difícil y desafiante.
2. Identidad social: Las actitudes pueden ser un reflejo de la identidad social de una
persona, es decir, de su pertenencia a un grupo social. Cambiar de actitud puede
significar alejarse del grupo social con el que se identifica, lo cual puede ser un
proceso doloroso y difícil.
Es importante tener en cuenta que las resistencias al cambio de actitudes son normales y que
el proceso de cambio de actitudes puede ser lento y gradual. Es necesario tener paciencia y
comprensión para ayudar a las personas a superar sus resistencias al cambio de actitudes.
Escalas de actitudes
Las escalas de actitudes son herramientas utilizadas por los investigadores para medir las
actitudes de las personas hacia un objeto o tema particular. Estas escalas se utilizan para
recopilar datos numéricos sobre las actitudes de las personas que luego se pueden analizar
estadísticamente.
Las escalas de actitudes pueden ser unipolares o bipolares. Las escalas unipolares miden el
grado de acuerdo o desacuerdo de una persona con una afirmación particular, mientras que las
escalas bipolares miden el grado de preferencia o aversión de una persona hacia un objeto o
tema particular.
Escala de Likert: La escala de Likert es una escala unipolar que mide el grado de
acuerdo o desacuerdo de una persona con una afirmación particular. Por ejemplo, una
afirmación podría ser "Estoy de acuerdo en que el cambio climático es un problema
grave", y la persona podría responder en una escala de cinco puntos que va desde
"Totalmente en desacuerdo" a "Totalmente de acuerdo".
Las escalas de actitudes son herramientas útiles para medir las actitudes de las personas y
pueden ser utilizadas en una amplia variedad de contextos, desde la investigación académica
hasta la investigación de mercado y la toma de decisiones políticas.
Importancia de las actitudes en la Psicología Social
Las actitudes son importantes en la psicología social porque influyen en cómo las personas
piensan, sienten y se comportan hacia diferentes objetos, personas y situaciones en su entorno
social. Las actitudes pueden ser evaluaciones positivas o negativas de algo y pueden estar
influenciadas por factores personales, sociales y culturales.
Además, las actitudes son importantes porque pueden ser modificadas a través de la
persuasión y la comunicación efectiva, lo que puede tener un impacto positivo en la forma en
que las personas se relacionan entre sí y en su entorno social. Por ejemplo, los esfuerzos para
cambiar las actitudes negativas hacia la diversidad y la inclusión pueden tener un impacto
positivo en la construcción de comunidades más justas y equitativas.
TEMA VII. LOS GRUPOS SOCIALES
Definición de grupos
En psicología social, un grupo se define como dos o más personas que interactúan entre sí,
comparten una identidad común y tienen objetivos y normas compartidas. Los grupos pueden
variar en tamaño, desde pequeñas agrupaciones de dos o tres personas hasta grupos grandes y
complejos como organizaciones, sociedades o comunidades.
Los grupos pueden ser formales o informales. Los grupos formales se establecen con un
propósito específico y tienen una estructura definida con roles y responsabilidades claras.
Estos incluyen, por ejemplo, equipos de trabajo en una empresa, comités en una organización,
etc.
Por otro lado, los grupos informales se forman naturalmente a través de la interacción social y
pueden tener una estructura menos definida y más fluida. Ejemplos de grupos informales
incluyen amigos, clubes sociales, grupos de aficionados, etc.
Los grupos pueden influir en las actitudes, los comportamientos y las emociones de sus
miembros, y pueden ser un objeto de estudio importante en la psicología social debido a su
impacto en la identidad social, la conformidad, la persuasión y otros fenómenos psicosociales.
Los grupos pueden cumplir una variedad de funciones para sus miembros, tanto a nivel
individual como colectivo. A continuación, se describen algunas de las funciones más
comunes de los grupos:
6. Aprendizaje social: los grupos pueden ser una fuente de aprendizaje social, en el
que los miembros aprenden unos de otros y adquieren habilidades y conocimientos a
través de la observación y la imitación.
