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ISSN: 0120-0534
direccion.rlp@konradlorenz.edu.co
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Colombia
Torre, Carolina de la
La identidad nacional del cubano. Logros y encrucijadas de un proyecto
Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 29, núm. 2, 1997, pp. 223-241
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Bogotá, Colombia
CAROLINA DE LA TORRE*
Universidad de La Habana
ABSTRACT
A research project on Cuban national identíty has been carried out by the author and
her collaborators since 1991. In this article the antecedents, airoso theoretical background
and research findings are presented. Methodology includedquestionnaires and scales, but
a1so non-traditional ways of collecting data. such as films, Iiterature, jokes, experts
criteria, and even dream analysis. Cuban national identity is systernatically explored in
both its stable and its changing aspects, The repercusión of Cuba' s current situation is also
explored.
RESUMEN
EL PROBLEMA DE LA IDENTIDAD
Así, desde la primera mitad del siglo XIX, en las obras de José Antonio Saco,
José de la Luz y Caballero, Félix Varela y otros intelectuales y líderes revolucio-
narios, se va reflejando, con distinto grado de desarrollo y comprensión, la
conciencia de nuestra naciente nacionalidad, apoyada en una psicología que
poco a poco se iba haciendo común.
El más excelso ejemplo es el de José Martí. El entendió mejor que nadie los
obstáculos reales que el sistema colonial capitalista generaba en contra de la
formación de una conciencia nacional. Por otro lado, conoció a su pueblo en sus
virtudes y posibilidades. Martí escribió su histórica Vindicación de Cuba,
entendió a su pueblo no sólo en el lenguaje de las ideas, sino en el de los afectos,
quiso la unión de todos y señaló el ideal al cual debía aspirar el pueblo cubano.
Pero no desconoció la fragilidad y las contradicciones humanas, ni permitió que
su ideal, por elevado, se convirtiese en abstracto o inalcanzable. Sabía Martí, en
fin, "que no son de orden real los pueblos nacientes, sino de carne y hueso"
(Martí, 1975, p. 446).
A Martí le siguieron muchos que hasta nuestros días han dado cuenta de las
cualidades humanas, el valor, la solidaridad, el ingenio y la franca y abierta
cercanía emocional del pueblo cubano.
Así, a lo largo de los años, Enrique José Varona, Francisco Figueras, Elías
Entralgo, Jorge Mañach, Emilio Roig, Juan Marinello, Manuel Moreno Fraginals,
Cintio Vitier, Jorge Ibarra y muchos otros, incluyendo a los más recientes
investigadores y a los que como Calixto Masó, Ernesto Ardura, Jorge L. Martí,
Bernal del Riesgo y José Angel Bustamante escriben ensayos más propiamente
psicológicos, han ido describiendo y tratando de comprender en su significación
los rasgos y raíces de nuestra identidad.
LA INVESTIGACION
dad del Cubano" (De la Torre, 1991 a). Los antecedentes inmediatos del mismo
están en las investigaciones de la propia autora sobre la historia y situación actual
de la psicología en América Latina (De la Torre, 1991 b) Y en los estudios sobre
la autoimagen de los cubanos e imagen de los norteamericanos (De la Torre
et al., 1990), realizados en el contexto de un proyecto mayor de la Facultad
de Psicología para conocer la imagen de los Estados Unidos en jóvenes
cubanos.
Puerto Rico, Costa Rica, Colombia, Brasil, Perú y otros países, constituyeron
una fuente de inspiración y orientación para empezar a trabajar en el área. Los
aportes de José Miguel Salazar, Maritza Montero, Ignacio Martín Baró, Alba
Nidia Rivera, Jorge Duany, Cristina Herencia, Jorge del Valle, Raúl Béjar,
Héctor M. Cappello y muchos otros, así como los de José Ramón Torregrosa en
España, fueron indispensables para nuestro equipo. Una detallada revisión de
estas y otras fuentes que facilitan la aproximación al tema desde diversos
enfoques es objeto de un trabajo en curso.
¿Cuáles son los rasgos y características más estables que le dan continuidad
a nuestra identidad?
¿Hasta qué punto ciertos rasgos negati vos y al parecer circunstanciales (que
se suelen expresar en términos de una manera de "estar") pueden ser totalmente
superados o por el contrario incorporados, tal y como dialécticamente suele
ocurrir, a las representaciones que de manera más estable caracterizan nuestra
identidad?
A estas alturas las preguntas han variado y crecido, pero así las formulamos
en 1990 y así las presentamos al Ministerio de Cultura cuando nos invitó a dirigir
el tema de la psicología como parte de un proyecto mayor encaminado a
investigar la identidad cultural cubana (quinquenio 1991-1995). Con estas
interrogantes comenzamos a profundizar teórica, metodológica y empíricamen-
te en el tema que de diversas maneras veníamos tratando desde 1987.
