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“En los combates su heroísmo las santifica; en los mayores peligros, por en medio de las balas,
metiéndose por entre los caballos, apartando las lanzas enemigas, buscan desesperadas al
hombre que aman cuando notan que falta en su fila, y a veces encuentran su cadáver y lo
sepultan, o lo hallan respirando todavía y entonces, provistas de tiras de lienzo, o sacándolas de
su propia ropa, lo vendan, avisan, piden auxilio hasta en el campo enemigo, y muchos infelices
deben la vida a la tierna solicitud de su mujer”.
Como parte del ciclo 'Mujeres en la Independencia' conversamos con el antropólogo e historiador
Franz Hensel Riveros, en la conferencia '¿La imposible prisión? Mujeres, género e
independencia', que explora el vínculo mujer, género y construcción de orden político a principios
del siglo XIX. Investigaciones recientes han comenzado a mostrar el papel activo de las mujeres
en los procesos que desembocaron en las construcciones republicanas de principios de siglo. El
interés en los últimos años se ha centrado en mostrar un conjunto humano fragmentado, complejo
y abigarrado, más allá de las "sospechosas de siempre".
OBSERVA: Mira los siguientes videos
https://www.youtube.com/watch?v=c5KO4RPtkUA&ab_channel=Banrepcultural
Glosario de la Independencia en plastilina | Voluntarias
Actividad
1. ¿De qué forma artística están hechos los videos? ¿Qué te gusta de la forma en que se narran las
historias del video?
2. Realiza un resumen de las voluntarias de la historia de la independencia.
3. Explica con tus palabras quien fue María Concepción Loperena.
4. ¿Qué admiras de las mujeres en esta época?
5. ¿Cuál fue el aporte de las mujeres en el proceso de independencia?
6. ¿Qué mujer admiras en tu barrio o comunidad? ¿Explica por qué?
Realiza una pequeña entrevista a una de las mujeres de tu barrio o comunidad.
¿Escribe 5 preguntas importantes que le vas a realizar para saber cuál es la lucha de esa mujer y qué
la inspira a luchar o trabajar?
OBSERVACIÓN: los estudiantes que no puedan ver los videos, deben leer la siguiente
lectura y responder las siguientes preguntas:
2. ¿Qué aporte hizo cada una de las mujeres que se nombran en la lectura?
Pero conviene tener presente que a finales del siglo XVIII en Santafé un grupo de mujeres
participaba del movimiento ilustrado. Francisca Prieto Ricaurte, esposa de Camilo Torres,
Catalina Tejada y Andrea Ricaurte de Lozano auspiciaron tertulias y reuniones literarias que
fueron simiente de los nuevos ideales. Las tertulias literarias eran reuniones a las que se asistía
con invitación, se disfrutaba un chocolate y se comentaban obras de diverso género. Pero parte
importante de las tertulias era comentar las noticias sobre los acontecimientos europeos, de
Hispanoamérica y, por supuesto, de la política local.
Todos los indicios sugieren que el movimiento del 20 de julio fue concertado y los distintos grupos
que actuaron estaban informados. Lo mismo debió ocurrir con muchas mujeres. De hecho, los
cronistas han comentado el elevado número de mujeres que participaron en los ataques a las
casas de los oidores y que después se concentraron en la plaza. Mujeres del pueblo,
especialmente vendedoras de la plaza. Aunque con seguridad, allí estaban entre ellas Melchora
Nieto y Francisca Guerra, propietaria de un almacén la primera y de una tienda la segunda. En
aquellos días la ciudad se paralizó y de los pueblos vecinos arribaron delegaciones a sumarse a
la protesta. De los dramáticos momentos que se vivieron el día 22, cuando se rumoró un
despliegue militar contra el cabildo, quedaron testimonios de la valerosa participación femenina.
En un hecho registrado por distintos medios, una madre habría dicho a su hijo: “Ve tú a morir con
los hombres mientras que nosotras (hablando con las demás mujeres) avanzamos a la Artillería y
recibimos la primera descarga, y entonces vosotros los hombre pasaréis por encima de nuestros
cadáveres, cogeréis la artillería y salvaréis la patria”. En otro caso, una mujer que era mandada a
abrir paso por un patriota con espada en mano, dijo ofuscada: “¿La piedra que yo lance no hará
tanto efecto como sus golpes?” Y se mantuvo firme en el puesto. Tiempo después, los redactores
del Diario Político de Santafé se preguntarían el nombre de aquellas valerosas heroínas. Pues
según dijeron: “Bien merecían pasar a la historia”. Fue también en estas jornadas que la maestra
Bárbara Forero dio un encendido discurso a un grupo de mujeres en la plaza. Pero en aquella
gesta también fue decisiva la participación de un grupo de señoras de sociedad. Entre ellas
sobresalieron Petronila Nava, Josefa Baraya, Petronila Lozano, Gabriela Barriga, Carmen
Rodríguez, Eusebia Caicedo, Josefa Santamaría, María Acuña, Josefa Lizarralde y Juana
Robledo.