Estas funciones pueden variar según el tipo y la finalidad del grupo, así como la cultura y el
contexto en el que se encuentre. Sin embargo, en general, los grupos pueden ser una fuente
importante de apoyo, información, identidad, motivación, control y aprendizaje social para
sus miembros.
1. Estructura formal: los grupos formales tienen una estructura definida con roles y
responsabilidades claras, y son establecidos con un propósito específico. Ejemplos de
grupos formales incluyen equipos de trabajo en una empresa, comités en una
organización, etc.
Estas son solo algunas de las estructuras de los grupos más comunes, y es importante tener en
cuenta que los grupos pueden tener estructuras mixtas o combinar varias de estas
características. La estructura de un grupo puede afectar su dinámica, sus objetivos y su
eficacia para lograr su finalidad.
El grupo de pertenencia se refiere al grupo al que una persona pertenece y con el que se
identifica. Este puede ser un grupo social como la familia, el trabajo, la religión, la política,
etc. La pertenencia a un grupo puede influir en la forma en que la persona se percibe a sí
misma, en su comportamiento y en sus actitudes hacia otros grupos.
El grupo de referencia, por otro lado, es un grupo con el que una persona no necesariamente
tiene una pertenencia activa, pero que utiliza como punto de referencia para comparar su
comportamiento, actitudes y valores. Los grupos de referencia pueden ser personas, grupos
sociales, estereotipos, etc. Por ejemplo, un adolescente puede utilizar a un grupo de
celebridades como su grupo de referencia para comparar su apariencia y comportamiento.
Ambos tipos de grupos pueden influir en la forma en que las personas se comportan y toman
decisiones. El grupo de pertenencia puede tener un efecto de conformidad, donde los
miembros del grupo tienden a adoptar las actitudes y comportamientos del grupo para encajar
mejor. El grupo de referencia puede tener un efecto de influencia social, donde la persona se
siente presionada para cumplir con las normas y expectativas del grupo de referencia.
Es importante tener en cuenta que una persona puede tener múltiples grupos de pertenencia y
referencia, y que estos pueden cambiar con el tiempo y las circunstancias. La pertenencia y
referencia a un grupo puede ser influenciada por factores como la edad, el género, la cultura y
la situación social.
Los grupos pueden tener una amplia variedad de características, pero aquí se presentan
algunas de las más comunes:
3. Metas compartidas: los grupos suelen tener una meta o propósito común que
buscan lograr juntos. Esto puede ser una tarea, un proyecto o simplemente la
satisfacción de necesidades emocionales o sociales.
4. Roles: los miembros del grupo desempeñan diferentes roles y tienen diferentes
responsabilidades dentro del grupo. Estos roles pueden ser formales, como líder o
secretario, o informales, como el "chistoso" del grupo.
7. Poder: los grupos pueden tener una estructura jerárquica y algunos miembros pueden
tener más poder o influencia que otros. Esto puede depender de factores como la
posición formal dentro del grupo, la experiencia o el conocimiento.
8. Intimidad: los grupos pueden ser una fuente de intimidad emocional y social para
sus miembros. Esto puede incluir apoyo emocional, amistad y sentimientos de
pertenencia.
Es importante tener en cuenta que los grupos pueden variar en su estructura, función y
dinámica, y que no todos los grupos tendrán todas estas características en la misma medida.
Además, los grupos pueden cambiar con el tiempo y pueden ser influenciados por factores
como el tamaño, la duración, el contexto y la composición de los miembros.
Clases de grupos.
Hay diferentes maneras de clasificar los grupos, pero aquí presentamos algunas de las más
comunes:
1. Grupos formales e informales: los grupos formales son aquellos que se crean con
un propósito específico, como una empresa, una organización sin fines de lucro o un
equipo deportivo. Por otro lado, los grupos informales son aquellos que se forman
naturalmente, como un grupo de amigos o un grupo de compañeros de trabajo que se
reúnen durante el almuerzo.
2. Grupos primarios y secundarios: los grupos primarios son aquellos en los que los
miembros tienen relaciones más íntimas y emocionales, como la familia o un grupo
de amigos cercanos. Los grupos secundarios son aquellos en los que los miembros
tienen relaciones más formales y menos personales, como un grupo de trabajo o un
club.
