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https://www.banrepcultural.org/multimedia/el-proceso-de-independencia-explicado-en-5-minutos
Mira el siguiente video:
https://youtu.be/q1SNcRB70Fg
El proceso de la independencia explicado en 5 minutos:
"Héroes muertos"
Para su biógrafo, Walter Joe Broderick, la de Camilo Torres es ciertamente una figura equiparable a la de
Ernesto "Che" Guevara, quien fue abatido un año y medio más tarde.
"Esta es la historia del primer personaje colombiano en el siglo XX que llegó a tener fama mundial", dice la
primera línea de la primera página de su libro "Camilo, el cura guerrillero".
ESTUDIOS
Se formó como sociólogo en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica; luego cofundaría la facultad de
Sociología en la Universidad Nacional en Bogotá, donde fue capellán.
Desde su tiempo como seminarista desarrolló tareas sociales en barrios populares y se preocupó por el
bienestar de los sectores menos favorecidos.
En ese sentido, fue un producto de su era, según escribe Broderick: "La preocupación por los problemas
sociales, lejos de ser característica exclusiva de Camilo, era más bien una moda del momento".
Argemiro
Pero para el sacerdote resultó ser más que eso.
Influido por su contacto con la realidad social, sus lecturas académicas y, ciertamente, la revolución cubana
de 1959, progresivamente se fue radicalizando, a la vez que su figura pública se iba acrecentando.
Ya para 1964, cuenta su biógrafo, pasaba más tiempo que nunca con obreros en la capital o con
campesinos fuera de ella.
Sus vínculos con la estructura de la iglesia Católica se habían tensado hasta un punto que terminó con la
laicización de Camilo Torres, a quien la gente nunca dejó de llamar "cura".
En 1965 comenzó a editar el semanario Frente Unido, publicación de un proyecto político de unidad de los
movimientos revolucionarios que se acabó, se desbandó, cuando Torres se fue para el monte a unirse a las
filas del ELN poco antes de que acabara el año.
Allí recibió el alias de Argemiro y un revólver. Y el grupo guerrillero dio un gran golpe de publicidad
cuando se difundió el hecho de que el cura Camilo Torres se les había sumado.
"Eran un puñado de desarrapados, con viejas carabinas, y Camilo románticamente se une a ellos, muere en
combate con ellos y se vuelve una figura heróica, un mártir", dice un vital Broderick, de 81 años, quien me
recibió en su apartamento-oficina-biblioteca de Bogotá.
Cristianismo revolucionario
En el documental de Norden, Gabriel García Márquez asegura: "En el momento en que Camilo se sacrificó
por lo que estaba defendiendo muchísima gente que no había creído en él empezó a creer, como
diciéndose 'ah, si se hizo matar por eso, entonces decía la verdad, entonces tenía razón'".
Como consecuencia, señala Broderick, muchos jóvenes católicos de la época, desde curas y monjas hasta
seminaristas, se sumaron a las filas del ELN.
"Se volvió una especie de movimiento cristiano de izquierda", dice; su influencia se extendió hacia
Argentina, Chile, Nicaragua.
No obstante, a ojos de muchos, los sacrificios del cura guerrillero y otros como él, y las heridas que se
abrieron al volcarse a la lucha armada, tampoco llevaron al resultado esperado.
Epidemia bautismal
"Porque mi papá era medio izquierdoso", me contestó; otros me dijeron cosas similares.
La muerte del cura motivó a esos padres a mantener su nombre vigente a través de sus descendientes.
"La gente joven no sabe quién es"
Entonces, si se encuentra su cuerpo, si tiene sepultura pública, ¿se volverá una figura reverenciada, se
hará real el temor que tuvieron las autoridades de que se convierta en lugar de peregrinaje?
Broderick no lo cree: "Colombia es un país muy joven y la gente joven no sabe quién es Camilo Torres ni le
interesa especialmente".
Tendrá valor, dice, para aquellos que fueron cercanos a sus ideas y para los hijos y nietos de estas
personas: esos Camilos cuarentones.
Fue exhumado el 25 de enero pasado en un panteón militar, en la Quinta Brigada de Bucaramanga, capital
del departamento de Santander, a decenas de kilómetros del fundacional municipio de San Vicente de
Chucurí.
Pero todavía no se sabe si es el de Camilo Torres. Determinar si lo es puede llevarles tres o cuatro meses.
Si los exámenes dan positivo, se habrá cerrado uno de los múltiples capítulos abiertos –venas abiertas– de
la violenta historia política de Colombia.
ACTIVIDAD