Policarpa Salavarrieta
Una de las mujeres más representativas de la época emancipadora de nuestro país.
‘La Pola’, como era conocida, luchó por la libertad del pueblo desacatando al gobierno
español y ayudando en secreto a las tropas libertarias de Simón Bolívar. Policarpa se volvió
espía del ejército independentista, intercambiaba mensajes y reclutaba jóvenes para
sumarlos a la causa del Libertador. Sus movimientos fueron descubiertos y fue fusilada en la
Plaza Mayor de Santafé, el 14 de noviembre de 1817.
Manuela Sáenz
Conocida como ‘La Libertadora del Libertador’, esta quiteña fue protagonista en las gestas
libertadoras que encabezó Simón Bolívar.
Señalada por su actitud que no encajaba con las damas de la época. Rebelde, extrovertida y
separada de su primer marido. Manuela Sáenz es una de las mujeres más importantes de la
época emancipadora de América del Sur.
Matilde Anaray
Residía en el municipio de Socha, en los días que antecedieron a la Batalla de Boyacá.
Es recordada por haber liderado, a sus 13 años, el acto en el que fueron convocados a la
iglesia cientos de feligreses que ofrecieron su ropa al ejército del Libertador, Simón Bolívar.
Manuela Beltrán
Reconocida como la primera mujer que encabezó la lucha pre-revolucionaria en Colombia.
Las reformas borbónicas impuestas en la Nueva Granada, a finales de 1700, incluían una
serie de impuestos, entre los que se encontraba el‘Impuesto para la Armada de Barlovento’,
que recayó sobre los productos básicos de la canasta familiar.
El 16 de marzo de 1781, fue fijado el edicto que informaba el nuevo impuesto y Manuela
Beltrán sorprendió a todos sus vecinos al rasgar el comunicado, mientras gritaba ¡Viva el rey
y muera el mal gobierno! Con este acto se dio origen a la rebelión comunera.
Manuela Sanz de Santamaría
Fue una de las aristócratas más conocidas de la Nueva Granada.
Cuando comenzaron a impulsarse grupos de opinión pública, liderados por personajes
como Antonio Nariño yFrancisco José de Caldas, Manuela fundó el grupo conocido como
la ‘Tertulia del buen gusto’, en el que se conversaba principalmente sobre literatura. Con el
tiempo, los temas políticos e ideas revolucionarias también tuvieron lugar en estas reuniones.
Juana Velasco de Gallo
Conocida como ‘La heroína de Toca’, doña Juana fue vital para los tropas de Simón
Bolívar en días previos a la Batalla de Boyacá, al liderar un inmenso grupo de mujeres
tunjanas que dotó al ejército del libertador de camisas y pantalones, atendiendo las
dificultades que estos hombres enfrentaban en su travesía bajo el frío boyacense de la época.
Además de la ropa, esta mujer le regaló a Simón Bolívar su caballo El Muchacho, con el que
el Libertador resultó vencedor en la Batalla de Boyacá.
Antonia Santos
Protagonista fundamental de las Batallas del Pantano de Vargas y de Boyacá. Santos
preparó el primer grupo de revolucionarios independentistas que funcionó en El Socorro
(Santander).
El 16 de julio de 1819, fue sentenciada a muerte por conspirar contra el rey. El día 28 del
mismo mes, fue fusilada en la Plaza del Socorro, junto a varios de sus compañeros de lucha.
Colombia 1817: Las últimas palabras de la heroína ´La Pola´ ante de sus
verdugos,
Policarpa Salavarrieta, o ´La Pola´ como se le conoce,
cuando apenas con 22 años dio su vida, por la
Independencia del territorio colombiano. ¡Cuantas Pola´s
no faltan en Colombia!
¡Pueblo indolente!
Pero no es tarde.
Ved que, aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más.