Es importante tener en cuenta que estos tipos de grupos no son mutuamente excluyentes y que
los grupos pueden pertenecer a más de una categoría a la vez. Además, los grupos pueden
cambiar a lo largo del tiempo y su clasificación puede variar en función de diferentes factores.
TEMA VIII. COMPORTAMIENTO DE LAS MASAS
Definición de masas
Las masas pueden ser temporales o permanentes, dependiendo del propósito y la duración de
su existencia. Por ejemplo, una manifestación política puede ser considerada una masa
temporal, mientras que un partido político puede ser considerado una masa permanente.
Las masas pueden tener diferentes grados de organización y cohesión, y pueden ser
influenciadas por líderes, ideologías o emociones colectivas. La dinámica de las masas ha sido
objeto de estudio en la sociología y la psicología social, y ha sido relacionada con fenómenos
como el comportamiento de masas, la propaganda política y la manipulación de masas.
En la psicología social, el estudio de las masas se enfoca en cómo los individuos se comportan
y se relacionan dentro de grupos grandes y cómo estos grupos influyen en el comportamiento
y la cognición individuales.
Se ha descubierto que las masas tienen características específicas, como una mayor
homogeneidad de pensamiento y una menor responsabilidad individual. Los individuos que
forman parte de una masa pueden sentirse más anónimos y menos responsables de sus
acciones, lo que puede llevar a comportamientos impulsivos o violentos.
La dinámica de las masas también puede ser influenciada por la presencia de líderes
carismáticos, la manipulación emocional, la propaganda y la influencia social. La teoría de la
psicología social conocida como "psicología de las masas" estudia cómo los individuos
interactúan y se influyen mutuamente dentro de los grupos grandes, y cómo estos procesos
puede llevar a comportamientos extremos o irracionales.
En general, el estudio de las masas en la psicología social ha ayudado a entender cómo los
grupos grandes pueden afectar el comportamiento y la cognición de los individuos y cómo se
pueden prevenir o controlar comportamientos negativos en las masas, como la violencia o el
fanatismo.
1. Homogeneidad de pensamiento: Las personas que forman parte de una masa tienen
una tendencia a adoptar opiniones y actitudes similares, lo que puede llevar a una
falta de diversidad de pensamiento y una mayor conformidad con las normas y
expectativas del grupo.
2. Emocionalidad: Las masas suelen estar impulsadas por emociones colectivas, como
el miedo, la ira o la euforia. Estas emociones pueden ser intensificadas por líderes
carismáticos o por la propagación de rumores y noticias falsas.
3. Anonimato y responsabilidad difusa: Los individuos que forman parte de una masa
pueden sentir una mayor sensación de anonimato y una menor responsabilidad
individual por sus acciones, lo que puede llevar a comportamientos impulsivos o
violentos.
Es importante tener en cuenta que estas características no siempre están presentes en todas las
masas, y que el comportamiento de las masas puede variar significativamente dependiendo
del contexto y las circunstancias específicas.
Clases de masas
A lo largo de la historia, se han observado diferentes tipos de masas, cada una con
características específicas. A continuación, se presentan algunas clases de masas que se han
identificado:
Masas de opinión: son grupos que se forman en torno a una opinión o idea
compartida, y que buscan influir en la opinión pública o en las decisiones políticas.
Masas electorales: son grupos que se forman durante los procesos electorales, y que
se caracterizan por tener una gran movilización y una fuerte identificación con el
partido o candidato que apoyan.
Masas religiosas: son grupos que se forman en torno a una religión o creencia
específica, y que se caracterizan por una fuerte identificación y devoción hacia ella.
Es importante tener en cuenta que estas categorías no son exhaustivas y que existen muchas
otras clases de masas que pueden variar significativamente dependiendo del contexto
histórico, social y cultural.
Contagio emocional: Las emociones pueden ser contagiosas en los grupos de masas.
Si una persona comienza a mostrar una emoción enérgica o intensa, como el
entusiasmo o la ira, puede propagarse rápidamente a otros miembros de la masa.