José Miguel Salazar y otros investigadores han dividido los estudios acerca
de los rasgos psicológicos de los pueblos en dos grandes grupos. Por un lado, los
que tratan de ofrecer la descripción "objetiva" de las particularidades de un
pueblo, y por otro, los que enfatizan la manera en que los .individuos vivencian
o "subjetivizan" estas características (Salazar, 1987). La primera tendencia
responde a la pregunta "¿cómo somos?" o "¿cómo son los pueblos?"; la segunda
responde a la pregunta "¿cómo nos autopercibimos?" o "¿cuál es la imagen que
tienen de sí determinados pueblos?".
En primer lugar, los proyectos que habitualmente se llevan a cabo suelen ser
parciales y no logran, a pesar de que con esta óptica todo es investigación de la
identidad, abarcar los aspectos esenciales que se incluyen en las dos tendencias
mencionadas (rasgos objetivos y autoimagen). La inclusión de todas, las
investigaciones bajo el mismo rubro no elimina las particularidades que ciertos
estudios, métodos o cortes tienen. Así, unos parecen limitarse al estudio de los
estereotipos, y otros a la descripción de características que a veces están muy
lejanas a las representaciones que los pueblos tienen en torno a lo que los hace
sentir como una entidad única e irrepetible. Estudios que aborden el fenómeno
desde sus diversos ángulos suelen escasear, tal vez por lo difícil que resulta
materializarlos.
En tercer lugar, parece que los especialistas son los únicos que, mediante el
uso de métodos apropiados (observación, estudios biográficos, análisis de
documentos, etc.) pueden decir cómo son los pueblos; mientras que a los
interesados (los que son objeto de estudio y protagonistas de la identidad) sólo
les queda expresar (en cuestionarios, escalas y entrevistas) cómo se autoperciben.
No se trata sólo de dos puntos de vista (cómo somos y cómo nos percibimos), sino
de un prejuicio más de los muchos que nos ha legado la investigación tradicional.
Unos saben cómo somos, otros apenas creen que somos de una u otra manera.
En fin, si las cosas se ven desde otro ángulo, los estudios de las características
objeti vas de los pueblos no son más que los de la autoimagen de los intelectuales,
formada a través de las vías que les son más familiares; y los estudios de
autoimagen son los que nos dicen objetivamente cómo los pueblos se represen-
tan y sienten su identidad.
OBJETIVOS
METODOS y PROCEDIMIENTOS
Todos estos métodos han sido puestos en práctica en más deJO trabajos de
curso y de diplomas (Tesis de graduación), en trabajos extracurriculares del
equipo de investigación estudiantil que desde 1990 se constituyó, así como en
otros suscritos por la autora. En algunos casos, debido al tiempo trascurrido
desde los primeros estudios y a las enormes trasformaciones que han ocurrido en
el mundo y en nuestro país, así como a la repercusión que las mismas han tenido
para la vida cotidiana y espiritual del cubano, hemos vuelto a utilizar, replicando
las investigaciones, los métodos inicialmente aplicados.
los cubanos tienen de sí mismos con las de otras nacionalidades. Se exploró, por
último, la vivencia (o no) de una supraidentidad latinoamericana. Todos estos
trabajos se pudieron realizar, a pesar de la total ausencia de presupuesto y de la
falta de tiempo debida a las tareas docentes, gracias a la posibilidad que nos
brinda la disciplina encargada de la enseñanza de la Metodología de la Investi-
gación, a la tutoría de tesis y a la participación extracurricular y voluntaria de
decenas de alumnos en el proyecto.
Luis Noriega y Dania González (1992) hicieron un trabajo algo diferente, tal
vez más cercano a las características objetivas del cubano. Utilizaron el método
de la observación y filmación, con cámara oculta, SO colas o filas en distintos
barrios de Ciudad de La Habana. Su interés era de alguna manera comprobar todo
lo que las investigaciones anteriores parecían confirmar acerca de las relaciones
interpersonales y el comportamiento social de los cubanos. Se seleccionaron
colas porque habían sido el "escenario" más utilizado para dibujar o dramatizar
situaciones típicas de nuestra vida.
RESULTADOS
CONCLUSIONES
A tal efecto, hemos recopilado entre 1992 y 1993 centenares de dibujos que
con el título "¿Cómo somos los cubanos?" han confeccionado estudiantes,
trabajadores, amas de casa, ancianos, etc.
sólo algunos de los aspectos que nos alertan acerca de los problemas y cambios
que la situación actual genera en la subjetividad. A la descripción y análisis de
estos resultados se ha dedicado un artículo (De la Torre, 1994b). La tesis
dedicada al estudio de laautoimagen del cubano en estudiantes de arte (Fernández,
1993) Yla realizada a partir de las composiciones de 1521 estudiantes de la propia
capital (Moreno, 1995) ofrecen resultados que complementan los anteriores. En
el caso de las composiciones, las relaciones interpersonales vuelven a ser el
centro por el cual pasan las diferentes representaciones. Por lo demás, los
resultados apuntan hacia las mismas dificultades.
REFERENCIAS