Los movimientos sociales son formas de acción colectiva en la que los individuos se
organizan para promover o resistir cambios sociales, políticos o culturales. Estos movimientos
pueden tener una variedad de objetivos y pueden surgir en respuesta a diferentes situaciones
sociales, como la desigualdad, la discriminación, la opresión, la injusticia, la pobreza, entre
otros.
Los motines populares son una forma de protesta colectiva que implica la violencia y la
destrucción de propiedad pública o privada. Estos eventos pueden surgir en respuesta a una
variedad de situaciones sociales, como la desigualdad económica, la corrupción, la opresión,
la represión política, entre otros.
A diferencia de los movimientos sociales, los motines populares no tienen una estructura
organizada y no están liderados por un grupo específico. En cambio, son espontáneos y son
llevados a cabo por personas que comparten una situación de malestar y se sienten frustrados
por la falta de respuesta de las autoridades y los líderes políticos.
La opinión pública
La opinión pública se refiere a las creencias, actitudes y percepciones que tiene una sociedad
o una comunidad sobre un tema o una situación específica en un momento determinado. Se
considera que la opinión pública es un factor importante en la toma de decisiones políticas y
en la formación de políticas públicas, ya que puede influir en la agenda política y en las
acciones de los líderes y representantes políticos.
En segundo lugar, los líderes políticos y las organizaciones sociales pueden intentar influir en
la opinión pública mediante campañas publicitarias, discursos y otras formas de propaganda.
Estos actores pueden utilizar técnicas como la persuasión, el uso de emociones y la creación
de coaliciones para cambiar la opinión pública sobre un tema o una cuestión.
En tercer lugar, las percepciones y experiencias individuales de las personas también juegan
un papel importante en la formación de la opinión pública. Las opiniones y actitudes de las
personas pueden ser influenciadas por sus experiencias de vida, sus valores y sus creencias,
así como por la influencia de sus redes sociales y la presión para conformarse a las opiniones
populares.
4. Think tanks: los think tanks son organizaciones independientes que se dedican a
investigar y analizar temas de interés público y a difundir sus hallazgos y opiniones a
través de publicaciones y eventos.
Referido desde el punto de vista sociológico como la capacidad y la habilidad que tiene un
individuo de ejercer su voluntad sobre otra persona o grupo de personas. El Poder Social es
cuando un individuo puede controlar eficaz y efectivamente las acciones de quienes lo rodean.
El Poder Social “es esa capacidad de influir en el comportamiento y modos de pensar de
otros, aun sin cuantiosa fortuna, sin dominio especializado y sin poder coactivo”. Es, a fin de
cuentas, el prestigio, la simbología del status, la percepción que los demás tienen sobre ti en el
aspecto de la vida social. Es el respeto social que los grupos y conglomerados humanos tienen
sobre una persona determinada.
El Poder Social deriva en una confianza, en una lealtad, en una credibilidad y por
consiguiente, en una persona capaz de construir un Capital
Social, que emerja en un poder trascendido. El Poder
Social vulnera y trasciende al Poder Político y ha de ser así.
El Poder Social es el Poder del Sociólogo Michael Foucault
donde el poder actúa en todos los ámbitos de la interacción
social y en todas las instituciones. Si el poder social no fuera
más relevante que el Poder, todo en la vida de la esfera social
se contaminaría. Cuando buscamos uno de los factores de los males de la sociedad
dominicana, nos encontramos con que la Política que es un aspecto de la vida social, se ha
configurado como el elemento cardinal, primordial y fundamental de la vida.
La Coacción: que es la modalidad más antigua de ejercicio del poder donde se utiliza la
fuerza o la amenaza de esta para hacer aceptar las decisiones y actuaciones de quienes lo
ejercen.
A ese respecto, French y Raven (1959) describieron cinco variedades de poder social, de
acuerdo a los recursos psicológicos que se utilizan para ejercicio:
El Poder referente o por identificación con los líderes que lo detentan realmente,
proveniente muchas veces de recompensas, pero otras, de la aceptación de supuestas
cualidades de estos, e incluso puede generar un proceso de identificación con el
agresor.
9.3. La dependencia.
o La dependencia institucionalizada
o La dependencia contractual
o La dependencia –inferioridad
o La interdependencia táctica
Los seguidores de Lewin han establecido en el estudio de la dinámica interna de los grupos
pequeños la existencia de tres tipos
El liderazgo es el proceso mediante el cual uno o más individuos influyen sobre un grupo o
comunidad determinada o más propiamente en las metas y actividades de estos, un líder por
su parte, es una persona cuyas características le permiten ejercer una influencia acorde con la
consecución de mestas colectivas.
Funciones de liderazgo
Tomar decisiones
El determinismo cultural que hacer recaer el liderazgo en aquellos que sostienen los fines o
valores establecidos en una cultura.
En la providencia, lo cual supone que los lideres aparecen cuando son necesarios para las
comunidades de que se trate.
En la Casualidad, o accidente que pone a algunos en el camino del poder y se le niega a otros
Por la situación social creada, que los hombres aptos para dirigir una etapa dada de la vida de
una comunidad, para que salgan a la palestra y cumplan su papel como líderes.
Líderes naturales
Aquellos que ejercen el liderazgo de facto, sin necesidad de contar con un título que lo avale.
Se trata de personas con altas dosis de carisma, capaces de presentar sus ideas con confianza y
con la habilidad retórica de convencer al resto para que le sigan.
Líderes autoritarios
Sustentan su liderazgo unidireccionalmente, siempre desde una posición de poder. Este estilo
de dirección no permite que sus decisiones sean cuestionadas ni tiene en cuenta las opiniones
del resto.
Aunque puede resultar un tipo de liderazgo efectivo en ciertos contextos (por ejemplo, cuando
los subordinados se niegan a obedecer o carecen de motivación o experiencia), también puede
desalentar a los trabajadores y hacerles sentir infravalorados.
Se caracterizan por fomentar la toma de decisiones de forma conjunta, teniendo en cuenta las
opiniones del resto de miembros del equipo. El líder participativo cuenta con el apoyo del
equipo porque este, a su vez, se siente escuchado.
Se trata de uno de los tipos de liderazgo que promueve la retención del talento: la capacidad
de una empresa en hacer que las personas más válidas y valiosas se queden en la organización
y no prefieran otras donde encuentren mejores condiciones. También pueden resultar más
ineficiente y lento si aparecen puntos de vista irreconciliables y el líder no dispone de
estrategias de negociación suficientes.
Líderes laissez-faire
Delegan en gran medida la toma de decisiones en personal capacitado para actuar. De este
modo, el líder se limita a distribuir tareas y monitorizar que los objetivos se cumplen de
acuerdo al plan.
Es uno de los tipos de liderazgo adecuados para equipos con miembros altamente cualificados
y suele involucrar altas dosis de creatividad. No obstante, existen muchos escenarios en los
que este estilo de dirección no es idóneo, como en los casos en que los empleados no son
capaces de establecer o cumplir sus propios plazos de entrega.
Líderes transformacionales
Este estilo es apropiado para organizaciones en procesos de cambio. En este caso, el papel del
líder es comunicar la visión de transformación y los objetivos que se deben cumplir e inspirar
al resto para alcanzarlos.
Debido a que apunta a valores intangibles, puede resultar ineficaz para resolver problemas
inesperados en el corto plazo.
9.8. El caudillismo.
El caudillismo puede surgir en sociedad avanzada que atraviesan una severa crisis
económica, política o militar que buscan en un líder absoluto la concentración de poder
necesaria para superarla y las ocasiones pueden causar más crisis estos caudillos para
justificar su permanencia.
El líder es un rol adjudicado por sus seguidores y asumido por un miembro, por el cual éste
impulsa y dirige la acción del grupo hacia un determinado fin. Los liderazgos se definen en
relación con un determinado vector. Por ejemplo, hay un líder de la pertenencia, un líder del
aprendizaje, etc.
Ser líder implica tener un pensamiento propio y diferente al de la mayoría de las personas,
sabiendo defenderlo, argumentarlo y debatirlo correctamente. La persona que ostenta el
liderazgo de un equipo tiene que saber que es un puesto muy solitario